Después de las grandes calamidades y destrucciones entre los nefitas, ellos experimentaron una “densa obscuridad sobre toda la faz de la tierra” (3 Nefi 8:10),1 y en respuesta a estas aflicciones, “hubo grandes lamentaciones, gritos y llantos continuamente entre todo el pueblo” (v. 23). En esta situación de angustia y sufrimiento fue que la voz de Jesucristo “se oyó… entre todos los habitantes de la tierra” (3 Nefi 9:1).
Como parte de Su mensaje de redención, Jesús declaró: “[C]uántas veces os he juntado como la gallina junta sus polluelos bajo las alas” (3 Nefi 10:4). Esta metáfora se repitió cuatro veces en tres versículos sucesivos, y aun fue usada en tres diferentes tiempos del verbo: “cuántas veces os he juntado como la gallina junta sus polluelos bajo las alas, y os he nutrido” (v. 4 dirigiéndose a las ciudades caídas), seguido por, “cuántas veces os hubiera juntado” (v. 5 dirigiéndose a los de Jerusalén), y concluyó diciendo “cuántas veces os juntaré” (v. 6, hablando a los miembros de la casa de Israel, énfasis añadido en todos los versículos). Claramente, esta metáfora repetida era de un significado trascendente—aun eterno.2
Jane Allis-Pike explicó: “Para que una metáfora sea significativa, el lector debe estar familiarizado con los objetos usados en la comparación”.3 Para personas viviendo en la América antigua, es posible que gallina se haya referido una verdadera gallina en sí,4 o podría haber sido un término prestado para un ave con características similares en el nuevo mundo.5 Los pavos, por ejemplo, prevalecían en la antigua América,6 tomaba especial cuidado para proteger a sus crías,7 y desempeñó un papel significativo en el pensamiento religioso.8
Cualquiera que sea la especie de aves representada aquí por las palabras gallina y polluelo,9 las audiencias generalmente están familiarizadas con el comportamiento natural de las gallinas y sus crías. Allis-Pike explicó que Jesucristo puede ser representado por una madre ave en Su función como “creador de esta tierra”, Su “deseo de proteger a sus crías” (aquellas que llegan a ser Sus hijos a través de un convenio), Su disposición de “[usar] su cuerpo para proteger a sus ‘hijos’ amados de la muerte sin fin y el infierno”, y Su “cuidado proactivo en la nutrición de sus ‘hijos’”.10
Ella concluyó:
Como la gallina que apresura a sus polluelos juntos, Cristo se enfoca en “reunir” a sus “hijos”. Esta reunión viene en la forma de enseñarles a seguirlo, a aceptar su evangelio, aprender el plan de salvación y recibir las ordenanzas salvadoras del sacerdocio.11
Los polluelos que necesitan ser reunidos, por otro lado, representan de manera significativa a la casa de Israel. “Los pueblos del Libro de Mormón son una rama de la casa de Israel”. Tienen una larga historia y una relación de convenio con el Salvador y su evangelio. Ellos conocen al Salvador como los polluelos conocen a su madre”.12
El propósito subyacente de esta metáfora era “redimir y enseñar a las personas la verdadera naturaleza y condición de su relación de convenio con [Jesucristo]”.13 No solo expresa la garantía histórica del “deseo de Cristo de proteger a su pueblo”, sino también “subraya el hecho de que deben querer su protección”.14 Esto puede ser visto en la afirmación que repite Cristo, “¡cuántas veces os hubiera juntado!”, seguido por la enfática declaración, “y no quisisteis” (3 Nefi 10:5).
La metáfora de Cristo de la gallina se explica más a fondo en la invitación abierta de Alma de que “el que quiera venir, puede venir a beber libremente de las aguas de la vida; y quien no quiera venir, no está obligado a venir” (Alma 42:27).15 Como la madre gallina, Jesucristo siempre está preocupado por las necesidades físicas y espirituales de Sus hijos. Y por causa de que Su expiación infinita se extiende por toda la eternidad, Él siempre será capaz de proveer refugio y protección a todos los que voluntariamente vengan a Él. Él promete y afirma: “¡cuántas veces os juntaré!” (3 Nefi 10:6).
También se debe reconocer que aunque esta metáfora pertenece a los tratos de Dios con la casa de Israel, Sus esfuerzos aquí y ahora en juntar e incluir a Sus hijos dentro de sus convenios son ilimitados. Todos los que están dispuestos a ser “ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él” serán inmediatamente envueltos e incluidos en Sus brazos amorosos (Mosíah 18:10). Brent L. Top invitó:
Podemos ejercer mayor fe en los brazos del Señor—Sus brazos de poder, Sus brazos de amor y Sus brazos de misericordia. Que le permitamos que nos meza y nos lleve y nos consuele en sus brazos. A cambio, nuestros brazos—nuestra determinación y nuestra devoción—será fortalecida. … Que podamos “ser recibido[s] en los brazos de Jesús”.16
Henry B. Eyring, “Venid a mí“, Liahona , abril 2013, 22-25, en línea en lds.org
Jane Allis-Pike, “‘How Oft Would I Have Gathered You as a Hen Gathereth Her Chickens’: The Power of the Hen Metaphor in 3 Nephi 10: 4–7,” in Third Nephi: An Incomparable Scripture, ed. Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2012), 57–74.
Clifford P. Jones, “The Great and Marvelous Change: An Alternate Interpretation,” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 19, no. 2 (2010): 50–63.
1. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué causó la oscuridad y destrucción en el año 34? (3 Nefi 8:20)”, KnoWhy 197.
2. Para otras referencias de las escrituras sobre la metáfora de la gallina, véase Mateo 23:37–38; Lucas 13:34–35; DyC 10:65; 29:2; 43:24.
3. Jane Allis-Pike, “‘How Oft Would I Have Gathered You as a Hen Gathereth Her Chickens’: The Power of the Hen Metaphor in 3 Nephi 10: 4–7,” in Third Nephi: An Incomparable Scripture, ed. Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2012), 59.
4. Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon , 6 vols.(Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 5:322: La “suposición común es que las gallinas fueron introducidas a las Américas después de la conquista”. Sin embargo, actualmente no hay un consenso sobre el momento y los detalles de la introducción de la gallina en las Américas (véase la página 322). Véase George F. Carter, “Pre-Columbian Chickens in America,” in Man Across the Sea: Problems of Pre-Columbian Contacts, ed. Carroll L. Riley, J. Charles Kelley, Campbell W. Pennington, and Robert L. Rands (Austin, TX: University of Texas Press, 1971), 178–218; George F. Carter, “Before Columbus,” in The Book of Mormon: The Keystone Scripture, ed. Paul R. Cheesman, S. Kent Brown, and Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1988), 172–176; Alice A. Storey, et al., “Radiocarbon and DNA Evidence for a Pre-Columbian Introduction of Polynesian Chickens to Chile,” PNAS 104, no. 25 (2007): 10335–10339. Para otras referencias, véase Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 60 n. 6.
5. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 60: “[M]uchos pájaros que se alimentan de la tierra—codornices, gallinas, faisanes, pavos—juntan a sus crías bajos su alas y como el Libro de Mormón es una obra traducida, las palabras gallina y polluelo pueden ser la traducción inglesa de un pájaro que existió entre los lehitas. Independientemente de qué pájaro haya sido que los sobrevivientes del nuevo mundo conocieron, podemos asumir que estuvieron familiarizados con un pájaro que juntaba a sus crías bajos sus alas”. Para una explicación más completa de la transferencia de palabras prestadas en la traducción, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué se mencionan caballos en el Libro de Mormón? (Enós 1:21)“, KnoWhy 75 (5 de abril 2017). Para un ejemplo específico de “pavo” como un nombre prestado para el término “gallina”, véase Allen J. Christenson, Popol Vuh: Sacred Book of the Quiché Maya People: Translation and Commentary (Norman, OK: University of Oklahoma Press, 2007), 87: “En el uso moderno de Quiché, ak’ se refiere a gallinas, que fueron introducidas por los españoles poco después de la conquista. La palabra precolombina ak’ era el pavo doméstico (Meleagris ocellata). Los diccionarios del periodo colonial seguido se refieren al pavo como kitzih ak ‘ (el verdadero ak’) para distinguirlos de la gallina introducida de Europa”.
6. Véase Erin Kennedy Thorton, Kitty F. Emery, Devid W. Steadman, Camilla Speller, Ray Matheny, and Dongya Yang, “Earliest Mexican Turkeys (Meleagris gallopavo) in the Maya Region: Implications for Pre-Hispanic Animal Trade and the Timing of Turkey Domestication,” PLoS ONE 7, no. 8 (2012): e42630; Benjamin S. Arbuckle and Sue Ann McCarty, “Animals and Inequality in the Ancient World: An Introduction,” in Animals and Inequality in the Ancient World, ed. Benjamin S. Arbuckle and Sue Ann McCarty (Boulder, CO: University Press of Colorado, 2014), 33; Erin Kennedy Thorton, “Zooarchaeological and Isotopic Perspectives on Ancient Maya Economy and Exchange,” FAMSI, 2008, 4, en línea en famsi.org.
7. Véase “Wild Turkey Parenting,” eMammal, September 6, 2013, en línea en emammal.wordpress.com; Karen Davis, “A Mother Turkey and Her Young: ‘Their Kind and Careful Parent,’” Poultry Press 17, no. 3 (2007): 2: “Durante las primeras semanas de vida, las crías de los pavos duermen en el suelo bajo las alas de su madre. Después de un mes o más, salen del suelo y vuelan por la noche a una larga rama baja, donde ‘se colocan bajo las alas estrechadas de su amable y cuidadoso padre, dividiéndose para ese propósito en dos partes casi iguales [bajo cada ala]’”.
8. Véase Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva and María Elena Vega Villalobos, “The Ocellated Turkey in Maya Thought,” PARI Journal 16, no.4 (2016): 15-23.
9. La palabra inglesa hen (traducida como gallina), como la palabra griega ornis en Mateo 23:37, se puede utilizar para significar muchos tipos de aves hembra, incluyendo pavos, codornices o faisanes. Mientras que la palabra polluelos son los crías de los gallinas regulares, la palabra griega que se utiliza en Mateo 23:37 para los polluelos es nossia, que puede significar las crías de las aves en general. En Salmos 84:3 se refiere a los polluelos de un gorrión y de una golondrina, y en Levítico 12:8; 14:22; y Lucas 2:24 se usa en la expresión “dos pichones”.
10. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 65.
11. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 66.
12. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 67.
13. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 58.
14. Allis-Pike, “How Oft Would I Have Gathered You,” 58.
15. Las enseñanzas de Alma están directamente vinculadas con la metáfora de la gallina en DyC 10:65-66: “[P]ues he aquí, los juntaré como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, si no endurecen sus corazones; sí, si quieren venir, pueden hacerlo, y beber de las aguas de la vida libremente”.
16. Brent L. Top, “The Loving Arms of Christ,” Ensign (April 2012), 57, en linea en lds.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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