Para bien o para mal, el musical famoso del Libro de Mormón llamado Book of Mormon Musical catapultó al libro al protagonismo de la discusión en el año 2011. A pesar de que la obra musical de Broadway ha generado mucha atención, su historia tiene poco que ver con el contenido, trama, origen o los principios que enseña. Sin embargo, una de las cosas que se muestran en la obra que son correctas, es que el Libro de Mormón tiene algo importante que decir acerca de la música y su interpretación. El Libro de Mormón es un libro que por sí mismo habla y hace referencia a la música docenas de veces, en contextos de adoración, lucha, celebración y adoración.1
El Libro de Mormón hace referencia frecuentemente a los cánticos. Las personas en él cantaron alabanzas a Dios después de sus batallas victoriosas, cantaron durante las celebraciones y cantaron durante los servicios de adoración.2 Durante los años de rectitud en la época de oro de los nefitas “dirigían sus reuniones de acuerdo con las manifestaciones del Espíritu, y por el poder del Espíritu Santo; porque conforme los guiaba el poder del Espíritu Santo, bien fuese predicar, o exhortar, orar, suplicar o cantar, así se hacía” (Moroni 6:9, énfasis añadido).
Veinte de las veinticuatro referencias del Libro de Mormón a cánticos tratan específicamente sobre cantos de adoración al Señor.3 Sus pueblos cantaron alabanzas a las victorias del Señor después de una batalla (3 Nefi 4:31–33); ellos cantaron para alabar Su poder y su gracia expiatoria (Alma 5:9,26); y ellos cantaron para emular a los ángeles en los cielos. Lehi (1 Nefi 1:8) y Alma hijo (Alma 36:22) ambos vieron visiones de coros angelicales cantando alabanzas a Dios. El rey Benjamín (Mosíah 2:28) y Mormón (Mormón 7:7) expresaron su deseo de algún día unirse a los coros celestiales en el cielo.
Además, en cinco ocasiones el Libro de Mormón menciona una “trompeta”—en tres ocasiones refiriéndose a las trompetas de Dios o de ángeles, en una ocasión llamando a las personas para adorar y en otra convocando a soldados para la batalla.4 En el antiguo Israel, las trompetas eran llamadas shofares hechos de los cuernos de los animales, tales como los carneros y eran utilizados para señalar una batalla, celebraciones nacionales y rituales de días festivos como el Día de la Expiación.5 Otras trompetas, como aquellas que tocaron los sacerdotes levitas durante las festividades de sacrificios y rituales, eran hechos de metal.6 Y en Mesoamérica, las trompetas hechas de caracoles a menudo eran utilizadas en los rituales.7
En un contexto militar, Coriántumr sonó una trompeta para comenzar la batalla en contra del ejército de Shiz.8 En la adoración, el deseo de Alma de “hablar con la trompeta de Dios” puede ser una referencia a los ciclos antiguos de las celebraciones israelitas.9 Sabemos que las coronaciones reales en la biblia eran acompañadas por el sonido de las trompetas (2 Samuel 15:10; 1 Reyes 1:39), por lo que puede ser posible que la coronación del rey Mosíah y otros reyes nefitas también fueran acompañados por celebraciones musicales.
Los textos del Libro de Mormón están llenos con fragmentos de salmos antiguos o canciones, pero para los lectores modernos, en ocasiones puede ser difícil reconocer y escuchar la música debido a que la poesía antigua se miraba y sonaba muy diferente a la poesía o letras de canciones de hoy. Las líneas de poesía antigua no necesariamente rimaban o seguían una métrica estricta como la poesía en donde la mayoría de los poetas modernos están familiarizados. En cambio, la poesía que encontramos en la Biblia y el Libro de Mormón utiliza lo que llamamos paralelismos para crear hermosos pares literarios.10
Por ejemplo, 2 Nefi 4 a menudo es referido como el “Salmo de Nefi” y de hecho es una pieza poética o himno del Libro de Mormón:
28 ¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado. ¡Regocíjate, oh corazón mío, y no des más lugar al enemigo de mi alma!
29 No vuelvas a enojarte a causa de mis enemigos. No debilites mi fuerza por motivo de mis aflicciones.
(2 Nefi 4:28–29)
Ahora vea estos dos versículos de una manera diferente para revelar una estructura más poética:
28 | ¡Despierta | alma mía! | |
B | No desfallezcas más en el pecado. | ||
A | ¡Regocíjate, oh corazón mío, | ||
B | y no des más lugar al enemigo de mi alma! | ||
29 | A | No vuelvas a enojarte | |
B | a causa de mis enemigos. | ||
A | No debilites mi fuerza | ||
B | por motivo de mis aflicciones.11 |
De la misma manera, muchos de ejemplos de poesía en la Biblia son conocidos por haber sido utilizados como canciones de rituales y celebraciones antiguas. Muchos de los 150 salmos bíblicos a menudo fueron utilizados como himnos de las ceremonias y convenios del templo.12 De hecho, la misma palabra “Salmo” incluso es asociada con “canciones” o “himnos” en griego. Un ejemplo famoso de una canción bíblica se puede encontrar en el libro de Éxodo, donde los autores incluyeron una canción antigua después de que los israelitas cruzaron el mar Rojo.13
Leer las Escrituras implica algo más que dejar que las palabras pasen por nuestros ojos. Por medio de Su santa palabra, el amor de Dios brota en los cantos del corazón: “[P]or lo que se regocija mi corazón, y con mi cántico le alabaré” (Salmos 28:7). Leer las palabras inspiradas del Libro de Mormón en voz alta, escuchar los ritmos, cadencias y sonidos armoniosos puede hacer que la música de sus mensajes cobre vida. Su música sirve para varios propósitos.
El Libro de Mormón puede inspirar a los lectores a ver la música como una manera para comunicar los deseos sagrados de sus corazones a Dios. Cantar, tocar instrumentos y otras expresiones musicales tienen gran poder para invocar la presencia de Dios. El evangelio de Mateo declara que “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Cuando los santos de los últimos días se congregan y cantan himnos de alabanza al nombre del Señor, ellos experimentan una gran unidad espiritual con otros y con el Señor. En la revelación moderna, el mismo Señor ha declarado Su amor por la música de los justos: “Porque mi alma se deleita en el canto del corazón; sí, la canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre su cabeza”. (DyC 25:12)
El Libro de Mormón abraza la música como una manera de expresar gratitud a Dios. También reconoce que, como cualquier otra manera de comunicación poderosa, la música puede ser utilizada para propósitos incorrectos. En una ocasión, el Libro de Mormón condenó la música ruda que estaban haciendo Lamán, Lemuel, los hijos de Ismael y sus esposas, durante su viaje por el mar a la tierra prometida (1 Nefi 18:9). La Biblia de la misma manera condena la música que se utiliza para propósitos malos (Salmo 69:13; Job 21:11–12).14 Reconocer la actitud de las Escrituras hacia la música puede ayudar a los lectores de hoy a tomar decisiones sabias en los medios. El saber que la música tiene un poder sagrado y conmovedor ayuda a explicar el por qué la música que resta valor al espíritu o que lleva a uno a olvidar a Dios y Sus mandamientos es desagradable para el Señor.
Posiblemente lo más importante es que la música en el Libro de Mormón elogia repetidamente al Señor por Su poder para liberar a Su pueblo de los peligros físicos, mentales, emocionales y espirituales. La música incluso puede actuar como una metáfora de la expiación de Cristo. El élder Jeffrey R. Holland declaró que “el himno más preciado de todos, [es] ‘la canción del amor que redime’”.15
“Por fortuna, los asientos para ese particular número musical son ilimitados. […] En resumen, hay lugar para todas las personas que aman a Dios y honran Sus mandamientos como la inviolable vara de medir la conducta personal, pues si el amor a Dios es la melodía de la canción que compartimos, de seguro nuestro objetivo en común de obedecerle es la armonía indispensable en ella”.16
Independientemente de la habilidad musical de alguien, el Libro de Mormón enseña que la canción más importante es la canción del amor redentor de Cristo. Si las personas abrazan la expiación del Salvador y viven sus días cantando la canción de Su amor redentor, vendrá el día cuando sus almas—como el “espíritu inmortal” del rey Benjamín—”se una a los coros celestes, para cantar alabanzas a un Dios justo” (Mosíah 2:28).
No reconocer estos elementos musicales y temas espirituales deja un panorama incompleto e inadecuado del Libro de Mormón, ya sea público o privado, ya sea en la puerta estrecha o en la amplia.
John A. Tvedtnes, “The Choirs Above“, en The Most Correct Book: Insights from a Mormon Scholar (Salt Lake City, UT: Cornerstone Publishing, 1999), 167–169.
Gary A. Rendsburg, “The Psalms as Hymns in the Temple of Jerusalem”, en Jesus and Temple: Textual and Archaelogical Explorations, ed. James H. Charlesworth (Minneapolis, MN: Fortress Press, 2014), 95–122.
1. Para conocer las referencias de cantos, véase 1 Nefi 1:8; 18:9; Mosíah 2:28; 18:30; 20:1–2; Alma 5:9,26; 26:8,13; 36:22; 3 Nefi 4:31–33; Mormón 7:7; Éter 6:9; Moroni 6:9. Para conocer referencias de cantos que citan pasajes bíblicos, véase 1 Nefi 20:20; 21:13; 2 Nefi 8:11; 15:1; 22:1–6; 24:7–8; Mosíah 12:21–23; 15:29–30; 3 Nefi 16:18–19; 20:32–34; 22:1. Con respecto a las referencias a los instrumentos musicales, véase 2 Nefi 15:12; Mosíah 26:25–27; Alma 29:1–2; Mormón 9:13–14; Éter 14:28–29. Para referencias a instrumentos musicales que citan pasajes bíblicos, véase 3 Nefi 13:1–2.
2. 1 Nefi 1:8; 3 Nefi 4:31–33; Mosíah 20:1–2; Moroni 6:9, respectivamente. Para conocer más sobre los cánticos en el Libro de Mormón, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el canto de los himnos era parte de los servicios de adoración nefitas? (Moroni 6:9)“, KnoWhy 251, (17 de noviembre de 2017).
3. Casi la mitad de las referencias del Libro de Mormón sobre los cánticos hacen referencia al panorama musical de la Biblia al citar directamente los pasajes bíblicos, como cuando Abinadí citó a Isaías 52 al rey Noé y sus sacerdotes. Mosíah 12:22–23; cf. Isaías 52:8–9.
4. Véase Mosíah 26:25–27; Alma 29:1–2; 3 Nefi 13:1–2; Mormón 9:13–14; Éter 14:28–29. El único versículo que hace mención a instrumentos es Isaías 5:12, citado en 2 Nefi 15:12; se desconoce si el arpa u otro instrumento fueron utilizados.
5. Victor H. Matthews, “Music and Musical Instruments”, Anchor Bible Dictionary (New York, NY: Doubleday, 1992), 4:936; Mark Allen Powell, ed., “Music”, The Harper Collins Bible Dictionary (New York, NY: HarperOne, 2011), 667–668.
6. Matthews, “Music and Musical Instruments”, 4:936–937; Powell, “Music”, 668.
7. Véase la nota al pie de página 11 en Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Alma quería hablar ‘con la trompeta de Dios’?” (Alma 29:1) KnoWhy 136, (15 de junio de 2017). Basados en esta evidencia, es posible que las trompetas mencionadas en el Libro de Mormón pudieron haber sido hechas de cuernos, conchas, metal o algún otro material.
8. Éter 14:28–29. Para conocer el uso bíblico del shofar o la trompeta en un contexto militar, véase Josué 6:4–20; Jueces 3:27; 6:34; 1 Samuel 13:3; Isaías 18:3; 27:13; 58:1; Jeremías 51:27; 4:5,19,21.
9. Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Alma quería hablar ‘con la trompeta de Dios’? (Alma 29:1)“, KnoWhy 136, (15 de junio de 2017). Para conocer los usos bíblicos del shofar o la trompeta en la adoración, véase Levítico 25:9; 2 Crónicas 5:12–13; 2 Reyes 12:13.
10. Los paralelismos pueden considerarse como “rimas de pensamiento”. Mientras que las palabras en la poesía hebrea no siguen una métrica estricta o ritmo, siguen repeticiones de pensamientos simétricos y balanceados, a menudo en parejas. Por ejemplo, Neil Armstrong en su famoso discurso de aterrizaje lunar exhibe una forma de paralelismo: “Un pequeño paso para hombre; una gran salto para la humanidad“. Neil Armstrong, “One Small Step“, Apollo 11 Space Report (Houston, TX: National Aeronautics and Space Administration, 1969). Para conocer más sobre los paralelismos en el Libro de Mormón, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué es significativa la presencia de quiasmos en el Libro de Mormón? (Mosíah 5:10–12)”, KnoWhy 166 (21 de julio de 2017); Carl J. Cranney, “The Deliberate Use of Hebrew Parallelisms in the Book of Mormon“, Journal of Book of Mormon Studies 23 (2014): 140–165.
11. Donald W. Parry, Poetic Parallelisms in the Book of Mormon (Provo, UT: 2007), 68.
12. Gary A. Rendsburg argumenta que los salmos pudieron haber sido utilizados en la liturgia del templo desde el siglo VIII a. C. Véase Gary A. Rendsburg, “The Psalms as Hymns in the Temple of Jerusalem”, en Jesus and Temple: Textual and Archaelogical Explorations, ed. James H. Charlesworth (Minneapolis, MN: Fortress Press, 2014), 95–122. Él comenta: “Desde que nuestras fuentes lo permiten [el tercer milenio a. C.], los himnos fueron una parte de los rituales del templo del Cercano Oriente, con sus intérpretes como un componente esencial de los obreros del templo”.
13. Éxodo 15:1–18, véase Geary Larrick, Musical References and Song Texts in the Bible, Studies in the History and Interpretation of Music, Volume 9 (Lewiston, NY: Edwin Mellen Press, 1990), 114. Para conocer ejemplos adicionales de textos de posibles canciones en la Biblia, véase Números 21:14–15; Números 21:16–18; Números 21:28–30; Deuteronomio 32:1–52; Jueces 5:1–31; 1 Samuel 2:1–10; 2 Samuel 1:17–27; 2 Samuel 22:1–51; 2 Samuel 23:1–7; Isaías 26:1–6; Isaías 38:9–20.
14. Matthews, “Music and Musical Instruments”, 4:931.
15. Jeffrey R. Holland, “Las canciones que se cantan y las que no se cantan“, Liahona, mayo de 2017, 51.
16. Holland, “Las canciones que se cantan y las que no se cantan“, 51.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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