Cuando las primeras copias del Libro de Mormón salieron de la imprenta en marzo de 1830, en su mayor parte no estaban basadas directamente sobre el manuscrito original escrito por Oliver Cowdery cuando José Smith dictó el texto. José, sabiendo por experiencia personal que el manuscrito podría perderse, hizo que Oliver Cowdery y otros dos escribas hicieran una copia del manuscrito original del cual se pudo imprimir el libro.1 Debido a que el manuscrito original se dañó o perdió, esta copia del texto original, conocido como el manuscrito de la imprenta, es una fuente valiosa de información del Libro de Mormón. Somos afortunados de que todas menos unas líneas de este se conservaran hasta el día de hoy,2 especialmente porque la mayoría se destruyó casi por completo en 1878.
En junio de 1878 un tornado arrasó a la ciudad de Richmond, Misuri. Destruyó un tercio de la ciudad, arrancando incluso los cimientos de los edificios.3 El palacio de justicia fue destruido, esparciendo literalmente los libros en el viento. Algunos de los libros fueron arrastrados hasta sesenta y cuatro kilómetros del palacio de justicia por el tornado.4 David Whitmer, uno de los testigos del Libro de Mormón, estaba viviendo en la ciudad en ese tiempo, y tenía el manuscrito de la imprenta del Libro de Mormón guardado en un cuarto de su casa.
La casa de David Whitmer era de dos pisos, con siete habitaciones y el tornado en su mayoría la convirtió en astillas. O más bien, la casa que estaba al otro lado de la calle destruyó la casa de David, cuando el tornado literalmente levantó la casa de su vecino y la arrojó a la casa de David.5 Solo hubo una parte de la casa que fue preservada: la pequeña habitación en la cual guardó el manuscrito de la imprenta del Libro de Mormón. El resto de la casa fue destruida por completo, pero este cuarto quedó completamente intacto; ni siquiera las ventanas fueron destruidas.6 Todo lo demás en esa parte de la ciudad fue arrasado, mas el cuarto que contenía el manuscrito de la imprenta sobrevivió. David y su familia siempre atribuyeron que la preservación del manuscrito se debió a la intervención divina.7
David Whitmer guardó el manuscrito hasta su muerte en 1888, y en 1903 el nieto de Whitmer lo vendió a la Comunidad de Cristo. Ellos, a cambio, lo vendieron a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 18 de septiembre de 2017.8
Es imposible decir si el Señor preservó intencionalmente el manuscrito de la imprenta del Libro de Mormón, o si el tornado y sus escombros simplemente pasaron por alto esa habitación de la casa por casualidad. Sin embargo, el roce que el manuscrito tuvo con la destrucción nos recuerda la importancia del manuscrito de la imprenta. Ese precioso manuscrito lleva a los investigadores lo más cerca posible, en la mayoría de las secciones del Libro de Mormón, a las mismas palabras habladas por José Smith cuando sacó a luz el texto del Libro de Mormón por el don y el poder de Dios.9
En la gran mayoría de los casos, el texto actual del Libro de Mormón es sustancialmente el mismo que cuando salió a luz en 1830. Pero las ediciones y los cambios que se han hecho generalmente han sido por buenas razones. Al examinar las secciones que sobreviven del manuscrito original y el manuscrito de la imprenta, podemos llegar a entender mejor el Libro de Mormón.10
La mayoría de los lectores del Libro de Mormón no están preocupados por las pequeñas diferencias textuales entre el manuscrito de la imprenta y el Libro de Mormón moderno. Sin embargo, al examinar esas diferencias puede ayudar a los lectores a comprender muchas frases u oraciones en el Libro de Mormón de una manera más técnica y a menudo un nivel interesante.11 Por ejemplo, la edición de 1830 del Libro de Mormón dice “mediation” (mediación) en lugar de “mediator” (mediador), en 2 Nefi 2:27, pero fue un error tipográfico ya que el manuscrito de la imprenta claramente dice “mediator” (mediador). Este error fue corregido en la edición de 1981 del Libro de Mormón utilizando el invaluable manuscrito de la imprenta.12 Un trabajo como este nos permite tener gran confianza en el texto del Libro de Mormón.
El observar la letra de Oliver Cowdery y de los otros escribas es un recordatorio del esfuerzo que implicó el copiar página por página el Libro de Mormón.13 Incrementa nuestra apreciación por los grandes hombres y mujeres que estuvieron involucrados en producir el texto que disfrutamos ahora.14 Y si de hecho Dios preservó este texto de un tornado, como lo creyó David Whitmer, sería bueno para nosotros prestar un poco más de atención a las variantes del texto en el Libro de Mormón.
Mientras más estudiemos las Escrituras, y demos mayor atención a los detalles del texto, el mismo texto llegará con más vida a nosotros, y veremos más cosas que no habíamos visto antes. El manuscrito de la imprenta, como uno de los primeros textos que sobrevivieron del Libro de Mormón, nos permite experimentar el libro de una nueva manera. Si asumimos que David Whitmer estaba en lo correcto y que Dios tuvo que ver con la preservación del manuscrito, esta historia nos recuerda que Dios misericordiosamente interviene en nuestras vidas, ayudándonos de una manera milagrosa.15
Glenn Rawson, “Cyclone of ‘78” en Signs, Wonders, and Miracles: Extrordinary Stories from Early Latter-day Saints, ed. Glenn Rawson y Dennis Lyman (American Fork, UT: Covenant Communications, 2015), 61–62.
Royal Skousen, “Manuscripts of the Book of Mormon“, en To All the World: The Book of Mormon Articles from the Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow, S. Kent Brown y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2000), 178–180.
Royal Skousen y Robin Scott Jensen, eds., Printer’s Manuscript of the Book of Mormon 1 Nephi–Alma 35, Revelations and Translations Volume 3, Part 1, Joseph Smith Papers (Salt Lake City, UT: Church Historian’s Press, 2015).
Royal Skousen, “Towards a Critical Edition of the Book of Mormon”, BYU Studies 30, no. 1 (1990): 41–69; “Some Textual Changes for a Scholarly Study of the Book of Mormon”, BYU Studies 51 no. 4 (2012): 99–117.
1. Michael Hubbard MacKay y Gerrit J. Dirkmaat, From Darkness unto Light: Joseph Smith’s Translation and Publication of the Book of Mormon (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2015), 199.
2. Royal Skousen ha señalado que en “octubre de 1841, José Smith colocó [el manuscrito original] en la piedra angular de la casa de Nauvoo. Más de cuarenta años después, Lewis Bidamon, el segundo esposo de Emma Smith abrió la piedra angular y encontró que la filtración del agua la destruyó en su [mayoría]. Las páginas que sobrevivieron fueron entregadas a varias personas durante la década de 1880. … Hoy, aproximadamente el 25% del [manuscrito original] sobrevive: 1 Nefi 2 a 2 Nefi 1, con lagunas; Alma 22 a Helamán 3, con lagunas, y algunos otros fragmentos. Todas menos algunas de las páginas auténticas y fragmentos del [manuscrito original] están guardadas en los archivos del Departamento Histórico SUD, una parte de la hoja (de 1 Nefi 14) es propiedad de la Universidad de Utah”. Royal Skousen, “Manuscripts of the Book of Mormon“, en To All the World: The Book of Mormon Articles from the Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow, S. Kent Brown y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2000), 178–180.
3. Glenn Rawson, “Cyclone of ‘78” en Signs, Wonders, and Miracles: Extrordinary Stories from Early Latter-day Saints, ed. Glenn Rawson y Dennis Lyman (American Fork, UT: Covenant Communications, 2015), 61.
4. Rawson, “Cyclone of ’78”, 61.
5. Rawson, “Cyclone of ’78”, 62.
6. Rawson, “Cyclone of ’78”, 62.
7. Rawson, “Cyclone of ’78”, 62.
8. Royal Skousen, “Book of Mormon Manuscripts”, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1993), 1:185–186.
9. Para conocer más sobre estas ideas, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué surgió el Libro de Mormón como un milagro? (2 Nefi 27:23)“, KnoWhy 273 (19 de diciembre de 2017).
10. Para mayor conveniencia, véase Royal Skousen, “Towards a Critical Edition of the Book of Mormon”, BYU Studies 30, no. 1 (1990): 41–69; “Some Textual Changes for a Scholarly Study of the Book of Mormon”, BYU Studies 51 no. 4 (2012): 99–117.
11. Royal Skousen, ed., The Printer’s Manuscript of the Book of Mormon: Typographical Facsimiles of the Entire Text in Two Parts, The Book of Mormon Critical Text Project, Volume 2 (Provo, UT: FARMS, 2001), 10–14.
12. Véase Royal Skousen, ed., The Book of Mormon: The Earliest Text (New Haven, CT: Yale University Press, 2009), 753. Véase también Royal Skousen, ed., The Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, Part One: 1 Nephi 1–Alma 17, The Book of Mormon Critical Text Project, Volume 2 (Provo, UT: FARMS, 2001), 154; Royal Skousen y Robin Scott Jensen, eds., Revelations and Translations, Volume 3, Part 1: Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, 1 Nephi 1–Alma 35, The Joseph Smith Papers (Salt Lake City, UT: Church Historian’s Press, 2015), 123.
13. Para ver realmente cómo era el texto escrito, véase Royal Skousen y Robin Scott Jensen, eds., Printer’s Manuscript of the Book of Mormon 1 Nephi–Alma 35, Revelations and Translations Volume 3, Part 1, Joseph Smith Papers (Salt Lake City, UT: Church Historian’s Press, 2015).
14. Royal Jon Skousen, “Book of Mormon, manuscripts of”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 125.
15. Rawson, “Cyclone of ’78”, 62.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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