En 1 Nefi 8, el padre Lehi le dijo a su familia acerca de un sueño que había tenido en el cual vio el árbol de la vida. Hacia el inicio de ese sueño, había estado siguiendo a un ángel cuando de repente se encontró a sí mismo en un “desierto obscuro y lúgubre” (1 Nefi 8:7). Luego notó que caminó por muchas horas en esa terrible obscuridad hasta que finalmente “empe[zó] a implorarle al Señor que tuviera misericordia de [él], de acuerdo con la multitud de sus tiernas misericordias” (v. 8).
El Salmo 51:1 del Antiguo Testamento es muy similar a la oración de Lehi. Es, de acuerdo a la tradición, puesto en la boca del rey David, quien suplica: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu compasión; conforme a la multitud de tus tiernas misericordias, borra mis transgresiones”.
Hay nueve palabras en común entre estas frases en 1 Nefi 8:8 y Salmos 51:1, al excluir las preposiciones y pronombres que son ligeramente diferentes. Aunque expresiones como “tiernas misericordias” se pueden encontrar tanto en la Biblia y el Libro de Mormón, estos dos pasajes son los únicos que contienen en el mismo versículo tanto “ten piedad de mí” y “de acuerdo con la multitud de/sus tiernas misericordias”.
El Salmo 51, tiene otra palabras y frases que recuerdan el sueño de Lehi. 1 Nefi 8:10-12 habla acerca del fruto del árbol de la vida usando términos como “feliz”, “gozo inmenso”, “blanco” y “excedía toda blancura”. El Salmo 51:7-8 contiene palabras y frases como “más blanco que la nieve”, “gozo”, “alegría” y “regocijarse”.
Las líneas tanto en 1 Nefi 8:8 y Salmos 51:1 son expresadas en la forma de una oración. En este sentido básico, el contexto de los dos es similar. El Salmo 51 es conocido como un salmo de penitencia, un salmo de arrepentimiento, y tradicionalmente es asociado a la súplica del rey David a Dios por su misericordia y perdón después del incidente de Betsabé (véase el encabezado del Salmo 51). Lehi clama por misericordia y confía en las “tiernas misericordias” del Señor, pero no se hace mención de transgresión o arrepentimiento por parte de Lehi.
Sin embargo, el hecho de que Lehi describiera el lugar en el cual se encontraba como “un desierto obscuro y lúgubre” (1 Nefi 8:4, 7) en el cual había “caminado en la obscuridad por el espacio de muchas horas” sugiere que su sueño comienza en un lugar obscuro y malvado. A pesar del hecho de que está acompañado, desde el principio, por un guía celestial vestido de blanco, él viajó por muchas horas en la obscuridad y sintió la necesidad de la liberación de Dios.
Este lugar de obscuridad y tristeza establece un contraste a la luz y el gozo que son asociados con el árbol de la vida. Además, el análisis inicial del desierto obscuro y lúgubre es similar a la manera en que Lehi mencionó a sus hijos pecadores y rebeldes, Lamán y Lemuel. El Salmo 51 presenta el viaje del salmista del pecado y el mal (vv. 3-5) a la sabiduría, la pureza y la alegría (vv. 6-8). Cuando Lehi sale de la obscuridad y es bendecido al participar del fruto del árbol de la vida, entonces desea compartir el fruto con su familia. En el salmo, David se compromete a “[enseñar] a los transgresores tus caminos” y de convertir a los pecadores a Dios (v. 13).
Hay una similitud interesante en la comparación entre el viaje de Lehi al árbol de la vida y el salmista a quién se le enseña “sabiduría” en Salmos 51:6. Teniendo en cuenta Proverbios 3, vemos que los antiguos israelitas vieron una relación entre la sabiduría y el árbol de la vida. Proverbios 3 alaba la virtud de encontrar la sabiduría: “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría… Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano” (Proverbios 3:13, 18). En el sueño de Lehi, el fruto del árbol de la vida también trajo una profunda felicidad (1 Nefi 8:10, 12).
Parece muy probable que tanto Lehi, en el relato de su sueño, o Nefi, en su compendio del registro de su padre, tuvieron el Salmo 51 en mente. Lehi repitió, casi textualmente, la súplica de misericordia de David en este salmo. A partir de ahí, varias palabras claves y temas en 1 Nefi 8 también se pueden encontrar en el Salmo 51. Si, de hecho, Lehi/Nefi quisieron aludir a este salmo de arrepentimiento, entonces debería considerarse una clave (tal vez una de muchas) para comprender el significado del sueño de Lehi.
En el Salmo 51, el camino de la oscuridad a la luz, o del pecado a la rectitud, comienza con la búsqueda sincera de la gracia y la misericordia del Señor en la oración humilde. Allí sigue una admisión sincera de pecado contra Dios. Se habla de ser limpiado con hisopo, de ofrecer un “corazón quebrantado y contrito” (v. 17), y otras representaciones asociadas con el sacrificio y la expiación en los rituales del templo antiguo.
El salmista deseaba ser perdonado de sus pecados y sabía que Dios podía hacerlo por medio del sacrificio expiatorio. Él prometió: “Devuélveme el gozo de tu salvación… Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti” (Salmo 51:12-13).
Cuando Lehi oró por misericordia en el desierto oscuro y lúgubre, se le mostró el árbol “cuyo fruto era deseable para hacer a uno feliz” (1 Nefi 8:10). Cuando comió la fruta, Lehi dijo que “mi alma se llenó de un gozo inmenso” (1 Nefi 8:12), que es similar al “gozo y alegría” que el salmista esperaba con el perdón de sus pecados (Salmo 51:8).
Después de que Lehi recibió esta gran alegría por sí mismo, inmediatamente comenzó a buscar a su familia, incluyendo a Lamán y Lemuel, los “transgresores” más notables entre ellos. Deseó enseñarles, compartir con ellos esta fruta tan deseable—”pero no quisieron venir hacia [él] para comer del fruto” (1 Nefi 8:18).
Como Nefi más tarde lo relató, el árbol de la vida representaba “el amor de Dios que se derrama ampliamente en el corazón de los hijos de los hombres (1 Nefi 11:22). Nefi vio además que el árbol representaba al Hijo de Dios, que “fue levantado sobre la cruz y muerto por los pecados del mundo” (1 Nefi 11:33).
El Salmo 51, o al menos partes de él, era muy conocido para Lehi, Nefi y su familia. Ellos habrían reconocido que contenía una súplica desesperada por el perdón, y la esperanza de un hombre que había cometido grandes pecados. Deseaba que el Señor creara en él “un corazón limpio” y “[renovara] un espíritu recto” (Salmo 51:10). Ciertamente, esto es también lo que Lehi quería para su familia, y especialmente para Lamán y Lemuel.
Al igual que el Salmo 51, el sueño de Lehi enseña que hay esperanza para aquellos que deambulan en la oscuridad. Pueden tener fe en que ellos también encuentran el perdón y el gozo cuando oran al Señor para que “tuviera misericordia de [ellos], de acuerdo con la multitud de sus tiernas misericordias”.
Book of Mormon Central en Español, “¿Qué fruto es blanco? (1 Nefi 8:11)”, KnoWhy 10 (Enero 12, 2017).
Mark D. Ogletree, “That My Family Should Partake”, Religious Educator 17, no. 1 (2016): 92–107.
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Traducido por Central del Libro de Mormón
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