El sueño de Lehi es famoso. Su simbolismo había influenciado a casi todos los escritores dentro del Libro de Mormón, y sigue enseñando a la gente hoy en día muchas lecciones vívidas sobre la manera de llevar una vida justa.
En su visión, Lehi vio un río que separaba el árbol de la vida de un edificio grande y espacioso (1 Nefi 8:26). También vio que muchas personas “se ahogaron en las profundidades de la fuente” mientras dejaban su camino a través del vapor de tinieblas con el objetivo de entrar en ese “singular edificio” (1 Nefi 8:31–33).
A medida que el sueño de su padre era desplegado a Nefi, también vio esa fuente. Nefi dijo que estaba llena de “aguas sucias” y sus profundidades “son las profundidades del infierno” (1 Nefi 12:16). Él lo llamó “un grande y terrible abismo”, que él compara con “la palabra de la justicia del Dios Eterno” que separa a los justos de los inicuos (1 Nefi 12:18). Cuando Nefi explicó esto a sus hermanos, el “abismo horroroso” era “una representación de aquel infierno terrible… preparado para los inicuos” (1 Nefi 15:26–29).
Una manera de analizar el sueño de Lehi es verlo como una descripción de la doctrina de los “dos caminos”: el camino estrecho hacia el árbol y el camino espacioso que conduce a la destrucción. Pero lo interesante es que el sueño de Lehi nos da una descripción de la tierra desconocida y peligrosa que se encuentra entre estos dos caminos.
Para entender la fuerza de esta imagen, es lógico y convincente comparar lo visto en el sueño con la realidad geográfica en Arabia, donde Lehi y su familia viajaban cuando tuvo su sueño.
Hugh Nibley fue de los primeros en hacer estas comparaciones en su innovadora serie en la revista Improvement Era de 1950 “Lehi in the Desert” (Lehi en el desierto). Comparó el abismo de Lehi a unos barrancos que se llaman “uadis”, cañones profundos y valles estrechos, que se encuentran en las montañas de Arabia:
Todos los que han viajado en el desierto conocen la sensación de completa impotencia y frustración al encontrar un camino que de repente termina en uno de esos terribles cañones con lados perpendiculares—nada podría ser más abrupto, más absoluto, más desconcertante para los planes de uno, y así será con los inicuos en el día del juicio.1
Profesor S. Kent Brown, que había viajado extensamente en la región, desarrolló esta conexión más en 2002. Como señala Brown, generalmente hay un río o un cauce por los uadis. “Después de las lluvias, los arroyos estacionales en los uadis se llenan de barro y escombros”, que fácilmente se relaciona con las “aguas sucias” en 1 Nefi 12:16 y la “inmundicia” en 1 Nefi 15:26–27.2
Por otra parte, el valle de Lemuel, donde Lehi tuvo su sueño, fue probablemente uno de esos uadis. Ocultándose allí, obviamente tenía sus ventajas, pero también sus riesgos.
Recientemente, le ocurrió a un par de exploradores Santos de los Últimos Días, mientras estaban parados en uno de esos cañones, que las paredes empinadas y el arroyo que pasaba por en medio del cañón podrían haber dado vida al simbolismo encontrado en la visión de Lehi: “Las altas paredes verticales del abismo serían un buen ejemplo de las profundidades del infierno, puesto que no habría manera de subir y cualquier persona que cae de las paredes del cañón no podría sobrevivir”.3
Estos detalles nos dicen por qué el sueño de Lehi fue tan poderoso para él y su posteridad. Repentinas tormentas del desierto, causando inundaciones fatales, son temidas por todos los sabios viajeros, tal como Lehi. Mantenerse fuera de peligro era de suma importancia.
Estas imágenes no eran ficción, sino que reflejaban la realidad. Como Hugh Nibley razonó: “El contenido del sueño de Lehi es altamente significativo, ya que los sueños de los hombres necesariamente representan, incluso cuando son inspirados, las cosas que contemplan durante el día, aunque en combinaciones extrañas y maravillosas”.4 Lehi viajó en Arabia por el día, y soñaba en cuanto al entorno siniestro por la noche.
Tal como el sueño de Lehi refleja las realidades de la vida en Arabia, parece que Lehi conocía Arabia personalmente: “El sueño de Lehi, quizás más que cualquier otro segmento de la narrativa de Nefi, nos lleva al antiguo Cercano Oriente”, Brown señala, “porque tan pronto como nos enfocamos en ciertos aspectos del sueño de Lehi, nos encontramos mirando el mundo antiguo de Arabia. El sueño de Lehi no tiene origen en el mundo de José Smith pero tiene lugar en un mundo que conserva restos arqueológicos y costumbres y modales de los habitantes de Arabia”.5
En Arabia, abismos profundos están llenos de agua fangosa, separando a los viajeros de su destino. Este es el abismo de aguas sucias, el abismo del pecado y de injusticia, que separa los justos de los inicuos. Esta arrolladora fuerza se entendió por Lehi y Nefi claramente como una imagen poderosa de la justicia natural de Dios, y esta situación ayuda a los lectores modernos a comprender cómo y por qué el sueño de Lehi ha despertado, advertido y guiado poderosamente a sus numerosos lectores alrededor del mundo.
George Potter and Richard Wellington, Lehi in the Wilderness: 81 New, Documented Evidences that the Book of Mormon is a True History (Springville, Utah: Cedar Fort Publishing, 2003), 41–49.
S. Kent Brown, “New Light From Arabia on Lehi’s Trail,” in Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson, and John W. Welch (Provo, Utah: FARMS, 2002), 64–69.
Hugh Nibley, Lehi in the Desert/The World of the Jaredites/There Were Jaredites, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 5 (Salt Lake City, Utah: Deseret Book and FARMS, 1988), 43–46.
1. Hugh Nibley, Lehi in the Desert/The World of the Jaredites/There Were Jaredites, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 5 (Salt Lake City and Provo, Utah: Deseret Book and FARMS, 1988), 46.
2. S. Kent Brown, “New Light From Arabia on Lehi’s Trail,” in Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson, and John W. Welch (Provo, Utah: FARMS, 2002), 65 (Itálicas agregadas).
3. George Potter and Richard Wellington, Lehi in the Wilderness: 81 New, Documented Evidences that the Book of Mormon is a True History (Springville, Utah: Cedar Fort Publishing, 2003), 49.
4. Nibley, Lehi in the Desert, 43.
5. Brown, “New Light From Arabia,” 64.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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