Poco después de que llegó a la tierra prometida, la familia de Nefi se dividió debido al aumento de tensiones, la principal de entre ellas era las preocupaciones equivocadas de que Nefi buscara el dominio político sobre el clan (2 Nefi 5:3). Habiendo sido advertido por el Señor de que huyera de sus hermanos (v. 4), Nefi tomó a los miembros de su familia y “a todos los que quisieron ir [con él]” y viajar al desierto (vv. 6-8).1 Después de encontrar una ciudad, “todos los que se hallaban [con Nefi] optaron por llamarse el pueblo de Nefi” (v. 9), mientras que todo aquellos que permanecieron con los hermanos de Nefi fueron llamados lamanitas (v. 14).
A medida que pasaban las generaciones, estos dos pueblos (nefitas y lamanitas) se dividieron más adelante en grupos étnicos más variados. Jacob, el hermano menor de Nefi, explicó que dentro de las categorías de nefitas y lamanitas estaban los “nefitas, jacobitas, josefitas, zoramitas, lamanitas, lemuelitas e ismaelitas” (Jacob 1:13).2 Jacob más adelante explicó que por sus días los niveles étnicos “nefitas” y “lamanitas” no estaban claramente definidos por un parentesco biológico estricto. A aquellos que procuraron “la destrucción del pueblo de Nefi” Jacob los llamó lamanitas, mientras que “a los que simpati[zaban] con Nefi, [él llamó] nefitas, o pueblo de Nefi” (v. 14), independiente de su linaje biológico.
Esta fluidez en los términos “lamanitas” y “nefitas” persistió a lo largo de la historia de los pueblos del Libro de Mormón. “Como el término nefita“, el investigador Matthew Roper explicó, “el término lamanita tiene varios significados diferentes en la escritura”.3 Esto incluye:
Todo esto indica, como Hugh Nibley reconoció, que las “enseñanzas etnológicas [del Libro de Mormón son] sorprendentemente complicadas”.5
Después de que el Libro de Mormón fuera traducido y publicado y la iglesia de Jesucristo fuera restaurada en la tierra, el Señor mandó por medio de la revelación que el Libro de Mormón se llevara “a los lamanitas” (DyC 28:8–9,14; cf. 3:18, 20; 30:6; 32:2; 49:24; 54:8), o en otras palabras, los nativos americanos viviendo en lo que fue la frontera occidental de los Estados Unidos.6 La razón de esta misión era, en parte, porque “[l]os primeros miembros de la Iglesia creían que todos los indígenas estadounidenses eran los descendientes de los pueblos del Libro de Mormón, y que ellos compartían un legado del convenio que los vinculaba al antiguo Israel”.7
Por lo tanto, a finales del año 1830, Oliver Cowdery, Parley P. Pratt y otros misioneros se embarcaron a una misión con el propósito de predicar en territorio indio al oeste del río Mississippi. En todo el camino, los misioneros enseñaron a los miembros de las naciones Seneca, Wendat y Delaware, entre otros. En una carta a José Smith fechada el 7 de mayo de 1831, Oliver escribió sobre su deseo de predicar a “otra tribu de los lamanitas” quienes vivían a “trescientas millas al oeste de Santa Fe [México] y eran llamados Navajos”.8 Desafortunadamente, la intervención de agentes federales indios impidió que hubiera más obra misional entre los nativos americanos en ese tiempo.9
Durante la vida de José Smith y Brigham Young, la obra misional de la iglesia se extendió a las islas del Pacífico, México y Sudamérica.10 Al igual que los primeros esfuerzos misionales a los pueblos nativos de Norteamérica, esta nueva ola de proselitismo enfatizó la identidad lamanita de los grupos nativos de estas tierras y les prometieron las bendiciones de Lehi.11
A medida que la iglesia crecía en América del norte y el sur y en las Islas del Pacífico, los profetas continuaron afirmando que los pueblos nativos de estas tierras eran los hijos de Lehi.12 En 1959, el entonces élder Spencer W”. Kimball habló a “nuestros familiares de las islas del mar y las Américas… mexicanos en México; guatemaltecos en Guatemala; chilenos en Chile” y polinesios en el Pacífico” y enseñó que “el Señor les llama lamanitas”.13
En años recientes, evidencia genética que se ha descubierto en pruebas de ADN ha revelado que los nativos americanos llevan principalmente ADN asiático.14 Esto ha causado que muchos se pregunten cómo los nativos americanos modernos podrían ser descendientes de Lehi. Los críticos del Libro de Mormón han utilizado esta evidencia para argumentar la fraudulencia del libro.15 En el año 2014, la iglesia publicó una declaración oficial sobre este tema en donde, mientras se afirmaba la historicidad del Libro de Mormón, reconoció el estado actual de la evidencia, advirtió sobre las lagunas de nuestro conocimiento e instó por una aproximación matizada en discutir la identidad de los lamanitas.16
Esta comprensión se refleja en la introducción actualizada a la edición oficial de la Iglesia del Libro de Mormón:
EDICIÓN DEL LIBRO DE MORMÓN DE 1981 | EDICIÓN DEL LIBRO DE MORMÓN DE 2013 |
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“Después de miles de años, todos fueron destruidos con excepción de los lamanitas, los cuales son los principales antecesores de los indios de las Américas”. | “Después de miles de años, todos fueron destruidos con excepción de los lamanitas, los cuales se hallan entre los antecesores de los indios de las Américas”. |
Como lo indican tanto la antigua como la nueva introducción del Libro de Mormón y como los eruditos lo han indicado, Lehi podría ser un ancestro común (pero no el único) ancestro compartido por la mayoría, si no es que todos, los nativos americanos incluso si no podemos detectar su ADN en sus descendientes modernos debido a los factores que lo complican.17
Esta información es importante para ayudar a los lectores a darse cuenta de que la identidad de aquellos que se les llamaba lamanitas en el Libro de Mormón es matizada y complicada.18 Dado que es muy probable que el Libro de Mormón presente un escenario donde los descendientes de Lehi se mezclaron con pueblos que ya existían en las Américas,19 y dado que los líderes de la iglesia históricamente han hablado de los “lamanitas” en términos muy amplios,20 los esfuerzos por identificar qué grupos específicos de los nativos americanos o las islas del Pacífico son directamente descendientes de Lehi, ya sea por medio de pruebas de ADN o al interpretar las enseñanzas de los profetas antiguos, es complicado.21 “La iglesia afirma que todos los miembros son parte del convenio de la casa de Israel ya sea por descendencia o adopción pero no toma una posición sobre una geografía específica del Libro de Mormón ni tampoco afirma un conocimiento completo acerca de los orígenes de cualquier grupo moderno específico en las Américas o el Pacífico”.22
El Libro de Mormón fue escrito “a los lamanitas, quienes son un resto de la casa de Israel, y también a los judíos y a los gentiles”. El propósito expreso del libro es “mostrar al resto de la casa de Israel cuán grandes cosas el Señor ha hecho por sus padres; y para que conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre” (Portada del Libro de Mormón). Como el Libro de Mormón y los profetas desde el principio de la restauración lo han aclarado, los pueblos nativos modernos del norte y el sur de América o aquellos con ascendencia nativa americana, ocupan un lugar importante en el desarrollo de la obra de Dios entre Sus hijos en los últimos días.
El evangelio de Jesucristo es universal en su importancia y aplicabilidad y el Libro de Mormón está escrito a todo pueblo sin excepción de nadie. Como Nefi lo enseñó, el Señor “invita [a todo hombre y mujer] a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles” (2 Nefi 26:33). Aquellos que no son de la casa de Israel por nacimiento pueden ser adoptados en el convenio abrahámico al aceptar la plenitud del evangelio como se reveló en el Libro de Mormón (1 Nefi 14:1–2; 2 Nefi 10:18; 3 Nefi 21:6,22; 30:1–2).23
En un pasaje memorable, Mormón escribió acerca de un periodo idílico después de que Jesús estableciera su iglesia entre los descendientes de Lehi cuando no había guerra ni conflictos étnicos. Él menciona que “[n]o había ladrones, ni asesinos, ni lamanitas, ni ninguna especie de -itas… sino que eran uno, hijos de Cristo y herederos del reino de Dios” (4 Nefi 1:17). Esta es la meta final promovida en el Libro de Mormón y la que buscan los seguidores de Cristo ahora en día.
Matthew Roper, “Nephi’s Neighbors: Book of Mormon Peoples and Pre-Columbian Populations”, FARMS Review 15, no. 2 (2003): 91–128.
Matthew Roper, “Swimming in the Gene Pool: Israelite Kinship Relations, Genes, and Genealogy”, FARMS Review 15, no. 2 (2003): 91–128.
D. Jeffrey Meldrum y Trent D. Stephens, “Who Are the Children of Lehi?”, Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 1 (2003): 38–51, 116.
Hugh Nibley, Since Cumorah, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 7 (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1981), 215–220.
“Indígenas estadounidenses”, Temas de la historia de la Iglesia, en línea en history.lds.org.
“Lamanite Identity”, Church History Topics, en línea en www.history.lds.org.
Richard Dilworth Rust, “Una misión a los lamanitas”, Revelaciones en contexto, en línea en history.lds.org.
1. Los “otros” que se mencionan en este versículo son probablemente pueblos indígenas que no eran de la familia de Lehi. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Es posible que la interacción con ‘otros’ pueblos influyera en Nefi para seleccionar ciertos capítulos de Isaías?” KnoWhy 45, (25 de febrero de 2017); “¿El Libro de Mormón menciona a otros pueblos en las Américas?” KnoWhy 435, (1 de octubre de 2018); “¿Cuántas personas más viajaron con Lehi a la tierra prometida?” KnoWhy 465, (27 de noviembre de 2018).
2. Véase, Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué hay siete tribus de Lehi?” KnoWhy 319 (26 de febrero de 2018).
3. Matthew Roper, “Swimming in the Gene Pool: Israelite Kinship Relations, Genes, and Genealogy”, FARMS Review 15, no. 2 (2003): 153, énfasis en el original.
4. Roper, “Swimming in the Gene Pool”, 153.
5. Hugh Nibley, Since Cumorah, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 7 (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1981), 215. “El Libro de Mormón tiene cuidado en especificar que los términos lamanitas y nefitas sean usados en un sentido libre y general para designar no la raza sino las divisiones y grupos políticos (e.g., Mormón 1:9), militares (Alma 43:4), religiosos (4 Nefi 1:38), y culturales (Alma 53:10,15; 3:10–11) del pueblo. La división lamanita y nefita era tribal en lugar de racial, cada uno de los principales grupos representaba una amalgama de tribus que conservaban su identidad (Alma 43:13; 4 Nefi 1:36–37)”.
6. Richard Dilworth Rust, “Una misión a los lamanitas”, Revelaciones en contexto, en línea en history.lds.org; “Indígenas estadounidenses”, Temas de la historia de la Iglesia, en línea en history.lds.org.
7. Véase “Indígenas estadounidenses”, Temas de la historia de la Iglesia, en línea en history.lds.org.
8. Carta de Oliver Cowdery, 7 de mayo de 1831, en línea en https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/letter-from-oliver-cowdery-7-may-1831/1, gramática estandarizada.
9. Para obtener una descripción general de la llamada misión lamanita, véase Max H. Parkin, “Lamanite Mission of 1830–1831”, en Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1992), 2:802–804; Ronald W. Walker, “Seeking the ‘Remnant’: The Native American during the Joseph Smith Period“, Journal of Mormon History 19, no. 1 (1993): 1–33, esp. 5–11; Ronald E. Romig, “The Lamanite Mission”, The John Whitmer Historical Association Journal 14 (1994): 25–33; Grant Underwood, “The Mission to the Lamanites”, en Joseph: Exploring the Life and Ministry of the Prophet, ed. Susan Easton Black y Andrew C. Skinner (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2005), 144–155; Marlene C. Kettley, Arnold K. Garr y Craig K. Manscill, “Mission to the Lamanites, 1830–31”, en Mormon Thoroughfare: A History of the Church in Illinois, 1830–39 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2006), 1–11; Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días (Salt Lake City, UT: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2018), 97–99, 115–117.
10. Lanier Britsch, Unto the Islands of the Sea: A History of the Latter-day Saints in the Pacific (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1986); Lauri F. Maffly-Kipp, “Looking West: Mormonism and the Pacific World”, Journal of Mormon History 26, no. 1 (primavera del año 2000): 40–63; David J. Whitaker, “Parley P. Pratt and the Pacific Mission: Mormon Publishing in ‘That Very Questionable Part of the Civilized World’”, en Mormon Scripture and the Ancient World: Studies in Honor of John L. Sorenson, ed. Davis Bitton (Provo, UT: FARMS, 1998), 51–84; A. Delbert Palmer, “Hoping to Establish a Presence: Parley P. Pratt’s 1851 Mission to Chile”, BYU Studies 38, no. 4 (1999): 115–138; Richard O. Cowan, “Beginnings in South America”, en Unto Every Nation: Gospel Light Reaches Every Land, ed. por Donald Q. Cannon y Richard O. Cowan (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 254–271; Reid L. Neilson et al., eds., Regional Studies in Latter-day Saint Church History: The Pacific Isles (Provo y Salt Lake City, UT: Religious Studies Center y Deseret Book, 2008); Jason H. Dormady, “The Mormons in Mexico”, en Just South of Zion: The Mormons in Mexico and its Borderlands, ed. Jason H. Dormady y Jared M. Tamez (Albuquerque, NM: University of New Mexico Press, 2015), 1–22.
11. Por ejemplo, en 1851 el élder Parley P. Pratt, quien había sido misionero con Oliver Cowdery durante la misión lamanita de 1830-1831, escribió una proclamación en donde anunciaba: “Peruanos, mexicanos, guatemaltecos, descendientes de cada tribu y lengua de estas razas misteriosas, su historia, su evangelio, su destino es revelado… [Dios] propone tu restauración como una rama justa de Israel. El Libro de Mormón, el registro de sus padres, pronto será publicado entre ustedes… para que, por decir lo menos, puedan tener el evangelio de sus antepasados y algún conocimiento de su historia y profecías”. Parley P. Pratt, Proclamation! To the People of the Coasts and Islands of the Pacific; of Every Nation, Kindred, and Tongue (Sydney, Australia: C.W. Wandell, 1851), 9–10, gramática estandarizada. Un año después Pratt de igual manera proclamó: “¡Hispanoamericanos! Una gran mayoría de ustedes los descendientes de la antigua raza de los mexicanos, peruanos, chilenos y otras naciones de nativos americanos. El origen de toda su raza es ahora revelado… por el descubrimiento y traducción de su antiguo registro (el Libro de Mormón)… Y ustedes, sus descendientes, son conocidos en sus antiguos registros como los lamanitas y nefitas, etc.”. Parley P. Pratt, Proclamation Extraordinary! To the Spanish Americans (San Francisco, CA: Monson, Haswell, 1852), 13–14, énfasis en el original, gramática estandarizada.
12. John-Charles Duffy, “The Use of ‘Lamanite’ in Official LDS Discourse”, Journal of Mormon History 34, no. 1 (Winter 2008): 118–167, esp. 126–151.
13. Spencer W. Kimball, “To You… Our Kinsmen”, Improvement Era, diciembre de 1959, 938. En la dedicación del templo de la ciudad de México en 1983, el presidente Gordon B. Hinckley suplicó: “Bendice a tus santos de esta gran tierra y a aquellos de otras tierras que utilizarán este templo. La mayoría tienen en sus venas la sangre del padre Lehi. Has guardado tu antigua promesa. Muchos miles ‘que andaba[n] en tinieblas vio gran luz’”. Gordon B. Hinckley, “Dedicatory Prayer”, Mexico City Mexico Temple, 2 de diciembre de 1983, en línea en https://www.lds.org/temples/details/mexico-city-mexico-temple/prayer/1983-12-02.
14. Véase Ugo A. Perego et al., “The Initial Peopling of the Americas: A Growing Number of Founding Mitochondrial Genomes from Beringia“, Genome Research 20, no. 9 (2010); Ugo A. Perego et al., “Distinctive Paleo-Indian Migration Routes from Beringia Marked by Two Rare mtDNA Haplogroups“, Current Biology 19, no. 1 (2009): 1–8.
15. Véase Thomas W. Murphy, “Lamanite Genesis, Genealogy, and Genetics”, en American Apocrypha: Essays on the Book of Mormon, ed. Dan Vogel y Brent Lee Metcalf (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2002), 47–77; Simon G. Southerton, Losing a Lost Tribe: Native Americans, DNA, and the Mormon Church (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2004).
16. “No se sabe nada en cuanto a las consecuencias de los matrimonios entre distintas poblaciones ni a la mezcla genética entre los pueblos del Libro de Mormón o sus descendientes, y otros habitantes del continente americano, aunque parece evidente que se produjo cierta mezcla, incluso durante el período que abarca el texto del libro. Lo que parece claro es que el ADN de los pueblos del Libro de Mormón probablemente representaba solamente una fracción de todo el ADN de la antigua América. Pedir que se encuentre y se determine claramente el ADN de dichos pueblos en la actualidad podría ser imposible para la ciencia de la genética de poblaciones”. Véase “El Libro de Mormón y los estudios de ADN”, en línea en https://www.lds.org/topics/book-of-mormon-and-dna-studies?lang=spa. Véase también a Daniel C. Peterson, ed., The Book of Mormon and DNA Research (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008); Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué no se ha encontrado el ADN de Lehi?” KnoWhy 280 (29 de diciembre de 2017).
17. Roper, “Swimming in the Gene Pool”, 159–163; Brian D. Stubbs, “Elusive Israel and the Numerical Dynamics of Population Mixing“, FARMS Review 15, no. 2 (2003): 165–182; D. Jeffrey Meldrum y Trent D. Stephens, “Who Are the Children of Lehi?” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 1 (2003): 38–51, 116; Who Are the Children of Lehi? DNA and the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), esp. 85–91; Smith, “Often in Error, Seldom in Doubt: Rod Meldrum and Book of Mormon DNA“, FARMS Review 22, no. 1 (2010): 86–88; Jayne E. Ekins y Ugo A. Perego, “Is Decrypting the Genetic Legacy of America’s Indigenous Populations Key to the Historicity of the Book of Mormon?“ Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 12 (2014): 273.
18. Véase “Lamanite Identity” Temas de la historia de la Iglesia, en línea en https://history.lds.org/?lang=spa.
19. John L. Sorenson, “When Lehi’s Party Arrived in the Land, Did They Find Others There?” Journal of Book of Mormon Studies 1, no. 1 (1992): 1–34; Matthew Roper, “Nephi’s Neighbors: Book of Mormon Peoples and Pre-Columbian Populations”, FARMS Review 15, no. 2 (2003): 91–128.
20. Duffy, “The Use of ‘Lamanite’ in Official LDS Discourse”, 118–167.
21. Véase “El Libro de Mormón y los estudios de ADN”, que advierte: “Aunque tanto los críticos como los defensores del Libro de Mormón quieran valerse de los estudios del ADN para respaldar sus puntos de vista, la evidencia no es concluyente”. Véase también Matthew Roper, “Losing the Remnant: The New Exclusivist ‘Movement’ and the Book of Mormon”, FARMS Review 22, no. 2 (2010): 87–124; Ugo A. Perego, “The Book of Mormon and the Origin of Native Americans from a Maternally Inherited DNA Standpoint”, en No Weapon Shall Prosper: New Light on Sensitive Issues, ed. Robert L. Millet (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2011), 171–217.
22. Véase “Lamanite Identity”, Church History Topics, en línea en www.history.lds.org.
23. Russell M. Nelson, “El recogimiento del Israel disperso”, Liahona, noviembre de 2006, 79–81.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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