Cuando Mormón decidió incluir las planchas menores al resto de su compendio, dio una explicación editorial del porqué este material fue incluido (Palabras de Mormón 1:1–11).1 Mormón comenzó explicando que estaba a punto de pasar el registro a su hijo, Moroni, y que ha sido testigo de la casi total aniquilación de su pueblo (Palabras de Mormón 1:1-2). Luego explicó:
Y ahora hablo algo referente a lo que he escrito; porque después que hube hecho un compendio de las planchas de Nefi, hasta el reinado de este rey Benjamín, del cual habló Amalekí, busqué entre los anales que habían sido entregados en mis manos, y encontré estas planchas que contenían esta breve narración de los profetas, desde Jacob hasta el reinado de este rey Benjamín, y también muchas de las palabras de Nefi. (Palabras de Mormón 1:3)
Mormón continuó: “[C]omplacido con las cosas que se hallan escritas en estas planchas … escogí, por tanto, estas cosas para concluir mi relato sobre ellas” (Palabras de Mormón 1:4-5). “[T]omaré estas planchas”, dijo Mormón, “y las pondré con el resto de mis anales”. Él hizo esto, siendo impulsado por el Espíritu, “para un sabio propósito” (Palabras de Mormón 1:6-7). Mormón expresa su esperanza de que su pueblo vuelva “una vez más al conocimiento de Dios” (Palabras de Mormón 1:8) y luego relata lo que pasó con esas planchas y cómo es que terminaron en su posesión desde el principio (Palabras de Mormón 1:10-11).
En total, Palabras de Mormón 1:3-11 explica: (a) cómo y cuándo Mormón encontró las planchas menores; (b) cómo llegaron a ser parte del gran archivo a su disposición; (c) su resumen del contenido; (d) y sus motivos para anexarlos al registro más grande. En resumen, todo lo que un lector espera aprender en una introducción. Sin embargo, Mormón colocó su material explicativo al final, no al principio.
Del mismo modo, la Portada del Libro de Mormón era, según José Smith, “una traducción literal tomada de la última hoja de las planchas”.2 Esto es consistente con una antigua práctica común conocida como suscriptio, donde la información introductoria, tal como “la indicación del nombre del escritor/autor y el título del libro” es colocado “justo al final, después de la última línea del texto”.3 Walter Burkert, un experto en las lenguas clásicas, cree que la certificación de esta práctica en la literatura griega era “una correspondencia detallada y exclusiva que prueba que la práctica de la literatura griega depende en última instancia de Mesopotamia”.4
Utilizando la obra de Burkert, William J. Hamblin señaló que si la práctica de suscriptio es “prueba” como Burkert dijo, de la dependencia de la literatura griega en la influencia mesopotámica, “¿no se puede decir la misma cosa del Libro de Mormón—que la práctica de suscriptio representa ‘una correspondencia exclusiva y detallada’ que ofrece una prueba de que el Libro de Mormón ‘depende en última instancia’ del antiguo Cercano Oriente?”.5
Mientras que “prueba” puede ser una palabra fuerte, es cierto que, como Hamblin señaló: “Esta idea habría sido contradictoria a principios del siglo XIX cuando las portadas aparecían al principio, no al final de los libros”.6 Esto es evidente por el hecho que aunque lo encontró en la “última hoja”, la portada fue publicada al principio, no al final, del Libro de Mormón.
Esta práctica antigua no es solo evidente en la colocación de la portada, sino también en la ubicación de las Palabras de Mormón. La práctica de suscriptio explica por qué Mormón colocó su explicación de las planchas menores al final, no al principio, del registro.
William J. Hamblin, “Metal Plates and the Book of Mormon,” in Pressing Forward with the Book of Mormon: The FARMS Updates of the 1990s, ed. John W. Welch and Melvin J. Thorne (Provo, UT: FARMS, 1999), 20–22.
1. El resto de las Palabras de Mormón (vv. 12–18) parece que tiene gran continuidad con la primer parte de Mosíah, y algunos eruditos han sugerido que era la parte que ahora está perdida de Mosíah. Véase Jack M. Lyon and Kent R. Minson, “When Pages Collide: Dissecting the Words of Mormon,” BYU Studies Quarterly 51, no. 4 (2012): 120–136. Otros han sugerido que José Smith escribió vv. 12-18 como un resumen/puente que regresa a las planchas mayores. Véase Brant A. Gardner, “When Hypotheses Collide: Responding to Lyon and Minson’s ‘When Pages Collide’,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 5 (2013): 105–119.
2. José Smith, JS History, 1839, Church History Library, Salt Lake City, p. 9, in Karen Lynn Davidson, David J. Whittaker, Mark Ashurst-McGee, eds., Histories, Volume 1: Joseph Smith Histories, 1832–1844, The Joseph Smith Papers Project (Salt Lake City, UT: Church Historians Press, 2012), 352 (Draft 1), disponible en línea.
3. Walter Burkert, The Orientalizing Revolution: Near Eastern Influence on Greek Culture in the Archaic Age (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1992), 32.
4. Burkert, The Orientalizing Revolution, 32.
5. William J. Hamblin, “Metal Plates and the Book of Mormon,” in Pressing Forward with the Book of Mormon: The FARMS Updates of the 1990s, ed. John W. Welch and Melvin J. Thorne (Provo, UT: FARMS, 1999), 22.
6. Hamblin, “Metal Plates and the Book of Mormon,” 21.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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