Los zeniffitas, el pueblo que regresó de la tierra de Nefi de Zarahemla, enfrentaron muchos desafíos. Constantemente tuvieron que pelear con los lamanitas (Mosíah 10:10), sufrieron bajo un rey opresivo, Noé (Mosíah 11:2) y fueron forzados a pagar un tributo a los lamanitas (Mosíah 19:26), antes de que finalmente fueran liberados. Muchas de las aflicciones por las que pasaron los zeniffitas cuando quebrantaban sus convenios son las mismas aflicciones prometidas a los israelitas si quebrantaban sus convenios. Por lo que, el compendio de Mormón demuestra que los convenios que Dios hizo con el antiguo Israel todavía se aplicaban a los nefitas.1
Por ejemplo, cuando la élite de nefitas quebrantaban sus convenios mediante la opresión al pueblo y su inmoralidad (Mosíah 11:13-15), “los lamanitas empezaron a venir” sobre el pueblo del rey Noé, para “matarlos en sus campos, y mientras cuidaban sus rebaños… y se llevaron muchos de sus rebaños fuera de la tierra” (vv. 16-17). Esto es similar a lo que Jehová dijo que pasaría a aquellos que quebrantaran sus convenios de esta manera: “Matarán tu buey delante de tus ojos, y… tu asno te será arrebatado delante de ti, y… tus ovejas serán dadas a tus enemigos” (Deuteronomio 28:31). 2
No solo su ganado fue amenazado, sino que al mismo pueblo se le advirtió, que “a menos que se arrepientan… los entregaré en manos de sus enemigos” (Mosíah 11:21), la misma advertencia que recibieron los israelitas en Levítico 26:25. Una vez que esto sucediera, ellos serían “oprimido[s] y robado[s] todos los días, y no habr[ía] quien [los] salve” (Deuteronomio 28:29). O, como lo explica Mosíah 11:23, “será[n] llevado[s] al cautiverio; y nadie lo[s] librará, salvo el Señor, el Dios Todopoderoso” (Mosíah 11:23). Ellos serán “derrotado[s] delante de [sus] enemigos” (Deuteronomio 28:25; Levítico 26:17), o “heridos en la mejilla; sí, y por los hombres serán impelidos y muertos” (Mosíah 12:2).3
Dios dijo a los zeniffitas que “los insectos también abrumarán sus tierras y devorarán su grano” (Mosíah 12:6). Esto es un cumplimiento de Deuteronomio 28:38:
Y vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto (cf. Levítico 26:20).
El fracaso de la cosecha los llevaría a la hambruna (Levítico 26:26; Mosíah 12:4). Y cualquier comida que quedara “lo comerá un pueblo que no has conocido” (Deuteronomio 28:33; Levítico 26:16). Esto se cumplió cuando los sacerdotes del rey Noé vinieron a “la tierra de Nefi, y se habían llevado su grano” (Mosíah 21:21).
A los zeniffitas se les dijo que serían “heridos con gran pestilencia; y… [que el Señor haría] todo esto por motivo de sus iniquidades y sus abominaciones” (Mosíah 12:7). Esto es solo lo que Él había prometido en el Antiguo Testamento: “Jehová enviará sobre ti pestilencias hasta que te consuman de sobre la tierra a la cual vas a entrar para poseerla” (Deuteronomio 28:21; Levítico 26:25). A los israelitas se les prometieron “todos los males de Egipto” (Deuteronomio 28:60), y los zeniffitas de hecho experimentaron “toda clase de enfermedades” por causa de sus iniquidades (Mosíah 17:16).
Después de la derrota en batalla, sus cuerpos muertos serían comidos por “toda ave del cielo y para toda bestia de la tierra” (Deuteronomio 28:26), o como lo señala Mosíah 12:2 “los buitres del aire… y los animales salvajes devorarán su carne”. Los zeniffitas fueron maldecidos con miedo,4 contenciones,5 esparcimiento,6 y destrucción,7 de tal manera que quedarían unos pocos,8 tal como se dijo en el Antiguo Testamento que sucedería.
Los cientos de años y miles de kilómetros entre los escritos de la ley de Moisés y el tiempo de los zeniffitas, pudieran hacer pensar que los convenios de Dios no se aplican a ellos. No hay nada más lejos de la verdad. Jehová dijo a los israelitas que “todas estas maldiciones… te perseguirán y te alcanzarán hasta que perezcas, por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios” (Deuteronomio 28:45). Los nefitas sabían que esto era verdad, “si este pueblo no hubiese caído en la transgresión, el Señor no habría permitido que este gran mal les hubiera sobrevenido. Mas he aquí, no quisieron oír sus palabras” (Mosíah 7:25).9
Sin embargo, el Libro de Mormón muestra que no solamente las maldiciones de la ley de Moisés se aplican a los nefitas. Dios recordaría y bendeciría a Su pueblo si se arrepentían.10 Levítico 26:40–44 declara:
Si confiesan su iniquidad y… se humilla[n]… entonces yo me acordaré de mi convenio con Jacob, [e]… Isaac, y… Abraham. … no los desecharé… invalidando mi convenio con ellos, porque yo, Jehová, soy su Dios.
El rey Limhi pudo haber tenido un versículo como este en mente cuando dijo: “Mas si os tornáis al Señor con íntegro propósito de corazón, y ponéis vuestra confianza en él, y le servís con toda la diligencia del alma, si hacéis esto, él, de acuerdo con su propia voluntad y deseo, os librará del cautiverio” (Mosíah 7:33).11
Parte de la función declarada del Libro de Mormón es que sus pueblos “conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre” (Portada del Libro de Mormón). El Libro de Mormón no solo demuestra que los convenios del Antiguo Testamento aplican a los pueblos del Libro de Mormón, sino que los convenios de Dios aplican a nosotros ahora en día también.12 Seguramente sufriremos si rechazamos el convenio, como los pueblos en el Libro de Mormón lo hicieron, pero también podemos experimentar todas las bendiciones del convenio cuando nos humillamos a nosotros mismos y nos volvemos hacia Él. 13
S. Kent Brown, “Curse, Cursing(s)” en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 224–225.
Clyde J. Williams, “Deliverance from Bondage” en Mosiah, Salvation Only Through Christ, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr., Book of Mormon Symposium Series, Volume 5 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1991), 261–274.
Monte S. Nyman, “Bondage and Deliverance: Mosiah 7–8, 19–24” en Book of Mormon, Part 1: 1 Nephi–Alma 29, Studies in Scripture: Volume 7, ed. Kent P. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987), 260–269.
1. Véase S. Kent Brown, “Curse, Cursing(s)” en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 224–225.
2. Para conocer más sobre Deuteronomio en el Libro de Mormón, véase Hugh Nibley, Teachings of the Book of Mormon, 4 vols. (Provo, UT: FARMS, 1993), 2:265.
3. Para conocer más sobre convenios como estos en el Libro de Mormón, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué dijo Samuel que el Señor había “aborrecido” a los lamanitas? (Helamán 15:4)“, KnoWhy 186 (18 de agosto de 2017).
4. Véase Deuteronomio 28:67; Mosíah 21:9–10.
5. Véase Levítico 26:37; Mosíah 7:25.
6. Véase Deuteronomio 28:64; Levítico 26:17, 33; cf. Mosíah 17:17–18.
7. Véase Deuteronomio 28:20, Levítico 26:31-33; cf. Mosíah 12:8.
8. Véase Deuteronomio 28:62; Levítico 26:39; cf. Mosíah 21:17; 22:2; 25:9.
9. Para conocer más entre Deuteronomio y Mosíah, véase Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 3:251.
10. Véase Clyde J. Williams, “Deliverance from Bondage” en Mosiah, Salvation Only Through Christ, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr., Book of Mormon Symposium Series, Volume 5 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1991), 261–274.
11. Para conocer más sobre el tema de la liberación de la esclavitud, véase Monte S. Nyman, “Bondage and Deliverance: Mosiah 7–8, 19–24”, en Book of Mormon, Part 1: 1 Nephi–Alma 29, Studies in Scripture: Volume 7, ed. Kent P. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987), 260–269.
12. El conocer cómo Dios cumplió con sus convenios tanto en el Antiguo Testamento como en el Libro de Mormón puede ser directamente relevante para nosotros hoy: “La restauración del pasado podrá tener un impacto más poderoso sobre los corazones y mentes de las personas que las revelaciones del futuro”. Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 2:189.
13. Véase Sherwin W. Howard, “Cursings”, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1993), 1:352.
Traducido por Central del Libro de Mormón
Construimos una fe duradera en Jesucristo al hacer que el Libro de Mormón sea accesible, comprensible y defendible para todo el mundo.
Copyright 2017-2022 Book of Mormon Central: A Non-Profit Organization. All Rights reserved. Registeres 501(c)(3).EIN:20-5294264