La alegoría del olivo (Jacob 5) es uno de los capítulos más famosos en toda escritura de los Santos de los Últimos Días. Esta fábula profética da una rica cosecha para lectores cuidadosos que han escudriñado su significado. Los lectores de todos los ámbitos de la vida han encontrado un simbolismo significativo y edificante; sin embargo, algunos pueden preguntarse si el relato muestra con exactitud las prácticas y realidades científicas asociadas con el crecimiento y el cultivo de olivos en el Mediterráneo y lo que esos detalles pueden simbolizar.
Wilford M. Hess, profesor de botánica (el estudio científico de las plantas) en BYU, encontró que aunque había algunos detalles inusuales, en varias maneras la alegoría era coherente con los principios botánicos establecidos para el crecimiento y el cultivo de los olivos.1 Hess más tarde se asoció con investigadores adicionales para estudiar más a fondo los aspectos botánicos de esta gran parábola extendida.2 La investigación original de Hess fue ampliada a medida que los investigadores pudieron abordar 56 preguntas acerca de la alegoría y el cultivo del olivo.3
“Casi la totalidad de la alegoría en Jacob 5“, concluyeron, “corresponde excepcionalmente bien con principios botánicos tanto antiguos como modernos y prácticas hortícolas”. Como tal, “[e]s difícil imaginar que su autor no estaba personalmente familiarizado con los más mínimos detalles y las prácticas implicadas en el cultivo de buenos olivos en un clima mediterráneo”.4
Esto es significativo, ya que según Hess, “José Smith probablemente tenía poco conocimiento de olivos en Nueva York, ya que no crecen en el noreste de los Estados Unidos”.5 Aunque hay alguna información disponible en la Biblia y otros libros de la época de José Smith, los detalles eran escasos.6
Por ejemplo, como parte de la alegoría está el injerto, una técnica para la propagación de los olivos que consiste en tomar las ramas de un árbol e insertarlos en otro. Hess explica: “[E]l olivo es uno de los árboles más fáciles de propagarse, y se injerta con mucha facilidad. Este principio todavía se utiliza ampliamente hoy en día”.7
Jacob 5 describe una variedad de diferentes escenarios de injerto. Para la alegoría es crucial el injerto de las ramas de un olivo silvestre en las raíces del árbol cultivado pero en descomposición, con la esperanza de revivir el árbol favorito del Maestro (Jacob 5:7-10, 17, 34). Hess y sus colaboradores incluyeron esto como una de las tres prácticas más inusuales descritas en la historia de Zenós.8 Sin embargo, tampoco es imposible ni sin precedentes. Ellos explicaron:
Aunque hubiera sido inusual para un oleicultor injertar ramas silvestres en un árbol cultivado, existen circunstancias en las que tiene sentido hacerlo. Debido a la fuerza y la resistencia a las enfermedades de ciertas especies silvestres, el injerto de poblaciones silvestres en un árbol cultivado puede fortalecer y revitalizar una planta en dificultades.9
Consideremos, en este sentido, las palabras del siervo en Jacob 5:34: “He aquí, a causa de que injertaste las ramas del olivo silvestre, estas han nutrido sus raíces, de modo que están vivas y no han perecido” y por lo tanto el amo podía ver que el árbol era “buen[o]”.
Muchos otros elementos en la alegoría también están basados de manera significativa en una comprensión real de la tarea delicada de cultivar, a lo largo de muchos años y generaciones, valiosos cultivos de olivos de calidad superior. Estos elementos incluyen el trasplante de tiernas ramas, equilibrando el crecimiento de las ramas con las raíces, nutriendo, cavando, quemando las podas y malezas, previniendo la descomposición y que se marchitara, y trabajando en equipos durante el tiempo de cosecha.10
Las alegorías son historias potentes, útiles para la enseñanza porque hacen que los conceptos elevados o complicados sean relacionales y comprensibles. En su contexto original, la alegoría de Zenós resonaba con su audiencia israelita porque estaban familiarizados y tenían experiencia en el cultivo del olivo.11 La audiencia de Jacob probablemente no conocía mucho sobre el lento crecimiento y sensibilidad climática del cultivo de olivos, pero pudieron haberse comparado con la alegoría porque entendían que ellos mismos eran una rama de la casa de Israel, cortada del árbol madre y colocada en una esquina lejana de la viña (Jacob 5:14).
Incluso, sin entender todos los matices de la botánica y el cultivo de los olivos, los lectores de hoy pueden aprender mucho de la alegoría de Zenós y de la manera que Jacob la aplicó en sus propias enseñanzas. Aún así, la comprensión de los principios técnicos de la botánica y las mejores prácticas agrícolas pueden profundizar la conciencia y el aprecio por las enseñanzas precisas del evangelio integradas dentro de esta metáfora extensa.
Por ejemplo, sabiendo que era muy inusual injertar ramas silvestres en un árbol cultivado enseña acerca del alcance y esfuerzo que el Señor hace a reclamar a Sus hijos perdidos. Hess y coautores explican:
La alegoría de Zenós presenta al Señor de la viña como un tanto exasperado, tratando todas las opciones disponibles para revivir su viejo y querido árbol, incluyendo la medida extraordinaria de experimentar para ver si algo bueno podría resultar mediante el injerto silvestre en las ramas del árbol natural. Aunque hacer esto habría sido una medida no convencional, tal vez incluso desesperada, el Señor no escatima esfuerzos para obtener de nuevo el fruto deseado de su planta escogida.12
Así como el Señor de la viña no se detendría ante nada para recuperar su árbol favorito, así también el Padre Celestial hará todo lo posible para recuperar a sus hijos perdidos, incluso recurrir a métodos pocos convencionales, desesperados y tal vez contrarios a la intuición con la esperanza de implantar Su amor en sus corazones, esperando que pueda echar raíces.
John W. Welch and J. Gregory Welch, Charting the Book of Mormon: Visual Aids for Personal Study and Teaching (Provo, UT: FARMS, 1999), charts 81, 82, 83, and 95.
Wilford M. Hess, Daniel J. Fairbanks, John W. Welch, and Jonathan K. Diggs, “Botanical Aspects of Olive Culture Relevant to Jacob 5,” in The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5, ed. Stephen D. Ricks and John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 484–562.
Wilford M. Hess, “Botanical Comparisons in the Allegory of the Olive Tree,” in Jacob through Words of Mormon, To Learn with Joy, ed. Monte S. Nyman and Charles D. Tate Jr., (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1990), 87–102.
1. Wilford M. Hess, “Botanical Comparisons in the Allegory of the Olive Tree,” in Jacob through Words of Mormon, To Learn with Joy, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr., (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1990), 87-102; esp. 92-94.
2. Wilford M. Hess, Daniel J. Fairbanks, John W. Welch, and Jonathan K. Diggs, “Botanical Aspects of Olive Culture Relevant to Jacob 5,” in The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5, ed. Stephen D. Ricks and John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 484-562.
3. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 508–552.
4. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 505.
5. Hess, “Botanical Comparisons,” 91
6. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 554–555.
7. Hess, “Botanical Comparisons,” 93.
8. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 507.
9. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 507. Más adelante en el documento, escribieron: “A pesar de que sería inusual injertar ramas de un olivo silvestre en los árboles cultivados para salvar las raíces, puede haber casos en que las ramas silvestres son más vigorosas que las ramas cultivadas o domesticadas y por lo tanto podría ser beneficioso. White sugiere que los injertos del olivo silvestre pueden ayudar a resucitar a un árbol que crece mal. Posiblemente podrían suministrar productos de carbono de la fotosíntesis más rápidamente para ayudar a las raíces, por causa de su vigor. Sin los compuestos de carbono producidos en la parte que se encuentra sobre el nivel del suelo, las raíces perecerán. Si una variedad de vástago que crece fuertemente es injertado en un portainjerto débil, el crecimiento del mismo será estimulado y llegará a ser más grande que si se dejara sin injertar. Otra posibilidad es que el follaje del árbol madre se haya infectado con insectos, virus, hongos, bacterias u otros parásitos, y los brotes ‘silvestres’ se utilizaron porque eran resistentes a los organismos causantes de enfermedades. Esta posibilidad se ve reforzada por el hecho de que Jacob 5:9 dice que las ramas viejas debían ser “echa[das] al fuego”, un procedimiento que tiene sentido sobre todo si las ramas se infestaron” (pp. 535–537).
10. Véase Hess, et al., “Botanical Aspects,” 484–562.
11. Véase Hess, et al., “Botanical Aspects,” 487–496 para una discusión de la historia del cultivo de olivo en todo el antiguo Cercano Oriente, incluso Israel.
12. Hess, et al., “Botanical Aspects,” 507.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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