Para concluir su discurso histórico, el rey Benjamín expresó la esperanza de que las personas de su pueblo fueran “firmes e inmutables, abundando siempre en buenas obras para que Cristo, el Señor Dios Omnipotente, pueda sellaros como suyos” (Mosíah 5:15; énfasis agregado). En el antiguo mundo bíblico, “los sellos conmemoraron importantes eventos políticos como el matrimonio, los tratados y las celebraciones públicas… [y] también se utilizaron en ceremonias religiosas”.1 Por ejemplo, las fiestas judías de otoño incluyen el saludo, “¡que seas inscrito y sellado con un buen año!”2 En una ceremonia pública, Nehemías y otros líderes religiosos y políticos sellaron un convenio de lealtad a Jehová y sus mandamientos (Nehemías 9:38).
Justo antes de que Benjamín terminara su discurso ceremonial, puso al pueblo bajo convenio para que guardaran los mandamientos del Señor (Mosíah 5:1–5). Benjamín luego utilizó un final quiásmico para sellar con efectividad el convenio que el pueblo había acordado (Mosíah 5:6–15).3 La bendición final de Benjamín de que Cristo pudiera “sellar” al pueblo como suyo podría haber sido acompañada por un ritual donde sellaban el convenio (Mosíah 5:6–7).4 El acto literal y físico de sellar o marcar habría grabado en la mente de las personas el significado de Cristo, el Maestro, “sellándolas” espiritualmente como Sus siervos que le servirán (Mosíah 5:13–14).
En el Antiguo Cercano Oriente, “las primeras impresiones de sellos probablemente denotaban propiedad de bienes y materiales”5. El concepto de propiedad a menudo estaba grabado directamente en el sello mismo, con una inscripción que dijera: “pertenece a [nombre]”, o una variación similar.6 John Gee explicó: “Para sellar un documento o un objeto, una persona envolvía un cordón alrededor de él, colocaba una capa de barro en el nudo y presionaba el sello en el barro. La colocación de este tipo de sello marcaba al objeto como la propiedad de una persona en cuyo nombre estaba sellado”7. Por lo tanto, dentro de un antiguo contexto israelita, ser sellado en Cristo es como ser marcado literalmente con Su nombre, como pertenecer a Él.
El sellado de documentos también tenía por objetivo asegurar su autenticidad e integridad.8 John W. Welch ha explicado: “En la antigüedad, los efectos jurídicos de sellar un documento o contenedor con un sello de cera o arcilla, consistían en atestiguar la integridad y la pureza del contenido y certificar la propiedad del documento o del recipiente sellado”9. Los sellos protegían el contenido de un documento o contendedor contra la manipulación. Por lo tanto, cuando Cristo “te sella como suyo”, Él está, en efecto, dando testimonio y protegiendo tu integridad y pureza.
Con este contexto antiguo, entendemos la importancia del poder de un sello. Aquellos a quienes Cristo ha “sellado” como suyos son aquellos sobre los que Cristo ha puesto su nombre y reclamado como suyos. Ellos son suyos. Él puede pastorearlos y no los perderá (cf. Juan 6:39; 10:3–4). A través de Su expiación, Él garantizará su pureza e integridad, y los protegerá de la tentación (cf. DyC 124:124). De acuerdo con el rey Benjamín, ellos serán “llevados al cielo” y tendrán “salvación sin fin, y vida eterna mediante la sabiduría, y poder, y justicia, y misericordia de aquel que creó todas las cosas en el cielo y en la tierra, el cual es Dios sobre todo” (Mosíah 5:15).
Hoy, el Señor ha restaurado el poder, los convenios y las ordenanzas mediante los cuales sus seguidores humildes y agradecidos pueden ser “sellado[s] para vida eterna” (DyC 131:5). Al igual que el pueblo del rey Benjamín, para tener estas bendiciones selladas en sus cabezas, los seguidores de Cristo aún hoy deben guardar los convenios que habían hecho para seguir los mandamientos del Señor, conservar Su nombre siempre escrito en sus corazones y oír y conocer Su voz: “[p]orque ¿cómo conoce un hombre al amo a quien no ha servido?” (Mosíah 5:1–13).
Tal como Alma más tarde explicaría a los zoramitas, si no se esforzaban en estar dispuestos a recordar siempre al Señor, a guardar sus convenios y a arrepentirse de sus pecados, el diablo también podría reclamarlos, poseerlos y “sellar[los] como cosa suya” (Alma 34:35). Mary Ellen W. Smoot, expresidenta general de la Sociedad de Socorro, alentó y enseñó notablemente:
“No podemos abandonar nuestra fe en cuanto aparecen las dificultades. No nos volveremos, no retrocederemos y no nos desanimaremos. Avanzaremos con intrepidez y seremos un ejemplo para todos en modestia, humildad y fe. El ser constantes e inmutables es una búsqueda personal que tiene recompensas eternas, puesto que, si lo hacemos, ‘…Cristo, el Señor Dios Omnipotente, [podrá sellarnos] como suyos, a fin de que [seamos] llevados al cielo, y [tengamos] salvación sin fin, y vida eterna…’”10.
John Gee, “Book of Mormon Word Usage: ‘Seal You His’”, Insights: A Window on the Ancient World 22, no. 1 (2002): 4.
John W. Welch, “Parallelism and Chiasmus in Benjamin’s Speech”, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom”, ed. John W. Welch y Stephen D. Ricks (Provo, UT: FARMS, 1998), 315–410.
John W. Welch, “Benjamin, The Man: His Place in Nephite History”, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom”, ed. John W. Welch y Stephen D. Ricks (Provo, UT: FARMS, 1998), 23–54.
1. David C. Maltsberger, “Seal, Signet”, en Eerdmans Dictionary of the Bible, ed. David Noel Freedman (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans, 2000), 1175.
2. “Appendix: Complete Text of Benjamin’s Speech with Notes and Comments”, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom”, ed. John W. Welch y Stephen D. Ricks (Provo, UT: FARMS, 1998), 610.
3. Para conocer la estructura quiásmica y una explicación de Mosíah 5:6–15, véase John W. Welch, “Parallelism and Chiasmus in Benjamin’s Speech”, en King Benjamin’s Speech, 369–373.
4. Véase Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1988), 306. Véase también Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 3:189, “Benjamin seals the new covenant upon the people”.
5. Maltsberger, “Seal, Signet”, 1175.
6. Véase Nahman Avigad y Benjamin Sass, Corpus of West Semitic Stamp Seals (Jerusalem: Israel Academy of Sciences and Humanities; Israel Exploration Society; Institute of Archaeology, Hebrew University of Jerusalem, 1997), 470.
7. Véase John Gee, “Book of Mormon Word Usage: ‘Seal You His’”, Insights: A Window on the Ancient World 22, no. 1 (2002): 4.
8. Maltsberger, “Seal, Signet”, 1175: “Los sellos autentificaban copias de reglamentos, tratados, acuerdos contractuales públicos, la venta y compra de propiedades gubernamentales y certificaban la calidad o cantidad del contenido de un recipiente”.
9. John W. Welch, “Benjamin, The Man: His Place in Nephite History”, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom”, ed. John W. Welch y Stephen D. Ricks (Provo, UT: FARMS, 1998), 41.
10. Mary Ellen W. Smoot, “Constantes e inmutables”, Liahona, mayo 2001, en línea en churchofjesuschrist.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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