No toma mucho tiempo leer el Libro de Mormón antes de encontrar seguidores de Cristo que dieron gracias de corazón a Dios. Por ejemplo, al llegar a un valle que contenía agua corriente1 después de escapar de Jerusalén y caminar por el desierto por un tiempo, la familia de Lehi debió haberse sentido inmensamente agradecida. Para mostrar su gratitud, “[erigieron] un altar de piedras y presentó una ofrenda al Señor, y dio gracias al Señor [su] Dios” (1 Nefi 2:7).2 Este conmovedor relato es solo el primero de muchas demostraciones fieles de gratitud a Dios, que se convierte en un tema principal en todo el Libro de Mormón.
Los pueblos del Libro de Mormón mostraron gratitud en una variedad de contextos, pero con mayor frecuencia después de experimentar algún tipo de rescate divino. La familia de Lehi mostró agradecimiento debido a que habían escapado de los peligros de Jerusalén y habían sido guiados a un lugar seguro y habitable, con comida y agua fresca.3
De manera similar, cuando la gente se reunió para escuchar el discurso del rey Benjamín, ofrecieron sacrificios y holocaustos “para [dar] gracias al Señor su Dios” (Mosíah 2:4).4 Por medio de estas ofrendas mostraron gratitud por el Señor que, entre otras cosas, “los había sacado de la tierra de Jerusalén, y los había librado de las manos de sus enemigos” (v. 4). El rey Benjamín entonces reafirmó la importancia de esta doctrina en su famoso sermón, explicando que si él, como rey mortal, merecía algún agradecimiento de su pueblo, entonces “¡oh, cómo debéis dar gracias a vuestro Rey Celestial!” (v. 19).
En las aguas de Mormón, Alma padre enseñó a la gente que “todos los días dieran gracias al Señor su Dios” (Mosíah 18:23). Algún tiempo después, después de haber sido liberados de la esclavitud opresiva causada por Amulón y los lamanitas, el pueblo de Alma reconoció que “nadie podía librarlos sino el Señor su Dios” (Mosíah 24:21). Y debido a este humilde reconocimiento, “dieron gracias a Dios, sí, todos sus hombres y todas sus mujeres y todos sus niños que podían hablar elevaron sus voces en alabanzas a su Dios” (v. 22).
Cuando las grandes destrucciones registradas en 3 Nefi finalmente cesaron, “su lloro se tornó en gozo, y sus lamentaciones en alabanzas y en acción de gracias al Señor Jesucristo” (3 Nefi 10:10).5 Después de que Jesús llegó al templo en la tierra de Abundancia, afirmó la importancia de dar gracias mostrando gratitud a su Padre en la oración: “Padre, gracias te doy porque has dado el Espíritu Santo” (3 Nefi 19:20) y “por haber purificado a los que he escogido, por causa de su fe” (v. 28).6
Estos diversos ejemplos ayudan a demostrar la profunda importancia que el Libro de Mormón otorga a la gratitud. Sus historias enfatizan repetidamente el poder del Señor que bendice al mundo y a Sus hijos de muchas maneras—librándolos del sufrimiento y la esclavitud, dándoles aliento día tras día y proporcionándoles un Redentor que los restaurará y les dará vida eterna. Luego muestra su alabanza, adoración y agradecimiento de corazón en respuesta a estas bendiciones maravillosas.
El registro fiel de Mormón enfatiza la mano del Señor en las historias de su pueblo, así como en sus respuestas dignas de sacrificio, adoración humilde y oraciones de agradecimiento. Estudiar cuidadosamente estas historias puede inspirar a los lectores a reconocer de manera similar la influencia del Señor en sus propias vidas y encontrar la causa de sus propias expresiones de sincera gratitud. Ellos también llegarán a reconocer las bendiciones de la liberación de Dios de las pruebas, problemas y tribulaciones.
El presidente Henry B. Eyring, por ejemplo, enseñó: “Los tiempos que viviremos presentarán pruebas difíciles, como sucedió con el pueblo de Alma bajo el cruel Amulón, quien puso cargas en sus espaldas demasiado pesadas para llevar”.7 Al igual que el pueblo de Alma, los lectores en los últimos días pueden tener fe en que el Señor los liberará de sus propias cargas y pruebas, e incluso los ayudará a estar con”ánimo y… fortalecido[s]” mientras los soportan.8 A medida que bendiciones similares fluyen en sus propias vidas, pueden seguir el ejemplo del pueblo de Alma que colectivamente “elevaron sus voces en alabanzas a su Dios” (Mosíah 24:22).
En las narrativas del Libro de Mormón que precedieron a la visita de Cristo, aquellos que escaparon de sus enemigos o experimentaron liberaciones milagrosas a menudo ofrecían sacrificios de animales como muestra de gratitud. Sin embargo, cuando Jesucristo cumplió la Ley de Moisés, tales sacrificios ya no eran aceptables como una forma apropiada de gratitud y adoración. Cristo enseñó que ahora “ofreceréis como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito” (3 Nefi 9:20).9
Tal sacrificio es especialmente significativo en el contexto de la observancia del día de reposo (véase DyC 59:8-9). El presidente Eyring describió el dia de reposo como un día de “gratitud y amor”.10 Luego explicó: “Al participar del pan y del agua, recordamos que Él sufrió por nosotros; y cuando sentimos gratitud por lo que Él ha hecho por nosotros, sentiremos Su amor por nosotros y nuestro amor por Él”.11
Finalmente, el mismo Libro de Mormón es un tesoro inestimable que debe evocar una respuesta de sincera gratitud. El élder Russell M. Nelson enseñó que “hemos tenido el Libro de Mormón casi 200 años. … Debido a estas y otras preciadas Escrituras, sabemos que Dios es nuestro Padre Eterno y que Su Hijo Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Por estos dones espirituales, ¡demos gracias a Dios!”12
Henry B. Eyring, “Gratitud en el día de reposo, ” Liahona, octubre 2016, en línea en lds.org.
Russell M. Nelson, “Demos gracias a Dios, ” Liahona, abril 2012, 77, en línea en lds.org.
Dallin H. Oaks, “Dar gracias en todas las cosas, ” Liahona, abril 2003, en línea en lds.org.
1. Para una propuesta de la localización física de este valle, véase George D. Potter, “A New Candidate in Arabia for the ‘Valley of Lemuel,’” Journal of Book of Mormon Studies 8, no. 1 (1999): 54–63, 79; S. Kent Brown, “New Light from Arabia on Lehi’s Trail,” en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson, and John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 60–62; S. Kent Brown, “The Hunt for the Valley of Lemuel,” Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 1 (2007): 64–73, 86–88.
2. Véase Book of Mormon Central en español, “¿Qué le permitía a Lehi ofrecer sacrificios afuera de Jerusalén? (1 Nefi 7:22),” KnoWhy 9 (Enero 11, 2017); David Rolph Seely, “Lehi’s Altar and Sacrifice in the Wilderness,” Journal of Book of Mormon Studies 10, no. 1 (2001): 62–69, 80; Brown, “New Light from Arabia on Lehi’s Trail,” 62–63; S. Kent Brown, “What Were Those Sacrifices Offered by Lehi?” en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 2; Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 6 (Provo: Deseret Book and FARMS, 1988), 245–246.
3. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Utilizó Lehi poesía de los antiguos beduinos? (1 Nefi 2:9–10),” KnoWhy 5 (Diciembre 31, 2016); Hugh Nibley, “Lehi in the Desert—Part VI,” Improvement Era 53, no. 6 (June 1950): 517–518; Hugh Nibley, “Lehi in the Desert—Part VII,” Improvement Era 53, no. 7 (July 1950): 566–567, 587–588; reimpreso en Hugh Nibley, Lehi in the Desert/The World of the Jaredites/There Were Jaredites, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 5 (Salt Lake City/Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1988), 84–92.
4. Para más información acerca de los sacrificios en el Libro de Mormón, véase Donald W. Parry, “Service and Temple in King Benjamin’s Speech,” Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 2 (2007): 45–47; Matthew Roper, “A Black Hole That’s Not So Black,” Review of Books on the Book of Mormon 6, no. 2 (1994): 169–174.
5. Para más información concerniente a esta profunda transformación, véase Clifford P. Jones, “The Great and Marvelous Change: An Alternate Interpretation,” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 19, no. 2 (2010): 50–63. Véase también, Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Jesucristo se comparó con la gallina que junta a sus polluelos? (3 Nefi 10: 4), ” KnoWhy 200 (Septiembre 7, 2017).
6. Para un estudio sobre la oración de Cristo entre el pueblo de la tierra de Abundancia, véase Robert L. Millet,“The Praying Savior: Insights from the Gospel of 3 Nephi,” en Third Nephi: An Incomparable Scripture, ed. Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2012), 131–146. Véase también, Donald W. Parry, “‘Pray Always’: Learning to Pray as Jesus Prayed,” en The Book of Mormon: 3 Nephi 9–30, This Is My Gospel, Book of Mormon Symposium Series, Volume 8, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1993), 137-148.
7. Henry B. Eyring, “Gratitud en el día de reposo, ” Liahona, octubre 2016, en línea en lds.org.
8. Eyring, “Gratitud en el día de reposo “, en línea en lds.org.
9. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Jesús le dijo al pueblo que sacrificaran un corazón quebrantado y un espíritu contrito? (3 Nefi 9: 19-20), KnoWhy 198 (Septiembre 5, 2017).
10. Eyring, “Gratitud en el día de reposo “, en línea en lds.org.
11. Eyring, “Gratitud en el día de reposo “, en línea en lds.org.
12. Russell M. Nelson, “Demos gracias a Dios, ” Liahona, abril 2012, 77, en línea en lds.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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