La portada del Libro de Mormón llama en su texto, tal como lo prepararon Mormón y Moroni, “un compendio de los anales del pueblo de Nefi, así como de los lamanitas”. También hace referencia a su registro de la historia jaredita como “un compendio tomado del Libro de Éter”. El profeta Nefi de manera similar hace referencia a una porción de sus escritos como “un compendio de los anales de mi padre” (1 Nefi 1:17). Un compendio es una versión corta de un texto, lo cual significa que los compendios encontrados en el Libro de Mormón solamente son resúmenes de historias más largas registradas.
La cantidad total de historia con la que los editores principales del Libro de Mormón estuvieron trabajando debió haber sido bastante amplia. Mormón y otros profetas dijeron que no podían incluir “ni la centésima parte” de lo que había sucedido entre su pueblo.1 Mormón también da pistas sobre la naturaleza diversa de los registros subyacentes con los que estaba trabajando. En cierto punto él explicó que “hay muchos libros y muchos anales de todas clases; y los han llevado mayormente los nefitas” (Helamán 3:15). Algunos de estos registros subyacentes fueron resumidos; otros fueron citados, en su totalidad o en parte, de manera muy distintiva.
¿Cuáles fueron estos registros diferentes? El antropólogo John L. Sorenson ha realizado un cuidadoso análisis de los textos fuente, comparándolos con las prácticas conocidas de registros de la antigua Mesoamérica. Basándose en su análisis, propuso que los documentos subyacentes del Libro de Mormón probablemente incluían las siguientes categorías2
Con una habilidad admirable, Mormón y Moroni se basaron en estos registros históricos para crear un texto final—la versión compendiada de la historia nefita y jaredita tal como la conocemos.3 Mientras que el Libro de Mormón muchas veces se siente como una historia continua, la evidencia de su compilación a partir de varias fuentes es dominante. Los lectores frecuentemente encuentran comentarios editoriales, discusiones sobre textos fuentes, ajustes de tiempo y lugares, cambios de género, cálculos variados en la suma de detalles proporcionados, cambios de voz entre la primera y tercera persona, indicadores que parecen mencionar puntos donde un registro se empalma con otro y otras señales en las que los editores estaban enlazando el material fuente.4
En algunas ocasiones las fuentes son mencionadas de manera directa. Por ejemplo, en Helamán 2:13-14 Mormón dijo que el “libro de Helamán” del cual estaba tomando, era parte de una larga historia conocida como el “libro de Nefi”. Moroni de manera similar explicó: “Y tomo mi relación de las veinticuatro planchas que encontró el pueblo de Limhi; y se llama el Libro de Éter” (Éter 1:2).5
En otras ocasiones, identificar las fuentes subyacentes puede ser más complicado. Por ejemplo, los lectores se podrían preguntar cómo los detalles específicos del largo juicio de Abinadí ante el rey Noé y sus sacerdotes (Mosíah 11–17) llegaron a estar en la historia nefita. Tal como lo comentó el erudito sobre leyes, John W. Welch: “No es del todo seguro quien habló, reportó, escribió, compiló, editó o compendió los materiales en Mosíah 11–17 como los tenemos ahora o por qué estos informes originales o registros fueron creados. Sin embargo, hace una diferencia quién escribió este registro y por qué”.6
Después de un análisis exhaustivo, Welch sugirió que el registro probablemente se derivó de una combinación de fuentes: la recolección de Alma padre de su viaje, tal vez algunos de los seguidores de Alma que estuvieron en el juicio después de que Alma fuera expulsado, el registro de la realeza de Limhi sobre el viaje, tal vez fueron una recolección de Ammón de su tiempo entre el pueblo de Limhi y finalmente de Alma hijo, quien estaba “en una posición privilegiada para preservar, estructurar y promover la historia de Abinadí tal como la tenemos en nuestros días”.7
Si Alma hijo fue el principal arquitecto del registro antes que Mormón lo incluyera en su compendio, eso puede influir en cómo los lectores pueden interpretar los diferentes temas del registro. Tal como Welch lo explicó, la historia del juicio de Abinadí funciona de manera significativa “como un prólogo y racionalización de la ascendencia de Alma hijo como el líder principal en la tierra unida de Zarahemla”.8 La posición de Alma hijo como juez superior también podría explicar por qué los detalles del juicio fueron mencionados con tantos detalles—detalles que Mormón, como caudillo en jefe, pudo no haber incluido por sí mismo.9
Tal como lo demuestran estas percepciones, los lectores se pueden beneficiar al preguntarse por qué Mormón y Moroni incluyeron fuentes específicas en el compendio final del Libro de Mormón. Cada narrativa, sermón, profecía, resumen histórico, epístola, juicio, historia militar, diálogo u otro tipo de documento fuente fue seguramente escogido por razones específicas.
El erudito en literatura Grant Hardy ha señalado que también es “instructivo rastrear cómo [Mormón] integró documentos en su narrativa—dónde los menciona, cómo avanza o interrumpe una historia en particular y si refuerza o cuestiona los temas en la narrativa principal”.10 Este tipo de atención de elecciones editoriales y actividades pueden llevar a profundas percepciones acerca de los textos fuentes del Libro de Mormón y los editores proféticos que las utilizaron.
Al mismo tiempo, tal análisis puede ayudar a fortalecer la fe de los lectores en la autenticidad histórica del Libro de Mormón.11 Hardy describe al “Libro de Mormón, con sus múltiples registros, planchas, autores y editores [como] cualquier cosa menos como una narrativa sencilla ingenua”.12
Sus documentos integrados son diversos, complejos e intrincadamente ajustados para propósitos inteligentes. El tratar simplemente de mantener un registro de los textos fuente mencionados puede ser una tarea para los lectores, pero las explicaciones dedicadas de los editores de estos registros son consistentes.13 Además, evidencias discretas acerca de documentos fuente no divulgados, revelan capas reales de estratos textuales que sería difícil fabricar para cualquier autor—especialmente uno con poca educación e inexperto como José Smith.14
Los lectores pueden sentirse confiados, a la luz de tales evidencias, que el Libro de Mormón es exactamente lo que afirma ser—un compendio de varios registros antiguos. Condensa casi 1.000 años de historia nefita y aproximadamente 2.500 años de historia jaredita15 en un registro unificado que amplía e implacablemente testifica de Jesucristo.16 Explorar cómo cada texto fuente del Libro de Mormón contribuye de manera individual al mensaje principal del libro acerca de Cristo puede ser intelectualmente enriquecedor, espiritualmente satisfactorio y por último promueve la fe.
Anita Wells, “Bare Record: The Nephite Archivist, The Record of Records, and the Book of Mormon Provenance”, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 24 (2017): 99–122.
John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 187–224.
John L. Sorenson, “Mormon’s Sources”, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 20, no. 2 (2011): 2–15.
Grant Hardy, Understanding the Book of Mormon: A Reader’s Guide (New York, NY: Oxford University Press, 2010), 121–151.
Brant A. Gardner, “Mormon’s Editorial Method and Meta-Message”, FARMS Review 21, no. 1 (2009): 87–98.
1. Véase Jacob 3:13; Palabras de Mormón 1:5; Helamán 3:14; 3 Nefi 5:8; 3 Nefi 26:6–7; Éter 15:33.
2. ]Véase John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 187–224. Véase también, John L. Sorenson, “The Book of Mormon as a Mesoamerican Record”, en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 391–522, esp. 403–433.
3. Para conocer más sobre las fuentes que utilizó Mormón, véase John L. Sorenson, “Mormon’s Sources”, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 20, no. 2 (2011): 2–15. Para conocer más sobre las fuentes detrás del Libro de Éter, véase John W. Welch, “Preliminary Comments on the Sources behind the Book of Ether”, FARMS Preliminary Reports (1986). En varias culturas y tradiciones antiguas se pueden observar ejemplos de resúmenes, combinaciones o antagonismos históricos y religiosos o textos legales.
4. Sobre la presencia de enlaces entre fuentes detrás del Libro de Éter, véase John W. Welch y J. Gregory Welch, Charting the Book of Mormon: Visual Aids for Personal Study and Teaching (Provo, UT: FARMS, 1999), chart 15.
5. Para conocer más sobre el patrón de nombrar registros en el Libro de Mormón, véase Brant A. Gardner, “Mormon’s Editorial Method and Meta-Message,” FARMS Review 21, no. 1 (2009): 87–90. Véase también, Thomas W. Mackay, “Mormon as Editor: A Study in Colophons, Headers, and Source Indicators”, Journal of Book of Mormon Studies 2, no. 2 (1993): 90–109.
6. Véase John W. Welch, Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: BYU Press y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 140.
7. Welch, Legal Cases, 143.
8. Welch, Legal Cases, 144.
9. Véase Welch, Legal Cases, 144: “Mormón bien pudo haber seleccionado, editado, agregado, o dado forma a esta sección del Libro de Mosíah cuando él compilaba su juego de planchas, pero pudo no haber servido para los propósitos de Mormón crear una historia extensa y detallada del juicio por sí mismo. Solamente un abogado, no un general, se preocuparía por darnos toda la información legal que encontramos en estos capítulos; y solamente un sumo sacerdote interesado en la ley de Moisés se preocuparía por citar todos los diez mandamientos, y mucho menos incluir una extensa exégesis midráshica de Isaías 52 interpretada por Isaías 53 que se encuentra en Mosíah 12-16”.
10. Grant Hardy, Understanding the Book of Mormon: A Reader’s Guide (New York, NY: Oxford University Press, 2010), 145.
11. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué es tan importante la autenticidad histórica del Libro de Mormón? (Moroni 10:27)”, KnoWhy 480, (27 de diciembre de 2018).
12. Hardy, Understanding the Book of Mormon, 121.
13. Véase Grant Hardy, “Book of Mormon Plates and Records”, Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1992), 195–201.
14. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿José Smith realmente carecía de educación cuando tradujo el Libro de Mormón? (2 Nefi 17:19)”, KnoWhy 397, (23 de julio de 2018).
15. Véase John L. Sorenson, “The Years of the Jaredites” FARMS Preliminary Reports (1969).
16. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Cuál fue el propósito de Mormón en escribir el Libro de Mormón? (Mormón 5:14)”, KnoWhy 230, (19 de octubre de 2017); Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el Libro de Mormón es ‘otro testamento de Jesucristo’? (2 Nefi 3:12)”, KnoWhy 494, (31 de enero de 2019).
Traducido por Central del Libro de Mormón
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