Cuando un lamanita vino a Zarahemla profetizando que habrá “grandes luces en el cielo” resultando en una noche en la que “no [habría] obscuridad” de modo que “parecerá que es de día” y que “habrá muchas señales y prodigios en el cielo” (Helamán 14:2-6),1 algunos nefitas fueron escépticos e incluso hostiles (Helamán 16:2).2 En los siguientes cinco años, tanto el escepticismo y las hostilidades crecieron, y se fijó una fecha en la que “se habría de aplicar la pena de muerte a todos aquellos que creyeran en esas tradiciones” si la señal indicada no se manifestaba (3 Nefi 1:7, 9). Sin embargo, tal como se había profetizado, “a la puesta del sol, no hubo obscuridad” y “estuvo tan claro como si fuese mediodía” (vv 15, 19).3
Ahora en día, estas señales proféticas siguen siendo difíciles de creer para algunas personas. ¿Cómo puede haber una noche sin obscuridad? Explicar exactamente cómo Dios produce tales señales es imposible de saber con seguridad, pero existen eventos que pueden arrojar conocimiento sobre este tema.
Hugh Nibley les sugirió a sus estudiantes en una ocasión que estas señales pudieron haber sido causadas por una supernova, al compararla con una en el año 1054 d. C., la cual “se pudo ver en todo el mundo” y “fue casi tan brillante como el sol”.4 Los astrónomos han documentado una supernova en el siglo XI la cual, según el investigador principal Frank Winkler, proveyó suficiente luz que “las personas probablemente hubieran podido leer un manuscrito a media noche por su luz”.5
Sin embargo, Samuel mencionó la señal como si la nueva estrella en el cielo fuera una señal distinta de la noche donde no habría obscuridad (Helamán 14:5).6 En ese sentido, John A. Tvedtnes señaló algunas posibles similitudes de los efectos atmosféricos causados por una explosión que ocurrió en una parte lejana de Rusia el 30 de junio de 1908.7 Conocido por los eruditos simplemente como el “evento Tunguska”, los científicos aún no están seguros qué fue exactamente lo que ocasionó la explosión.8 Su efecto en el cielo oscurecido, está bien documentado. Según lo informa la NASA, “el cielo obscuro brilló, y reportes llegaron de que los pueblos que vivían tan lejos como Asia podían leer el periódico al aire libre tan tarde como la media noche”.9
En el estudio más completo sobre el evento hasta la fecha, Vladimir Rubtsov documentó “fenómenos atmosféricos” en 155 lugares diferentes,10 que se extendieron a lo largo de varios días, empezando unos pocos días antes de la explosión.11 Tvedtnes informó: “Después de varios meses, hubo amaneceres y atardeceres espectaculares en todo el mundo, causados por la gran cantidad de polvo que se levantó en la atmósfera”.12 También hubo “anomalías en el día como intensos y prolongados halos solares, nubes de nácar y un Bishops ring“.13
Fue en la noche del 30 de junio, sin embargo, la que fue más espectacular. Según Rubtsov, “en un territorio de aproximadamente 12 millones de km2, no hubo obscuridad que separara el 30 de junio del 1 de julio.14 Esa noche, un astrónomo soviético “esperó en vano a que llegara la noche” y en Alemania, “la intensidad de la iluminación de la noche fue considerable. … A la 1:15 [a.m.] había luz como si fuera de día”.15 A pesar de cubrir una gran región, “ninguna anomalía atmosférica ocurrió en la misma área de Tunguska”,16 y la intensidad de la iluminación en la noche “parecía incrementarse del este al oeste”, indicando que era más brillante entre más lejos que uno estuviera de la explosión de Tunguska.17
Un milagro se puede definir como “un acontecimiento benéfico provocado por un poder divino que los mortales no comprenden y que no pueden duplicar por ellos mismos”.18 Dios hace milagros para que la humanidad se pueda beneficiar “según su fe ” (véase Mosíah 8:18, Alma 37:40). Al mismo tiempo, élder John A. Widtsoe, un miembro del quórum de los Doce apóstoles y científico, aseguró que “[este] es un universo de leyes y orden”, y por lo tanto “un milagro simplemente significa un fenómeno que no se entiende, en su relación con la causa y efecto”.19
Los fenómenos y anomalías asociados con el evento de Tunguska en 1908, con destellos durante la noche en los días anteriores, y con luz total como si fuera de día la siguiente noche, y también con destellos e incluso efectos diurnos en los días que siguieron, demuestran sorprendentemente al menos una posible interpretación naturalista de cómo Dios pudo cumplir la profecía de Samuel,20 aún si tales observaciones atmosféricas y astronómicas no se pueden entender ni explicar completamente.21
Independientemente de los métodos actuales que el Señor utiliza para cumplir sus milagros, la noche sin obscuridad fue profundamente simbólica y significativa. Kimberly M. Berkey señaló: “La luz excesiva que envuelve los hechos del nacimiento de Cristo es un tipo de mañana [por decir]”,22 el comienzo de un nuevo amanecer dando la bienvenida al Salvador al mundo: La Luz del Mundo había llegado,23 introducido en el mundo por la luz.
Además, tal como la aparición de una nueva estrella, cualquier método para hacer brillar la noche como el día hubiera requerido una gran planificación por parte del Señor. Élder Neal A. Maxwell enseñó: “¡[L]a conocida ‘pequeña estrella de Belén’ fue en realidad muy grande en su declaración de diseño divino! ¡Tenía que haber sido colocada en su órbita precisa, mucho antes que brillara de manera precisa!.”24
Élder Maxwell explicó que el Señor puso el mismo cuidado y atención en las vidas de sus hijos. “Su precisa supervisión pertenece no solamente a un orbital astrofísico sino también a las órbitas humanas”.25 Tal como la nueva estrella que estaba “en la órbita precisa mucho antes de brillar allí”, así también las personas “son colocadas en órbitas humanas para iluminar”.26
Kimberly M. Berkey, “Temporality and Fulfillment in 3 Nephi 1,” Journal of Book of Mormon Studies 24 (2015): 53–83.
John A. Tvedtnes, “A Modern Example of Night without Darkness,” Insights: An Ancient Window 18, no. 5 (October 1998): 4.
1. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Samuel hizo profecías tan cronológicamente precisas? (Helamán 13:5)“, KnoWhy 184.
2. A pesar de que algunos creían que la tierra podía moverse según la voluntad de Dios “y al hombre le parec[ía] que el sol se [quedaba] estacionario” (Helamán 12:15), Samuel claramente se refería a otro aspecto completamente diferente, cuando dijo que ellos serían capaces de discernir claramente la puesta y salida del sol, y aún así que no habría obscuridad (Helamán 14:4). Por lo que el sol no aparecería fijo en esa ocasión. Para una investigación más completa sobre la cosmología nefita, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué dijo Mormón que los hijos de los hombres son menos que el polvo de la tierra? (Helamán 12:7)”, KnoWhy 183 (15 de agosto 2017).
3. Se ha profetizado que algo similar tomará lugar alrededor del tiempo de la segunda venida del Señor: “Y acontecerá que en ese día la luz no será clara ni oscura. Y será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; mas acontecerá que al atardecer habrá luz” (Zacarías 14:6-7).
4. Hugh Nibley, Teachings of the Book of Mormon, 4 vols. (American Fork and Provo, UT: Covenant Communications and FARMS, 2004), 3:291. Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 5:191–192, ha criticado esta sugerencia y ha propuesto en su lugar, que fue una erupción volcánica, la cual habría proveído luz en una región más local.
5. “Astronomers Peg Brightness of History’s Brightest Star,” National Optical Astronomy Observatory News, March 5, 2003, en línea en noao.edu. Esto es un informe sobre una supernova documentada en el año 1006 d. C., no 1054.
6. Gardner, Second Witness, 5:191–192: “Si un día, una noche, y un día de luz hubieran ocurrido en el antiguo mundo, los evangelistas que anotaron otras señales y milagros del nacimiento de Cristo, seguramente lo hubieran incluido en sus registros. Por lo que, debemos asumir que la noche con luz fue un fenómeno del nuevo mundo, y no en todo el mundo. … Una nueva estrella brillante sería una buena explicación para el fenómeno del viejo mundo, pero todavía existe el detalle de los fenómenos descritos considerados en el viejo y el nuevo mundo. Las descripciones señalan a diferentes eventos subyacentes que son descritos en un contexto similar”.
7. John A. Tvedtnes, “A Modern Example of Night without Darkness,” Insights: An Ancient Window 18, no. 5 (October 1998): 4.
8. Nigel Waston, “The Tunguska Event,” History Today 58, no. 7 (July 2008): 7.
9. Tony Phillips, “The Tunguska Impact—100 Years Later,” NASA Science News, accedido el 30 de junio, 2008, en línea en science.nasa.gov.
10. Vladimir Rubtsov, The Tunguska Mystery (New York, NY: Springer, 2009), 15.
11. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 13.
12. Tvedtnes, “A Modern Example,” 4.
13. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 21. Un Bishops ring “es un halo de color café y azul alrededor del sol” (p. 21), llamado así por ser descubierto por el reverendo S. Bishop.
14. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 14.
15. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 17.
16. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 17.En la pág 18 se señala que el informe más cercano a Tunguska era de 600 km de distancia.
17. Rubtsov, The Tunguska Mystery, 18.
18. Paul C. Hedengren, “Miracles,” in Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1992), 2:908.
19. John A. Widtsoe, Joseph Smith as Scientist: A Contribution to Mormon Philosophy (Salt Lake City, UT: YMMIA, 1908), 35. Véase también Book of Mormon Central en Español, “¿Qué tipo de terremoto causó la caída de las paredes de la prisión? (Alma 14:29)“, KnoWhy 121 (mayo 29, 2017).
20. Curiosamente, las fuentes aztecas informan de un fenómeno similar cerca del año 1500 d. C. Watson, “The Tunguska Event,” 7 citó una fuente describiendo el objeto que caía del cielo que causaba le explosión de Tunguska como una “llama en forma de lengua de dos picos”, lo cual está muy parecido al relato de un “presagio de mal” en el códice Florentino. “Diez años antes de que los españoles llegaran allí, primero apareció un presagio de mal en los cielos. Era como una lengua de fuego, como una llama, como la luz del amanecer. … Ahí estaba al este cuando salió de la medianoche; parecía como el amanecer de un día, el día se había roto. Más tarde, el sol lo destruyó cuando se salió”. Códice Florentino, citado en Gardner, Second Witness, 5:192, 238, énfasis añadido. Gardner señaló que este registro “es una evidencia histórica de que los pueblos en [Mesoamérica] vieron señales en los cielos los cuales hicieron que la noche brillara como el día. Este pasaje no es necesariamente una evidencia de las luces en sí, pero documenta que por lo menos algunos mesoamericanos aceptaron que tales fenómenos fueron posibles y que tuvieron un significado divino… no es difícil entender cómo los nefitas podrían haber creído y descrito un fenómeno similar culturalmente significativo” (p. 238).
21. Aunque obviamente no se registra ninguna explosión en el Libro de Mormón, se debe señalar que (1) la explosión sucedió en la mañana del 30 de junio de 1908, por lo que no se hubiera visto inmediatamente antes del anochecer; y (2) el efecto de la luz nocturna fue más fuerte a mayor distancia de la explosión. Si un fenómeno similar, aunque tal vez en una escala menor, ocurriera en un área remota a cientos de kilómetros del territorio nefita, ellos probablemente no hubieran visto, sentido o escuchado la explosión. En el fenómeno de Tunguska, los objetos que caían se vieron como “una luz blanca y azulada en el cielo” a 965 kilómetros de distancia. Véase Watson, “The Tunguska Event,” 7. Tal visión por los astrónomos nefitas se hubiera podido entender como una de las “grandes luces en el cielo” o las “muchas señales y prodigios en el cielo” predichas por Samuel. Mormón asegura a los lectores que había otras señales que llevarían a una noche sin obscuridad que sin embargo fallaron en persuadir a los detractores (3 Nefi 1:4-5).
22. Kimberly M. Berkey, “Temporality and Fulfillment in 3 Nephi 1,” Journal of Book of Mormon Studies 24 (2015): 74.
23. Véase Juan 1:4–5; 3:19; 8:12; 9:5; 12:46; Mosíah 16:9; Alma 38:9; 3 Nefi 9:18; 11:11; Éter 4:12; DyC 10:70; 11:28; 12:9; 34:2; 39:2; 45:7; 93:2; 103:9.
24. Neal A. Maxwell, “In Him All Things Hold Together,” BYU Speeches, March 31, 1991, en línea en speeches.byu.edu.
25. Maxwell, “In Him All Things Hold Together.”
26. Neal A. Maxwell, “Rodeados por “los brazos de [Su] amor”,” Liahona, octubre 2002, en línea en lds.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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