El Libro de Mormón representa a Nefi y otros profetas precristianos con la presciencia de Jesucristo como el Hijo de Dios y el Mesías expía los pecados. Nefi profetizó: “Sí, seiscientos años después de la partida de mi padre de Jerusalén, el Señor Dios levantaría a un profeta entre los judíos: sí, un Mesías, o, en otras palabras, un Salvador del mundo” (1 Nefi 10:4). Nefi dijo que este Mesías sería el “Redentor del mundo” (1 Nefi 10:5) y “el Hijo de Dios” (1 Nefi 10:17).
Las fuertes expectativas en el Libro de Mormón por la venida del Mesías, incluyendo el testimonio que Jesucristo es el Mesías, ha planteado preguntas que si era plausible que los antiguos israelitas hayan creído tal cosa. Para muchos, parece inverosímil que la gente en el Libro de Mormón haya podido saber tanto acerca de Jesús antes de su nacimiento.
Es sorprendente incluso oír esta pregunta venir de fieles cristianos, ya que el Nuevo Testamento afirma que los profetas antes de Jesús sabían de su vida y muerte (Lucas 24:13–35; Hechos 2:25; 3:24; 8:26–39).1
Utilizando las investigaciones de Margaret Barker y otros eruditos bíblicos no-SUD,2 el autor Brant Gardner y otros eruditos han abordado este tema argumentando que la representación de Dios y su Hijo en el Libro de Mormón es coherente con la antigua religión israelita. Gardner explicó que la antigua religión israelita incluía la comprensión de un padre o deidad principal (llamado “El” o “El Elyon” [Dios Altísimo/Más Alto Dios]) y sus varios hijos (incluyendo Yahvé o Jehová) que formaban un consejo divino.3
Yahvé era el “Dios preeminente de Israel” y era entendido como el Redentor de Israel (cf. Salmo 19:14; Isaías 47:4; 48:17; 54:5; Jeremías 50:34). “Estas ideas”, sostiene Gardner, “proporcionan el trasfondo conceptual que nos permite entender las referencias acerca de Dios, el Hijo y el Padre, en el Libro de Mormón”.
Además, “Por causa de la comprensión del dios El como padre y el dios Yahvé como el hijo seguía siendo parte del pensamiento hebreo cuando comenzó el Libro de Mormón, es muy probable que esta descripción particular del Padre y del Hijo” sea la teología del Libro de Mormón.4
Como Gardner pasó a explicar, el Libro de Mormón describe a Yahvé (el Jesucristo preencarnado [p. ej. 1 Nefi 19:7-9]) como el Mesías, lo cual Barker argumenta ser la más temprana comprensión mesiánica para los cristianos, una comprensión que viene del pasado y restaura un aspecto importante de la antigua religión israelita.5
Kevin Christensen valiosamente explicó: “De particular interés para los investigadores SUD es la afirmación de Barker que las tradiciones que explican la apropiada expectativa mesiánica [cristiana] se remonta al Israel preexílico del período del Primer Templo. Esto extablece que el Libro de Mormón tiene origen en el lugar y el momento precisos”.6
De acuerdo con Daniel Boyarin, un erudito principal del judaísmo, las enseñanzas del Nuevo Testamento acerca del Mesías antedatan el advenimiento de Jesús y tienen su origen en la forma más antigua de la religión israelita.7 Boyarin argumentó: “El Mesías-Cristo existió como una idea judía mucho antes que naciera el niño Jesús… La idea de un segundo Dios como virrey a Dios el Padre es una de las más antiguas ideas teológicas en Israel”.8
Sin embargo, el segundo Dios era más que simplemente un virrey. Él es el Redentor: “El personaje del segundo Dios Redentor viene, en mi opinión, de la historia antigua de la religión israelita”.9 Estas nociones son, según Boyarin, “Entre las ideas más antiguas acerca de Dios en la religión de los israelitas”.10
Para concluir su análisis, Boyarin razonó que “en los precisos momentos que reconocemos como más característicamente cristianos que judíos” encontramos algunos de los conceptos más antiguos de la religión israelita. Estos incluyen:
[Primero], la noción de un consejo divino dual con un Padre y un Hijo, [segundo] el conocimiento de un Redentor que será, él mismo, Dios y hombre y [tercero] la idea de que este Redentor sufriría y moriría como parte del proceso salvífico.
Al menos algunas de estas ideas, el consejo divino del Padre/Hijo Dios y el salvador que sufre, por ejemplo, tienen raíces profundas en la Biblia Hebrea también y pueden estar entre algunas de las más antiguas ideas que tenían los israelitas acerca de Dios y del mundo.11
Estas son, notablemente, las mismas ideas presentadas en el Libro de Mormón.
Algunos autores han cuestionado la viabilidad de que los antiguos israelitas tuvieran una comprensión del “Hijo de Dios” como el Mesías de Israel. Estos autores sostienen que esta enseñanza es anacrónica, o está fuera de su tiempo para los israelitas precristianos, y es el resultado de la propia “expansión” profética de José Smith en el Libro de Mormón o un completo anacronismo que data el texto al siglo XIX.12
Sin embargo, el trabajo de Gardner y Christensen (citando, a su vez, a Margaret Barker y otros) ha situado con credebilidad la comprensión nefita sobre Dios y el Mesías dentro de la antigua tradición israelita.
Por supuesto, que a Nefi y a otros profetas se les hayan concedido visiones de acontecimientos futuros (tales como el ministerio de Jesucristo) es algo que no puede ser confirmado o negado directamente al usar únicamente criterios históricos. Si uno sostiene las hipótesis naturalistas que niegan la posibilidad de que Dios concede revelaciones de acontecimientos futuros a los profetas, entonces ninguna cantidad de argumentación histórica suele ser persuasiva.
Dicho esto, este estudio reciente demuestra que la representación de Dios y su Hijo como el Mesías en el Libro de Mormón (que es también un Dios o personaje divino) encuentra un lugar mucho más plausible en el antiguo Israel que se había supuesto hasta ahora. “Exactamente los puntos en que [los críticos] afirman que [el Libro de Mormón] es incompatible con el Antiguo Testamento,” concluye Christensen, “Barker encuentra cambios en el pensamiento israelita durante el exilio y más allá. En cada punto, la imagen original corresponde a lo que tenemos en el Libro de Mormón”.13
Brant Gardner, “Excursus: The Nephite Understanding of God,” in Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, six volumes (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 1:214-222.
Kevin Christensen, “The Deuteronomist De-Christianizing of the Old Testament,” FARMS Review 16/2 (2004): 59–90.
Kevin Christensen, “The Messiah in Barker’s Work and Mormon Scripture”; in Paradigms Regained, FARMS Occasional Papers 2 (2001), 5-76.
1. Véase también la discusión sabre Salmo 22 en Shon Hopkin: “The Psalm 22:16 Controversy: New Evidence from the Dead Sea Scrolls“, BYU Studies 44, no. 3 (2005): 161–172.
2. Margaret Barker, The Great Angel: A Study of Israel’s Second God (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 1992); Temple Theology: An Introduction (London: Society for Promoting Christian Knowledge, 2005). Véase también Mark S. Smith, The Origins of Biblical Monotheism: Israel’s Polytheistic Background and the Ugaritic Texts (New York, N. Y.: Oxford University Press, 2001).
3. Sobre esto, véase Stephen O. Smoot, The Divine Council in the Hebrew Bible and the Book of Mormon”, “Studia Antiqua: A Student Journal for the Study of the Ancient World” 12, no. 2 (Fall 2013): 1-18.
4. Brant Gardner, “Excursus: The Nephite Understanding of God,” in Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, six volumes (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 1:215.
5. Gardner, “Excursus,” 217; Barker, The Great Angel, 190-212.
6. Kevin Christensen, “The Deuteronomist De-Christianizing of the Old Testament” FARMS Review 16/2 (2004): 80.
7. Daniel Boyarin, The Jewish Gospels: The Story of the Jewish Christ (New York, N. Y.: The New Press, 2012), 53-56, 72-73.
8. Boyarin, The Jewish Gospels, 44.
9. Boyarin, The Jewish Gospels, 46.
10. Boyarin, The Jewish Gospels, 44-45.
11. Boyarin, The Jewish Gospels, 158.
12. Véase James H. Charlesworth, “Messianism in the Pseudepigrapha and the Book of Mormon,” “Reflections on Mormonism: Judaeo-Christian Parallels,” ed. Truman G. Madsen (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1978), 99-137; Blake Ostler, “The Book of Mormon as a Modern Expansion of an Ancient Source,” Dialogue: A Journal of Mormon Thought 20, no. 1 (Spring 1987): 66-123, esp. 83;Melodie Moench Charles, “Book of Mormon Christology,” in New Approaches to the Book of Mormon: Explorations in Critical Methodology, ed. Brent Lee Metcalfe (Salt Lake City, UT: Signature Books, 1993), 81-114.
13. Christensen, “The Deuteronomist De-Christianizing of the Old Testament,” 89.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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