Al compendiar el registro de 3 Nefi, Mormón mencionó varios proyectos de construcción que se estaban haciendo durante un periodo de “paz… en la tierra” (3 Nefi 6:6). Junto con la construcción de nuevas ciudades y la reparación de otras viejas (v. 7), “se construyeron muchas calzadas, y se abrieron muchos caminos que conducían de ciudad a ciudad, de tierra a tierra y de un sitio a otro” (v. 8). Incluso después de caer en su desuso y que no se repararan, los caminos prominentes a menudo dejan una gran cantidad de material no perecedero. Por esta razón, los lectores pueden preguntarse si se han encontrado restos de caminos antiguos en las Américas.
De hecho se construyeron sistemas de caminos importantes por varias sociedades de la antigua América,1 y sus restos han sido estudiados por arqueólogos.2 Los antiguos mayas, en particular, construyeron y utilizaron caminos (conocidos como calzadas o sacbeob) de una manera que es similar en varios detalles al Libro de Mormón. Con respecto a las características de estos caminos, el erudito sobre Mesoamérica Mark Wright ha explicado:
Aunque varían en altura y anchura, su construcción por lo regular fue compuesta de escombros recubiertos con piedras grandes en las orillas y grandes adoquines en el interior, haciéndose pequeños de manera progresiva de abajo hacia arriba, finalmente cambiaban a grava fina cerca de la superficie y se cubrían de polvo fino de cal (llamado sascab), el cual era presionado suavemente con rodillos de piedra.3
El camino de “66 pies (20 m.) de ancho y hasta 7 pies (2 m.) de alto” en Dzibilchaltún en las tierras bajas del área maya fue construida de la misma manera y data cerca del tiempo de cuando las principales redes de caminos estaban siendo construidas en el Libro de Mormón.4 Comentando sobre esta y otras estructuras similares, el antropólogo John L. Sorenson resaltó que tal “construcción masiva seguramente califica como ‘calzada’”, según se menciona en 3 Nefi 6:8.5
Los antiguos caminos mayas a menudo eran utilizados para conectar a los principales distritos o edificios complejos dentro de ciudades en expansión. Las metrópolis como el Mirador, las cuales prosperaron durante los tiempos del Libro de Mormón, tienen varias calzadas que se extendían desde el centro de la ciudad como rayos de una rueda.6 Es posible que el “camino real que conducía al mercado principal” cerca del jardín de la torre de Nefi era este tipo de camino principal (Helamán 7:10).7 Los sitios principales tienen docenas de estos caminos. Por ejemplo, más de 80 calzadas se han documentado solo en Chichén Itzá.8
Además de las calzadas dentro de la ciudad, los caminos más largos conectan a la ciudad principal con las comunidades satélites periféricas. Algunos, como el sacbé de 62 millas (100 km) de Coba Yaxuna,9 incluso se expandió a decenas de millas para llegar a otras ciudades o asentamientos independientes. Estos hallazgos son consistentes con las declaraciones en el Libro de Mormón acerca de la construcción de “muchas calzadas… que conducían de ciudad a ciudad, de tierra a tierra y de un sitio a otro” (3 Nefi 6:8; énfasis añadido).10
También es de interés que, de acuerdo con el antropólogo Justine M. Shaw “casi todas las calzadas son rectas” e “incluso cuando las características de tamaños moderados se encuentran en el camino proyectado de un sacbé, cada esfuerzo se hace para mantener la misma línea, incluso hasta el punto de cubrir las primeras construcciones”.11 Si los caminos nefitas se adhieren a este tipo de alineación rígidamente recta, las imágenes que resultarían se reforzarían muy bien con el mensaje de Alma al pueblo de Gedeón:
Porque percibo que andáis por las sendas de la rectitud. Veo que os halláis en el camino que conduce al reino de Dios; sí, percibo que estáis enderezando sus sendas. Veo que se os ha hecho saber, por el testimonio de su palabra, que él no puede andar en sendas tortuosas; ni se desvía de aquello que ha dicho; ni hay en él sombra de apartarse de la derecha a la izquierda. (Alma 7:19–20)12
Aunque cientos de miles de estos antiguos caminos “desechados” han sido identificados y estudiados a lo largo de Mesoamérica,13 la tecnología láser conocida como LiDAR recientemente ha revelado redes de caminos previamente desconocidos.14 Este desarrollo muestra cuán fácil es incluso para las estructuras prominentes pasar desapercibidas debajo de la densa jungla en Mesoamérica.15 También sugiere que muchos kilómetros más de caminos antiguos están esperando para ser descubiertos bajo la cubierta de la selva.
La mayoría de las sociedades de nuestros días valoran los caminos por su utilidad en transportar personas y cosas. Aunque los antiguos mayas seguramente utilizaron los caminos para estos propósitos, los principales motivos de su construcción fueron probablemente de naturaleza política y religiosa.16 Shaw ha sugerido que los caminos ofrecieron un “vínculo particular físico, simbólico, cosmológico, social y político” para los gobernantes basados en el parentesco, quienes probablemente eran los responsables de su construcción.17 Ella además señaló que su “intención más probable pudo ser para la religión, más específicamente para procesiones”.18
Este punto es fascinante considerando que el rey Lamoni parece haber planeado una procesión majestuosa antes de su conversión. En Alma 18:9 los lectores aprenden que Lamoni “había mandado a sus siervos que prepararan sus caballos y carros y lo llevaran a la tierra de Nefi; porque el padre de Lamoni, que era el rey de toda esa tierra, había mandado preparar una gran fiesta en la tierra de Nefi”.19 Si los lamanitas habían construido caminos prominentes, Lamoni y su comitiva de siervos habrían intentado usarlos para propósitos ceremoniales en su camino a una fiesta política importante y posiblemente religiosa.20
Con estos detalles en mente, es posible que los nefitas y los lamanitas consideraran los caminos como lo hicieron los antiguos mayas—como “instalaciones físicas simbólicas por medio de las cuales poderosas corrientes fluían para conectar los espacios materiales y los pueblos que los habitaban”.21 Si es así, en primer lugar esto puede ayudar a explicar por qué la construcción de los principales caminos fueron mencionados en el Libro de Mormón.
En Helamán 14:24, Samuel el lamanita profetizó que “muchas calzadas se harán pedazos, y muchas ciudades quedarán desoladas” como una señal de la muerte de Cristo. Mormón, siempre atento al cumplimiento de la profecía, mencionó tan solo dos capítulos después las construcciones principales de caminos en 3 Nefi 6:8, así como también el cumplimiento de la profecía de Samuel: “[Y] se rompieron las calzadas, y se desnivelaron los caminos, y muchos terrenos llanos se hicieron escabrosos” (3 Nefi 8:13).
Si las calzadas eran vistas como símbolos de poder político y espiritual que conectaban a los gobernadores con los pueblos, entonces su destrucción pudo haber representado la ruptura de este poder, así como también el colapso de su sociedad (véase 3 Nefi 7:2). A su vez, estas imágenes inquietantes, derivadas de las consecuencias de los principales desastres naturales,22 establecen el escenario para el ministerio unificador de Cristo (véase 4 Nefi 1:17).23 Con estas posibilidades en mente, el énfasis de Mormón sobre la construcción de caminos en 3 Nefi 6:8 parece ser más que una mera casualidad. Establece sutilmente el cumplimiento de la profecía de Samuel, mientras que al mismo tiempo transmite un mensaje simbólico que tiene especial sentido en un contexto mesoamericano.
Puede ser imposible saber si los nefitas o los lamanitas construyeron o utilizaron cualquiera de los caminos conocidos de la antigua Mesoamérica. Sin embargo, la forma física y función simbólica de estos caminos son notablemente consistentes con lo que se describe en el Libro de Mormón. Al mismo tiempo, no son una característica de las sociedades antiguas de las Américas que eran bien conocidas o esperadas en el momento de la traducción del Libro de Mormón.24 Por esta razón, los remanentes de los caminos en América ofrecen otra intrigante evidencia de la autenticidad del Libro de Mormón.
Kirk Magleby “Cuatro formas en que los nuevos descubrimientos mayas pueden relacionarse con el Libro de Mormón“, en Book of Mormon Central Blog, 5 de marzo de 2018, en línea en bookofmormoncentral.es
Mark Alan Wright, “The Cultural Tapestry of Mesoamerica“, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 22, no. 2 (2013): 4–21.
John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 356–357.
1. Véase Justine M. Shaw, “Maya Sacbeob: Form and Function“, en Ancient Mesoamerica 12 (2001): 268.
2. Por ejemplo, véase Alfonso Villa Rojas, “The Yaxuna-Cobá Causeway“, Contributions to American Archaeology 2, no. 9 (1934).
3. Mark Alan Wright, “The Cultural Tapestry of Mesoamerica“, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 22, no. 2 (2013): 14.
4. John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 357.
5. Sorenson, Mormon’s Codex, 357.
6. Véase Wright, “The Cultural Tapestry of Mesoamerica“, 14.
7. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Nefi profetizó cerca ‘del camino real que conducía al mercado principal’? (Helamán 7:10)“, KnoWhy 178, (8 de agosto de 2017); Wallace E. Hunt Jr., “The Marketplace“, en Pressing Forward with the Book of Mormon: The FARMS Updates of the 1990s, ed. John W. Welch y Melvin J. Thorne (Provo UT: FARMS, 1999), 196–200; John L. Sorenson, “Nephi’s Garden and Chief Market“, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992) 236–238.
8. Véase Francisco Pérez Ruiz, “Recintos amurallados: Una interpretación sobre el sistema defensivo de Chichén Itzá, Yucatán”, en XVIII simposio de investigaciones arqueológicas en Guatemala, 2004, ed. Juan Pedro Laporte, Bárbara Arroyo y Héctor E. Mejía (Guatemala City: Museo Nacional de Arqueología y Etnología), 882–883. Para una versión en inglés de esta publicación, véase Francisco Pérez Ruiz, “Walled Compounds: An Interpretation of the Defensive system at Chichen Itza, Yucatan“, en línea en famsi.org.
9. Véase Shaw, “Maya Sacbeob“, 266.
10. La triple descripción poética de Mormón de caminos y calzadas de (1) “ciudad en ciudad”, (2) “tierra a tierra” y (3) “de un sitio a otro” es interesante porque Shaw ha argumentado que los antiguos mayas parecen haber agrupado sus caminos en tres categorías principales: (1) tránsito local, (2) tránsito interno periférico y (3) tránsito interno. Véase Shaw, “Maya Sacbeob“, 262. Aunque no es seguro, es posible que la descripción de Mormón de “un sitio a otro” se refiera al camino para el “tránsito local”, que de “tierra a tierra” se refiera a caminos “internos” y que “de ciudad en ciudad” es una descripción de caminos “internos periféricos” (o sea, en los extremos de la ciudad). Shaw explicó que sus “grupos propuestos parecen haber sido una realidad para las tierras bajas mayas. Aunque no insisto en que las mismas tierras mayas se hubieran clasificado como Sacbeob de esta manera, y me doy cuenta de que las medidas y los ejemplos son productos de los temas principales arqueológicos, las divisiones están aparentemente relacionadas con algo del mundo real. Es posible que los grupos estén relacionados normalmente con la distancia recorrida por los habitantes del sitio en un día, la duración que los participantes pueden recorrer fácilmente en un ritual, o el lapso durante el cual se pudo ejercer y mantener el control político bajo ciertas condiciones” (pág. 266). Apoyando la idea de que los nefitas concibieron por lo menos una de estas categorías (un día de viaje) viene de Helamán 4:7: “Y allí se fortificaron contra los lamanitas desde el mar del oeste hasta el este; y esta línea que habían fortificado, y en la cual habían apostado sus tropas para defender su país del norte, era una jornada de un día para un nefita”.
11. Justine M. Shaw, “Roads to Ruins: The Role of Sacbeob in Ancient Maya Society”, en Highways, Byways, and Road Systems in the Pre-Modern World, ed. Susan E. Alcock, John Bodel y Richard J. A. Talbert (Chichester, UK: John Wiley & Sons, 2012), 137.
12. Este pasaje es interesante porque es el único camino simbólico en el Libro de Mormón que ciertamente se describe como “enderezado” (no torcido) en lugar de ser “angosto” (que significa estrecho). Todos los demás ejemplos de caminos “rectos” son más ambiguos. Véase Paul Y. Hoskisson, “Straightening Things Out: The Use of Strait and Straight in the Book of Mormon“, Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 2 (2003): 62; Book of Mormon Central en Español, “¿El camino a la vida eterna es ‘estrecho’ o ‘recto’? (1 Nefi 8:20)“, KnoWhy 456, (12 de noviembre de 2018).
13. Véase Sorenson, Mormon’s Codex, 356–357: “Los caminos fueron hechos y utilizados por lo menos, 2500 años antes de la conquista española, iniciando con el pueblo olmeca en San Lorenzo. Cientos de miles de ellos ahora han sido descubiertos en lugares que van desde el norte del estado de Zacatecas hasta Yucatán y en el Atlántico al sur de Guatemala”.
14. Véase Kirk Magleby “Cuatro formas en que los nuevos descubrimientos mayas pueden relacionarse con el Libro de Mormón“, en Book of Mormon Central Blog, 5 de marzo de 2018, en línea en bookofmormoncentral.es. Véase también, Brigit Katz, “LiDAR Scans Reveal Maya Civilization’s Sophisticated Network of Roads“, 3 de febrero de 2017, en línea en smithsonianmag.com; Tom Clynes, “Exclusive: Laser Scans Reveal Maya ‘Megalopolis’ Below Guatemalan Jungle“, 1 de febrero de 2018, en línea en news.nationalgeographic.com.
15. Véase Wright, “The Cultural Tapestry of Mesoamerica“, 14; Michael R. Ash, “Archaeology and the Book of Mormon“, en línea en fairmormon.org; William J. Hamblin, “Basic Methodological Problems with the Anti-Mormon Approach to the Geography and Archaeology of the Book of Mormon“, Journal of Book of Mormon Studies 2, no. 1 (1993): 193–196.
16. Shaw, “Roads to Ruins”, 139.
17. Shaw, “Roads to Ruins”, 135.
18. Shaw, “Roads to Ruins”, 139.
19. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Cuál es la naturaleza y el uso de los carros en el Libro de Mormón? (Alma 18:9)“, KnoWhy 126, (3 de junio de 2017). El sistema lamanita de la realeza es bastante similar a los sistemas de reinados encontrados entre los antiguos mayas. Y es probable que, entre otras cosas, Lamoni hubiera viajado a la fiesta para pagar tributo a su padre. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué significa ser ‘rey de toda la tierra’? (Alma 20:8)“, KnoWhy 128, (6 de junio de 2017).
20. Para conocer más evidencia de que las fiestas de las sociedades antiguas de Mesoamérica tenían un significado tanto religioso como político, véase Lisa J. LeCount, “Like Water for Chocolate: Feasting and Political Ritual among the Late Classic Maya at Xunantunich, Belize“, American Anthropologist, New Series 103, no. 4 (2001): 935–953; Keith Eppich, “Feast and Sacrifice at El Perú-Waka’: The N14-2 Deposit as Dedication“, The PARI Journal 10, no. 2 (Fall 2009):1–19. Aunque es imposible conocer si los lamanitas celebraban fiestas religiosas, hay buena evidencia de que los nefitas observaron los días sagrados de su tradición israelita. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Los nefitas tuvieron ‘temporada navideña’ como en nuestros tiempos? (Mosíah 2:4)“, KnoWhy 394, (17 de julio de 2018); Book of Mormon Central en Español, “¿Se refirió Jacob a las fiestas de otoño de Israel? (2 Nefi 6:4)“, KnoWhy 32, (9 de febrero de 2017).
21. Shaw, “Roads to Ruins”, 134.
22. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué causó la oscuridad y destrucción en el año 34? (3 Nefi 8:20)“, KnoWhy 197, (4 de septiembre de 2017).
23. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué la paz duró tanto tiempo en 4 Nefi? (4 Nefi 1:16)“, KnoWhy 225, (12 de octubre de 2017).
24. Es probable que los caminos de la antigua América hayan llamado la atención del público norteamericano por John Lloyed Stephens y Frederick Catherwood más de 10 años después de la publicación del Libro de Mormón. Entre los muchos caminos que se mencionan en sus viajes, Stephen menciona “un gran camino pavimentado, hecho de pura piedra blanca, llamado en el idioma maya Sacbé, que lleva de Kabah hasta Uxmal, sobre los cuales los señores de esos lugares enviaban mensajeros de allí para allá, llevando cartas escritas sobre hojas y corteza de los árboles”. John L. Stephens, Incidents of Travel in Yucatan, 2 vols. (New York, NY: Harper y Brothers, 1843), 1:415. Véase también, John E. Clark, Wade Ardern y Matthew Roper, “Debating the Foundations of Mormonism: The Book of Mormon and Archaeology“, 2005 presentación de conferencia en FairMormon, en línea en fairmormon.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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