Después de censurar a Coriantón por su conducta inmoral y perjudicial (Alma 39:1-3), Alma percibió que la mente de su hijo “esta[ba] preocupada con respecto a la resurrección de los muertos” (Alma 40:1). La preocupación de Coriantón es algo sorprendente, considerando que su padre, Alma, era un profeta y el sumo sacerdote sobre la tierra (Alma 5:3). ¿Por qué el hijo de un profeta batallaba para entender una de las doctrinas más fundamentales del evangelio?
Una posibilidad es que Coriantón haya sido expuesto a filosofías religiosas que desechaban o corrompían la verdadera doctrina de la resurrección. Al principio del Libro de Mormón, Lehi y su hijo Jacob enseñaron la realidad de la resurrección explícitamente (2 Nefi 2:8; 9:6).1 Parece, sin embargo, que en algún momento entre la muerte de Jacob y el reinado del rey Mosíah una parte del pueblo rechazó esta enseñanza.2
Por ejemplo, la forma en que Abinadí enfatizó la resurrección cuando se enfrentó al rey Noé y sus sacerdotes sugiere que esta doctrina no estaba siendo correcta o suficientemente enseñada entre el pueblo de la ciudad de Nefi.3 De la misma manera, cuando Alma padre, se esforzó por perpetuar las enseñanzas de Abinadí, muchos de la nueva generación “[n]o creían lo que se había dicho tocante a la resurrección de los muertos” (Mosíah 26:2). 4
Como un joven rebelde, el mismo Alma hijo probablemente rechazó la realidad de la resurrección y se “[hallaba] entre los incrédulos” antes de su milagrosa conversión (Mosíah 27:8). Estos tipos de pistas textuales indican que alguna enseñanza externa o filosofía pudo haber estado compitiendo contra la verdadera doctrina de la resurrección.
Lo que sí se sabe es la forma en que Nehor influyó negativamente en las actitudes hacia esta doctrina. A diferencia de Korihor, que negó completamente la existencia de Dios (Alma 30:2), Nehor introdujo el concepto de que “el Señor había creado a todos los hombres, y también los había redimido a todos; y al fin todos los hombres tendrían vida eterna” (Alma 1:4). La teología divergente de Nehor influyó obviamente en las opiniones del joven Coriantón sobre la resurrección y el juicio, y sin embargo, estaba en conflicto con las leyes eternas de justicia y juicio integradas en la verdadera doctrina de la resurrección (véase Alma 42:22).5
A pesar de su juicio y ejecución,6 las doctrinas seductoras de Nehor se hicieron populares entre el pueblo—tanto que su filosofía fue formalmente designada como “el orden de Nehor” (Alma 14:16; 24:29). Desafortunadamente, la herejía de Nehor fue promulgada por los Amlicitas,7 quien, por el tiempo del ministerio de Coriantón, había ganado influencia prominente.8
Reconocer la controversia histórica que rodeó la doctrina de la resurrección puede ayudar a los lectores a comprender mejor la causa de la confusión de Coriantón. Su preocupación sobre esta doctrina probablemente no se debía a la curiosidad casual o una simple pregunta. Parece, más bien, que estaba rodeado de ideologías filosóficas y teológicas que contradecían directamente un principio fundamental de la religión de su padre. El comportamiento inmoral de Coriantón también puede correlacionarse significativamente con sus preocupaciones y dudas que amenazaban su fe en Jesucristo, la realidad de su muerte, la resurrección y el juicio final.9
Estos temas habían sido motivo de gran preocupación para muchas personas, no solamente para Coriantón, sino también para Alma. Trazar el desarrollo de la doctrina de la resurrección en el Libro de Mormón también puede ayudarnos a apreciar las nuevas contribuciones de las enseñanzas de Alma a su hijo. Como se señaló anteriormente, Alma mismo había sido un incrédulo. Con el fin de satisfacer sus propias preguntas o inquietudes sobre este asunto, había “preguntado diligentemente al Señor” (Alma 40:9). En respuesta, el Señor envió un ángel para iluminarlo. De esta experiencia, Alma fue capaz de agregar las siguientes ideas a lo que ya estaba escrito acerca de la resurrección en el Libro de Mormón:
No está claro cuáles eran las creencias específicas de Coriantón antes de la exhortación de su padre, pero, temáticamente hablando, las atesoradas instrucciones de Alma a Coriantón le ayudaron a comprender la naturaleza sistemática y las funciones cruciales de la resurrección. Alma había enseñado claramente en varias ocasiones que una parte esencial del evangelio era creer que a través de la resurrección todos los hombres finalmente comparecerán ante Dios en sus cuerpos para ser juzgados según sus obras mientras estaban en la carne (Alma 33:22; 40:22-26). Reconociendo que Coriantón y otros estaban cuestionando y estaban preocupados por esto mismo, Alma guió pacientemente a Coriantón a través del argumento lógico que explicaba el significado de la palabra “restauración” (41:2-15) y defendía el equilibrio de justicia y misericordia inherente en este sistema (Alma 42). 11
Similar al ambiente de Coriantón, la sociedad moderna se enfrenta a una serie de filosofías equivocadas y falsas enseñanzas que pueden amenazar la fe en las verdaderas doctrinas. La brillante exposición de Alma demuestra poderosamente que el verdadero conocimiento de las cosas sagradas no puede ser heredado y solo se obtiene mediante la búsqueda diligente y la oración sincera. En todo esto, los lectores modernos pueden aprender mucho del ejemplo de Alma de ayudar a un ser querido a encontrar respuestas significativas a preguntas difíciles y productivas.
A. Keith Thompson, “The Doctrine of Resurrection in the Book of Mormon,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 12 (2016): 101–129.
Douglas J. Merrell, “The False Priests of the Book of Mormon,” in Selections from the Religious Education Student Symposium 2005 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2005): 87–94.
Véase John Hilton III and Jana Johnson, “Who Uses the Word Resurrection in the Book of Mormon and How Is It Used?” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 21, no. 2 (2012): 30–39.
1. Para un análisis más profundo de las primeras doctrinas de la resurrección en el Libro de Mormón, véase A. Keith Thompson, “The Doctrine of Resurrection in the Book of Mormon“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 12 (2016): 114–115.
2. Véase Thompson, “Doctrine of the Resurrection,” 108–109.
3. Véase John Hilton III and Jana Johnson, “Who Uses the Word Resurrection in the Book of Mormon and How Is It Used?” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 21, no. 2 (2012): 32–33. También es notable que después de que Alma enseñó en privado “acerca de la resurrección de los muertos y la redención del pueblo”, aprendemos que “muchos creyeron en sus palabras.” (Mosíah 18:2-3). Esta declaración tiene mejor sentido si la resurrección era previamente desconocida o no aceptada entre el pueblo en la tierra de Lehi-Nefi.
4. Abinadí enseñó entre el pueblo de Noé que residía en la tierra de Lehi-Nefi, mientras que Alma continuó estas enseñanzas en la tierra de Zarahemla. Es significativo que las sociedades en ambos lugares lucharon para aceptar la doctrina de la resurrección.
5. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Alma menciona ‘el plan’ diez veces en sus palabras a Coriantón? (Alma 42:13)”, KnoWhy 150.
6. Véase Book of Mormon Central, “¿Por qué Nehor sufrió una muerte ‘ignominiosa’?” (Alma 1:15)”, KnoWhy 108 (13 de mayo, 2017).
7. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué desaparecieron los amlicitas? (Alma 2:11)“, KnoWhy 109 (15 de mayo de 2017).
8. Véase Douglas J. Merrell, “The False Priests of the Book of Mormon,” in Selections from the Religious Education Student Symposium 2005 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2005): 87–94. Véase también J. Christopher Conkling, “Alma’s Enemies: The Case of the Lamanites, Amlicites, and Mysterious Amalekites,” Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 113-115.
9. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el pecado de Coriantón fue tan grave? (Alma 39:5)”, KnoWhy 147.
10. Thompson, “Doctrine of the Resurrection,” 124.
11. Alma señala específicamente que posteriormente todos sabrán que el mismo Dios entiende y controla el momento de la resurrección: “Y cuando llegue el tiempo en que todos resuciten, entonces sabrán que Dios conoce todas las épocas que le están señaladas al hombre” (Alma 40:10). También es importante considerar que Alma 40 es solo el comienzo del discurso de Alma sobre la resurrección. Este capítulo establece principalmente que, después de la muerte, los espíritus de los justos serán “recibidos en un estado de felicidad”, mientras que los espíritus de los impíos serán “echados a las tinieblas de afuera” (Alma 40:12-13). Alma 41-42 apunta a justificar la doctrina de la resurrección y el juicio que están claramente delineados en Alma 40.
Traducido por Central del Libro de Mormón
Construimos una fe duradera en Jesucristo al hacer que el Libro de Mormón sea accesible, comprensible y defendible para todo el mundo.
Copyright 2017-2022 Book of Mormon Central: A Non-Profit Organization. All Rights reserved. Registeres 501(c)(3).EIN:20-5294264