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KnoWhy #201

¿Por qué ha sido llamado 3 Nefi “el punto central” del Libro de Mormón?

septiembre 8, 2017
KnoWhy #201
Jesús, por James Fullmer
“He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo”.
3 Nefi 11:10

El conocimiento

Cuando Cristo apareció a los nefitas, sus primeras palabras fueron: “[Y]o soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo” (3 Nefi 11:10). El élder Jeffrey R. Holland dijo sobre este momento: “Esa aparición y esa declaración constituyeron el punto central, el momento supremo, de toda la historia del Libro de Mormón”. Esta declaración es profundamente verdadera en muchos niveles.

En un sentido importante, la anticipación profética del Libro de Mormón culmina en las apariciones del Jesús resucitado, maravillosamente reportado en 3 Nefi 11-27. Como más adelante lo explicó Élder Holland: “Se trataba de la manifestación del decreto que había informado e inspirado a cada profeta nefita de los seiscientos años anteriores, por no hablar de sus antecesores israelitas y jareditas miles de años atrás”.1

Una mirada a los primeros capítulos del Libro de Mormón demuestra lo importante que fue este momento. Nefi había registrado, citando a Isaías, que el Señor le dijo a Isaías: “Deja que se endurezca el corazón de este pueblo, y que se entorpezcan sus oídos, y que sean cerrados sus ojos; no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y sea convertido y sanado” (2 Nefi 16:10, Isaías 6:10, énfasis añadido para todos los versos). Isaías preguntó: “Señor, ¿hasta cuándo?” y Dios le dijo: “Hasta que las ciudades queden asoladas y sin habitantes, y las casas sin hombre, y la tierra enteramente desierta” (2 Nefi 16:11; Isaías 6:11).

Después de la gran destrucción en el momento de la crucifixión, Cristo habló al pueblo. Él les habló de todas las ciudades que habían sido completamente arrasadas por la serie de desastres naturales que ocurrieron a varias ciudades nefitas injustas (3 Nefi 9:2-12). Entonces preguntó a los sobrevivientes: “¿no os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane?” (v. 13, énfasis añadido).2 Por lo que, después de que las ciudades nefitas quedaron “asoladas y sin habitantes”, como Isaías había dicho, Cristo pidió al pueblo que se convirtieran y le permitieran sanarlos (3 Nefi 9:13).3

Mormón parece haber implicado que el pueblo finalmente aceptó su sanación. En 3 Nefi 11:5-6 (énfasis agregado), la voz de Dios vino al pueblo y ellos “oyeron la voz, y aguzaron el oído para escucharla; y tenían la vista fija en dirección del sonido… Y he aquí, la tercera vez entendieron la voz que oyeron”. Después de años de cerrar sus ojos, oídos y corazones a Dios, como dijo Isaías, los oídos y ojos de los nefitas fueron abiertos.4 Ellos finalmente entendieron el evangelio en sus corazones, permitiéndose ellos mismos convertirse para que Cristo pudiera sanarlos.

El porqué

Mormón de manera magistral elaboró el Libro de Mormón para que señalara a los lectores este “momento supremo” en el que Cristo vino a sanar a Su pueblo. A lo largo de la narrativa, Él habló de muchos de los hijos de Lehi que se retiraron ellos mismos de Dios.5 Sin embargo, también entrelazó a través de todo el texto la idea de que, algún día, Cristo vendría a sanar a la humanidad.6

Y que todo en el Libro de Mormón guía a este punto,7 Mormón cuidadosa y deliberadamente aludió a las palabras de Isaías para ilustrar enérgicamente que el pináculo del libro, ese momento majestuoso, había llegado. Con las palabras: “[Y]o soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo” (3 Nefi 11:10), Cristo finalmente había venido a sanar a Su pueblo, tal como los profetas a lo largo del Libro de Mormón habían dicho que lo haría.

Es difícil alabar lo suficiente a 3 Nefi. Se le ha llamado el “quinto evangelio”,8 “una relato resplandeciente”,9 “la joya de la corona”,10 “el pináculo”,11 “el punto culminante, la cúspide”12 y aun el “primer evangelio”,13 así como también “el punto central, el momento supremo de toda la historia del Libro de Mormón”.14 A eso uno también le puede añadir: es el santuario interior del Libro de Mormón, un modelo sagrado e infinito que une el tiempo y toda la eternidad.15

Tal como el presidente Ezra Taft Benson ha dicho: “Queda claro que Tercer Nefi contiene algunos de los pasajes más conmovedores y poderosos de todas las Escrituras: testifica de Jesucristo, sus profetas y las doctrinas de salvación”, y continuó alentando a las personas, especialmente a las familias, a leer 3 Nefi y a “[analizar] su contenido sagrado”.16

Este libro de escrituras es un libro de contraste literario y teológico, entre la luz brillante y la terrible oscuridad, la muerte y la vida, lo viejo y lo nuevo, y entre la orgullosa ambición y la humilde sumisión. Sobre todo, este libro, que lleva el nombre del discípulo principal de Cristo en el mundo nefita, es un tesoro oculto de testimonios y enseñanzas de la realidad de la resurrección física de Jesucristo y Su victoria sobre la muerte y el infierno. Su triunfo glorioso, el cual es el epítome del plan de misericordia y redención en el Libro de Mormón, es al mismo tiempo el don supremo de alegría y salvación a las personas en todas partes.

Mientras puede ser fácil en ocasiones detenerse en los detalles de la escritura y olvidar lo que este texto sagrado es realmente, 3 Nefi recuerda a los lectores que Cristo y Su venida son el “punto central” y el “momento supremo” de todo el Libro de Mormón, y de hecho de toda la existencia humana. Cristo es la única esperanza para la humanidad de realmente ver, oír y entender correctamente. Él es la única esperanza para que la humanidad sane. En medio del caos y la destrucción al tiempo de la crucifixión, Cristo invitó a su amado pueblo a que se convirtieran y le permitieran sanarlos eternamente. 3 Nefi es un poderoso recordatorio del poder de Cristo para traer vista, entendimiento y sanación a todo el mundo.

Otras lecturas

Charles Swift, “‘So Great and Marvelous Things’: The Literary Portrait of Jesus as Divine Lord in 3 Nephi,” in Third Nephi: An Incomparable Scripture, ed. Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute, 2012), 235–260.

Jeffrey R. Holland, Cristo y el Nuevo Convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2002), 257–283.

Robert J. Matthews, “Jesus the Savior in 3 Nephi,” in The Book of Mormon: 3 Nephi 8 Through 30, This is My Gospel, ed. Monte S. Nyman and Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1993), 25–39.

 

1. Jeffrey R. Holland, Cristo y el Nuevo Convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2002), 258-259.
2. Si esto parece con mucho peso para ponerlo en pocas palabras de texto, hay que recordar que la narrativa antigua israelita es bastante franca. Véase Peter J. Leithart, Deep Exegesis: The Mystery of Reading Scripture (Waco, TX: Baylor University Press, 2009), 109–115; Phyllis A. Bird, Missing Persons and Mistaken Identities: Women and Gender in Ancient Israel (Minneapolis, MN: Augsburg Fortress, 1997), 198; H. G. M. Williamson, “Isaiah 62:4 and the Problem of Inner-Biblical Allusions,” Journal of Biblical Literature 119 (2000): 734–739; Yairah Amit, Hidden Polemics in Biblical Narrative, trans. Jonathan Chipman, BibInt 25 (Leiden: Brill, 2000), 42.
3. Véase Brant Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 5:316.
4. S. Brent Farley, “The Appearance of Christ to the People of Nephi (3 Nephi 11–14),” in The Book of Mormon, Part 2: Alma 30 to Moroni, Studies in Scripture, Volume 8, ed. Kent P. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987), 149.
5. Book of Mormon Central “¿Cómo se hicieron débiles los nefitas en tan corto tiempo? (Helamán 4:25)”, KnoWhy 175 (3 de agosto, 2017).
6. Para más información sobre temas e imágenes repetidas como sucedieron a través del Libro de Mormón, véase Ronald D. Anderson, “Leitworter in Helaman and 3 Nephi,” in The Book of Mormon: Helaman through 3 Nephi 8, According to Thy Word, eds. Monte S. Nyman and Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1992), 241–249.
7. Joseph Fielding McConkie and Robert L. Millet, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 4:52–53.
8. B. H. Roberts, “The Fifth Gospel,” in Defense of the Faith and the Saints, 2 vols. (Salt Lake City: Deseret News, 1907–12), citado en Gaye Strathearn, “Nephi, third book of,” in Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City: Deseret Book, 2003), 597–601; N. Eldon Tanner, “Christ in America,” Ensign, Mayo de 1975, 34; Richard Neitzel Holzapfel, “One by One: The Fifth Gospel’s Model of Service,” in A Book of Mormon Treasury: Gospel Insights from General Authorities and Religious Educators (Salt Lake City: Deseret Book, 2003), 379.
9. Ed J. Pinegar and Richard J. Allen, Commentaries and Insights on the Book of Mormon: Alma 30–Moroni (American Fork, UT: Covenant Communications, 2003), 433.
10. Véase Strathearn, “Nephi, third book of,” 597.
11. Véase Strathearn, “Nephi, third book of,” 597.
12. Joseph Fielding McConkie, Robert L. Millet, and Brent L. Top, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 4:1.
13. Monte Nyman, Book of Mormon Commentary, 6 vols. (Orem, UT: Granite, 2003), 5:2–3.
14. Holland, Cristo y el Nuevo Convenio, 258. Para un medio de representación exquisita de las palabras trascendentes y experiencias expresadas en 3 Nefi, véase Mark Mabry, Another Testament of Christ: Reflections of Christ (Salt Lake City: Deseret Book, 2009), y el DVD que le acompaña bajo el mismo título, el cual fue filmado en Honduras y producido por Cameron Trejo.
15. John W. Welch, “3 Nephi as the Holy of Holies of the Book of Mormon,” in Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn eds., Third Nephi: An Incomparable Scripture (Provo: Maxwell Institute and Deseret Book, 2012), 31–32.
16. Ezra Taft Benson, “La visita del Salvador a las Américas,” Ensign, abril 1987, 6.

Traducido por Central del Libro de Mormón