En sus cartas a los tesalonicenses, el apóstol Pablo recordó a los santos que cuando él y su compañero Silvano (también llamado Silas) estaban con ellos en Tesalónica, “trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios”. (1 Tesalonicenses 2:9 (RV 2009) ; cf. 2 Tesalonicenses 3:8).
Algunos de los tesalonicenses se habían vuelto perezosos y desordenados (2 Tesalonicenses 3:6), así que Pablo quería que recordaran el ejemplo que él y Silvano les habían dado (2 Tesalonicenses 3:7). “Aunque podíamos seros carga” (1 Tesalonicenses 2:6) al exigir a los santos [de aquellos días] que les proveyeran, en cambio se esforzaron y trabajaron por sus propios medios, aún dedicando su tiempo a predicar el Evangelio.
El servicio desinteresado mostrado por Pablo y Silvano podría recordar a los Santos de los Últimos Días a otro gran líder y discípulo de Cristo: el rey Benjamín en el Libro de Mormón. Cuando Benjamín comenzó su famoso discurso, recordó a su pueblo que no había “procurado de vosotros oro, ni plata, ni ninguna otra clase de riquezas” (Mosíah 2:12). Como rey, Benjamín podría haber vivido justificadamente del trabajo del pueblo, pero en su lugar explicó:
… yo mismo he trabajado con mis propias manos a fin de poder serviros, y que no fueseis abrumados con tributos, ni que cayera sobre vosotros cosa alguna que fuese pesada de llevar; y de todas estas cosas que he hablado, vosotros mismos sois testigos este día. (Mosíah 2:14)
Al igual que Pablo, Benjamín quería que su pueblo siguiera su ejemplo:
He aquí, me habéis llamado vuestro rey; y si yo, a quien llamáis vuestro rey, trabajo para serviros, ¿no debéis trabajar vosotros para serviros unos a otros? (Mosíah 2:18)
Claramente, tanto Pablo como Benjamín ejemplificaron el tipo de líderes y ministros que el Señor Jesucristo animó a sus discípulos ser:
… Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo, así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)
Los líderes y los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tienen la suerte de tener los ejemplos de Pablo y Benjamín, junto con muchos ejemplos de liderazgo y servicio similares a Cristo en el Antiguo y Nuevo Testamento, el Libro de Mormón y la historia de los Santos de los Últimos Días. Al esforzarnos por imitar sus ejemplos de servicio desinteresado, encontraremos, como enseñó el rey Benjamín, que estamos solamente “al servicio de [nuestro] Dios” (Mosíah 2:17).
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