En Mosíah 11:27, el rey Noé pregunta: “¿Quién es Abinadí, para que yo y mi pueblo seamos juzgados por él? O, ¿quién es el Señor para que traiga sobre mi pueblo tan grande aflicción?” Esta pregunta, “¿quién es el Señor?” puede ser familiar para los lectores del Antiguo Testamento, porque básicamente es la misma pregunta que Faraón hizo en Éxodo 5:2: “¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?” Esta similitud llevó a una investigadora, Sara Riley, a dedicar su estudio personal de las escrituras para buscar otras similitudes entre estas dos historias. 1 Ella descubrió que la historia de Abinadí y Alma en Mosíah a menudo aluden a la historia del Éxodo.
Un tipo de conexión que encontró entre estas dos historias tiene un amplio nivel de relación. Por ejemplo:
Por sí mismos, estos detalles generales pueden significar poco, pero Mosíah explícitamente hace referencias específicas que se encuentran en el Éxodo también. Mosíah 13:5, por ejemplo, declara que el rostro de Abinadí “resplandecía con un brillo extraordinario, aun como el de Moisés en el monte de Sinaí, mientras hablaba con el Señor”.8 Mosíah 12:33 de igual manera declara: “Sé que si guardáis los mandamientos de Dios, seréis salvos; sí, si guardáis los mandamientos que el Señor dio a Moisés en el monte de Sinaí”.9
Otro detalle más específico vinculado con la relación entre el rey Noé y Faraón, es que ninguno de los dos reyes siguió un modelo de conducta justo antes y después. Mosíah 11:1 declara que el rey Noé no anduvo en las sendas de su padre, mientras que Éxodo 1:8 declara que “se levantó un nuevo rey sobre Egipto que no conocía a José”.10 En el Libro de Momón, “el rey Noé endureció su corazón” (Mosíah 11:29), tal como se endureció el corazón de Faraón (Éxodo 9:12, 34–35). El rey Noé incluso estaba paranoico que Alma creara una rebelión (Mosíah 18:33), tal como el faraón tenía miedo de que el pueblo organizara un ejército (Éxodo 1:10).11
El libro de Mosíah incluso algunas veces utiliza casi el mismo lenguaje que el Éxodo para describir a los nefitas. Mosíah 11:22 declara que los nefitas “sabrán que yo soy el Señor su Dios, y que soy un Dios celoso, que visito las iniquidades de mi pueblo”, mientras que Éxodo 20:5 declara: “[Y]o soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen”.12 El Señor había mandado a Abinadí: “Extiende tu mano” (Mosíah 12:2), y Jehová mando a Moisés “extiende tu mano” en muchas ocasiones para afligir a Egipto.13 De manera similar, el Señor declaró que tanto el rey Noé como los egipcios sabrán que Él [es] Jehová (Mosíah 12:3, Éxodo 7:5).14
Uno encuentra incluso más similitudes mientras continúa leyendo el discurso inicial de Abinadí. En Mosíah 12:4-8 Abinadí profetizo granizo, el viento oriental, pestilencia, insectos que devorarán los granos, aflicciones dolorosas y una completa destrucción y en Éxodo, Moisés envió plagas, incluyendo granizo, vientos orientales, langostas, úlceras y la muerte de los primogénitos.15
Las similitudes se extienden también en la descripción de Alma. Mosíah 17:1 presenta a Alma afirmando que él era un “hombre joven” y Éxodo 33:11 presenta a Josué de la misma manera. Además, tanto Alma como Josué escribieron las palabras de sus predecesores. Mosíah 17:4 establece que Alma “estando escondido muchos días, escribió todas las palabras que Abinadí había hablado”. Josué 24:26 de igual manera menciona que Josué escribió las palabras de Moisés.16
Además, Josué ayudó a llevar a los hijos de Israel a través del Jordán y comenzó a establecer las tierras de su herencia en Israel. Alma también llevó al pueblo a un lugar seguro en la tierra de Zarahemla y comenzó a establecer iglesias en la tierra.17 Sin embargo, aun cuando Alma se compara con Josué en el sentido de que él era el sucesor de Abinadí, tal como Josué fue sucesor de Moisés, Alma algunas veces también es comparado con Moisés.18
En Mosíah 18, por ejemplo, Alma reunió a su pueblo en un lugar llamado las Aguas de Mormón. Esta escena es parecida a Éxodo 15 cuando Moisés y los israelitas llegaron a las aguas de Mara. Una de las primeras similitudes entre estas dos historias es el nombre mismo. La traducción siria de Éxodo 15 muestra que Mara probablemente se pronunciaba como “Mora”, lo cual es similar a la primera mitad del nombre Mormón. Este detalle actúa como otra pista que une estas dos historias.19
Otra similitud es que ambos grupos llegaron a lugares con agua después de huir de reyes malvados. Los israelitas llegaron a Mara después de huir del faraón y el pueblo de Alma llegó a las Aguas de Mormón después de huir del rey Noé.20 Además, las aguas de Mara fueron descritas como si estuvieran en el desierto y las aguas de Mormón se menciona como si estuvieran “en las fronteras del país, y a veces, o sea, por estaciones, estaba infestado de animales salvajes” (Mosíah 18:4). También es interesante que las aguas de Mormón fueron llamadas “una fuente de agua pura” y las aguas de Mara fueron hechas puras o “dulces” cuando Moisés arrojó un árbol al agua.21
Una similitud sorprendente es que, en ambas narrativas, los pueblos fueron salvados por árboles. En Éxodo, Moisés hizo que el agua fuera potable al poner un árbol en él, mientras que los nefitas de manera similar fueron salvados por los árboles que les ayudaron a ocultarse de los ejércitos del rey Noé.22 Lo más importante, tanto el pueblo de Alma como los israelitas hicieron convenios en estos lugares. Incluso el nombre de un lugar cercano es importante. En Éxodo 15:27, justo después de dejar Mara, los israelitas encontraron un lugar llamado Elim. El nombre de la primera persona que bautizó Alma es Helam (Mosíah 18:12), el cual es sorprendentemente similar. En Mosíah 27:17, el nombre originalmente fue escrito incorrectamente como Helim, haciendo dos nombres incluso aún más parecidos.23 Incluso mencionar a Helam es inusual, ya que no es un personaje crítico de la historia, pero su nombre pudo haber sido mencionado para asegurar que el lector hiciera esa conexión.
Además, Alma organizó a un sacerdote por cada cincuenta como lo hizo Moisés, ambos dieron instrucciones a su pueblo sobre el día de reposo, el trabajo, la caridad, la conducta social y la administración, ambos se multiplicaron y prosperaron, y tanto Alma como Moisés animaron a sus pueblos a “no temer” y el Señor escuchó los clamores de los nefitas y los israelitas.24
Esto plantea la pregunta: ¿Cómo cambia esto la manera en que comprendemos la historia en Mosíah? Un tema que sale a la superficie es la relación de convenio entre Dios y Su pueblo. Debido a que es una relación eterna, Dios puede liberar a Su pueblo del convenio en cualquier tiempo y lugar, tal como Él liberó a los hijos de Israel.25 Ver los detalles de la historia de liberación del libro de Éxodo que se reproduce en el libro de Mosíah puede ayudar a los lectores a confiar en que Dios de igual manera puede liberarlos de sus propias pruebas y dificultades.
Sin embargo, también puede existir otra razón. Tal como lo expresa Sara Riley: “Sabemos que el Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo y yo creo que la razón más importante del por qué la narrativa del Éxodo fue incorporada, fue para enseñar de Cristo. El Éxodo y Moisés fueron vistos como un modelo y sombra de Cristo”.26 Tal como Abinadí lo declaró: “Mas he aquí, os digo que todas estas cosas eran símbolos de cosas futuras” (Mosíah 13:31). Cristo también dijo: “He aquí, yo soy aquel de quien Moisés habló, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, de vuestros hermanos, semejante a mí” (3 Nefi 20:23). Estas alusiones nos recuerdan el poder de Cristo para liberarnos en tiempos de necesidad, tal como Dios liberó de la cautividad y servidumbre a sus pueblos en la antigüedad en los libros de Éxodo y Mosíah.27
Como S. Kent Brown ha dicho:
Todas las palabras que describen la esclavitud de Israel se derivan de la raíz ‘bd. También es el nombre de esta misma raíz la cual se traduce como “siervo” en Isaías 53, la cual Abinadí había citado extensamente y luego la vinculó de inmediato con el ministerio de Jesús. Lo que está claro es que Jesús es el siervo esperado (‘ebed) quien, al pagar el precio de la redención, liberó a todos aquellos que lo seguirían de la esclavitud (‘abodah), el mismo término utilizado en la historia del Éxodo.28
Este KnoWhy fue posible gracias al generoso apoyo de la familia Dow y Lynne Wilson.
Sara Riley, “‘Even as Moses’ Did’: The Use of the Exodus Narrative in Mosiah 11–18“, presentación en FairMormon, 2018, en línea en fairmormon.org.
S. Kent Brown, “The Exodus Pattern in the Book of Mormon“, en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 75–98.
John W. Welch, Gordon C. Thomasson y Robert F. Smith, “Abinadi and Pentecost”, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 135–138.
1. Véase Sara Riley, “‘Even as Moses’ Did’: The Use of the Exodus Narrative in Mosiah 11-18“, presentación en FairMormon, 2018, en línea en fairmormon.org.
2. Véase Éxodo 1:11 y Mosíah 11:6–9.
3. Véase Éxodo 2:15, 3:10 y Mosíah 11:26, 12:1.
4. Véase Éxodo 13:20 y Mosíah 18:4.
5. Véase Mosíah 12:17. Aunque Éxodo 7:11 no hace referencia explícitamente a los opositores de Moisés y los sacerdotes, es casi seguro que eran sacerdotes de uno de los dioses de Egipto.
6. Véase Éxodo 20:3–17 y Mosíah 18:20–29.
7. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
8. Para conocer más sobre estas similitudes, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Abinadí usó un disfraz para predicar? (Mosíah 12:1)”, KnoWhy 310, (12 de febrero de 2018).
9. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
10. See Riley, “‘Even as Moses’ Did’,” en línea en fairmormon.org.
11. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
12. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
13. Para conocer más sobre esto, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué extendió la mano Abinadí al profetizar? (Mosíah 16:1)”, KnoWhy 94, (27 de abril de 2017).
14. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
15. Otra posible similitud se puede ver en la profecía de Abinadí de que “la vida del rey Noé se estimará igual que un vestido en un horno ardiente” (Mosíah 12:3). De acuerdo con Éxodo 19, el monte Sinaí se convirtió en un horno cuando Jehová apareció: “Y todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera” (Éxodo 19:18). Además, también se puede ver en esta narrativa que los israelitas se santificaron a sí mismos y lavaron sus ropas en preparación para ver a Jehová (v. 14). Tal vez Abinadí quiso dar a entender que el rey Noé no estaba santificado y que no era digno de reinar al pueblo y no podría soportar la presencia del Señor. Esta idea viene del artículo de John W. Welch, Gordon C. Thomasson y Robert F. Smith, “Abinadi and Pentecost”, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 135–138. Véase también Book of Mormon Central en Español, “¿Profetizó Abinadí durante la fiesta de Pentecostés? (Mosíah 13:5)”, KnoWhy 90, (22 de abril de 2017).
16. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
17. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
18. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
19. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
20. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
21. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
22. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
23. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
24. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
25. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
26. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
27. Véase Riley, “‘Even as Moses’ Did’“, en línea en fairmormon.org.
28. S. Kent Brown, “The Exodus Pattern in the Book of Mormon“, en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 125.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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