Cuando Mormón empezó a documentar escenas y eventos de su tiempo, su comentario se había vuelto terso y desesperado. Un ejemplo de esto es Mormón 2, que comienza en el año 326 desde el nacimiento de Cristo (Mormón 2:2) y pasa rápidamente por los años intermedios hasta el año 350 (v. 28). Todo el libro de Mormón (capítulos 1-6) cubre un lapso de 64 años, incluyendo toda la vida adulta de Mormón, en el espacio de aproximadamente once páginas en nuestro moderno Libro de Mormón impreso (un promedio menor a .25 páginas por año).
La brevedad de los escritos de Mormón con respecto a su propio tiempo es sorprendente en comparación con la profundidad de su cobertura de la época de Alma, Helamán y el capitán Moroni en el libro de Alma, que cubre solo 38 años en 196 páginas (promediando 5.15 páginas por año).1 Después de cubrir otras eras, incluso las veces forjadas por la guerra y la violencia, tales como los “Capítulos de Guerra” del libro de Alma, en un detalle tan exhaustivo, ¿por qué escribió Mormón tan brevemente sobre su propio tiempo?
Hay algunas razones posibles.
Primero, probablemente se estaba quedando sin tiempo. Si Mormón comenzó el compendio de los registros nefitas alrededor del año 350, cuando comenzó el período de paz, probablemente no llegó a su propio registro hasta que la guerra con los lamanitas se reinició en el año 360 (Mormón 3:4).2 La destrucción del pueblo nefita no estaría muy lejos. Mormón estaba envejeciendo—probablemente tenía alrededor de 50 años de edad en ese momento—y estaba cansado de la guerra y de predicar a su pueblo en vano (Mormón 3:3). Tal vez estaba preocupado por cuánto tiempo más viviría para terminar su registro.
Además, después de reiniciada la guerra en el año 360, Mormón estuvo casi siempre involucrado en batallas con los lamanitas hasta el final de su vida. Cuando estaba activo en las guerras, tenía que huir a nuevas áreas, construyendo fortificaciones y haciendo otras preparaciones para la guerra, y se ocupaba a sí mismo con muchas otras responsabilidades. Él tuvo una interrupción de aproximadamente 13 años cuando se rehusó a dirigir a los ejércitos lamanitas debido a sus iniquidades (Mormón 3:11; 5:1). Aunque esto sin duda le dio tiempo para trabajar en sus deberes de registro, está claro en lo que registró que durante esos años estaba cansado y desgastado de toda la guerra y la iniquidad que lo rodeaban.
Sin embargo, sobre todo, parece que Mormón no quería escribir sobre los acontecimientos de su tiempo debido al gran dolor y angustia que sentía por el fin del pueblo nefita. Mormón declaró específicamente que estaba ahorrando algunos detalles a los lectores mientras compendiaba su propia historia en las planchas porque “una escena continua de la maldad y las abominaciones ha sido ante mis ojos” y “mi corazón se ha llenado de dolor debido a su maldad, todos mis días” (Mormón 2:18-19).3
Más tarde, Mormón agregó que sólo estaba escribiendo “un breve compendio”, porque no se animó “a dar cuenta completa de las cosas que [había] visto” ya que aparentemente el Señor le mandó no hacerlo y “también para que [los futuros lectores gentiles] no [se afligieran] demasiado por la iniquidad de este pueblo” (Mormón 5:9). Mormón dejó en claro que “no [deseaba] atormentar las almas de los hombres” al describir con mucho detalle la “terrible escena de sangre y mortandad” (Mormón 5:8) que sucedió cuando su pueblo fue erradicado de la tierra. La “sangre y mortandad” fue tan desenfrenada que él, tal vez incluso inconscientemente, repitió la frase varias veces en su registro.4
No mucho antes de compendiar su propio registro, Mormón recientemente había alcanzado lo que debió ser un pináculo espiritual al revisar y compendiar el relato del ministerio del Salvador al pueblo nefita (3 Nefi 11-26) y la larga era de paz de dos siglos que siguió Su visita (4 Nefi).5 Para contar la subsecuente caída de esas personas felices y justas a las profundidades de la depravación que vio todo alrededor de él en sus días debe haber sido absolutamente desgarrador para Mormón.6
Cuando vio que muchos de ellos no se arrepintieron y se volvieron al Señor y luego fueron asesinados por miles, no pudo contener su dolor. Describe que “mi aflicción nuevamente volvió a mí, y vi que el día de gracia había pasado para ellos… porque vi que miles de ellos eran talados en rebelión manifiesta contra su Dios, y amontonados como estiércol sobre la superficie de la tierra” (Mormón 2:15). Se lamentaba diciendo, “mi corazón se ha visto lleno de pesar por razón de sus maldades, todos mis días” (v. 19).
Mormón era un individuo justo en una sociedad perversa, un hombre “sensato” (Mormón 1:2, 15), sensible al Espíritu y a los caminos del Señor. Él sabía las bendiciones que podían provenir al guardar los convenios del Señor y caminar en Sus caminos. Cuando tenía solo 15 años, menciona que “me visitó el Señor, y probé y conocí la bondad de Jesús” (Mormón 1:15).7
Pasó la mayor parte de su vida honrando el mandamiento del Señor al escribir la historia de su pueblo. Mormón tuvo cuidado en seguir las instrucciones que Dios le había dado acerca de cuál debería ser el mensaje de su registro. Puso en su libro suficiente detalle para que las generaciones futuras fueran muy conscientes de las lecciones que debían extraerse de la destrucción de su pueblo, sin sumergirlas en la profunda angustia que experimentó al perder al “bello pueblo” cuya historia registró.
Richard Neitzel Holzapfel, “Mormon, the Man and the Message,” en Fourth Nephi, From Zion to Destruction, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1995), 117–131.
E. Dale LeBaron, “Ether and Mormon: Parallel Prophets of Warning and Witness,” en Fourth Nephi, From Zion to Destruction, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1995), 153–165.
Andrew C. Skinner, “The Course of Peace and Apostasy,” en Book of Mormon, Part 2: Alma 30 to Moroni, Studies in Scripture, Volume 8, ed. K. Jackson (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1988), 227–228.
1. Para más detalles sobre el número de años cubiertos por página del Libro de Mormón en inglés, véase John W. Welch y J. Gregory Welch, Charting the Book of Mormon (Provo, UT: FARMS, 1999), charts 22–24.
2. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué es importante el tratado de paz que duró 10 años? (Mormón 3:1)”, KnoWhy 228 (octubre 17, 2017).
3. A pesar de esto, Mormón había mantenido un registro más detallado de todo lo que sucedió a su pueblo en las planchas mayores, como el profeta Ammarón le había instruido (Mormón 1:4; 2:17; cf. 3 Nefi 5:8–20). El registro de Mormón que nos ha llegado como parte más grande del Libro de Mormón fue un compendio posterior de un registro más detallado que escribió en las planchas de Nefi.
4. Mormón 2:8; 4:11; 5:8; cf. 3 Nefi 2:11.
5. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué la paz duró tanto tiempo en 4 Nefi? (4 Nefi 1:16)“, KnoWhy 225 (octubre 12, 2017).
6. Mormón describe sus abominaciones con mayor detalle en su carta a su hijo, Moroni, registrada en Moroni 9. Él relata cómo las acciones de los nefitas fueron peores que las de los lamanitas, incluyendo la violación, el asesinato, la tortura e incluso el comer carne humana. Véase Moroni 9:7-13.
7. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué sabemos sobre la educación de Mormón? (Mormón 1:2)”, KnoWhy 226 (octubre 13, 2017).
Traducido por Central del Libro de Mormón
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