La mayoría de los lectores del Libro de Mormón conocen la historia de Martin Harris y las 116 páginas perdidas, y a muchos de nosotros probablemente nos gustaría leer algo de esas páginas. Aunque probablemente no podamos tener eso pronto, podemos hacer lo siguiente: leer la “porción retenida”, o lo que el Señor llamó “lo que has traducido y retenido” (DyC 10:41, énfasis añadido).
Esta revelación dada a José después de perder las 116 páginas sugiere que algo de la traducción original pudiera estar preservado en nuestro Libro de Mormón actual. Algunos eruditos, como Jack M. Lyon y Kent R. Minson, creen que han identificado cual era esa parte retenida: Palabras de Mormón 1:12-18. 1
La idea detrás de esta teoría es que nuestra versión actual de Mosíah empieza en el capítulo 3 y Martin Harris perdió la mayoría de los dos primeros capítulos de Mosíah con el resto de las 116 páginas. Pero la parte original de Mosíah 2 pudo haber sobrevivido y haberse etiquetado mal como parte de Palabras de Mormón.
Esta propuesta se basa en una lectura cuidadosa de Palabras de Mormón,2 combinada con la evidencia del manuscrito de la impresora. Una de las cosas más confusas acerca de Palabras de Mormón es que parece terminar a la mitad: el versículo 11 dice: “Y sé que [las planchas] serán preservadas, porque sobre ellas están escritas grandes cosas, por las cuales mi pueblo y sus hermanos serán juzgados en el grande y postrer día, según la palabra de Dios que está escrita”.3
Este sería un perfecto final de Palabras de Mormón, aun cuando continúa con algo que parece no estar relacionado: “Y ahora bien, en cuanto a este rey Benjamín, él tuvo algunas contiendas entre su propio pueblo” (v. 12).4 Luego continúa hablando acerca del rey Benjamín en los siguientes seis versículos sin llegar a una conclusión (vv. 13-18).
El inicio de Mosíah es tan inusual como el final de Palabras de Mormón. No incluye la introducción habitual que se ve en otros libros en las planchas mayores (como, por ejemplo, la introducción al libro de Alma).5 Simplemente continúa hablando acerca del rey Benjamín, aparentemente donde Palabras de Mormón lo deja de hacer.6 De hecho, si uno lee Palabras de Mormón 1:18 y Mosíah 1:1 juntos, la lectura fluye bastante bien:
…trabajando con todas las fuerzas de su cuerpo y las facultades de su alma entera, y lo mismo los profetas, el rey Benjamín nuevamente estableció la paz en el país. Y entonces no hubo más contiendas en toda la tierra de Zarahemla, entre todo el pueblo que pertenecía al rey Benjamín, de modo que el rey Benjamín gozó de una paz continua todo el resto de sus días.
Este flujo continuo de Palabras de Mormón 1:18 con Mosíah 1:1 sugiere que Palabras de Mormón 1:12-18 originalmente podría haber sido parte del libro de Mosíah.
Una copia original del manuscrito del Libro de Mormón que Oliver Cowdery hizo, llamado el manuscrito de la impresora, también sugiere que este podría ser el caso.7 Lyon y Minson señalaron:
Mientras Oliver Cowdery copiaba el texto del manuscrito original del Libro de Mormón para crear el manuscrito de la impresora, encontró un problema al principio del libro de Mosíah… Él había copiado íntegramente el título “Capítulo III” del manuscrito original, pero ¿dónde estaban los capítulos I y II? El encabezado anterior era ‘Palabras de Mormón’ sin ningún otro capítulo de por medio. Oliver arregló el problema lo mejor que pudo, tachando los últimos dos caracteres de “Capítulo III” (convirtiéndolo en el ‘Capítulo I’) e insertando ‘Libro de Mosíah’ sobre la oración.8
Si bien puede parecer extraño solo perder parte del capítulo, esto podría explicarse por la manera en que las 116 páginas probablemente se habían juntado.
Lyon y Minson habían notado que “el manuscrito original del Libro de Mormón no era un montón de páginas separadas”. En realidad, estaba compuesto por “la colección de (usualmente) seis largas hojas de papel dobladas longitudinalmente y unidas con una cuerda”. Las 116 páginas eran probablemente “cinco de esas colecciones [de papeles], cuatro con seis hojas (y por lo tanto cada una con veinticuatro páginas) y una con cinco hojas (y, por lo tanto, veinte páginas)”.9
Royal Skousen concluyó que la siguiente colección de papeles habría contenido parte del segundo capítulo original de Mosíah.10 Por lo que, cuando Martin Harris tomó las primeras cinco colecciones de papeles con él, dejo parte de Mosíah 2 porqué estaba en las siguientes hojas, dejando atrás una porción.
Más tarde, cuando Oliver estaba haciendo los manuscritos para la impresora, él copió Palabras de Mormón y luego fue directo a la parte restante de Mosíah 2 sin darse cuenta, ya que estaba al inicio de la siguiente colección de papeles. Se dio cuenta de que algo estaba mal cuando tomó el capítulo incompleto y encontró que los títulos para los capítulos de Mosíah 1 y 2 faltaban. Después de alterar el capítulo 3 para que dijera capítulo 1, sin darse cuenta dejó la parte restante del capítulo 2 en Palabras de Mormón.11
Es imposible estar seguros si Palabras de Mormón 1:12-18 es realmente parte del libro de Mosíah, y no todos los eruditos están de acuerdo con esta teoría.12 Sin embargo, si es correcto, tanto Palabras de Mormón como el libro de Mosíah tienen más sentido.13 De repente, Palabras de Mormón 1:1-11 forma un libro independiente con una introducción lógica y una conclusión. Al mismo tiempo, llega a ser claro que Palabras de Mormón 1:12-18 fluye hacia Mosíah 1, haciendo que el capítulo anterior de Mosíah que sobrevive sea más fácil de comprender.
Esta lectura también demuestra los efectos duraderos de un rey justo y profetas verdaderos en la sociedad.14 Una vez que el rey Benjamín y los profetas “nuevamente estableci[eron] la paz en el país” (Palabras de Mormóm 1:18), el rey Benjamín “tu[vo] continua paz todo el resto de sus días”.15 Después de que los ejércitos del rey Benjamín se enfrentaron a amenazas externas, él se ocupó de problemas internos, como falsos profetas.16 Leer estos textos juntos demuestra que su propia predicación y la de los verdaderos profetas llevaron a una paz que duró hasta su muerte.
Cuando leemos cuidadosamente el Libro de Mormón, incluso los pequeños detalles comienzan a dar forma a nuestra comprensión del Evangelio. Comprender la relación entre Palabras de Mormón y Mosíah puede ayudarnos a todos a entender un poco mejor al rey Benjamín y el Libro de Mormón. Aunque no podamos leer las 116 páginas, saber que Palabras de Mormón 1:12-18 podría ser una pequeña porción de lo que José y Martin tradujeron juntos cambia la forma en que leemos estos versículos.
Jack M. Lyon y Kent R. Minson, “When Pages Collide: Dissecting the Words of Mormon”, BYU Studies Quarterly 51, no. 4 (2012): 120–136.
Brant A. Gardner, “When Hypotheses Collide: Responding to Lyon and Minson’s ‘When Pages Collide’”, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 5 (2013): 105–119.
John A. Tvedtnes, “Covering Up the Black Hole in the Book of Mormon”, Review of Books on the Book of Mormon 3, no. 1 (1992): 201–203.
1. Véase Jack M. Lyon y Kent R. Minson, “When Pages Collide: Dissecting the Words of Mormon”, BYU Studies Quarterly 51, no. 4 (2012): 120–136. Para un argumento previo en líneas similares, véase John A. Tvedtnes, reseña de Covering Up the Black Hole in the Book of Mormon, por Jerald y Sandra Tanner, Review of Books on the Book of Mormon 3, no. 1 (1992): 201–203.
2. Para más información sobre Palabras de Mormón, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué están las ‘Palabras de Mormón’ al final de las planchas menores? (Palabras de Mormón 1:3)”, KnoWhy 78 (Abril 8, 2017).
3. El versículo 11 parece ser el punto final lógico de la primera parte del texto. Véase John C. Thomas, “Words of Mormon”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 793.
4. Este versículo parece indicar el propósito del libro. Véase Victor L. Ludlow, “Scribes and Scriptures: Enos, Jarom, Omni, and the Words of Mormon”, en Book of Mormon, Part 1: 1 Nephi–Alma 29, Studies in Scripture: Volume 7, ed. Kent P. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987), 202–204.
5. Véase Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 3:97.
6. Lyon y Minson, “When Pages Collide”, 128.
7. Para un análisis de la evidencia del manuscrito, véase Royal Skousen, ed., The Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, Part One: 1 Nephi 1–Alma 17, The Book of Mormon Critical Text Project, Volume 2 (Provo, UT: FARMS, 2001), 284. Para poder examinar una imagen de alta resolución del manuscrito, véase Royal Skousen y Robin Scott Jensen, eds., Revelations and Translations, Volume 3, Part 1: Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, 1 Nephi 1–Alma 35, The Joseph Smith Papers (Salt Lake City, UT: Church Historian’s Press, 2015), 252–253.
8. Lyon y Minson, “When Pages Collide”, 123.
9. Lyon y Minson, “When Pages Collide”, 127.
10. Royal Skousen, The Original Manuscript of the Book of Mormon (Provo, Utah: FARMS y Brigham Young University, 2001), 34–36.
11. Lyon y Minson, “When Pages Collide”, 131.
12. Para una respuesta, véase Brant A. Gardner, “When Hypotheses Collide: Responding to Lyon and Minson’s ‘When Pages Collide’”, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 5 (2013): 105–119.
13. Para un estudio más completo de cómo las planchas mayores y menores van juntas, véase Eldin Ricks, “The Small Plates of Nephi and the Words of Mormon”, en Jacob through Words of Mormon, To Learn with Joy, The Book of Mormon Symposium Series, Volume 4, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1990), 214–218.
14. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 2:125.
15. Stephen D. Ricks, “Benjamin”, en Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1992), 1:99–100.
16. Hugh Nibley, Teachings of the Book of Mormon, 4 vols. (Provo, UT: FARMS, 1993), 1:437.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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