Cuando un agresor desconocido intentó sin éxito asesinar al exgobernador Lilburn Boggs en 1842, se levantaron muchas sospechas en Misuri hacía José Smith y los Santos de los Últimos Días. Después de todo, en 1838 habían sido víctimas de la orden de exterminio de Boggs. Este intento de asesinato y las subsecuentes acusaciones ocasionaron que José Smith se escondiera de manera voluntaria por el resto del año de 1842, hasta que el caso llegara al tribunal federal en Springfield, Illinois en enero de 1843. A pesar de que se señalaba que José Smith estaba involucrado en el intento de asesinato de Boggs, nunca ha surgido alguna evidencia que implique a José Smith o a sus asociados en el crimen.
El 6 de mayo de 1842 el exgobernador Lilburn Boggs estaba sentado en su salón leyendo el periódico de la tarde, cuando un tirador desconocido disparó varias veces a través de la ventana e hirió a Boggs en la cabeza y el cuello. Sorprendentemente, este incidente no mató a Boggs, y finalmente se recuperó por completo. La pistola descargada se dejó en el lugar del crimen, así como algunas huellas en la ventana, pero los investigadores policiales no pudieron identificar al agresor basándose en estas pruebas limitadas1.
No pasó mucho tiempo antes de que las acusaciones y los rumores comenzaran a arremolinarse en torno a los Santos de los Últimos Días, a quienes Boggs había expulsado violentamente de Misuri años antes con la Orden de Exterminio de 18382. John C. Bennett, que recientemente había sido excomulgado de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por su comportamiento deshonesto y adúltero, alimentó los rumores de que José Smith había enviado a Porter Rockwell para “cumplir la profecía” y asesinar a Boggs3.
Los Santos de los Últimos Días ciertamente no querían al Gobernador Boggs, ya que instigó atrocidades contra los Santos y fue un símbolo de persecución para ellos. Wilford Woodruff registró en su diario que Boggs era un “miserable impío” que había “caído en medio de sus iniquidades” por una mano desconocida4.Un envío anónimo al periódico Nauvoo Wasp decía: “Sin duda, Boggs ha sido asesinado, según el informe; pero queda por averiguar quién hizo la noble hazaña” 5.
Pero José Smith y los Santos no eran los únicos sospechosos, ya que Boggs había acumulado muchos enemigos políticos e ideológicos a lo largo de los años. En el momento en que fue atacado, se postulaba para el senado estatal. Muchos de sus votantes desaprobaron su gestión de un enfrentamiento armado por una disputa fronteriza con Iowa, y otros cuestionaron la sospechosa forma en que recaudó dinero para un flamante capitolio6. Un platero llamado Tompkins fue uno de los principales sospechosos durante un tiempo. Sin embargo, un comité de ciudadanos eximió a Tompkins de las acusaciones7.
A pesar de que los santos tenían motivos para querer a Boggs fuera de la escena, José Smith y los santos negaron firmemente cualquier participación en el crimen, y nunca surgieron pruebas para condenar a ninguno de ellos. José Smith declaró públicamente: “No murió por mi culpa. Mis manos están limpias, y mi corazón limpio de la sangre de todos los hombres”8.
A finales de julio, tres meses después, Boggs estaba convencido de que los Santos de los Últimos Días habían participado en su intento de asesinato, por lo que firmó una declaración jurada en la que afirmaba que José Smith era cómplice de su intento de asesinato. Esto hizo que el nuevo gobernador de Misuri, Thomas Reynolds, emitiera una requisición legal del estado de Illinois para la extradición de José Smith y Porter Rockwell9.
José Smith impugnó esta extradición con un recurso de hábeas corpus del tribunal municipal de Nauvoo, no solo porque se creía inocente del delito, sino también porque creía que la extradición era inconstitucional y que Boggs no tenía pruebas de lo contrario. Según el derecho contemporáneo, un gobernador puede exigir la extradición a otro gobernador si intentan detener a un fugitivo que ha huido del estado. Sin embargo, independientemente de la teórica participación de José Smith en el crimen, él no estaba en Misuri cuando sucedió y no huyó del estado. Creía que no podía ser extraditado desde Illinois para ser juzgado en Misuri, ya que nunca salió de Illinois y, por tanto, no podía haber estado en Misuri10. Este escrito dejó inseguro al alguacil que lo detuvo, por lo que se fue a consultar con sus superiores. Debido a que se llevó las órdenes de arresto, José Smith y Porter Rockwell fueron liberados de la custodia. Entonces José Smith huyó para eludir lo que consideraba un arresto ilegal11.
Después de evadir a las autoridades de Misuri durante la mayor parte de ocho meses, José Smith se sometió al arresto cuando un nuevo gobernador de Illinois llegó al poder y parecía ser más comprensivo con el profeta y la situación de los santos. La audiencia de José en la corte se llevó a cabo el 6 de enero de 1843, en la corte federal del circuito de los Estados Unidos en Springfield, Illinois, en medio de una considerable sensación y conmoción hacia el “profeta mormón” y su séquito. El juez Nathaniel Pope dictaminó que Lilburn Boggs no presentó pruebas suficientes para justificar una extradición desde Illinois. Pope dijo:
Se disparó a Boggs el 6 de mayo. La declaración jurada se hizo el 20 de julio siguiente. Era el momento de investigar, lo que confirmaría en certeza o disiparía sus sospechas. Tuvo tiempo de reunir hechos para presentarlos ante un gran jurado, o para incorporarlos a su declaración jurada. El tribunal está obligado a suponer que este habría sido el proceder del Sr. Boggs, pero que sus sospechas eran ligeras e insatisfactorias12. Esta audiencia no se pronunció sobre los méritos del delito subyacente. Ningún tribunal determinó si José Smith era culpable de participar en el intento de asesinato de Boggs. En cambio, simplemente dictaminó que la declaración jurada de Boggs no contenía pruebas suficientes para respaldar la afirmación de que José Smith había huido de la justicia en Misuri13. Tras meses de esconderse y alejarse de sus amigos y familiares y de entregarse voluntariamente, José salió libre14.
A pesar de ser perseguido implacablemente por un crimen que no cometió, José Smith siguió siendo optimista y alentaba a los santos. Durante este período de ocultamiento, escribió dos cartas que finalmente fueron canonizadas como Doctrina y Convenios, secciones 127 y 128, que detallan algunos de los aspectos logísticos y prácticos de la realización de bautismos por los muertos.
Es posible que su experiencia lidiando con los tecnicismos de la ley de extradición constitucional ayudara a José Smith a darse cuenta de la importancia de solidificar las estructuras y los procedimientos para realizar y registrar las ordenanzas sagradas. Su éxito sobre el intento de extradición de Misuri ciertamente subrayó la importancia de adherirse a los detalles finos de la ley para asegurar la ejecución de la justicia. En Doctrina y Convenios 127 y 128, José Smith describió en detalle la importancia y los deberes de un registrador para que los bautismos pudieran realizarse de manera correcta, consistente, en un lugar apropiado y de forma organizada. La administración y registro apropiado de estas ordenanzas aseguraron que la Casa de Dios sea una casa de orden y que la obra de salvación se pueda extender a más hijos de Dios.
Aunque Doctrina y Convenio 127 y 128 tratan de la logística, las cartas también tienen un contenido inspirador sobre el evangelio de Jesucristo15. En estas cartas, José Smith expuso la doctrina del sellamiento en la tierra y en el cielo, el simbolismo del bautismo como engendrador de la muerte a la nueva vida, la evidencia en el Nuevo Testamento del bautismo por los muertos, la necesidad de hacer la obra del templo por nuestros antepasados, y de registrar esas ordenanzas en la tierra para que sean igualmente registradas en el cielo.
La huida de José Smith en 1842 resalta cómo la revelación puede venir a pesar de la adversidad y a causa de ella. Wilford Woodruff mencionó sobre el tiempo de huida de José: “El Señor está con él como estaba en la Isla de Patmos con Juan”16. Así como Juan el Revelador experimentó manifestaciones espirituales durante su encarcelamiento, José Smith aún recibió revelaciones invaluables del cielo durante su exilio voluntario. Ante su persecución, declaró audaz y enfáticamente:
Hermanos, ¿no hemos de seguir adelante en una causa tan grande? Avanzad, en vez de retroceder. ¡Valor, hermanos; e id adelante, adelante a la victoria! ¡Regocíjense vuestros corazones y llenaos de alegría! ¡Prorrumpa la tierra en canto! ¡Alcen los muertos himnos de alabanza eterna al Rey Emanuel que, antes de existir el mundo, decretó lo que nos habilitaría para redimirlos de su prisión; porque los presos quedarán libres! (Doctrina y Convenios 128:22).
Jeffrey N. Walker, “Invoking Habeas Corpus in Missouri and Illinois”. En Sustaining the Law: Joseph Smith’s Legal Encounters, ed. Gordon A. Madsen, Jeffrey N. Walker y John W. Welch (Provo, UT: BYU Studies, 2014), 357–399.
Andrew H. Hedges y Alex D. Smith, “Joseph Smith, John C. Bennett, and the Extradition Attempt”, en Joseph Smith, the Prophet and Seer, ed. Richard Neitzel Holzapfel y Kent P. Jackson (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2010), 437–466.
Morris A. Thurston, “The Boggs Shooting and Attempted Extradition: Joseph Smith’s Most Famous Case”, BYU Studies Quarterly 48, no. 1 (2009): 4–56.
Andrew H. Hedges, “They Pursue Me without Cause: Joseph Smith in Hiding and D&C 127, 128”, Religious Educator 16, no. 1 (2015): 43–59.
“Intentos de extradición a Misuri”, Temas de la historia de la Iglesia.
“Un traidor o un hombre leal”, cap. 38 en Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, vol. 2, No Unhallowed Hand, 1846–1893 (Salt Lake City, UT: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2020), 456–480.
1. “Un traidor o un verdadero hombre”, capítulo 38 en Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, vol. 2, No Unhallowed Hand, 1846–1893 (Salt Lake City, UT: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2020), 456–457.2. David W. Kilbourne, un administrador de correos en Montrose, Iowa, escribió al gobernador de Misuri Thomas Reynolds acusando a José Smith de incitar al crimen. Véase D. W. Kilbourne to Thomas Reynolds, May 14, 1842, “Thomas Reynolds Letters,” citado en Morris A. Thurston, “The Boggs Shooting and Attempted Extradition: Joseph Smith’s Most Famous Case”, BYU Studies Quarterly 48, no. 1 (2009): 9–10. Un periódico de Illinois argumentó que los santos estaban detrás del ataque, ya que supuestamente José había profetizado una vez la muerte violenta de Boggs. Véase “Assassination of Ex-Governor Boggs of Missouri”, Quincy Whig, May 21, 1842, [3].
3. Véase “Nauvoo,” Warsaw Signal, July 9, 1842, 2.
4. Wilford Woodruff Journal, May 15, 1842.
5. Vortex, letter to the editor, The Wasp, May 28, 1842, 2.
6. “Un traidor o un verdadero hombre”, 456.
7. Thurston, “Boggs Shooting and Attempted Extradition”, 9.
8. “Assassination of Ex-Governor Boggs of Missouri”, Quincy Whig, June 4, 1842.
9. Thurston, “Boggs Shooting and Attempted Extradition”, 13. La declaración jurada de Boggs está copiada en el diario de Jospe Smith; véase “Journal, December 1841–December 1842,” pág. 213, The Joseph Smith Papers, consultador el 11 de mayo de 2022.
10. Andrew H. Hedges y Alex D. Smith, “Joseph Smith, John C. Bennett, and the Extradition Attempt”, en Joseph Smith, the Prophet and Seer, ed. Richard Neitzel Holzapfel y Kent P. Jackson (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2010), 449–450.
11. Sobre la legalidad y la precedencia de que el tribunal municipal de Nauvoo conceda una orden de habeas corpus, véase Jeffrey N. Walker, “Invoking Habeas Corpus in Missouri and Illinois”, en Sustaining the Law: Joseph Smith’s Legal Encounters, ed. Gordon A. Madsen, Jeffrey N. Walker y John W. Welch (Provo, UT: BYU Studies, 2014), 357–399.
12. Citado en Thurston, “Boggs Shooting and Attempted Extradition”, 37–44.
13. Thurston, “Boggs Shooting and Attempted Extradition”, 47.
14. Tras la decisión judicial favorable a José, Porter Rockwell, que había estado escondido en Pensilvania y Nueva Jersey, decidió regresar a Nauvoo. Un cazador de recompensas lo vio y arrestó en su viaje de regreso y languideció en la cárcel durante nueve meses antes de comparecer ante un jurado, que determinó que no había pruebas suficientes para acusar o condenar a Rockwell por ningún delito contra Lilburn Boggs. Véase Thurston, “Boggs Shooting and Attempted Extradition”, 52–54.
15. Andrew H. Hedges, “They Pursue Me without Cause”: Joseph Smith in Hiding and D&C 127, 128”, Religious Educator 16, no. 1 (2015): 43–59.
16. Wilford Woodruff Journal, September 19, 1842. Véase Matthew McBride, “Las cartas en cuanto al bautismo por los muertos”, en Revelaciones en contexto
Los acontecimientos de trasfondo de las revelaciones de Doctrina y Convenios, ed. Matthew McBride y James Goldberg (Salt Lake City, UT: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 2016).
Traducido por Central del Libro de Mormón
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