Mientras Nefi describe los recorridos entre Jerusalén y el desierto, él siempre dice que sube hacia Jerusalén y que desciende cuando se aleja de Jerusalén.
Hugh Nibley estaba entre los primeros en notar este detalle imperceptible. “El Libro de Mormón utiliza los verbos ‘descender’ y ’subir’ exactamente como lo hacían los hebreos y egipcios referente a donde se encontraba Jerusalén.”1
El arqueólogo Jeffrey R. Chadwick explica este punto detalladamente:
Es importante recordar que de acuerdo con la manera de expresarse de Nefi, uno siempre subía a la región de Jerusalén, y uno siempre descendía cuando salía de la región de Jerusalén. Esta es también la manera de expresarse de los hebreos utilizado en la Biblia, donde las personas en ambos el Antiguo y Nuevo Testamento comúnmente decían que descendían para salir de Jerusalén (véase, por ejemplo, 2 Samuel 5:17, Lucas 10:30 y Hechos 8:15 [en griego]) y subían para ir hacia Jerusalén (véase por ejemplo: 2 Crónicas 2:16 y Mateo 20:18). 2
Esta manera de expresarse es el producto del entorno físico de la región de Jerusalén.
D. Kelly Ogden, quien estudió la geografía histórica de la Biblia, explica: “Acercarse a Jerusalén desde cualquier desierto requiere subir en elevación. Todos los adverbios locativos en las siguientes páginas de la escritura representan exactamente la topografía de Judá y los desiertos al sur”. 3
Esta realidad se hace dramáticamente evidente comparado con la elevación de Jerusalén, que está aproximadamente a 2.500 pies (754 m) sobre el nivel del mar, y del Mar Muerto que es aproximadamente 1.400 pies (429 m) abajo del nivel del mar, que es un descenso cerca de 4.000 pies (1.200 m) de elevación.
La elevación en la punta del Golfo de Áqaba, la parte del Mar Muerto cerca de donde Lehi probablemente acampó (véase 1 Nefi 2:5-6) está a 20 pies (6 m) arriba del nivel del mar. Cuando los hijos de Lehi viajaron de ida y vuelta entre su campamento y Jerusalén, ellos estaban literalmente subiendo a Jerusalén y para luego descender al desierto.
De manera general, este es un detalle menor, que es sutil y fácil de perderse. Es también uno en el que podría ser fácil equivocarse. Es el tipo de detalles que suele traicionar hasta a las mejores falsificaciones.
La consistencia en como son usados “subir” y “descender” en el Libro de Mormón nos dice que el uso era natural para el autor (Nefi) e indica suavemente que estaba personalmente familiarizado con la topografía de Jerusalén y el entorno de la región.
También hay gran significado en este sutil detalle. Para los antiguos israelitas, la elevación de Jerusalén simbolizaba ascender al cielo. Y así representaba santidad y era una analogía del monte Sinaí, donde Moisés ascendió para reunirse con el Señor.
El erudito bíblico SUD David J. Larsen explica: “La directiva de hacer peregrinaje tres veces al año requería que los israelitas ‘subieran’ (ālâ)” a Jerusalén. Tal como Larsen lo explica:
La palabra hebrea ālâ parece ser utilizada seguido como … término de la biblia hebrea [el Antiguo Testamento] en el proceso de ascender a lugares sagrados, incluso de subir a la tierra prometida de Israel (ej. sacarlos de Egipto: Éxodo 3:8, 17) y ascender el sagrado monte [Sinaí] (véase Éxodo 19:20). 4
Con esta perspectiva, las repetidas subidas de Nefi a Jerusalén para luego descender de nuevo hacia el desierto toman un nuevo significado. Cada ascenso a Jerusalén pudo haber servido como un recordatorio sombrío que la ciudad de la que ellos habían huido antes fue una ciudad santa.
El uso de “subir” y “descender” en relación con la elevación del mundo real tiene implicaciones para la geografía del Libro de Mormón en el Nuevo Mundo. Por ejemplo, podemos ahora saber que la tierra de Zarahemla se encontraba en una elevación más baja que la tierra de Nefi (véase Omni 1:13, 27-28 [en inglés solamente]; Palabras de Mormón 1:13; Mosíah 7:1 [en inglés], 4, 13). También puede ser importante para comprender la historia de la colonia de Zenif.
Después de que el primer Mosíah había guiado a su gente a descender a la tierra de Zarahemla (Omni 1:13 [en inglés]), un grupo regresó subiendo a la tierra de Nefi porque ellos “estaban deseosos de poseer la tierra de su herencia” (Omni 1:27). Para los nefitas, la tierra de Nefi, estando en terreno más alto, parecía ser la nueva tierra santa, y el pueblo de Zenif deseaba recuperarla.
Esto puede verse reflejado en la actitud de los sacerdotes del rey Noé, quienes citaron a Isaías 52:7-10 (Mosíah 12:21-24), donde alaban los pies de aquel que “sobre las montañas… publica la paz”. Ellos pudieron haberse visto a sí mismos como los que estaban cumpliendo con esa profecía y edificando Sion en las montañas.
Los detalles son importantes, incluso los detalles pequeños e insignificantes. Estas características refuerzan el hecho de que el Libro de Mormón es lo que José declaró que era, un texto antiguo con origen en Jerusalén.
David J. Larsen, “Ascending into the Hill of the Lord: What the Psalms Can Tell Us About the Rituals of the First Temple,” in Ancient Temple Worship: Proceedings of the Expound Symposium 14 May 2011, ed. Matthew B. Brown, Jeffrey M. Bradshaw, Stephen D. Ricks, and John S. Thompson (Orem, UT and Salt Lake City, UT: Interpreter Foundation and Eborn Books, 2014), 171–188.
Jeffrey R. Chadwick, “Lehi’s House at Jerusalem and the Land of His Inheritance,” in Glimpses of Lehi’s Jerusalem, ed. John W. Welch, David Rolph Seely, and Jo Ann H. Seely (Provo, UT: FARMS, 2004), 81–130.
1. Hugh Nibley, Lehi in the Desert/The World of the Jaredites/There Were Jaredites, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 5 (Salt Lake City/ Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1988), 7.
2. Jeffrey R. Chadwick, “Lehi’s House at Jerusalem and the Land of His Inheritance,” in Glimpses of Lehi’s Jerusalem, ed. John W. Welch, David Rolph Seely, and Jo Ann H. Seely (Provo, UT: FARMS, 2004), 84–85.
3. D. Kelly Ogden, “Answering the Lord’s Call (1 Nephi 1-7),” in The Book of Mormon: Part 1—1 Nephi–Alma 29, Studies in Scripture: Volume 7, ed. Kent P. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987), 27.
4. David J. Larsen, “Ascending into the Hill of the Lord: What the Psalms Can Tell Us About the Rituals of the First Temple,” in Ancient Temple Worship: Proceedings of the Expound Symposium 14 May 2011, ed. Matthew B. Brown, Jeffrey M. Bradshaw, Stephen D. Ricks, and John S. Thompson (Orem, UT and Salt Lake City, UT: Interpreter Foundation and Eborn Books, 2014), 174–175.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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