Cuando John Whitmer se encontró con el profeta José Smith por primera vez, a principios de junio de 1829, deseaba “saber [de parte del Señor] lo que para [él] sería de mayor valor” (DyC 15:4). Por medio de José Smith, el Señor reveló que “lo que ser[ía] de mayor valor para [John Whitmer] ser[ía] declarar el arrepentimiento a este pueblo, a fin de que tra[jera] almas [al Señor]” (DyC 15:6). John fue bautizado poco después, a mediados de junio de 18291.
Deseoso de ayudar en la obra del Señor, John llegó a ser un apoyo directo para José Smith, trabajando brevemente como escriba para la traducción del Libro de Mormón cuando Oliver Cowdery necesitaba descansar2. Después de que la traducción del Libro de Mormón se completó, aproximadamente a finales de junio, acompañó a la familia Smith y a otros de regreso a Palmyra, donde vio y sopesó las planchas, llegando a ser uno de los Ocho Testigos3. Junto con los otros siete que vieron y sopesaron las planchas, puso su nombre en una declaración afirmando “con palabras solemnes” que ellos habían “visto y sopesado, y con certeza sab[ían] que [José] Smith las [tenía] en su poder”4.
Después de que la Iglesia se organizó en abril de 1830, John siguió contribuyendo de muchas maneras importantes. Cuando José recibió por primera vez noticias del creciente número de conversos en Kirtland, Ohio, mandó a John Whitmer para proveer el liderazgo que tanto necesitaban los santos en aquella zona5.
Después de que José se estableciera en Kirland y otros comenzaran a reunirse allí, en marzo de 1831 el Señor llamó a John para que “escrib[iera] y llev[ara] una historia sistemática” (DyC 47:1).
Al principio, John estaba renuente en servir como historiador para la Iglesia, pero una vez que confirmó que era la voluntad del Señor, cumplió con su deber diligentemente, escribiendo 96 páginas de manuscritos de historia en las que continuó trabajando incluso después de distanciarse de José Smith6. También fue un escriba diligente, ayudando a José Smith a escribir el dictado de la traducción de la Biblia. En 1833, también compiló y transcribió copias de casi todas las revelaciones preparadas para incluirlas en el Libro de Mandamientos (un precursor de Doctrina y Convenios de 1835)7.
John regularmente hablaba en conferencias y aprovechaba esas ocasiones para testificar del Libro de Mormón. Por ejemplo, en la conferencia de 1835 en New Portage, “dio una pequeña relación de los hechos vinculados con la traducción del Libro de Mormón” y testificó “abierta, franca y seriamente de lo que había visto, sopesado y palpado con sus propias manos”8. También sirvió como editor del periódico Latter-day Saints’ Messenger and Advocate, por varios meses entre 1835 y 1836. Cuando dejó su cargo como editor en marzo de 1836, volvió a ofrecer una afirmación seria y franca de su testimonio del Libro de Mormón:
[P]ara decir que el Libro de Mormón es una revelación de Dios, no tengo ninguna duda, sino que con toda confianza he firmado con mi nombre como tal… Ciertamente he visto las planchas de donde el Libro de Mormón fue traducido, y he palpado estas planchas, y sé con certeza que José Smith, hijo, ha traducido el Libro de Mormón por el don y el poder de Dios9.
Desafortunadamente, un par de años después, John y otros miembros de la familia Whitmer dejaron la iglesia. Los motivos de esto son complicados e incluyen factores sociales, políticos, eclesiásticos y económicos. Sin embargo, lo que es claro e impresionante es que incluso en medio de su descontento y las controversias circundantes, John se mantuvo fiel a su testimonio de haber visto y palpado las planchas. En 1839, cuando John Whitmer y un grupo de otros disidentes intentaron presionar a Theodore Turley para que negara que José Smith era un profeta, Turley les contestó y confrontó directamente a John acerca de su testimonio del Libro de Mormón.
“Has publicado al mundo que un ángel le mostró esas planchas a José Smith”, Turley dijo a John Whitmer. John respondió: “Ahora digo, yo sostuve esas planchas; había grabados finos en ambos lados. Yo los palpé”. Pero, él admitió que no pudo leer los grabados y, por lo tanto, “no sabía si [la traducción] es verdadera o no”10. La confianza de John Whitmer en la capacidad profética de José Smith se vio afectada, pero él todavía sabía que había visto y sopesado con sus propias manos y ojos, y no podía negarlo.
Aunque nunca regresó a la iglesia, la confianza de John Whitmer en los orígenes divinos del Libro de Mormón se recuperó y con el paso de los años dejó muchas más declaraciones afirmando tanto su experiencia como uno de los Ocho Testigos como la veracidad del Libro de Mormón11. Él vivió más tiempo que todos los Ocho Testigos, y por esa razón, tomó la responsabilidad de actuar como portavoz del resto del grupo en sus últimos años de vida12. En una carta escrita en marzo de 1876, cerca de dos años antes de su muerte, escribió:
“Nunca he escuchado que alguno de los tres u ocho testigos hayan negado alguna vez el testimonio que han declarado del libro publicado en la primera edición del Libro de Mormón. … Nuestros nombres se han dado a conocer a todas las naciones, lenguas y pueblos como revelación divina de Dios, la cual llevará a cabo los designios de Dios conforme a las declaraciones que contiene”13.
John Whitmer era un hombre de palabra y continuó testificando del Libro de Mormón cuando se le pidió que lo hiciera. Sabiendo que su experiencia sagrada era de una naturaleza inusual, John habló no solamente por sí mismo, sino también por los demás.
Quien investiga con sinceridad, no puede evitar preguntarse por qué alguien como John Whitmer persistiría tan constantemente en dar testimonio de haber visto y sopesado las planchas. ¿Por qué seguía insistiendo en que había visto y sopesado personalmente las planchas con sus finos grabados, aún cuando tenía dudas acerca de la divinidad del libro? ¿Y por qué, durante los siguientes 40 años, su propia confianza en los orígenes divinos del Libro de Mormón permaneció firme, incluso cuando él y el resto del clan de los Whitmer perdió su fe prácticamente en todo lo demás relacionado con el llamamiento profético de José Smith?14.
Aquellos que desean desestimar el testimonio claro y poderoso de John Whitmer y de los otros siete testigos, citan a menudo la afirmación de tercera mano de Stephen Burnett, de que “los Ocho Testigos nunca vieron [las planchas] y vacilaron en firmar la declaración por esa razón”15. Sin embargo y como se citó anteriormente, John Whitmer contradijo directamente esto cuando declaró que “no dudó” en afirmar que el Libro de Mormón era una revelación divina y “con toda confianza h[abía] firmado con [su] nombre”16. Aun cuando John sí dudó en afirmar la divinidad del Libro de Mormón, como lo relata Turley, no negó que él y otros habían visto y sopesado las planchas.
Otros afirman que los ocho solamente vieron y sopesaron las planchas mientras estaban cubiertas o en una caja, pero John Whitmer niega también esto directamente. En una entrevista registrada por Wilhelm Poulson, poco antes de la muerte de John, se le preguntó específicamente si las planchas estaban cubiertas cuando las vio. “No”, respondió John, “[José] las entregó descubiertas en nuestras manos y volteamos las hojas lo suficiente para convencernos”. Las planchas, basándose en este examen tangible, eran “tan materiales como cualquier otra cosa lo puede ser”17.
De este modo, John Whitmer testificó conocer la realidad física de lo que había tocado y sopesado. Para él, este asunto era realmente importante. Sus declaraciones explícitas acerca de esta experiencia solo dejan, finalmente, una explicación razonable. Tal como lo comenta Richard Lloyd Anderson:
Su contacto real con las planchas es la única explicación plausible de la seriedad con la que este granjero conservador compartió su testimonio con los miembros de la Iglesia y no miembros asociados. Seguramente uno puede confiar en su habilidad para informar si levantó o manipuló o no un objeto metálico de un peso considerable18.
Hoy en día, todo aquel que acepte la restauración del evangelio de Jesucristo debe apreciar las contribuciones de John Whitmer a la historia temprana de la Iglesia. Sobre todo, deberían valorar su disposición, en las buenas y en las malas, para testificar de su experiencia inconfundible con las planchas y para dar voz al resto de los Ocho Testigos a lo largo de su vida.
Susan Easton Black, “Whitmer, John”, en Central de Doctrina y Convenios. Dennis L. Largey y Larry E. Dahl (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2012), 678–679.
Richard Lloyd Anderson, “Attempts to Redefine the Experience of the Eight Witnesses”, Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 1 (2005): 18–51, 125–127.
Richard Lloyd Anderson, Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 53–57.
1. “Whitmer, John”, en línea en josephsmithpapers.org.
2. Véase Susan Easton Black, “Whitmer, John”, en Central de Doctrina y Convenios .
3. Lucy Mack Smith, Biographical Sketches, en Larry E. Morris, ed., A Documentary History of the Book of Mormon (New York, NY: Oxford University Press, 2019), 433. Lucy registra que el grupo de los Ocho Testigos fueron a un lugar aislado en la granja de los Smith para ver el registro. El mismo John Whitmer recordó que fue en la granja de los Smith donde vieron las planchas, pero dijo que sucedió dentro de las paredes de la casa, y que ellos las vieron en dos grupos separados. Véase P. Wilhelm Poulson Interview, July 31, 1878, en Morris, Documentary History, 453–454.
4. El Testimonio de Ocho Testigos.
5. Véase Larry C. Porter, “‘Ye Shall Go to the Ohio’: Exodus of the New York Saints to Ohio, 1831”, en Regional Studies in Latter-day Saint Church History: Ohio, ed. Milton V. Backman (Provo, UT: BYU Department of Church History, 1990), 1–2.
6. Véase John Whitmer, History, 1831–ca. 1847, en línea en josephsmithpapers.org.
7. Véase Revelation Book 1, en línea en josephsmithpapers.org.
8. Oliver Cowdery, “New Portage Conference”, Latter-day Saints Messenger and Advocate 1, June 1835, 143, en Morris, Documentary History, 450.
9. John Whitmer, “Address to the Patrons of the Latter Day Saints’ Messenger and Advocate”, Latter-day Saints Messenger and Advocate 2, no. 6, March 1836, en Morris, Documentary History, 426.
10. Thomas Bullock’s Account, ca. 1845, en Morris, Documentary History, 451. Algunos han intentado utilizar esta historia para desacreditar el testimonio de los Ocho Testigos, debido a que John Whitmer supuestamente le dijo a Turley que “[le] fueron mostrados por un poder sobrenatural” (véase Morris, Documentary History, 451). Sin embargo, un análisis detallado del documento original, muestra ambigüedad en cuanto si se trata de una cita directa de John, una paráfrasis de Turley o algo más. Véase el análisis en Morris, Documentary History, 420–421. En cualquier caso, si efectivamente dijo algo en ese sentido, es probable que John solamente quisiera decir que es solo por la voluntad y el poder de Dios que cualquiera podía ver las planchas, independientemente de si el evento era “milagroso” o mundano. El resto del registro histórico deja claro que John Whitmer testificó haber visto y sopesado las planchas como una experiencia física ordinaria.
11. Véase Morris, Documentary History, 425–426, 428–429, 449–455; Dan Vogel, ed., Early Mormon Documents, 5 vols. (Salt Lake City, UT: Signature Books, 1996–2003), 5:233–251.
12. Sobre la vida de John Whitmer, véase Ronald E. Romig, Eighth Witness: The Biography of John Whitmer (Independence, MO: John Whitmer Books, 2014).
13. John Whitmer to Mark H. Forscutt, March 5, 1876, en Richard Lloyd Anderson, Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 55–56.
14. Sobre el progreso de las creencias de los Whitmer y su creciente pérdida de fe en todo pero no en el Libro de Mormón, véase H. Michael Marquardt, “David Whitmer: His Evolving Beliefs and Recollections”, en Scattering of the Saints: Schism within Mormonism, ed. Newell G. Bringhurst y John C. Hamer (Independence, MO: John Whitmer Books, 2007), 46–77.
15. Stephen Burnett to Lyman E. Johnson, April 15, 1838, en Morris, Documentary History, 431.
16. Whitmer, “Address to the Patrons”, en Morris, Documentary History, 426. Para conocer información adicional sobre la carta de Burnett sobre los Ocho Testigos, véase Morris, Documentary History, 418–419. Para conocer un análisis de los argumentos en contra del testimonio de los Ocho Testigos, véase Richard Lloyd Anderson, “Attempts to Redefine the Experience of the Eight Witnesses”, Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 1 (2005): 18–51, 125–127.
17. P. Wilhelm Poulson Interview, July 31, 1878, en Morris, Documentary History, 453.
18. Richard Lloyd Anderson, Investigating the Book of Mormon Witnesses (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1981), 132.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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