/ KnoWhys

KnoWhy #502

¿Es el Libro de Mormón como cualquier otro libro del siglo XIX?

marzo 12, 2019
KnoWhy #502
José Smith traduciendo el Libro de Mormón, imagen de lds.org
José Smith traduciendo el Libro de Mormón, imagen de lds.org
“[P]or medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas; y en muchos casos, los pequeños medios confunden a los sabios”
Alma 37:6

El conocimiento

Cuando el Libro de Mormón fue publicado en marzo de 1830, fue recibido por muchos escépticos que buscaron una explicación diferente de su existencia que la mencionada por José Smith. Uno de los primeros críticos, Alexander Campbell, afirmó confiadamente que “nunca jamás se había escrito un libro tan claramente por una sola mano, ni tampoco había sido concebido tan acertadamente por un solo cráneo desde el primer libro que apareció en el lenguaje humano” más que el Libro de Mormón. “Si yo pudiera jurar ante la voz de cualquier hombre, rostro o persona … yo podría jurar que este libro fue escrito por una sola persona”, se burló Campbell. “Y como José Smith es una persona muy ignorante y es llamado el autor en la portada, no puedo dudar por un simple momento que él es el único autor y propietario de él”.1

Pero, como observó Daniel C. Petersen, los primeros críticos del Libro de Mormón se encontraron rápidamente con un problema difícil de resolver. “El hecho era… que el ‘perfecto ignorante’ José Smith en realidad produjo un libro sustancial y complejo. Además, él y su libro estaban adquiriendo un sólido y numeroso seguimiento. ¿Cómo se podría explicar esto? ¿Cómo podría alguien cuyos ‘poderes mentales’ eran ‘extremadamente limitados’ haber producido un libro extenso y fundar una nueva fe religiosa en crecimiento?”.2

El libro Manuscript Found de Solomon Spalding

La portada del manuscrito encontrado de Solomon Spaulding
La portada del manuscrito encontrado de Solomon Spaulding

No contentos con atribuir la autoría exclusiva del Libro de Mormón a José Smith, los primeros antimormones rápidamente buscaron en otros individuos y en otros textos del siglo XIX como potenciales co-conspiradores de una posible fuente de plagio. La primera y más extendida teoría entre los escépticos fue lo que algunas veces ahora se llama la teoría de Spalding-Rigdon para la autoría del Libro de Mormón. De acuerdo con esta teoría, Sidney Rigdon secretamente dio a José Smith una copia no publicada del manuscrito escrito por un tal Solomon Spalding (o Spaulding). José entonces, dice la teoría, publicó este manuscrito con sus propias adiciones como el Libro de Mormón.

Popularizado por E. D. Howe en su libro Mormonism Unvailed [sic],3 la teoría Spalding-Rigdon efectivamente se convirtió en la explicación escéptica estándar sobre los orígenes del Libro de Mormón durante el resto del siglo XIX y del siglo XX. Tuvo tanta influencia que los primeros misioneros santos de los últimos días y defensores de la fe dedicaron tiempo específicamente en mencionarlo.4 Esta explicación, sin embargo, rápidamente perdió popularidad cuando el manuscrito original de Spalding se recuperó en 1884 y, sin embargo, se observó que tenía muy poca semejanza con el Libro de Mormón.5

Incluso el biógrafo sumamente escéptico Fawn Brodie descartó la teoría al basarse sobre una evidencia extremadamente tenue.6 A pesar de los recientes atentados de resucitar esta teoría,7 “los estudiosos serios del mormonismo… [tratan] la teoría Spalding como un poco más que una curiosidad histórica”, no como una explicación viable para los orígenes del Libro de Mormón. 8 El hecho es que “la teoría Spalding ha sido un tema muerto” por más de un siglo,9 y “no es lo suficiente creíble como para basar una teoría en la autoría del Libro de Mormón”.10

La obra View of the Hebrews de Ethan Smith

La página de título de Ethan Smith's View of the Hebrews
La página de título de Ethan Smith’s View of the Hebrews

Con el declive de la teoría de Spalding-Rigdon surgieron otras teorías que tomaron su lugar. En 1902, el psicólogo y erudito en religión estadounidense Isaac Woodbridge Riley sugirió que José Smith obtuvo el contenido del Libro de Mormón, en parte, del libro de View of the Hebrews por Ethan Smith (sin relación con el profeta).11 Publicado en dos ediciones en 1823 y 1825, View of the Hebrews buscaba demostrar que los nativos americanos eran descendientes de las doce tribus de Israel.12 Ya como una teoría popular en sus días, Ethan Smith ofreció interpretaciones de pasajes bíblicos y similitudes entre los nativos americanos y las culturas hebreas como evidencia adicional de esta afirmación.13

Aunque Riley solamente mencionó el libro de Ethan Smith de paso en su propia obra, autores subsecuentes prestaron más atención al libro View of the Hebrews como una fuente potencial de plagio.14 El prominente erudito del Libro de Mormón, B. H. Roberts, en lo que fue esencialmente un ejercicio de jugar al “abogado del diablo”,15 él mismo listó similitudes potenciales entre el Libro de Mormón y el libro View of the Hebrews.16

Sin embargo, al igual que la teoría Spalding-Rigdon, hay serios problemas con la teoría de que José Smith plagiara View of the Hebrews. Para empezar, como incluso los partidarios de la teoría lo han admitido, no hay evidencia directa de que José Smith haya estado familiarizado con el contenido de View of the Hebrews durante la traducción del Libro de Mormón.17 Además, ninguno de los adversarios contemporáneos de José Smith alguna vez consideraron View of the Hebrews como una fuente potencial de plagio, lo cual indicaría que las supuestas similitudes entre estas dos fuentes no son tan obvias como algunos han sugerido. Finalmente, cuando José Smith se desempeñaba como editor de Times and Seasons, autorizó republicar un cita de View of the Hebrews.18 “Si el profeta había utilizado originalmente el libro de Ethan Smith para ayudarse a escribir el Libro de Mormón es casi seguro que no habría publicado una cita de este para demostrar un punto, dado que, los plagiadores normalmente mantienen sus fuentes como un secreto”.19

Además de todo esto, John W. Welch y John Gee han señalado las diferencias significativas y conceptuales entre el Libro de Mormón y View of the Hebrews.20 La iglesia misma considera las similitudes entre estas dos muy débiles y no amenazantes, que su distintiva universidad Brigham Young University publicó una edición de View of the Hebrews en 1996 para que todos puedan comparar y examinar libremente los dos libros.21

El investigador Bruce D. Blumell concluyó:

Fuera de la multitud de ideas y eventos en el Libro de Mormón y en View of the Hebrews hay varias similitudes amplias, pero muchas más diferencias significativas; y una correlación en algún punto entre las dos cosas no prueba que una haya causado la otra. Si José Smith habría tomado material prestado para apoyarse en escribir el Libro de Mormón, de seguro había otras fuentes que las del libro de Ethan Smith a las que pudo haber acudido. Todo lo que es común o incluso vagamente similar entre el Libro de Mormón y View of the Hebrews pudo haber sido tomado más fácilmente de la Biblia o de las ideas que prevalecían en esa época.22

La obra The Late War de Gilbert Hunt

Portada del libro de Gilbert Hunt The Late War
Portada del libro de Gilbert Hunt The Late War

En años recientes, ha surgido otra teoría para los orígenes del Libro de Mormón. Esta nueva teoría establece que “José [Smith] probablemente creció leyendo un libro de la escuela llamado The Late War por Gilbert J. Hunt y que le influyó mucho para escribir el Libro de Mormón”.23 Publicado en 1816, The Late War Between the United States and Great Britain (La guerra posterior entre Estados Unidos y Gran Bretaña) da una historia de la guerra de 1812 que tenía la intención de ser un libro de texto educativo para los alumnos. Para apoyar la idea de que José Smith se basó en este libro para fabricar el Libro de Mormón, algunos autores han señalado las “similitudes” y paralelos entre estos dos libros, incluyendo “cerca de 100 frases raras que unen el Libro de Mormón con The Late War”.24

Es cierto que esta teoría se ha vuelto popular en algunos sitios en línea, pero sufre de muchos problemas. Lo más evidente es el hecho de que, como se ha demostrado por los recientes análisis estadísticos, las “similitudes” y los paralelos lingüísticos entre el Libro de Mormón y The Late War son fácilmente explicables cuando comparten un lenguaje similar a la Biblia King James y no como una dependencia literaria directa.25 Más allá de esto, otros han señalado que muchas similitudes típicamente listadas entre estos dos libros son ilusorios o de alguna manera débiles.26

Como observó Benjamin McGuire, las similitudes lingüísticas a nivel superficial entre el Libro de Mormón y The Late War también fallan en explicar el hecho de que “Hunt [simplemente] quiso crear un texto que se lee como escritura y como una herramienta de mercadotecnia. De esta manera tenemos una gran cantidad de texto que suena bíblico. El Libro de Mormón, por otro lado, no solamente utiliza un lenguaje bíblico, sino que también aborda temas bíblicos—hace preguntas acerca de moralidad, albedrío, acerca de la creación. Reflexiona el significado de escribir y leer. Describe experiencias religiosas”.27

Estos problemas con la teoría de The Late War indican que, con toda probabilidad, los dos libros emergen junto con otros en una cultura literaria norteamericana compartida.28

El porqué

Escribiendo en 1951, el élder John A. Widtsoe hizo esta observación: “Los incrédulos en la historia de José Smith no han podido estar de acuerdo en ninguna explicación. Incluso ha sido necesario que algunos escritores cambien la explicación que propusieron por primera vez. Esta búsqueda sin éxito y cambiante por sí misma es una evidencia de la veracidad de la propia historia del profeta”.29 En otras palabras, si el Libro de Mormón fue de hecho el resultado de un torpe plagio de una fuente contemporánea del siglo XIX, los eruditos críticos de José Smith deberían de tener pocos problemas para exponerlo como tal. Su inhabilidad para llegar a un consenso sobre cómo José llevó a cabo un supuesto engaño como el Libro de Mormón es problemático para su argumento.30

“[E]ste libro” declaró el élder Jeffrey R. Holland, hablando del Libro de Mormón:

…ha sido examinado y atacado, negado y fragmentado, estado bajo el escrutinio y la crítica, quizá como ningún otro libro de la historia religiosa moderna, o quizá como ningún otro libro en la historia de la religión; pero todavía permanece firme. Fallidas teorías sobre sus orígenes han surgido, se han diseminado y han desaparecido, desde las de Ethan Smith y Solomon Spaulding, hasta las de obsesivos paranoicos y genios muy astutos; pero ninguna de esas francamente patéticas respuestas sobre el libro ha resistido el análisis, porque no hay ninguna otra respuesta como la que dio José que era un joven traductor indocto.31

Que el Libro de Mormón se mantenga firme después de casi 200 años de examen crítico debería reforzar la confianza de aquellos que lo aceptan como una escritura inspirada y un registro antiguo auténtico traducido por el don y el poder de Dios. De la misma manera, el que los escépticos no hayan ofrecido una explicación convincente para la existencia del Libro de Mormón es una fuerte evidencia para su autenticidad. Esto, notablemente, no ha detenido que los escépticos dogmáticos “busca[ran] por todos lados una explicación [para el Libro de Mormón], excepto la única explicación” que fue ofrecida por José Smith.32

Los argumentos de que el Libro de Mormón se derivó de otros libros del siglo XIX no explican adecuadamente sus características—por ejemplo, su asombrosa complejidad narrativa, la elegancia literaria, su profunda teología y sus auténticas características antiguas. Estos argumentos tampoco explican las circunstancias de su aparición, incluyendo su rápido dictado, la falta de revisiones y los testimonios de aquellos que manejaron las planchas y vieron a un ángel. El peso de la evidencia combinada afirma que el Libro de Mormón es diferente a cualquier obra del siglo XIX, y es un texto antiguo auténtico. El testimonio del Espíritu Santo que ha dado a los buscadores auténticos ratifica su verdad (Moroni 10:4-5).

 

Este KnoWhy fue posible gracias al generoso apoyo de la familia Dow y Lynne Wilson.

Otras lecturas

John W. Welch, “Finding Answers to B. H. Roberts’s Questions and An Unparallel“, FARMS Preliminary Report (Provo, UT: FARMS, 1985).

Louis Midgley, Who Really Wrote the Book of Mormon? The Critics and Their Theories“, en Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 101–140.

John Gee, “The Wrong Type of Book“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 307–330.

Daniel C. Peterson, “Editor’s Introduction: ‘In the Hope That Something Will Stick’: Changing Explanations for the Book of Mormon“, FARMS Review 16, no. 2 (2004): xi–xxxv.

Matthew Roper, “The Mythical ‘Manuscript Found’“, FARMS Review 17, no. 2 (2005): 7–140.

Benjamin L. McGuire, “The Late War Against the Book of Mormon“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 7 (2013): 323–355.

Robert A. Rees, “Joseph Smith, the Book of Mormon, and the American Renaissance: An Update“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 19 (2016): 1–16.

Contenido en español:

Noé Correa, “El Libro de Mormón y el manuscrito de Spaulding”.

Noé Correa, “El Libro de Mormón y The Late War”.

Noé Correa, “El Libro de Mormón y Vista de los hebreos”.

 

1. Alexander Campbell, “Delusions”, Millennial Harbinger 2, no. 2 (7 de febrero de 1831): 93, énfasis en el original. La mención de José Smith como el “autor” del Libro de Mormón se refiere a la portada de la edición de 1830, la cual nombra a José Smith como el “autor y propietario” del libro. Esto se hizo simplemente para cumplir con la ley de derechos de autor. Desde el principio, José Smith dejó en claro que él fue el traductor del libro, no su autor en el sentido rutinario. Véase Kenneth H. Godfrey, “Not Enough Trouble“, Dialogue: A Journal of Mormon Thought 19, no. 3 (otoño de 1986): 143. Véase además Miriam A. Smith y John W. Welch, “Joseph Smith: ‘Author and Proprietor’“, en Reexploring the Book of Mormon, ed. John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1992), 154–157; Royal Skousen, Analysis of Textual Variants of the Book of Mormon, Part One: 1 Nephi – 2 Nephi 10 (Provo, UT: FARMS, 2004), 35–36.
2. Daniel C. Peterson, “Editor’s Introduction: ‘In the Hope That Something Will Stick’: Changing Explanations for the Book of Mormon“, FARMS Review 16, no. 2 (2004): xv, cita algunos de los primeros recursos críticos.
3. E. D. Howe, Mormonism Unvailed (Painesville, OH: E. D. Howe, 1834), esp. 278–290.
4. Véase por ejemplo Parley P. Pratt, Mormonism Unveiled (New York, NY: O. Pratt y E. Fordham, 1838), esp. 40–42; Benjamin Winchester, Plain Facts, Shewing the Origin of the Spaulding Story (Bedford: C. B. Merry, 1841).
5. El manuscrito fue publicado por la Iglesia reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1885 y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1886. Véase Solomon Spaulding, The “Manuscript Found”: A Verbatim Copy of the Original (Lamoni, Iowa: The Reorganized Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, 1885); The “Manuscript Found”: Manuscript Story (Salt Lake City, UT: Deseret News, 1886). Un facsímil de edición moderna del manuscrito fue publicado por la universidad de Brigham Young en 1996. Véase Kent P. Jackson, ed., Manuscript Found: The Complete Original “Spaulding Manuscript” (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1996).
6. Fawn M. Brodie, No Man Knows My History: The Life of Joseph Smith, 2nd ed. (New York, NY: Vintage, 1971), 442–456.
7. Véase por ejemplo Wayne L. Cowdrey, Howard A. Davis y Arthur Vanick, Who Really Wrote the Book of Mormon? The Spalding Enigma (St. Louis, MO: Concordia, 2005); Matthew L. Jockers, Daniela M. Witten y Craig S. Criddle. “Reassessing authorship of the Book of Mormon using delta and nearest shrunken centroid classification”, Literary and Linguistic Computing 23, no. 4 (2008): 465–491. Para una revisión más exhaustiva e impugnación de este atentado reciente de revivir la teoría Spalding-Rigdon, véase Matthew Roper, “The Mythical ‘Manuscript Found’“, FARMS Review 17, no. 2 (2005): 7–140; “Myth, Memory, and ‘Manuscript Found’“, FARMS Review 21, no. 2 (2009): 179–223; Paul J. Fields, G. Bruce Schallje y Matthew Roper, “Examining a Misapplication of Nearest Shrunken Centroid Classification to Investigate Book of Mormon Authorship“, Mormon Studies Review 23, no. 1 (2011): 87–111; Matthew Roper y Paul J. Fields, “The Historical Case against Sidney Rigdon’s Authorship of the Book of Mormon“, Mormon Studies Review 23, no. 1 (2011): 113–125; Noé Correa, “El Libro de Mormón y el manuscrito de Spaulding“.
8. Lester E. Bush, Jr., “The Spalding Theory Then and Now“, Dialogue: A Journal of Mormon Thought 10, no. 4 (otoño de 1977): 57.
9. Bush, “The Spalding Theory Then and Now“, 62.
10. E. D. Howe, Mormonism Unvailed, ed. Dan Vogel (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2015), 412.
11. I. Woodbridge Riley, The Founder of Mormonism (New York, NY: Dood, Mead & Company, 1902), esp. 107–138.
12. Ethan Smith, View of the Hebrews (Poultney, VT: Smith & Shute, 1823).
13. Smith, View of the Hebrews, esp. 64–129.
14. Riley, The Founder of Mormonism, 124; Brodie, No Man Knows My History, 46–49; David Persuitte, Joseph Smith and the Origins of the Book of Mormon, 2nd ed. (Jefferson, NC: McFarland, 2000).
15. No hay evidencia creíble de que el élder Roberts haya perdido su fe en el Libro de Mormón. Véase estos temas en Truman G. Madsen, “B. H. Roberts and the Book of Mormon“, BYU Studies 19, no. 4 (verano de 1979): 427–444; “B. H. Roberts after Fifty Years: Still Witnessing for the Book of Mormon“, Ensign, December 1983, 10–19; Truman G. Madsen y John W. Welch, “Did B.H. Roberts Lose Faith in the Book of Mormon?FARMS Preliminary Reports (Provo, UT: FARMS, 1985); John W. Welch, “B. H. Roberts: Seeker after Truth“, Ensign, March 1986, 56–62; Daniel C. Peterson, “Yet More Abuse of B. H. Roberts“, FARMS Review of Books 9, no. 1 (1997): 69–86.
16. B. H. Roberts, Studies of the Book of Mormon, ed. Brigham D. Madsen (Urbana, IL.: University of Illinois Press, 1985), 321–344.
17. Un punto admitido, pero rápidamente subestimado, por Brodie, No Man Knows My History, 47.
18.From Priest’s American Antiquities“, Times and Seasons (June 1, 1842): 813–814.
19. Bruce D. Blumell, “I Have a Question“, Ensign, September 1976.
20. John W. Welch, “Finding Answers to B. H. Roberts’s Questions and An Unparallel“, FARMS Preliminary Report (Provo, UT: FARMS, 1985); John Gee, “The Wrong Type of Book“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 307–330; véase también Noé Correa, “El Libro de Mormón y Vista de los hebreos“.
21. Ethan Smith, View of the Hebrews: 1825 Second Edition, ed. Charles D. Tate, Jr. (Provo, Utah: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1996).
22. Blumell, “I Have a Question“.
23. Véase “A Comparison of The Book of Mormon and The Late War Between the United States and Great Britain”, en línea en https://wordtree.org/thelatewar/.
24. “A Comparison of The Book of Mormon and The Late War Between the United States and Great Britain”, en línea en https://wordtree.org/thelatewar/. El mismo libro se puede leer en línea en Book of Mormon Central archive en https://archive.bookofmormoncentral.org/content/late-war-between-united-states-and-great-britain-june-1812-february-1815.
25. Véase Matthew Roper y Paul Fields, “Scriptural Style in Early Nineteenth Century American Literature“, 2014 conferencia de FairMormon, en línea en fairmormon.org.
26. Véase “Was the Book of Mormon influenced by the language and themes of ‘The Late War’ by Gilbert Hunt?” en línea en fairmormon.org.
27. Benjamin L. McGuire, “The Late War Against the Book of Mormon“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 7 (2013): 354–355.
28. Eran Shalev documenta la intención deliberada de los primeros escritores norteamericanos para atraer a sus lectores con “las narrativas, el lenguaje y las ordenanzas de los tiempos bíblicos” al capturar el idioma bíblico en sus textos. Eran Shalev, American Zion: The Old Testament as a Political Text from the Revolution to the Civil War (New Haven, CT: Yale University Press, 2013), 2. Shalev también discute la posición del Libro de Mormón en esta amplia cultura literaria y se pregunta si “el lenguaje bíblico del Libro de Mormón… atendió la necesidad de su audiencia de escuchar profecías en el lenguaje que era universalmente aceptado como adecuado e incluso necesario para los pronunciamientos divinos”. Shalev, American Zion, 84–117, cita en 114. Véase también, Noé Correa, “El Libro de Mormón y The Late War“. Para conocer otro punto de vista, véase Stanford Carmack, “Is the Book of Mormon a Pseudo-Archaic Text?Interpreter: A Journal of Latter-day Saint Faith and Scholarship 28 (2018): 177-232.
29. John A. Widtsoe, “Preface”, en A New Witness for Christ in America: The Book of Mormon, ed. Francis W. Kirkham (Independence, MO: Zion’s Printing Company, 1951), 2: vii–viii.
30. Este punto ha sido señalado más recientemente por Daniel C. Peterson: “El hecho es que la falsedad del Libro de Mormón no se ha demostrado para la satisfacción de todos los observadores serios que tiene su verdad. Pero lo que es más sorprendente es que los críticos del Libro de Mormón incluso no han podido formular una contra explicación coherente y una teoría global unificada, con la que desafíen la historia tradicional de los orígenes del libro”. Peterson, “Editor’s Introduction“, xxi.
31. Jeffrey R. Holland, “Seguridad para el alma,” Liahona, noviembre de 2009, 89.
32. Dale Morgan a Juanita Brooks, 15 de diciembre de 1945, publicado en John Phillip Walker, Dale Morgan on Early Mormonism (Salt Lake City, UT: Signature Books, 1986), 87, énfasis en el original.

Traducido por Central del Libro de Mormón