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KnoWhy #460

¿Por qué las personas se agotan al tener experiencias espirituales poderosas?

noviembre 19, 2018
KnoWhy #460
Etching of Joseph Smith Climbing Fence from The Smith Family Farm (Recreación de José Smith subiendo el cerco de la granja de la familia Smith)
Etching of Joseph Smith Climbing Fence from The Smith Family Farm (Recreación de José Smith subiendo el cerco de la granja de la familia Smith)
“[L]a luz de la vida sempiterna se había encendido dentro de su alma; sí, sabía que esto había dominado el cuerpo natural del rey, y que había sido transportado en Dios”
Alma 19:6

El conocimiento

A lo largo del Libro de Mormón, hay ocasiones en que las experiencias espirituales de las personas agotan su fuerza, causando que se agoten por completo. El rey Lamoni, por ejemplo, cayó a tierra como si estuviera muerto y Ammón explicó a la reina que “la luz de la vida sempiterna se había encendido dentro de su alma” y que esa experiencia “había dominado el cuerpo natural del rey, y que había sido transportado en Dios” (Alma 19:6). Después de que Lehi había tenido una profunda visión, de igual manera él “se echó sobre su lecho, dominado por el Espíritu y por las cosas que había visto” (1 Nefi 1:6-7). En el Libro de Mormón, Nefi, Alma hijo, la casa de Lamoni y Ammón tuvieron experiencias similares.1 A otros profetas antiguos como Moisés y Daniel también les pasó lo mismo.2

Aunque hay muchas explicaciones posibles para estas experiencias, los encuentros de José Smith con seres divinos nos dan información detallada para llegar a conocer el agotamiento relacionado con las visiones que experimentan las personas en el Libro de Mormón.3

Abish por Krista Jones
Abish por Krista Jones

Un momento importante viene de José Smith-Historia 1:20, en donde José Smith describe qué sucedió inmediatamente después de la primera visión: “Cuando otra vez volví en mí, me encontré de espaldas mirando hacia el cielo. Al retirarse la luz, me quedé sin fuerzas, pero poco después, habiéndome recobrado hasta cierto punto, volví a casa”.4 La visión había tomado sus fuerzas de tal manera que él realmente necesitó recobrarse antes de poder recorrer el corto camino hacia su casa.

Él aparentemente estaba tan agotado que su madre notó que algo estaba mal y le preguntó al respecto: “Al apoyarme sobre la mesilla de la chimenea, mi madre me preguntó si algo me pasaba. Yo le contesté: ‘Pierda cuidado, todo está bien’”. (José Smith-Historia 1:20).5 Él más adelante comentó con Alexander Neibaur que, después de la primera visión, él “intentó levantarse pero se sintió más débil que de costumbre”.6

José tuvo una experiencia igualmente agotadora con un mensajero celestial años más tarde, cuando Moroni se le apareció. José Smith—Historia 1:47 dice que “inmediatamente después que el mensajero celestial hubo ascendido la tercera vez, cantó el gallo, y vi que estaba amaneciendo; de modo que nuestras conversaciones deben de haber durado toda aquella noche”. Aquí, parece que José estaba sorprendido por la conversación larga que había tenido Moroni, ya que cuando el gallo cantó, se dio cuenta de cuánto tiempo había estado hablando con él.

José se levantó y trató de hacer sus tareas habituales. Sin embargo, dijo: “[H]allé que se me habían agotado a tal grado las fuerzas, que me sentía completamente incapacitado”. Su padre se dio cuenta y le dijo que volviera a casa. Él recuerda: “Partí de allí con la intención de volver a casa, pero al querer cruzar el cerco para salir del campo en que estábamos, se me acabaron completamente las fuerzas, caí inerte al suelo y por un tiempo no estuve consciente de nada” (José Smith—Historia 1:48). En este caso, el agotamiento generalmente asociado con las experiencias espirituales parece haberse agraviado por la falta de sueño de José, dejándolo completamente incapacitado para trabajar como de costumbre.

Sin embargo, José Smith no fue la única persona en los inicios de la iglesia que experimentó este tipo de agotamiento. Philo Dibble recordó que en el proceso de recibir la visión que más adelante se registraría como Doctrina y Convenios 76, Sidney Rigdon tuvo una experiencia similar. Dibble recordó: “José se sentó firme y calmadamente en todo momento en medio de una gloria magnífica, pero Sidney se sintió débil y pálido, aparentemente tan flexible como un trapo, observando que, José dijo sonriendo: ‘Sidney no está tan acostumbrado a esto como yo’”.7

La Primera Visión a través de lds.org
La Primera Visión a través de lds.org

Este tipo de reacciones a estas experiencias espirituales no es única ya sea en el siglo XIX o en tiempos antiguos. El erudito escolar en religión Felicitas D. Goodman ha declarado que “muchos informes y observaciones de campo modernas por los antropólogos” han descubierto que cuando las personas tienen experiencias espirituales significativas como visiones, “ocurren ciertos cambios físicos”.8 En el transcurso de estas experiencias, muchas personas “caen en lo que parece ser un sueño profundo o incluso un desmayo”.9 Experiencias como estas estimulan el sistema nervioso de dos posibles maneras y esta “acción alterna produce relajación” que puede llevar a este efecto.10 Al mismo tiempo, el cuerpo genera endorfinas que actúan como analgésicos en el cuerpo.11

La antropóloga médica Barbara W. Lex ha señalado que “se piensa que estas endorfinas son responsables del nivel biológico de la alegría, la euforia y lo ‘agradable’ que se menciona a menudo en las visiones de los místicos cristianos”.12 Ella concluye que por último “de alguna manera misteriosa… el cuerpo se convierte en un órgano que percibe la sagrada dimensión de la realidad”.13 Alma 19:13, declara de manera específica que se “hinchió el corazón [de Lamoni], y cayó otra vez de gozo; y cayó también la reina, dominada por el Espíritu”, sugiriendo que el cuerpo físico de Lamoni estaba respondiendo a esta experiencia espiritual en la manera en que los antropólogos han observado ahora en día: con un gozo intenso y agotamiento.

El porqué

Truman G. Madsen, en su clásico de 1989 Joseph Smith the Prophet, declaró: “José estaba cansado de su experiencia en el bosque. El encuentro, ya sea largo o corto, demandó mucho de él”.14 Como en el Antiguo Testamento y el Libro de Mormón “José fue lleno del espíritu, que le permitió soportar la presencia del Señor. ¿Es ese espíritu enervador o es energizante? Mi respuesta analizada es, ‘Sí’. Es ambas cosas”.15 Para explicar esta dualidad, Madsen reflexionó que “nos demanda una concentración y una rendición que no se compara a ninguna otra cosa en esta vida. Pero también confiere grandes capacidades que trascienden a nuestros poderes mentales, espirituales y físicos”.16

Aunque muchos de nosotros no tengamos este tipo de experiencias espirituales que tuvieron José Smith o Lehi o Moisés, el agotamiento que ellos sintieron es un testimonio del enfoque y concentración que tales experiencias espirituales a menudo requieren de nosotros. Puede ser imprudente suponer que las experiencias espirituales significativas siempre serán eventos pasivos. Nuestras propias experiencias espirituales algunas veces pueden requerir mucho de nosotros y después podemos encontrarnos bastante agotados. Sin embargo, el gozo que acompaña a tales experiencias espirituales hace que este intenso esfuerzo espiritual valga la pena.

Los personajes del Libro de Mormón tuvieron experiencias espirituales significativas que los dejaron agotados, lo que nos recuerda el precio que ellos tuvieron que pagar por tales experiencias. Las similitudes entre las experiencias de las personas en el Libro de Mormón y en esta dispensación sugieren que el agotamiento relacionado con las experiencias espirituales es un elemento común de tales experiencias en diversos tiempos y lugares. Por lo tanto, no debe de sorprendernos el encontrar que las experiencias espirituales significativas pueden requerir, incluso una cantidad agotadora, de enfoque y energía, incluso ahora en día.

Otras lecturas

Dean C. Jessee, “The Earliest Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, en Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations, 1820–1844, ed. John W. Welch, 2nd edition (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Press, 2017), 135.

Truman G. Madsen, Joseph Smith the Prophet (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1989), 1315.

 

1. Véase 1 Nefi 19:20; Mosíah 27:19; Alma 19:14–16.
2. Véase Moisés 1:9–10; Daniel 8:27.
3. Para conocer otro elemento de este tema, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el Señor le habla a los hombres ‘de acuerdo con el idioma de ellos’? (2 Nefi 31:3)“, KnoWhy 258, (28 de noviembre de 2017).
4. Para conocer estudios importantes acerca de la primera visión, véase Samuel Alonzo Dodge y Steven C. Harper, Exploring the First Vision (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2012); Richard L. Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York, NY: Vintage Books, 2005), 30–56; Matthew B. Brown, A Pillar of Light: The History and Message of the First Vision (American Fork, UT: Covenant Communications, 2009); Steven C. Harper, “Suspicion or Trust: Reading the Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, en No Weapon Shall Prosper: New Light on Sensitive Issues, ed. Robert L. Millet (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2011), 63–76; Steven C. Harper, Joseph Smith’s First Vision: A Guide to the Historical Accounts (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2012); Matthew B. Christensen, The First Vision: A Harmonization of 10 Accounts from the Sacred Grove (Springville, UT: Cedar Fort, 2014); Steven C. Harper, “Remembering the First Vision”, en A Reason for Faith: Navigating LDS Doctrine & Church History, ed. Laura Harris Hales (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2016), 7–20.
5. Para conocer más sobre este relato, véase Dean C. Jessee, “The Earliest Accounts of Joseph Smith’s First Vision”, en Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestations, 1820–1844, ed. John W. Welch, 2nd edition (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Press, 2017), 19, nota 27.
6. Jessee, “The Earliest Accounts”, 30, documento principal no. 5.
7. Elder Philo Dibble, “Recollections of the Prophet Joseph Smith”, Juvenile Instructor 27, no. 10 (1892): 304
8. Felicitas D. Goodman, “Visions”, Encyclopedia of Religion, 2nd edition, ed. Lindsay Jones, 15 vols. (Farmington Hills, MI: Thomson Gale, 2005), 14:9611–9612.
9. Goodman, “Visions”, 14:9612.
10. Goodman, “Visions”, 14:9612.
11. Goodman, “Visions”, 14:9612.
12. Goodman, “Visions”, 14:9612.
13. Goodman, “Visions”, 14:9612.
14. Truman G. Madsen, Joseph Smith the Prophet (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1989), 14.
15. Madsen, Joseph Smith the Prophet, 14.
16. Madsen, Joseph Smith the Prophet, 14.

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón