En algún momento a principios de 1830 (probablemente entre enero y principios de marzo) mientras el Libro de Mormón estaba en la imprenta, José Smith recibió una revelación instruyéndole que asegurara los derechos de autor del Libro de Mormón en Canadá. “Al igual que los derechos de autor en Estados Unidos que [José] Smith había obtenido en junio de 1829, los derechos de autor canadienses ayudarían a proteger al Libro de Mormón de aquellos que buscaban reimprimirlo ilegalmente en el dominio británico de Canadá”.1 La revelación, preservada en lo que se llama “El Libro de Mandamientos” (o Libro de Revelaciones 1),2 instruía a Oliver Cowdery, Joseph Knight padre, Hiram Page y Josiah Stowell a “ser diligentes en asegurar los derechos de autor de mi obra [el Libro de Mormón] sobre la faz de la tierra”. Se les dijo que hicieran esto “con la mira puesta únicamente en la gloria de [Dios], para que sea el medio de llevar la salvación a las almas”. Para lograr esto, el Señor instruyó a estos hombres viajar a Kingston, Ontario, Canadá al lado contrario de Palmyra, cruzando el lago Ontario. Allí, el Señor dijo que “concedería a [su] siervo [José Smith] el privilegio para que pudiera vender los derechos de autor”. El Señor dejó en claro que el éxito de la misión estaba sujeto a varios factores, incluyendo “si las personas no endurecían sus corazones en contra de los susurros de mi espíritu y mi palabra. Porque he aquí, que yace en ellas mismas para su condenación o su salvación”.3
El propósito de asegurar y vender un derecho de autor del Libro de Mormón en Canadá—en lugar de los derechos de autor (una distinción legal sutil pero importante)—era para asegurar que si el libro se republicaba fuera de los Estados Unidos, José Smith, como el “autor y propietario” legalmente designado”4 retendría la propiedad intelectual legal del libro y recibiría la compensación monetaria apropiada de las ventas.5 “Debido a que un libro popular [a principios del siglo XIX] usualmente era reimpreso en otros países sin la autorización, a cualquier precio, en la ausencia de las leyes internacionales de derechos de autor” la venta de los derechos del Libro de Mormón a las cuatro provincias de Canadá habría “apresurado la impresión y distribución del libro en parte del imperio británico”. 6
La urgencia de José Smith para asegurar la protección adicional de sus derechos de autor del Libro de Mormón se acentuó por el hecho de que en enero de 1830 Abner Cole (un ex juez de paz) pirateó y publicó ilegalmente grandes extractos del Libro de Mormón en el Reflector, un periódico que se imprimía en la misma imprenta que el Libro de Mormón. Escribiendo bajo el seudónimo de Obadiah Dogberry, Cole ridiculizó los extractos publicados del Libro de Mormón con su satírico libro Book of Pukei. Preocupado con justa razón por la violación de sus derechos de autor, José confrontó al conflictivo Cole y lo convenció para que aceptara mediar el asunto, lo cual aparentemente fue suficiente para resolver el problema de manera inmediata o dentro de un lapso de tiempo corto.7
Aunque no está completamente claro si los cuatro personajes o solamente Cowdery y Page, viajaron a Kingston, lo que sí está claro es que fallaron en vender los derechos de autor del Libro de Mormón.8 Cerca de seis décadas después en su publicación de 1887 en An Address to All Believers in Christ (Un comunicado a todos los creyentes en Cristo), David Whitmer, uno de los tres testigos del Libro de Mormón, proporcionó una nueva versión de este episodio que estaba sumamente teñido de cinismo por su enemistad posterior con José Smith. De acuerdo con Whitmer, “se había sugerido… que algunos de los hermanos pudieran ir a Toronto [Kingston], Canadá, y vendieran los derechos de autor del Libro de Mormón por un dinero considerable”. El profeta fue persuadido por su hermano Hyrum para buscar una revelación que autorizara la iniciativa, lo que hizo a través de la piedra vidente. Después del fracaso del viaje, Whitmer y otros “preguntaron a José cómo es que había recibido revelación del Señor… y los hermanos habían fracasado completamente en su tarea”. La respuesta de una supuesta revelación subsecuente inquietó a Whitmer: “Algunas revelaciones son de Dios: algunas revelaciones son del hombre: y algunas revelaciones son del diablo“. No contento con esta explicación, el mismo Whitmer solo pudo concluir: “Así que podemos ver que la revelación de ir a Toronto [sic] y vender los derechos de autor no fue de Dios, sino del diablo o del corazón del hombre”.9 Algunos críticos del Libro de Mormón se han aferrado al registro de Whitmer dado que representa a José como ingenuo o, aún peor, un falso profeta inspirado por Satanás.10
Sin embargo, el último registro de David Whitmer se contradice en algunos puntos importantes por Hiram Page, quien proveyó su propia versión de los eventos en una carta de 1848 a William McLellin.11 Es importante destacar que, a diferencia de Whitmer, Page estaba informado por los detalles específicos en la revelación. Esto explica por qué Page reiteró la naturaleza condicional de la revelación (“nosotros íbamos a Kingston donde venderíamos [los derechos de autor] si no endurecían sus corazones”12), una característica importante de la revelación completamente olvidada por Whitmer. Además, lo que aprendió Page del incidente fue drásticamente diferente de Whitmer. “Page… no dejó indicación en su remembranza que estaba molesto acerca de la revelación o su viaje a Canadá”.13 En sus propias palabras, Page concluyó que del fracaso suyo y de Oliver, él aprendió “cómo se puede recibir una revelación y la persona que la recibe puede no ser beneficiada”.14 En ningún punto Page expresó alguna duda acerca de la veracidad de la revelación en sí.
Una verdad importante que José Smith aprendió al intentar traducir y publicar el Libro de Mormón era que Dios no permitiría que Su obra sagrada fuese confundida por los engaños deliberados de los hombres. “Las obras, los designios y los propósitos de Dios no se pueden frustrar ni tampoco pueden reducirse a la nada”, José lo aprendió en una revelación en julio de 1828. “Recuerda, recuerda que no es la obra de Dios la que se frustra, sino la de los hombres” (DyC 3:1–3). De manera importante, la custodia de las planchas de oro por parte de José y su asignación de traducir y publicar el Libro de Mormón, fue un periodo probatorio donde fue guiado en los principios fundamentales del evangelio, incluyendo los principios del arrepentimiento y el perseverar hasta el fin.15
Aunque la misión de asegurar los derechos de autor del Libro de Mormón en Canadá al final no tuvo éxito, no debemos concluir que José recibió una revelación falsa, tal como David Whitmer erróneamente creyó. Marlin K. Jensen, antiguo historiador y registrador de la Iglesia, explica cómo en el pasado los historiadores han confiado en fuentes posteriores para reconstruir este incidente. Sin embargo, la nueva información que salió a la luz con el redescubrimiento del Libro de Mandamientos 1, las conclusiones anteriores requerían cierta reevaluación. Jensen concluyó “aun cuando todavía no sabemos todo al respecto, particularmente la percepción que tenía José Smith de la situación, sabemos en cambio que eso no justifica que a la comunicación divina se le llame ‘revelación fracasada’”.16
Incluso si alguien percibiera que la revelación ha sido equivocada, aún así, lo que el élder Jeffrey R. Holland y su hijo Matthew aprendieron de su propia experiencia, puede sugerir que “el Señor puede guiarnos a lo que parece ser el camino equivocado—o por lo menos un camino que no entendemos—por lo que, a su debido tiempo, Él puede llevarnos firmemente y sin lugar a dudas sobre el camino correcto. Por supuesto, Él nunca nos llevará al camino del pecado, sino que Él puede llevarnos por un camino de valiosa experiencia. Hay momentos en nuestro viaje a través de la vida, la única vía para llegar del punto A a la C, es por medio de la B”.17
Al igual que con la expedición del Campamento de Sion de 1834,18 incluso si el objetivo final de la misión a Canadá no tenía éxito, todavía era una oportunidad de aprendizaje para los involucrados. “¿Qué logró José Smith al transmitir la revelación a los emisarios sobre el mandamiento de que fueran a Kingston?”
Él los comisionó para que fueran, como agentes del autor, a vender un derecho sobre su copia en Canadá, como parte de un esfuerzo para obtener los fondos necesarios para pagar la impresión en Palmyra. También esto fue un paso necesario para cumplir la orden del Señor de que los derechos de autor del Profeta fueran asegurados en todo el mundo y se aseguraran específicamente en las cuatro provincias canadienses al buscar a un editor dispuesto en Canadá que comprara los derechos para que la piratería fuera frustrada, la integridad del texto fuera preservada y la palabra de Dios pudiera ser promulgada en aquella tierra. El esfuerzo fue consistente con los principios legales en los Estados Unidos y Canadá. Y sin duda reforzaría en las mentes de los primeros hermanos la importancia y valor de los derechos de autor que poseía el Profeta.19
Stephen K. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon: Historical and Legal Context for the So-called Canadian Copyright Revelation”, BYU Studies 50, no. 2 (2011): 5–70.
Nathaniel Hinckley Wadsworth, “Copyright Laws and the 1830 Book of Mormon”, BYU Studies 45, no. 3 (2006): 77–99.
1. Michael Hubbard MacKay y Gerrit J. Dirkmaat, From Darkness unto Light: Joseph Smith’s Translation and Publication of the Book of Mormon (Provo y Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University y Deseret Book, 2015), 214. Para conocer un análisis más exhaustivo, véase Stephen K. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon: Historical and Legal Context for the So-called Canadian Copyright Revelation”, BYU Studies 50, no. 2 (2011): 5–70. Sobre los derechos de autor americanos del Libro de Mormón, véase MacKay y Dirkmaat, From Darkness unto Light, 164; Nathaniel Hinckley Wadsworth, “Copyright Laws and the 1830 Book of Mormon”, BYU Studies 45, no. 3 (2006): 77–99.
2. Revelation, circa 1830, 30–31, en Michael Hubbard MacKay et al., eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 1: julio 1828–junio 1831 (Salt Lake City, UT: Salt Lake City, UT: The Church Historian’s Press, 2013), 108–112.
3. Revelación circa al principio de 1830, 31, ortografía y puntuación estandarizada.
4. Sobre esto, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Fue José Smith el “autor” del Libro de Mormón? KnoWhy #507 (Marzo 29, 2019).
5. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 54–56, aclara que, hablando legalmente, con la misión a Kingston, José no estaba cediendo los derechos completos del Libro de Mormón, sino que estaba tratando de asegurar la protección posterior a la publicación para el texto, como fue republicado en ediciones subsecuentes. Él estaba intentando “asegurar” los derechos de autor (lo que implicaba la protección legal para imprimir y distribuir el libro) en Canadá mientras también buscaba vender los derechos, lo que significa esencialmente, permitir a otra imprenta para vender y distribuir el libro con autorización.
6. MacKay y Dirkmaat, From Darkness unto Light, 214. La revelación especificaba que se obtendrían bendiciones tanto temporales como espirituales al vender el derecho de autor del Libro de Mormón para que “la obra [del Señor] no fuera destruida por los obradores de iniquidad”. Revelation, circa Early 1830, 31 (Mandamientos), ortografía y puntuación estandarizada. Si bien esto pudo haber sido una referencia para asegurar la obtención de fondos necesarios para la impresión del Libro de Mormón o proteger la garantía de pago completo para la impresión a Martin Harris, también es probable que implicaba satisfacer las necesidades temporales de la familia de José Smith en asentar las bases para la fundación de la Iglesia de Cristo más tarde en abril de 1830. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 15–17.
7. MacKay y Dirkmaat, From Darkness unto Light, 206–212; cf. Wadsworth, “Copyright Laws and the 1830 Book of Mormon”, 86–91; Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 20–21. Véase también Andrew H. Hedges, “The Refractory Abner Cole”, en Revelation, Reason, and Faith: Essays in Honor of Truman G. Madsen, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y Stephen D. Ricks (Provo, Utah: Foundation for Ancient Research y Mormon Studies, 2002), 447–475; Robin Scott Jensen, “Abner Cole and The Reflector: Another Clue to the Timing of the 1830 Book of Mormon Printing”, Journal of Book of Mormon Studies 24 (2015): 238–247; Angela Erdmann, “Subjective Objects: ‘The Book of Pukei’ and Early Critical Response to The Book of Mormon”, Journal of Book of Mormon Studies 27 (2018): 163–174.
8. MacKay y Dirkmaat, From Darkness unto Light, 214–215; MacKay et al., eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 1, 110; cf. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 47–52.
9. David Whitmer, An Address to All Believers in Christ (Richmond, MO.: David Whitmer, 1887), 31, énfasis en el original.
10. John Ankerberg y John Wledon, What Do Mormons Really Believe? (Eugene, OR: Harvest House, 2002), 260–263. Al intentar vender los derechos de autor del Libro de Mormón, otros han intentado representar a José como “en efecto… ‘tirando la toalla’, ‘vendiendo la granja’, completamente ‘vencido’, librándose de todo derecho de publicar el libro en todas partes simplemente para por lo menos obtener protección (y dinero)”. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 55, énfasis en el original.
11. Letter to William McLellin, 2 February 1848, reproducida en Dan Vogel, Early Mormon Documents (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2003), 5:257–259. McLellin luego pasaría a dar su propio informe de tercera mano del incidente a José Smith III. Véase la carta a Joseph Smith III, 8 septiembre de 1872, en Vogel, Early Mormon Documents, 5:327–330.
12. Vogel, Early Mormon Documents, 5:258, énfasis añadido.
13. MacKay et al., eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 1, 110.
14. Vogel, Early Mormon Documents, 5:258–259.
15. Véase Richard E. Bennett, School of the Prophet: Joseph Smith Learns the First Principles, 1820–1830 (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2010).
16. Marlin K. Jensen, “Los documentos de José Smith: Los libros manuscritos de revelación” Ensign, julio de 2009.
17. Matthew Holland, “Wrong Roads and Revelation”, New Era, julio 2005, 28, énfasis en el original.
18. Sobre esto, véase Matthew C. Godfrey, “La ofrenda aceptable del Campo de Sion” en Revelaciones en Contexto, en línea en www.churchofjesuschrist.org; Alexander L. Baugh, “Joseph Smith and the Redemption of Zion”, en Joseph Smith, the Prophet and Seer, ed. Richard Neitzel Holzapfel y Kent P. Jackson (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2010), 151–194.
19. Ehat, “‘Securing’ the Prophet’s Copyright in the Book of Mormon”, 70.
Traducido por Central del Libro de Mormón
Construimos una fe duradera en Jesucristo al hacer que el Libro de Mormón sea accesible, comprensible y defendible para todo el mundo.
Copyright 2017-2022 Book of Mormon Central: A Non-Profit Organization. All Rights reserved. Registeres 501(c)(3).EIN:20-5294264