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KnoWhy #150

¿Por qué Alma menciona “el plan” diez veces en sus palabras a Coriantón?

julio 1, 2017
KnoWhy #150
Estatua de Cristo en Salt Lake City, imagen vía lds.org
Estatua de Cristo en Salt Lake City, imagen vía lds.org
“[P]or tanto, según la justicia, el plan de redención no podía realizarse sino de acuerdo con las condiciones del arrepentimiento del hombre en este estado probatorio”
Alma 42:13

El conocimiento

Alma 42 concluye la poderosa exhortación de cuatro capítulos de Alma hijo a su hijo Coriantón.  Después de explicar las consecuencias del pecado y exponer sobre la resurrección (Alma 39-41), Alma percibió que Coriantón todavía estaba preocupado y confundido con respecto a la justicia de Dios. En particular, Alma señaló que Coriantón intentó “suponer que es una injusticia que el pecador sea consignado a un estado de miseria” (Alma 42:1). Para ayudar a su hijo a reconciliarse con la justicia de Dios, Alma explicó cómo el equilibrio de la justicia y la misericordia es parte integral del “gran plan de salvación” (Alma 42:5).1

Una característica del discurso de Alma que puede ser fácil pasar por alto es el uso simbólico del número diez. En muchas civilizaciones antiguas, incluyendo a los israelitas, se consideraba que ciertos números tenían un significado sagrado o importancia. Por ejemplo, John Welch explicó que el número diez “transmitía un grupo estrecho de mensajes simbólicos asociados con los reinos divinos, a saber, la integridad, perfección, dignidad, consagración, prueba, justicia, reverencia, expiación, súplica y la santidad (para mencionar diez)”.2 Parece probable que este uso sagrado de números se haya conservado en las planchas de bronce y perpetuado por los profetas nefitas como parte de su tradición literaria.3

La evidencia de los primeros manuscritos del Libro de Mormón indica que las unidades de capítulos originales fueron divinamente reveladas a José Smith,4 y según la edición de 1830 del Libro de Mormón, Alma 39-42 constaba de un capítulo único y cohesivo.5 Por lo tanto, puede ser significativo que dentro de estos capítulos Alma se refiriera precisamente al plan de redención (o sus variantes, como plan de salvación o plan de felicidad) precisamente diez veces.6

Durante este período, Alma fue el sumo sacerdote sobre la iglesia y probablemente cumplió con las responsabilidades del templo similares a las que se encuentran en el Antiguo Testamento (Alma 5:3).7 Esto es notable porque el número diez ocupa un lugar prominente en la arquitectura del templo y la fórmula ritual:

Cuando el templo de Salomón fue construido, también contenía muchas características que llegaron en decenas. La altura y el ancho de los querubines en el templo de Salomón eran de diez codos… [el] diámetro del mar de bronce era de diez codos… el altar de bronce era de diez codos de altura; diez candelabros estaban hechos de oro; y se colocaron diez mesas, cinco a cada lado.8

Un diagrama que ilustra las dimensiones del templo de Salomón, el cual estaba basado en números sagrados
Un diagrama que ilustra las dimensiones del templo de Salomón, el cual estaba basado en números sagrados

Sabemos que el templo de Nefi, que probablemente fue un modelo para la adoración posterior del templo nefita,9 fue construido “según el modelo del templo de Salomón” (2 Nefi 5:16). Por lo tanto, tiene sentido que Alma, al ser el sumo sacerdote encargado de la obra del templo, hubiera sido consciente del significado sagrado de este número y lo utilizó con propósito para ayudar a su hijo a comprender el plan de salvación.

El que Alma nombrara diez veces el plan de salvación también podría estar relacionado con su función de sumo sacerdote para determinar la dignidad en relación con los Diez Mandamientos. Welch propuso que “los Diez Mandamientos pudieron haber funcionado de alguna manera como una lista de los requisitos modernos de la recomendación del templo para determinar quién podría ascender al monte del Señor, o al templo” (véase Salmo 24).10 De esta manera, la exhortación de Alma podía verse cómo llevar simbólicamente a Coriantón a juicio ante Dios por violar uno de esos mandamientos sagrados. Alma deseó que Coriantón aprovechara el tiempo para el arrepentimiento que se permite misericordiosamente bajo el plan general de felicidad de Dios.

Además, la exhortación de Alma a Coriantón no contiene el único ejemplo discernible de números sagrados que se encuentran en el Libro de Mormón.11 De particular relevancia es otra repetición de diez veces de la palabra “plan” que se encuentra en Alma 12. En ese caso, los tres primeros usos del término se refieren al “plan sutilísimo” de Zeezrom para engañar al pueblo y volverlos contra Alma y Amulek (Alma 12:32-33). En cambio, todos los últimos siete usos (siete en sí mismos son un número sagrado sacerdotal12 se refieren al “plan de redención” (véase Alma 12:25–33). La ocurrencia de ejemplos o contextos negativos de un elemento repetido que es suplantado o dominado por un mayor número de usos positivos no es un fenómeno aislado y puede encontrarse en otra parte del Libro de Mormón.13 Por lo tanto, parece más que una coincidencia que tanto Alma 12 y Alma 39-42 usen el mismo patrón de repetición de diez veces para exponer sobre el mismo tema sagrado—el plan de redención.14

El porqué

La expiación de Jesucristo permite a Sus hijos volver a Él, y constituye lo que llamamos el plan de redención
La expiación de Jesucristo permite a Sus hijos volver a Él, y constituye lo que llamamos el plan de redención

Coriantón había adquirido el “plan” equivocado (como lo había hecho Zeezrom en Alma 12), y así el sermón de Alma, con el propósito de volver a su hijo al verdadero camino, necesitaba indicar la totalidad del verdadero plan. Incluso si alguien no es consciente de este hilo décuplo, el efecto subconsciente de su repetición de diez veces permite que el espíritu obtenga un impulso a una conclusión muy satisfactoria y amonestación convincente. Las palabras de Alma tuvieron un efecto muy saludable en Coriantón.15 Este elemento enfático puede ser una de las razones por las que estas palabras dejaron una impresión tan indeleble en su hijo y todavía dejan un impacto tan poderoso en los lectores de hoy.

La comprensión del simbolismo numérico que subyace en partes del Libro de Mormón también puede profundizar la comprensión de las escrituras y los profetas que las escribieron. Por ejemplo, identificar la repetición simbólica de Alma de “el plan de redención” ayuda a los lectores a reconocer lo significativo que este concepto pudo haber sido para él. Probablemente vio el plan de Dios como una solución perfecta o completa a la confusión moral y al comportamiento rebelde de su hijo. No solamente Alma repite el término exactamente diez veces, sino que en Alma 39-42 usa cinco variaciones connotativas para describir el plan de Dios: plan de redención, restauración, salvación, misericordia y felicidad.

Los lectores deben ser cautelosos en no asumir que cada caso de un número sagrado, ya sea explícitamente mencionado o implícito a través de la repetición, es simbólicamente significativo. Sin embargo, muchos de los textos atestados de números simbólicos son tan distintivos y convincentes que es difícil verlos como cualquier otra cosa que no sea intencional. El hecho de que palabras, frases o conceptos específicos se repitan un número sagrado de veces en un contexto significativo es evidencia de que los autores estaban familiarizados con el antiguo simbolismo numérico. Explorar el significado sagrado de los números, por lo tanto, revela una capa perspicaz de sutil complejidad en el Libro de Mormón.

Otras lecturas

John W. Welch, “Counting to Ten,” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 2 (2003): 42–57, 113–14.

Corbin Volluz, “A Study in Seven: Hebrew Numerology in the Book of Mormon,” BYU Studies Quarterly 53, no. 2 (2014): 57-83.

John W. Welch, “Number 24,” Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1992), 272–274.

 

1. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Cuándo habla por primera vez el Libro de Mormón sobre el Plan de Salvación? (2 Nefi 9:6)”, KnoWhy 33 (10 de febrero, 2017).
2. John W. Welch, “Counting to Ten,” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 2 (2003): 57.
3. Véase 1 Nefi 3:19; Enós 1:1; y Mosíah 1:4.
4. Véase Royal Skousen, “How Joseph Smith Translated the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript,” Journal of Book of Mormon Studies 7, no. 1 (1998): 27–28.
5. Véase Thomas W. Mackay, “Mormon as Editor: A Study in Colophons, Headers, and Source Indicators,” Journal of Book of Mormon Studies 2, no. 2 (1993): 107.
6. Alma 39:18; 41:2; 42:5, 8, 11, 13, 15, 16, 31.
7. Para información general sobre las responsabilidades del sacerdocio y la adoración en el templo en el Antiguo Testamento, véase Lawrence H. Schiffman, “Priests,” in Harper’s Bible Dictionary, ed. Paul J. Achtemeier (San Fransico, CA: Harper and Row, Publishers, 1985 ), 821—823. See also, Old Testament Student Manual Genesis–2 Samuel (Salt Lake City, UT: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1980–1981), 159–192.
8. Welch, “Counting to Ten,” 57.
9. Véase Mark Alan Wright, “Axes Mundi: Ritual Complexes in Mesoamerica and the Book of Mormon,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 12 (2014): 79–96. Véase también John W. Welch, “The Temple in the Book of Mormon: The Temples at the Cities of Nephi, Zarahemla, and Bountiful,” in Temples of the Ancient World, ed. Donald W. Parry (Salt Lake and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 297—387.
10. Welch, “Counting to Ten,” 45.
11. Varios estudios han demostrado que diez, siete, veinticuatro y cincuenta son todos simbólicamente significativos en todo el texto. Véase Corbin Volluz, “A Study in Seven: Hebrew Numerology in the Book of Mormon,” BYU Studies Quarterly 53, no. 2 (2014): 57–83; John W. Welch, “Number 24,” in Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: FARMS, 1992), 272–274; Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Alma les preguntó a los miembros de la iglesia cincuenta preguntas interrogatorias? (Alma 5:14-15)”, KnoWhy 112 (18 de mayo de 2017); Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Alma quería hablar ‘con la trompeta de Dios’? (Alma 29:1)”, KnoWhy 136 (15 de junio, 2017).
12. Volluz, “A Study in Seven,” 74: “Quizás lo más interesante es que el libro de Alma parece estar estructurado alrededor del número siete y, más específicamente, alrededor del doble del número de siete.Esto puede ser particularmente apropiado en el libro nombrado para Alma, el sumo sacerdote en la tierra de Zarahemla, porque el siete se destaca en aspectos de la ley de Moisés con los cuales Alma habría estado íntimamente familiarizado (véase Alma 30:3). El manual sacerdotal contenido en el libro de Levítico está repleto de ejemplos del número siete y sus múltiplos, llamando a siete rociadas o unciones (Lev 4:6, 17; 8:11; 14:51) y marcando los períodos heptádicos de tiempos de impureza (Levítico 12:2; 13:5, 31), de purificación o consagración (Levítico 8:33; 15:19; 16:14, 19) o del tiempo sagrado.” )
13. Welch, “Counting to Ten,” 54–55.
14. Debido a su diferente forma y contexto negativo, puede parecer tentador descartar las tres primeras instancias de la palabra “plan” en Alma 12 como algo relacionado con las últimas siete repeticiones de “plan de redención”. Sin embargo, parece que las antiguas “reglas” literarias con respecto a la repetición no eran tan rígidas ni inflexibles. El paralelismo antitético, por ejemplo, era común en la literatura antigua. En este ejemplo, todas las instancias tienen al menos una palabra en común, y en total hay diez instancias que conceptualmente tratan con un plan global. El hecho de que el primer uso del término “plan” sea directamente contrario al uso posterior del “plan de redención” sugiere que una dicotomía intencional puede estar en juego. Aunque tal afirmación no es ciertamente demostrable, la certificación de ejemplos y variaciones similares en el texto apoya su viabilidad (véase la nota 12).
15. Alma 49:30 implica que Coriantón tomó las enseñanzas de Alma en su corazón, se arrepintió de sus transgresiones y regresó al ministerio: “Sí, y hubo paz continua entre ellos, y sumamente grande prosperidad en la iglesia a causa de su atención y diligencia que daban a la palabra de Dios, la cual les era declarada por Helamán, Shiblón, Coriantón, y Ammón y sus hermanos, sí, y por todos los que habían sido ordenados según el santo orden de Dios, habiendo sido bautizados para arrepentimiento y enviados a predicar entre el pueblo”.

Traducido por Central del Libro de Mormón