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KnoWhy #234

¿Por qué Moroni concluyó el registro de su padre con 22 mandamientos?

octubre 25, 2017
KnoWhy #234
Alfabeto paleo-hebreo, por Book of Mormon Central
“Oh, no despreciéis, pues, ni os asombréis, antes bien, escuchad las palabras del Señor, y pedid al Padre, en el nombre de Jesús, cualquier cosa que necesitéis. No dudéis, mas sed creyentes”
Mormón 9:27

El Conocimiento

Moroni concluyó sus pensamientos al final del libro de su padre (Mormón 9) al emitir una larga lista de advertencias a “aquellos que no creen en Cristo” (Mormón 9:1). En Mormón 9:27-31, dependiendo de cómo se dividen las oraciones en esta unidad literaria,1 hay 22 distintos mandamientos:

  1. No despreciéis
  2. Ni os asombréis
  3. Escuchad las palabras del Señor
  4. Pedid al Padre, en el nombre de Jesús
  5. No dudéis
  6. Sed creyentes
  7. Empezad, como en los días antiguos
  8. Allegaos al Señor con todo vuestro corazón
  9. Labrad vuestra propia salvación con temor y temblor ante él
  10. Sed prudentes en los días de vuestra probación
  11. Despojaos de toda impureza
  12. No pidáis para dar satisfacción a vuestras concupiscencias
  13. Pedid con una resolución inquebrantable, para que no cedáis a ninguna tentación
  14. [Servid] al verdadero Dios viviente
  15. Cuidaos de ser bautizados indignamente
  16. Cuidaos de tomar el sacramento de Cristo indignamente
  17. Mirad que hagáis todas las cosas dignamente
  18. Hacedlo en el nombre de Jesucristo
  19. No me condenéis por mi imperfección
  20. Ni [condenéis] a mi padre
  21. Ni [condenéis] a los que han escrito antes de él2
  22. Dad gracias a Dios…

¿Podría ser posible que el número de imperativos en esta lista final no fuera aleatorio sino que sirviera de alguna manera para algún propósito?

Por un lado, las composiciones de 22 líneas o artículos aparecen en la literatura hebrea, correspondiendo con el número de letras en el alfabeto hebreo.3 Como hay pruebas contundentes de la presencia de otros fenómenos literarios hebreos en el Libro de Mormón, la lista de 22 imperativos de Moroni podría ser algo vagamente comparable, al menos en longitud, a un alfabético acróstico—una composición en la que cada línea o elemento comienza con y presenta una letra del alfabeto.

En la Biblia, se pueden encontrar varios ejemplos en los que un escriba hebreo compuso un acróstico que, en general, consta de 22 líneas, cada línea comienza con la letra correspondiente del alfabeto hebreo. Aparecen acrósticos alfabéticos en Proverbios 31:10-31, Lamentaciones 1, 2, 3 y 4, y Salmos 25, 34, 37, 111, 112, 119 y 145.

Salmo 119 es quizás el acróstico más famoso, tanto por su longitud como porque las letras del alfabeto hebreo están presentes explícitamente en nuestras Biblias como un tipo de encabezado para las veintidós estrofas. Dentro de cada estrofa hay ocho líneas, cada una de las cuales (en el texto hebreo del salmo) comienza con la letra correspondiente del alfabeto hebreo. Entonces, por ejemplo, los ocho versículos de la primera estrofa comienzan con la primera letra del alfabeto hebreo, א (aleph). Las líneas de la siguiente estrofa comienzan con ב (beth), y así sucesivamente.

Lamentaciones 2 es un ejemplo más sencillo. Tiene exactamente 22 versículos y cada versículo comienza con la siguiente letra del alfabeto hebreo.

Es probable que los acrósticos fueran usados en la antigüedad como un dispositivo mnemotécnico o herramienta de memorización para ayudar a las personas a memorizar y recitar composiciones más fácilmente. Un ejemplo moderno en inglés de esto es el acróstico citado a menudo por los jóvenes estudiantes de biología: “King Philip Came Over From Great Spain” (El Rey Felipe Vino de la Gran España), como una herramienta de memoria para recordar la jerarquía taxonómica de la biología: Kingdom (reino), Phylum (filo), Class (clase), Order (orden), Family (familia), Genus (género), Species (especies).4

Además, este número puede haber sido significativo a los ojos de Moroni por otras razones. Por ejemplo, el autor del Libro de Jubileos, capítulo 2, encontró significativo que había 22 cosas creadas por Dios durante los seis días de la creación, y había 22 patriarcas entre Adán y Jacob. El autor implicó así que el número 22 era “bendito y santo”. Por lo tanto, algunos judíos consideraron que el número 22 era un número sagrado, aunque esa creencia no está documentada en fuentes disponibles antes del siglo II a. C.

El Porqué

Si bien es imposible saber si la lista de 22 mandamientos que Moroni dio fue en realidad un acróstico o no—ya que solo tenemos su texto en la traducción inglesa de José Smith, hay razones para sospechar que Moroni podría haber estado usando un tipo de forma literaria hebrea antigua aquí. El hecho de que existen varias prácticas literarias hebreas en el Libro de Mormón es ampliamente reconocido.5 Y en Mormón 9:32-33, inmediatamente después de la lista de veintidós imperativos, Moroni describió su afinidad por usar el idioma hebreo. Allí explicó que los autores nefitas en su época escribieron en caracteres del “egipcio reformado” porque no había espacio suficiente en las planchas para escribir en hebreo, pero que si “hubiésemos podido escribir en hebreo, he aquí, no habríais tenido ninguna imperfección en nuestros anales”.6

Por lo tanto, es evidente que los escribas nefitas como Mormón y Moroni tenían conocimiento del idioma hebreo y de las prácticas escriturales hebreas y deseaban usarlas. Debido a que podemos suponer que Moroni habría conocido el alfabeto hebreo, no es difícil imaginar que también hubiera podido reconocer los acrósticos alfabéticos en las planchas de bronce y aplicar o adaptar esa forma en sus propios escritos para dar a su escritura un sentido de forma y composición tradicional.

La presencia de listas famosas con cada elemento que comenzaba con elementos gramaticales repetidos, era bien conocida por los lectores de textos tales como los Diez Mandamientos. Estas repeticiones sirvieron como dispositivos de escritura para ayudar a garantizar la precisión y la integridad del texto. Ayudaron a las audiencias a tomar nota de estas listas y a recordar sus contenidos. Al utilizar un dispositivo compositivo tradicional como este, las listas numeradas también transmitían un sentido de autoridad, veneración y seguridad de que la mano del Señor estaba detrás de tales pasajes y las bendiciones prometidas a cambio de aquellos que obedecieran sus mandamientos (véase Mormón 9:37).

Por lo tanto, hay múltiples razones por las cuales Moroni pudo haber dado 22 mandamientos al final de su primer texto de despedida. Cualquiera que sea el caso, Moroni quería que su audiencia prestara especial atención a estas instrucciones. Los 22 puntos que enumeró estaban destinados a ayudar a los lectores futuros a dejar de despreciar las palabras de Cristo, y comenzar a creer en el poder de la salvación de Cristo. Moroni les enseñó a prepararse para venir a Cristo, ser dignos del bautismo y servir a Dios, perseverando hasta el fin, para que puedan disfrutar de todas las bendiciones del antiguo convenio del Padre con la casa de Israel “y los bendiga para siempre, mediante la fe en el nombre de Jesucristo. Amén”. (Mormón 9:37).

Otras Lecturas

Donald W. Parry, “Hebraisms and Other Ancient Peculiarities in the Book of Mormon,” en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 155-189.

J.A. Motyer, “Acrostic,” en The New International Dictionary of the Bible (Grand Rapids: Zondervan, 1987), 12.

John A. Tvedtnes, “Since the Book of Mormon is largely the record of a Hebrew people, is the writing characteristic of the Hebrew language?” I Have a Question, Ensign, October, 1986, 65.

 

1. Este bloque de texto comienza con un marcador de avance claro, “Oh, no despreciéis”, y termina con una súplica, “para que aprendáis a ser más sabios de lo que nosotros lo hemos sido”, seguido de: “Y he aquí…”
2. Tenga en cuenta que si el # 20 y el # 21 son puntos separados en el acróstico, no tienen su propio verbo, pero están gobernados por el verbo “condenar” del # 19. Esto, por lo tanto, parece ser un ejemplo de la elipsis del verbo, también conocido como “brecha”, que es una característica recurrente de la poesía hebrea. Este fenómeno se puede ver en el Salmo 33 acróstico, donde el verbo “hechos ” en el v. 6 está separado en la segunda mitad del versículo. Del mismo modo, en el v. 11 el verbo “permanecerá ” se separa en la segunda mitad del versículo. Entonces, el v.12 comienza con una declaración sin verbo, “Bienaventurada [es] la nación…” Véase John A. Cook, “Verbal Patterns in the Psalms,” SBL Presentation (Washington, D.C., 2006), accesado en línea en: https://ancienthebrewgrammar.files.wordpress.com/2010/05/verbal-patt-pss-sbl-2006.pdf.
3. El alfabeto hebreo que los lehitas habrían conocido probablemente habría sido lo que ahora se conoce como el alfabeto “paleo-hebreo”, una variante del alfabeto fenicio, como se muestra en el encabezado de este KnoWhy. Independientemente, ambos, así como el último alfabeto hebreo de “escritura cuadrada”, contenían 22 letras.
4. “El primer acto de Adán después de haber sido creado y colocado en el Jardín del Edén fue nombrar a todos los seres vivientes. Desde ese primer acto humano, los humanos han nombrado y clasificado seres vivientes en su entorno, un proceso que los científicos continúan en la actualidad. En ocasiones, los nombres y las clasificaciones deben cambiar para lograr una mayor claridad y precisión. A partir de 1990, los científicos agregaron otro nivel de clasificación por encima del reino: el dominio. Los científicos describen tres dominios de la vida, que actualmente incluyen arqueas, bacteria y eukarya (con otros dos dominios potenciales, protobionte y virusobiota). Los estudiantes de biología necesitarán actualizar su nemotécnica acróstica para ‘Determinar que el Rey Felipe Vino de la Gran España’. “-Taylor Halverson, Nov. 10, 2016.
5. Véase por ejemplo: John A. Tvedtnes, “Since the Book of Mormon is largely the record of a Hebrew people, is the writing characteristic of the Hebrew language?” I Have a Question, Ensign, October, 1986, 65; Donald W. Parry, “Hebraisms and Other Ancient Peculiarities in the Book of Mormon,” en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 155–189; Andrew C. Smith, “Deflected Agreement in the Book of Mormon,” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 21, no. 2 (2012): 40–57; John W. Welch, “Chiasmus in the Book of Mormon,” en Chiasmus in Antiquity: Structure, Analysis, Exegesis, ed. John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1998): 198–210; Kerry Muhlestein, “Insights Available as We Approach the Original Text,” Journal of Book of Mormon Studies 15, no. 1 (2006): 60–65, 63–64; Matthew Bowen, “Onomastic Wordplay on Joseph and Benjamin and Gezera Shawa in the Book of Mormon,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 18 (2016): 255–273; Matthew L. Bowen, “‘They Were Moved With Compassion’ (Alma 27:4; 53:13): Toponymic Wordplay on Zarahemla and Jershon,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 18 (2016): 233–253; Matthew L. Bowen, “Nephi’s Good Inclusio,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 17 (2016): 181–195; y muchos otros.
6. Véase Neal Rappleye, “Learning Lehi’s Language: Creating a Context for 1 Nephi 1:2,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 16 (2015): 151–159; Stephen D. Ricks and John A. Tvedtnes, “Notes and Communications — Jewish and Other Semitic Texts Written in Egyptian Characters,” Journal of Book of Mormon Studies 5, no. 2 (1996): 156–163; Book of Mormon Central en Español, “¿Los antiguos israelitas escribieron en egipcio? (1 Nefi 1: 2), ” KnoWhy 4 (Diciembre 28, 2016).

Traducido por Central del Libro de Mormón