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KnoWhy #2

El Testimonio de un Apóstol

diciembre 9, 2016
KnoWhy #2
“Y si no son las palabras de Cristo, juzgad; porque en el postrer día Cristo os manifestará con poder y gran gloria que son sus palabras; y ante su tribunal nos veremos cara a cara, vosotros y yo, y sabréis que él me ha mandado escribir estas cosas, a pesar de mi debilidad”.
2 Nefi 33:11

El Conocimiento

El élder Jeffrey R. Holland, durante la Conferencia General de La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días el 4 de octubre del 2009, compartió un sermón titulado “Seguridad para el alma”. En él, el élder Holland habló de “profecías sobre los últimos días” y de cómo las personas pueden encontrar seguridad y refugio de las contiendas y calamidades predichas.

De acuerdo con el élder Holland, con preeminencia en el arsenal del Señor para combatir la maldad del mundo se encuentra el Libro de Mormón, por motivo de que el libro está lleno del “poder de Cristo para combatir toda dificultad en todo momento, incluso el final de los tiempos”.

El Libro de Mormón referido en el discurso del élder Holland

Después de esas palabras vino uno de los testimonios apostólicos más poderosos del Libro de Mormón. Después de relatar como Hyrum Smith leyó del Libro de Mormón (Éter 12:36-38) el día del martirio de él y José Smith, el élder Holland dijo: “Antes de cerrar el libro, Hyrum dobló la esquina de la hoja de la que había leído, marcándola como parte del testimonio sempiterno por el cual esos dos hermanos estaban a punto de morir”. Luego vino talvez el momento más inolvidable del testimonio del élder Holland:

Tengo en mi mano ese libro, el mismo ejemplar del que leyó Hyrum, y aún se ve la misma esquina doblada de la página. Más tarde, cuando estaba en la cárcel de Carthage, José el Profeta se volvió hacia los guardias que lo tenían cautivo y dio un poderoso testimonio de la autenticidad divina del Libro de Mormón. Poco después, las pistolas y las balas acabarían con la vida de esos dos testadores”.

El Por Qué

El élder Holland luego compartió su propio testimonio del Libro de Mormón, pero no sin antes hacer una penetrante pregunta a quienes cuestionan la divinidad del libro:

Como uno de los miles de elementos de mi propio testimonio de la divinidad del Libro de Mormón, presento esto, como una evidencia más de su veracidad. En ésa, su más apremiante y última hora de necesidad, yo les pregunto: ¿blasfemarían esos hombres ante Dios y continuarían basando su vida, su honor y su propia búsqueda de la salvación eterna en un libro (y por ende en una iglesia y un ministerio) que ellos hubieran inventado de la nada?… [D]íganme si en esta hora de muerte, ¿entrarían estos dos hombres en la presencia de su Juez Eterno, hallando solaz y citando un libro, el cual, si no fuera la mismísima palabra de Dios, los tildaría de impostores y charlatanes por la eternidad? ¡Ellos no harían eso! Estaban dispuestos a morir antes que negar el origen divino y la veracidad eterna del Libro de Mormón”.

El élder Holland continuó, “Durante 179 años este libro ha sido examinado y atacado, negado y fragmentado, estado bajo el escrutinio y la crítica, quizá como ningún otro libro de la historia religiosa moderna, o quizá como ningún otro libro en la historia de la religión;

pero todavía permanece firme. Fallidas teorías sobre sus orígenes han surgido, se han diseminado y han desaparecido, desde las de Ethan Smith y Solomon Spaulding, hasta las de obsesivos paranoicos y genios muy astutos; pero ninguna de esas francamente patéticas respuestas sobre el libro ha resistido el análisis, porque no hay ninguna otra respuesta como la que dio José que era un joven traductor indocto. En esto me uno a mi propio bisabuelo que dijo bien llanamente: ‘Ningún hombre inicuo podría escribir un libro como éste, y ningún hombre bueno lo escribiría, a menos que fuera verdad y que Dios le hubiera mandado hacerlo’”.

El élder Holland enfatizó el significado del Libro de Mormón para aquellos que contemplan dejar la iglesia. “Si alguien fuera tan insensato o se le hubiera engañado tanto, al punto de rechazar las 531 páginas [en inglés] de un texto previamente desconocido, repleto de complejidad literaria y semítica, sin intentar sinceramente hallar una explicación del origen de esas páginas… entonces, esa persona, ya sea un escogido o no, ha sido engañada; y si se va de esta Iglesia, tendrá que hacerlo esquivando el Libro de Mormón para poder salir”. Él concluyó con un poderoso testimonio apostólico sobre la veracidad del Libro de Mormón que sigue vigente hoy en día:

Pido que mi testimonio del Libro de Mormón y todo lo que ello implica, que comparto aquí bajo mi propio juramento y oficio, sea registrado por los hombres en la tierra y los ángeles en el cielo. Espero tener algunos años más en mis “últimos días”, pero los tenga o no, quiero que quede absolutamente claro cuando esté ante el tribunal del juicio de Dios que he declarado al mundo, con el lenguaje más directo que pueda expresar, que el Libro de Mormón es verdadero, que salió a la luz de la forma que José dijo que salió y que fue dado para traer felicidad y esperanza a los fieles durante las tribulaciones de estos últimos días”.

“Hermanos y hermanas”, el élder Hollad aseguró, “Dios siempre brinda seguridad para el alma y, con el Libro de Mormón, Él también lo ha hecho en nuestra época”.


Otras lecturas

Jeffrey R. Holland, “Seguridad para el alma”, Liahona, Noviembre 2009, 88–90, disponible en línea en lds.org.

Jeffrey R. Holland, Cristo y el Nuevo Convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2012).

 

Traducido por Central del Libro de Mormón