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KnoWhy #584

¿Por qué dijo Jesús: “[N]unca me he mostrado al hombre”?

noviembre 13, 2020
KnoWhy #584
"I Knew Not" (No lo conocía), por Marcus Moore, presentado en el Concurso de Arte de Book of Mormon Central 2017.
"I Knew Not" (No lo conocía), por Marcus Moore, presentado en el Concurso de Arte de Book of Mormon Central 2017.
“Y nunca me he mostrado al hombre a quien he creado, porque jamás ha creído en mí el hombre como tú lo has hecho”
Éter 3:15

El conocimiento

Lo que comienza en Éter 2-3 como una sesión de preguntas y respuestas sobre cómo construir barcos que fueran capaces de cruzar el océano, termina con Jesucristo mostrándose al hermano de Jared en una teofanía extraordinaria. Según el patrón que se observa en la adoración en los templos antiguos, el Señor reveló primero solamente parte de su cuerpo (Su dedo) detrás del velo y después todo Su cuerpo premortal (véase Éter 3:6–13)1. Con respecto al significado de este sagrado encuentro, Jesús declaró: “[N]unca me he mostrado al hombre a quien he creado, porque jamás ha creído en mí el hombre como tú lo has hecho” (v. 15).

Esta declaración ha dejado perplejos a muchos lectores e investigadores del Libro de Mormón. ¿Significa que ninguno de los hombres y mujeres justos que vivieron antes del hermano de Jared fueron visitados en persona por Jesucristo? Aunque es sencilla, esta interpretación no parece ser posible ya que existe evidencia en las Escrituras de que los profetas que vivieron antes del hermano de Jared, como Enoc, entraron realmente en la presencia del Señor (véase Moisés 7:4)2. Siendo así, ¿qué podría haber querido decir Jesús? A lo largo de los años, se han propuesto varias interpretaciones posibles3.

Cuestión de grado

Algunos comentaristas, entre ellos Joseph Fielding Smith y Bruce R. McConkie, han comprendido que Jesús se reveló de una manera única o en cierto grado sin precedentes cuando habló con el hermano de Jared4. Para ayudar a transmitir esta idea, el élder McConkie parafraseó Éter 3:15 de la siguiente manera:

Nunca me he manifestado de la manera y forma en que ahora lo hago; nunca ha habido una revelación tan completa sobre la naturaleza y la clase de ser que soy; nunca antes se ha levantado completamente el velo para que un hombre mortal pueda ver mi entidad espiritual en el pleno y completo sentido de la palabra5.

El significado de “hombre”

Sidney B. Sperry sugirió que la palabra hombre en Éter 3:15 puede ser una descripción colectiva de la humanidad, que en su gran mayoría no ha alcanzado la fe como el hermano de Jared6. En otras palabras, “nunca me he mostrado [a la humanidad] a quien he creado, porque [la humanidad] jamás ha creído en mí […] como [él] lo [ha] hecho” (Éter 3:15)7.

Una comprensión colectiva de “hombre” puede justificarse al mirar en retrospectiva una diferenciación en el versículo 14. En ese versículo, Jesús declaró que en Él “todo el género humano tendrá vida”, pero parece precisar que solo los que tienen fe “llegarán a ser [sus] hijos y [sus] hijas”. Con respecto a estas declaraciones, Bruce K. Satterfield ha comentado: “Para mí, esta diferenciación parece indicar que Dios se aparece a sus hijos e hijas pero no al hombre8.

Jesús como “el Hijo”

Kent P. Jackson ha propuesto que cuando Jesús se apareció a otras personas antes que al hermano de Jared, se manifestó solamente como Jehová, en calidad de representante del Padre. Sin embargo, al mostrarse al hermano de Jared, puede haber venido específicamente como Jesucristo, en calidad de Hijo9.

El hecho que de Jesús hizo hincapié sobre este aspecto dual de Su identidad en el versículo inmediato anterior apoya esta posibilidad: “He aquí, soy Jesucristo. Soy el Padre y el Hijo” (Éter 3:14; cursiva añadida). Una ventaja de esta interpretación, de acuerdo con Jackson, es que evita la ambigüedad de otros enfoques, permitiendo a los lectores “tomar la declaración del Señor literalmente como se presenta”10.

Fe convincente

Daniel H. Ludlow sintió que lo que era tan único en esta situación era la fe sin precedentes del hermano de Jared. No es que el Señor no se haya manifestado antes a las personas, sino que él “nunca antes tuvo que manifestarse al hombre”11. Entre las varias interpretaciones posibles de Éter 3:15, el élder Jeffrey R. Holland consideró esta como la “más persuasiva”12:

Como regla, los profetas son invitados a la presencia del Señor, se les pide que entren en Su presencia al lado de Él y solo con Su autorización. Por otro lado, el hermano de Jared se presenta solo (y asumimos ahora) atravesando el velo, no como un invitado no deseado, sino quizás como uno invitado inesperado. … Obviamente, el Señor mismo está asociando una fe sin precedentes con esta visión incomparable. Si la visión no es única, entonces tendría que ser la fe (y cómo se obtiene la visión) lo que es tan notable. La única manera en que esta fe podría ser tan notable sería en su capacidad de llevar a este profeta, no invitado, a donde otros solamente pudieron ir por invitación13.

El porqué

Estas y otras posibles interpretaciones no son necesariamente incompatibles entre sí. Tal como el élder Holland comentó: “[C]ualquiera, o todos, pueden iluminar la mayor verdad de este pasaje”14. Al mismo tiempo, debe entenderse que todavía ninguna de estas interpretaciones se ha demostrado. Sin la aclaración de la “revelación adicional de las Escrituras o comentarios sobre el asunto”, advirtió el élder Holland, “cualquier conjetura es solo eso, una conjetura, y como tal es inadecuada e incompleta”15.

No obstante, el mismo hecho de reflexionar sobre el significado potencial y la importancia de Éter 3:15 puede ser esclarecedor. Una pregunta importante que los lectores pueden hacer es por qué Moroni incluyó este episodio. ¿Qué era tan importante que dedicó casi un capítulo entero comentándolo, mientras que otras partes de su compendio cubren generaciones enteras de la historia jaredita en solo unos cuantos versículos?

Puede encontrarse una pista importante en el siguiente capítulo (Éter 4), donde Moroni registró la invitación del Señor a los gentiles de los últimos días. El hermano de Jared vivió antes que Abraham, Isaac y Jacob y en una parte diferente del mundo. Por lo tanto, al igual que los gentiles, él no era de la casa de Israel y, sin embargo, el Señor le ofreció este profundo privilegio y bendición. Considerando su estatus común de no ser israelita, el hermano de Jared puede ser visto como un modelo de justicia particularmente adecuado para los gentiles de los días modernos16.

La única revelación dada a este hombre modesto demuestra sin lugar a dudas “que Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10:34) y que en verdad “invita a todos ellos a que vengan a él” (2 Nefi 26:33). También demuestra que la invitación de Dios: “Venid a mí” no es solamente figurativa (Éter 4:13-14). Jesús nos invita a todos, tanto judíos como gentiles, a entrar literalmente en Su presencia.

Independientemente de lo que signifique que el Señor nunca antes se había mostrado a Sí mismo al hombre en Éter 3:15, podemos estar seguros que al avanzar los cielos se abrirán a todos aquellos que, como el hermano de Jared, sean capaces de rasgar “ese velo de incredulidad” (Éter 4:15). Sabemos esto porque el Señor mismo lo ha prometido: “Y el día en que [los gentiles] ejerzan la fe en mí, dice el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared… entonces les manifestaré las cosas que vio el hermano de Jared” (Éter 4:7).

Otras lecturas

John W. Welch, John W. Welch Notes (Springville, UT: Book of Mormon Central, 2020), 1106–1107.

Jeffrey R. Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, en A Book of Mormon Treasury: Gospel Insights from General Authorities and Religious Educators, (Provo y Salt Lake City, UT: BYU Religious Studies Center y Deseret Book, 2010), 59–62.

Kent P. Jackson, “‘Never Have I Showed Myself Unto Man’: A Suggestion for Understanding Ether 3:15a”, BYU Studies Quarterly 30, no. 3 (1990): 71–76.

 

1. Véase Central del Libro de Mormón, “¿Por qué utilizó Moroni símbolos del templo mientras contaba la historia del hermano de Jared? (Éter 3:20)”, KnoWhy 237 (octubre 30, 2017).
2. El élder Jeffrey R. Holland ha explicado este dilema en detalle: “La posible confusión se produce aquí al ser conscientes de que muchos (y puede que todos) de los principales profetas que vivieron antes que el hermano de Jared habían visto a Dios. Entonces, ¿cómo se entiende la declaración del Señor? Las conversaciones cara a cara de Adán con Dios en el jardín de Edén pueden ser una excepción debido al estado paradisíaco y anterior a la caída de ese entorno y relación. Además, otras visiones de los profetas de Dios, como las de Moisés e Isaías en la Biblia, o de Nefi y Jacob en el Libro de Mormón, sucedieron después de esta experiencia del hermano de Jared donde el Señor dice “nunca antes”. Pero antes de la época de la torre de Babel, el Señor se apareció ante Adán y ‘el resto de los de su posteridad que eran justos’ en el valle de Adán-ondi-Ahmán, tres años antes de la muerte de Adán (véase DyC 107:53–55). Y tenemos el caso de Enoc, quien dijo muy explícitamente: ‘[V]i al Señor; y estaba ante mi faz, y habló conmigo, así como un hombre habla con otro, cara a cara’ (Moisés 7:4). Suponemos que pudo haber otros profetas que vivieron en el período entre la salida de Adán del jardín de Edén y la construcción de la torre de Babel, quienes también vieron a Dios, incluyendo a Noé, quien ‘halló gracia ante los ojos de Jehová’ y ‘con Dios caminó’ (Génesis 6:8–9), la misma frase de las Escrituras usada para describir la relación de Enoc con el Señor (véase Génesis 5:24)”. Jeffrey R. Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, en A Book of Mormon Treasury: Gospel Insights from General Authorities and Religious Educators, (Provo y Salt Lake City, UT: BYU Religious Studies Center y Deseret Book, 2010), 59.
3. Para obtener una visión general de las diferentes perspectivas, véase John W. Welch,  John W. Welch Notes (Springville, UT: Book of Mormon Central, 2020), 1106–1107; Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 60–62; Kent P. Jackson, “‘Never Have I Showed Myself Unto Man’: A Suggestion for Understanding Ether 3:15a”, BYU Studies Quarterly 30, no. 3 (1990): 71–76.
4. Véase Joseph Fielding Smith, Doctrines of Salvation, comp. Bruce R. McConkie, 3 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1954—56), 1:37; Joseph Fielding Smith, Answers to Gospel Questions, 5 vols. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1957–1966), 2:123–26; Bruce R. McConkie, The Promised Messiah: The First Coming of Christ (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1978), 599–600.
5. McConkie, The Promised Messiah, 599–600. Para conocer las interpretaciones que otros que han presentado o reafirmado a lo largo de estas líneas, véase Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 60–61; Sidney B. Sperry, Answers to Book of Mormon Questions (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1967), 47–51, esp. 48, anteriormente publicado como Problems of the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1964); Daniel H. Ludlow, A Companion to Your Study of the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1976), 318–319.
6. Sperry, Answers to Book of Mormon Questions, 48—49; Sidney B. Sperry, Book of Mormon Compendium (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1968), 467–468.
7. Tal vez esto es similar a la declaración del Señor en 3 Nefi 15: “[L]os gentiles en ningún tiempo habrían de oír mi voz; que no me manifestaría a ellos sino por el Espíritu Santo”. Hablando colectivamente, esta afirmación es cierta. A diferencia de los judíos de Jerusalén, los nefitas de las Américas y las otras tribus dispersas de Israel (véase 3 Nefi 15:12-16:3), los gentiles nunca han tenido el privilegio de recibir el ministerio personal y el testimonio de Jesucristo. Sin embargo, las personas justas entre los gentiles, como José Smith, incuestionablemente han visto y oído a Jesucristo, como lo hizo el hermano de Jared. Esta interpretación de Éter 3:15 es contextualmente notable porque en el siguiente capítulo el Señor le explicó a Moroni: “Y el día en que [los gentiles] ejerzan la fe en mí, dice el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared… entonces les manifestaré las cosas que vio el hermano de Jared” (Éter 4:7).
8. Bruce K. Satterfield, “‘Never Have I Showed Myself Unto Man’: Dealing With the Apparent Incongruity of Ether 3:15 and Earlier Appearances of the Lord”, original, copia del borrador sin editar, en línea en emp.byui.edu.
9. Véase Jackson, “‘Never Have I Showed Myself Unto Man’”, 73–75. Como concluyó Jackson en la página 75: “La singularidad de esta situación radica en el hecho de que Jehová se apareció [al hermano de Jared] en su papel de Jesucristo, y no como el Padre. Jamás, hasta donde podemos decir por las Escrituras, Jesucristo se había mostrado a sí mismo al hombre. (Y, curiosamente, en ninguna otra parte de las Escrituras tenemos un ejemplo claro de Jehová apareciendo como Jesús hasta su venida en la carne). Como lo menciona Moroni: ‘Por lo que, teniendo este conocimiento perfecto de Dios, fue imposible impedirle ver dentro del velo; por tanto, vio a Jesús‘ (Éter 3:20). Cristo reveló su naturaleza completa al hermano de Jared: Dios quien se convertiría en Hombre—Jehová, el Padre, quien llegaría a ser Jesús, el Hijo”.
10. Jackson, “‘Never Have I Showed Myself Unto Man’”, 73.
11. Ludlow, A Companion to Your Study, 318; énfasis en el original.
12. Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 61.
13. Véase, Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 61. Véase también Jeffrey R. Holland, Cristo y el nuevo convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1997), 23; Jeffrey R. Holland, “I Have A Question”, Ensign, April 1974, en línea en churchofjesuchrist.org; Joseph M. Spencer, “Christ and Krishna: The Visions of Arjuna and the Brother of Jared” Journal of Book of Mormon Studies 23, no. 1 (2014): 71–73.
14. Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 59.
15. Holland, “Rending the Veil of Unbelief”, 59.
16. Véase Spencer, “Christ and Krishna”, 71–73.

Traducido por Central del Libro de Mormón