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KnoWhy #114

¿Por qué Alma menciona tres tipos de caminos en un solo versículo?

mayo 20, 2017
KnoWhy #114
Imagen vía Google Images
“Porque percibo que andáis por las sendas de la rectitud. Veo que os halláis en el camino que conduce al reino de Dios; sí, percibo que estáis enderezando sus sendas”
Alma 7:19

El conocimiento

Alma 7 registra el discurso de Alma hijo al pueblo justo de la ciudad de Gedeón,1 que no estaban “en un estado de tanta incredulidad como lo estaban [sus] hermanos” en Zarahemla (Alma 7:6). Debido a su estado de preparación espiritual, Alma sentía que a estas personas se les podía enseñar más acerca de la venida de su Redentor a este mundo. Él dijo que el Espíritu de Dios le había instruido a proclamar “a este pueblo, diciendo: Arrepentíos y [1] preparad la vía del Señor, y [2] andad por sus sendas, que son rectas; porque he aquí, [3] el reino de los cielos está cerca, y el Hijo de Dios viene sobre la faz de la tierra” (Alma 7:9).2

Cumpliendo esta triple asignación espiritual y expandiéndola en tres diferentes imágenes, Alma afirma que percibe (1) que estas personas se encuentran “por las sendas de la rectitud”, (2) que están caminando “en el camino que conduce al reino de Dios” y (3) que están “enderezando sus sendas [de Dios]” (Alma 7:19).

Estas tres representaciones de las “sendas” o “caminos” evocan fuertes precedentes bíblicos y mensajes espirituales relevantes:

1.  “Las sendas de la rectitud”

Esta frase en Alma 7:19 se encuentra una vez en la Biblia, en el Salmo 23:3. El único otro lugar que aparece además de Alma 7:19 y Salmo 23:3 está en 1 Nefi 16:5.3 El inolvidable Salmo 23 alaba al Señor como el pastor personal que “[c]onfortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”.

2. “El camino que conduce al reino de Dios”

Aunque esta frase exacta no se encuentra en ninguna otra parte de las escrituras, el significado general no es poco común. En 2 Nefi 31:9, 17-21, Nefi habla de entrar “en este estrecho y angosto camino” (v. 19) y de permanecer en ese camino para asegurar la salvación en el “reino de Dios” (v. 21) una clara alusión al sueño de Lehi del árbol de la vida y único camino estrecho y angosto que guía hacia él.

Además, el camino que conduce al reino de Dios es probablemente también un recuerdo de, o una referencia a, el antiguo camino que conducía al templo en Jerusalén. Véase, por ejemplo, el Salmo 84:5, cuya última cláusula se refiere (en hebreo) a una calzada o a una vía pública elevada. La Biblia de las Américas y La Nueva Biblia de los Hispanos traducen esto como “los caminos a Sión” y la Biblia de Lengua Actual habla de los que desean “venir hasta tu templo”. De igual manera, Isaías 35:8-10 se refiere a una “calzada” llamada el “Camino de Santidad” que llevará a los redimidos “a Sion”.4

3. “[E]stáis enderezando sus sendas”

La calzada a Sion o al templo de Jerusalén, también era el camino que Jehová iba a tomar cuando viniera a Jerusalén a salvar (o después de que había salvado) a su pueblo. Se esperaba que las personas de la tierra construyeran este camino en preparación para su venida. El Salmo 68 habla de Jehová, “que cabalga sobre los cielos” (v. 4), viniendo en gloria para salvar a Su pueblo (véase también vv. 7, 17-18, 24-25). El hebreo de Salmos 68:4 le dice al pueblo que “levante” algo no especificado,5 pero La Biblia de las Américas interpreta la frase como “abrid paso al que cabalga por los desiertos”.

Esta elección de traducción puede haber sido hecha con pasajes en mente como Isaías 62:10, un pasaje que describe bien la instrucción de construir el camino de Jehová que los redimidos tendrían que viajar para llegar a Sion. Dice: “Pasad, pasad por las puertas; preparad el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad estandarte sobre los pueblos”. De igual manera, Isaías 57:14-15 habla del camino que se preparará para que “el quebrantado y humilde de espíritu” suba a la morada de Jehová. El pueblo es amonestado: “Allanad, allanad; preparad el camino; quitad los tropiezos del camino de mi pueblo”. El camino debía ser construido, allanado y enderezado.

El pasaje que Alma probablemente tenía en mente cuando usó esta frase en Alma 7:19 (“enderezando sus sendas”) es Isaías 40:3-4:

Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino de Jehová; enderezad calzada en el yermo para nuestro Dios. Todo valle será alzado, y todo monte y collado serán bajados; y lo torcido será enderezado, y lo áspero será allanado.

Esta audaz profecía, una que también fue conocida por Lehi y Nefi, quienes también hablaron “acerca de un profeta que habría de preceder al Mesías, para preparar la vía del Señor” (véase 1 Nefi 10:7; 11:27; 2 Nefi 31:4-18), pertenece a la misma tradición profética que Alma utiliza aquí.

El porqué

En Alma 7, el sumo sacerdote Alma pronunció palabras enseñando la triple comisión de hablar abiertamente al pueblo de Gedeón acerca de los caminos del Señor, sus sendas y la venida del Hijo de Dios. Hablando profunda y proféticamente, Alma alude a los tres usos de la palabra “camino” de la tradición israelita acerca del templo que se encuentra específicamente en los Salmos y en Isaías: las sendas de rectitud del Señor que conducen a él, la senda o el camino sagrado que los guía al templo y la senda que el Señor utilizará para venir sobre la faz de la tierra.

En el primer ejemplo, uno puede imaginar varias razones por las cuales Alma habría aludido, en esta ocasión, a las sendas de rectitud del Señor en el Salmo 23. Alma conocía bien a su audiencia, los elogiaba como humildes seguidores de Cristo cuyos padres y madres habían permitido ser llevados fuera de la cautividad por él (Mosíah 22). De hecho, el Señor había guiado al pueblo de Gedeón a un valle pacífico, tal como el Señor en el Salmo 23 guía a su pueblo a “pastos delicados [les] hará descansar… junto a aguas de reposo” (Salmo 23:2).

Respecto al segundo, uno podría preguntarse por qué Alma habría querido que la gente de la ciudad de Gedeón recordara estar “en la senda” o en el camino que conduce al templo y al reino de Dios. En el momento en que Alma habló al pueblo en Gedeón, él había renunciado recientemente a ser el juez superior y ahora estaba concentrando sus esfuerzos únicamente en su posición y autoridad como Sumo Sacerdote en la iglesia y el templo de Dios en la tierra de Zarahemla (Alma 4:17-18). Así pues, él elogia a estas personas, que viven en un valle a cierta distancia de Zarahemla, por viajar al santo templo en Zarahemla.

Del tercero, entender el mandamiento de alzar, o construir, la calzada que recibirá al Mesías que viene ayudará a los lectores a entender cómo este mensaje también podría haber influenciado a Alma en esta ocasión. Fue en Gedeón que Alma cumplió su misión de hablar de sendas rectas y de la venida del Hijo de Dios a la tierra, y así es aquí que él revela directamente que el Hijo de Dios “nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados”, y luego revela información sobre las tentaciones, la muerte y el sacrificio expiatorio que Jesús realizaría allí en la tierra de Jerusalén (Alma 7:10-13). Así como la profecía de la calzada conducía al templo, Alma entonces invitó a todas las personas dignas de Gedeón que vinieran al Señor para ser bautizados, lavados, salvos y limpios, para dejar todo pecado y entrar en un convenio para guardar los mandamientos. Se esperaba que oyeran las palabras de que “tendrá[n] la vida eterna” (Alma 7:14-16). Alma quería que el pueblo de Gedeón tuviera la confianza y la fe de que habían encontrado ese camino, estaban siendo guiados por el Buen Pastor y que estaban ayudando a preparar el camino tanto para la venida del Señor como para otros para seguir ese camino.

El lenguaje en Alma 7:9 tiene muchos paralelos con pasajes en los Salmos e Isaías. Al igual que esos pasajes aplican sus exhortaciones y aclamaciones a todos los hombres y mujeres en Israel, Alma aplicó el conjunto de cada uno de estos conceptos a la congregación en Gedeón. Aunque es cierto que estas profecías pueden mirar hacia adelante específicamente a la misión de Juan el Bautista (véase 1 Nefi 10:7-8, 11:27, 2 Nefi 31:4-18 y Mateo 3:1-3; 4:14-17), cada persona fiel tiene un papel que desempeñar en enderezar el camino del Señor y preparar el mundo para su venida. Tal como Alma aplicó este rico mensaje al buen pueblo de Gedeón, todos los lectores del Libro de Mormón hoy pueden encontrarse en estas palabras y evaluar dónde están a lo largo de la senda que conduce al Salvador y su progreso en ayudar a enderezar su senda.

Otras lecturas

Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical & Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 4:127–132.

John S. Welch, “Straight (not Strait) and Narrow,” Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 1 (2007): 18-25, 83-84.

Paul Y. Hoskisson, “Straightening Things Out: The Use of Strait and Straight in the Book of Mormon,” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 2 (2003): 58–71, 114–117.

 

 

1. Este es el segundo de los diez discursos de Alma en el Libro de Mormón; véase Mosíah 27, Alma 5, 7, 8-9, 12-13, 29, 32-33, 36-37, 38 y 39-42.La ciudad de Gedeón había sido construida recientemente, llevando el nombre de Gedeón, “el nombre de aquel a quien Nehor mató con la espada” (Alma 6:7). Por motivo de que Gedeón era el guerrero que había liberado al pueblo de Limhi de la esclavitud (Alma 1:8), la gente en esta ciudad era probablemente el pueblo de Limhi, cuya osada y fiel fuga unos 40 años antes se relata en Mosíah 22. Viviendo separados en el valle de Gedeón, estos refugiados habían permanecido fieles.
2. Royal Skousen sugiere que el texto original del Libro de Mormón había dicho “arrepentíos” repetido dos veces en este versículo, pero la repetición fue borrada accidentalmente por el tipógrafo. Véase Royal Skousen, Analysis of Textual Variants of the Book of Mormon, Part Three: Mosiah 17–Alma 20 (Provo, UT: FARMS, 2006), 1717. Véase también las notas para Alma 7:19 en pp. 1724–1725.
3. Para otras dos conexiones cercanas, véase también 2 Nefi 9:41, “sus senderos son justos”, y “guíalos en los caminos de la sabiduría” (Mosíah 2:36). Nefi usa la frase de la misma manera que Alma.
4. Compara con Isaías 49:11; 62:10; Salmos 68:4; Jeremías 6:16; 18:15. Véase Sigmund Mowinckel, The Psalms in Israel’s Worship, trans. D.R. Ap-Thomas, 2 vols. (Oxford: Basil Blackwell, 1962), 1:170; John Eaton, Festal Drama in Deutero-Isaiah (London: SPCK, 1979), 15.
5. La palabra hebrea solu se traduce como “ensalzad” en la versión Reina Valera 2009, pero tiene la misma raíz que la palabra “calzada”, o “camino elevado”, masillah.

Traducido por Central del Libro de Mormón