No mucho después del establecimiento del reinado de los jueces nefitas, surgió una crisis que cuestionó la viabilidad de la iglesia y el gobierno nefita.1 “En el primer año del gobierno de los jueces, que de allí en adelante continuó sobre el pueblo de Nefi”, un disidente llamado Nehor fue “entre el pueblo, predicándole lo que él decía ser la palabra de Dios, importunando a la iglesia” (Alma 1:1, 3). Nehor fue firme en que “todo sacerdote y maestro debía hacerse popular; y que no debían trabajar con sus manos, sino que el pueblo debía sostenerlos” (v.3).2
Teológicamente, Nehor predicó una versión del universalismo. Él declaró: “todo el género humano se salvaría en el postrer día, y que no tenían por qué temer ni temblar, sino que podían levantar la cabeza y regocijarse; porque el Señor había creado a todos los hombres, y también los había redimido a todos; y al fin todos los hombres tendrían vida eterna” (v.4).
Las enseñanzas de Nehor quedaron entre los nefitas, y pronto sus seguidores “empez[aron] a establecer una iglesia de acuerdo con lo que predicaba” (v. 6). Nehor, sin embargo, fue más allá que solamente una disidencia religiosa. Cuando fue confrontado por Gedeón, el apóstata nefita “empezó a disputar vigorosamente con él” sobre la doctrina (v. 7). El argumento se elevó hasta el punto en que Nehor “sacó su espada y empezó a darle golpes. Y Gedeón estaba ya muy entrado en años; por tanto, no pudo aguantar sus golpes, de modo que murió por la espada” (v.9). Lo que comenzó como una disidencia religiosa y cultural se convirtió en un homicidio.
Esto, por supuesto, llevó a Nehor a presentarse ante el juez principal Alma, para alegar su defensa (v. 11). La defensa de Nehor fracasó, y Alma lo condenó a morir, ya que él era “no solo […] culpable de dicha superchería, sino que [había] tratado de imponerla por la espada”. Alma razonó que “si la superchería sacerdotal fuese impuesta sobre este pueblo, resultaría en su entera destrucción” (v. 12).
El registro describe la ejecución de Nehor en un solo versículo: “[y] aconteció que lo tomaron… y lo llevaron a la cima del cerro Manti, y allí se le hizo admitir, o mejor dicho, admitió entre los cielos y la tierra, que lo que había enseñado al pueblo era contrario a la palabra de Dios; y allí padeció una muerte ignominiosa” (v. 15).3
El relato de la vida y muerte de Nehor está profundamente arraigada en el contexto de la ley nefita. John W. Welch ha explorado extensamente cómo el juicio y ejecución de Nehor se esclarece al observar tanto las leyes bíblicas en general y las leyes nefitas en particular.4
Varios factores, de acuerdo con Welch, contribuyeron a que Nehor recibiera finalmente una “muerte ignominiosa”. Estas incluyen las recientes reformas sociales de Mosíah y el establecimiento del juzgado nefita al final del libro de Mosíah, todas las cuales Nehor trató de socavar con violencia. El juicio de Nehor, por lo tanto, no fue una mera trivialidad.
Cuando Nehor fue llevado ante Alma para ser juzgado, su juicio fue una prueba importante del poder político y judicial de Alma en el incipiente reinado de los jueces. ¿Cómo funcionaría el nuevo sistema de jueces? ¿Cuál sería el poder del juez principal?… ¿Cómo podrían los recientes principios de equidad enunciados y la rúbrica de que una persona no podría ser castigada por sus creencias, ser interpretados y aplicados en la práctica actual?… Todas estas eran preguntas abiertas que serían probadas y resueltas, intencional o involuntariamente, por el juicio precedente de Nehor.5
La seriedad de los desafíos (sediciosos) de Nehor al orden social nefita, sin mencionar el asesinato de Gedeón, es indudablemente lo que provocó su muerte “ignominiosa” en el cerro Manti.6 Brant A. Gardner comentó que, en su corazón, la ejecución de Nehor “removi[ó] su honor personal”.7 (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 4:30.8Gardner, Second Witness, 4:30; Welch, Legal Cases, 231–232.9
Que Mormón dijera que la muerte de Nehor fue “ignominiosa” muestra el completo desdén para uno de los peores disidentes nefitas.10 De hecho, las enseñanzas cismáticas de Nehor conducirían a un mayor conflicto y derramamiento de sangre en la historia nefita, sobre todo con el surgimiento de los amlicitas (Alma 2-3). Desde la perspectiva de la ley nefita, entonces, y a través de la narrativa moralista de Mormón, la muerte ‘ignominiosa’ de Nehor es comprensible. Que sus enseñanzas ignominiosas, las cuales no murieron con él, afectarían más tarde tantas vidas para lo peor, es solo una de las muchas tragedias del Libro de Mormón.
John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: Brigham Young University Press and the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 211–235.
Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 4:18–40.
Matthew Scott Stenson, “Answering for His Order: Alma’s Clash with the Nehors,” BYU Studies Quarterly, forthcoming.
1. La apostasía nefita envuelve más que solamente una disensión religiosa, como lo explicó Mark Alan Wright y Brant A. Gardner. “¿Por qué una apostasía religiosa fue socialmente tan perturbadora? El astillamiento de la iglesia restaurada después del martirio del profeta José Smith seguramente resultó en diferentes cuerpos religiosos, pero no en una guerra civil. La diferencia es explicada por la habilidad del mundo moderno para separar la religión de la política y la cultura. Para los nefitas, la apostasía religiosa incluye una alteración en el orden social. Cuando las presiones del nuevo tipo de reinado llegaron a ser lo suficientemente fuerte, la preocupación no fue solamente religiosa o política—también incluía un deseo de transformar la sociedad. Mientras la apostasía religiosa sincretizó las ideas religiosas, los adherentes anhelaban el prestigio social, riqueza y los privilegios asociados con aquellas ideas religiosas en las ciudades y culturas circundantes.” Mark Alan Wright and Brant A. Gardner, “The Cultural Context of Nephite Apostasy,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 1 (2012): 53–54.
2. El diccionario Webster de 1828 define “popular” como “perteneciente a la gente común”. Como tal, Nehor quería hacer a los sacerdotes “populares” que debería ser entendido dando a entender que “el pueblo debía sostenerlos [financieramente]”, y no necesariamente en el sentido coloquial que él quisiera que fueran reconocidos con favores o adoración. Esto explica porqué las enseñanzas de Nehor eran peligrosas, como si él estuviera atentando subvertir los ideales igualitarios nefitas llegando hasta el rey Benjamín quien por sí mismo trabajó para su sustento (Mosíah 2:14–15).
3. Al revisar de nuevo el diccionario Websters de 1828 la palabra “ignominiosa” se define primero, como “incurrir en desgracia, cobardemente; agresivo”, segundo, “muy vergonzoso, reprochable, deshonroso, infame” y tercero, “despreciable, digno de desprecio”.
4. John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: Brigham Young University Press and the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 211–235.
5. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 220, se eliminaron las citas de las escrituras internas.
6. El lugar de la muerte de Nehor es significante. Como lo explica Welch, “la cima de un cerro o montaña servía como un lugar de reunión entre el cielo y la tierra, entre Dios y el hombre. Allí la confesión de Nehor podría hacerse juntando tanto el cielo como la tierra, tanto para su propio eterno beneficio y por el beneficio de la ciudad de Zarahemla. En cierto sentido, la cima, representa una cima cósmica, también era la tierra de ningún hombre, entre el cielo y la tierra, donde ni el cielo o la tierra necesita recibir al vil delincuente”. Welch, Legal Cases, 231.
7. Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols.
8. Nehor no solamente lo “llevaron” a su lugar de ejecución, sugiriendo que se resistió a su destino de una manera indigna, pero tanto Welch como Gardner postulan que probablemente fue lapidado, un método de ejecución conocido tanto en el antiguo Israel como en la antigua Mesoamérica, y uno que habría “connotado vergüenza”.
9.
10. Esto es reforzado por el hecho de que Mormón no se molesta en mencionar a Nehor por su nombre en Alma 1 hasta su ejecución.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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