El registro de Jacob concluye con un relato de su confrontación con Sherem, un “hombre inicuo” (Jacob 7:23) que “predicó muchas cosas que lisonjeaban al pueblo; e hizo esto para derribar la doctrina de Cristo” (Jacob 7:2). Sherem negó que los profetas podían predecir la venida de Jesucristo como el Mesías. Concerniente al testimonio de Jacob sobre la venida del Hijo de Dios, Sherem acusó a Jacob diciendo:
Y has desviado a muchos de los de este pueblo, de manera que pervierten la vía correcta de Dios y no guardan la ley de Moisés, que es la vía correcta; y conviertes la ley de Moisés en la adoración de un ser que dices vendrá de aquí a muchos siglos. Y ahora bien, he aquí, yo, Sherem, te declaro que esto es una blasfemia, pues nadie sabe en cuanto a tales cosas; porque nadie puede declarar lo que está por venir (Jacob 7:7).
John W. Welch ha mirado de cerca este episodio en el Libro de Mormón y ha concluido concienzudamente que todo el incidente, incluyendo las acusaciones de Sherem, la defensa de Jacob, el vocabulario empleado por ambos hombres y el resultado final, se pueden vincular a la antigua jurisprudencia israelita.
“Aunque las acusaciones de Sherem no resultaron en un procedimiento legal como tal—no fue convocada ninguna corte, ningún anciano estaba reunido para juzgarlo, y ningún testigo fue llamado para testificar—sus acusaciones fueron legalmente fundamentadas”, escribió Welch. “Sus acusaciones surgieron de varias cuestiones legales persuasivas que habrían confrontado a cualquier antiguo israelita que no entendiera o aceptara la doctrina de Cristo”.1
Específicamente, parece que Sherem acusó a Jacob de tres delitos capitales bajo la ley de Moisés: “(1) Provocar la apostasía pública, (2) blasfemia y (3) falsas profecías”.2 Esto se puede ver en Jacob 7:7, donde Sherem acusa a Jacob de desviar “a muchos de los de este pueblo” (apostasía), de la “blasfemia”, y de no saber en realidad de la venida de Cristo, porque ningún hombre “puede declarar lo que está por venir” (falsa profecía).
“Si tomamos los argumentos de Sherem al pie de la letra, él se resistió esencialmente a las aclaraciones mesiánicas introducidas por las revelaciones de Lehi y Nefi”, Welch aclaró. “Él prefirió un sistema de normas legales basadas en la ley de Moisés… sin ningún tipo de presagio a la luz de la esperanza mesiánica”.3 Por supuesto, al recurrir a una exploración razonada de las escrituras (Jacob 7:10-11), así como a su propio testimonio profético (Jacob 7:12), Jacob en última instancia pudo confundir a Sherem “en todas sus palabras” (Jacob 7:8). Después de pedir una “señal” para que se convenciera (Jacob 7:13), Sherem después reconoció su culpa y confesó sus errores “a Dios” antes de “entreg[ar] el espíritu” (Jacob 7:17-20).
Los lectores modernos de este relato pueden sentir que el destino de Sherem fue injusto. Después de todo, admitió que Jacob tenía razón y parecía estar arrepentido. Sin embargo, como explica Welch, el resultado de este incidente es comprensible desde el punto de vista legal del antiguo Israel. Teniendo en cuenta las circunstancias reportadas, Sherem, al parecer:
había demostrado ser un falso acusador y, en efecto, un falso testigo. Habiendo iniciado una falsa denuncia en contra de Jacob y testificado que él creía en las escrituras mientras al mismo tiempo negaba al Mesías, Sherem llegó a ser sujeto de las disposiciones en Deuteronomio 19:16-21, que requieren el castigo inquebrantable para todos los que “levanta[n] testigo falso contra alguien, para testificar transgresión contra él” (v. 16).4
Sherem reconoció por sí mismo la profunda gravedad de su mal comportamiento. Él tenía mucho miedo de haber cometido “el pecado imperdonable”, habiendo “mentido a Dios”, y por lo tanto su situación sería “terrible” (7:19). Mientras animaba a los infractores a confesar sus errores, la ley hebrea deja en manos de Dios el llevar a cabo el juicio divino en los casos como el de Sherem.
Recordando que Sherem acusó a Jacob de nada menos que tres delitos capitales, tiene sentido desde una perspectiva antigua por qué la muerte fue su último resultado: había acusado falsamente a Jacob de crímenes que habrían resultado en la muerte del profeta, y así él mismo era responsable del mismo castigo. Como escribió Welch, “Los delitos de Sherem no fueron insignificantes… Bajo la ley del antiguo Cercano Oriente, los delitos de perjurio—a saber, el dar falso testimonio bajo juramento o la falta de comprobar las acusaciones bajo juramento contra otro—aparentemente eran vigorosamente procesados, y los infractores eran seriamente castigados”.5
Mientras que la interacción entre Sherem y Jacob puede ser interpretada y aplicada en muchos niveles, una lectura atenta de este registro desde un punto de vista jurídico antiguo ayuda a los lectores modernos a entender mejor lo que es un problema subyacente importante en la situación de la historia: cómo juzgar con justicia y discernir a los falsos acusadores de aquellos que tienen quejas legítimas. Esto a su vez establece un precedente importante para la comprensión de relatos posteriores en el Libro de Mormón que tocan este tema. Welch concluyó: “El caso de Sherem establece el tono del juicio justo que subyace todo lo que sigue en el Libro de Mormón”. Esto se ilustra mediante la yuxtaposición de los personajes de Sherem y Jacob, y contrastando sus respectivos comportamientos.
Las acusaciones falsas de Sherem establecen el patrón de juicios injustos y procesos de abuso. Por un lado, la esencia de juzgar injustamente se encuentra en la conflictividad, el exceso de confianza y mostrando una falta de respeto por el sumo sacerdote ungido del Señor. Por otra parte, el éxito de Jacob en resistir fiel y pacientemente a Sherem se convertiría en un modelo de juicio justo, permitiendo que la justicia se manifieste en los juicios abiertos y revelaciones de Dios.6
A. Keith Thompson, “Who Was Sherem?” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 14 (2015): 1–15.
John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: Brigham Young University Press and the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 107–138.
John W. Welch, “Sherem’s Accusations against Jacob,” in Pressing Forward with the Book of Mormon, ed. John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1999), 84–87.
1. John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: Brigham Young University Press and the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008), 109.
2. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 117.
3. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 110.
4. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 131.
5. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 135.
6. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon, 137–138.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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