Cuando los hermanos de Nefi se estaban burlando de él al intentar construir un barco, Nefi les recordó los milagros que el Señor realizó por sus ancestros cuando ellos andaban errantes por el desierto, después de haberlos sacado de Egipto (1 Nefi 17:17-42). Mientras Nefi narraba la historia de la serpiente de bronce, habló de “serpientes ardientes voladoras” (1 Nefi 17:41),1 en lugar de simplemente “serpientes ardientes” como se encuentran en la narrativa de las escrituras (Números 21:6, 8; Deuteronomio 8:15).
Aunque los pasajes de las Escrituras de la serpiente de bronce en el libro de Números y Deuteronomio no mencionan serpientes voladoras, Isaías menciona dos veces “ardiente serpiente voladora” (Isaías 14:29, 30:6; 2 Nefi 24:29). Una de estas frases es una referencia a “las bestias del sur” (Isaías 30:6), que hace referencia al desierto de Negev—el mismo lugar donde los israelitas estaban cuando sucedió el incidente de la serpiente de bronce.2
En todos los casos en Isaías, Números y Deuteronomio, el hebreo usa la palabra serafín para serpientes ardientes.3 Esta es la misma palabra usada en Isaías 6 para describir ardiente, seres con alas que protegen el trono de Dios (Isaías 6:2, 6; 2 Nefi 16:2, 6), llevando a muchos eruditos a sospechar que el serafín de la visión de Isaías tenía alas, parecidas a serpientes.4
Las serpientes con alas son comúnmente representadas con artefactos en Egipto e Israel desde los siglos VIII y VII a. C.5 Un ejemplo digno de mención es el sello estampado con una serpiente de cuatro alas, encontrada en el siglo VII a. C. en las laderas de la colina occidental en Jerusalén.6 Esta región de Jerusalén fue colonizada por los refugiados de las tribus israelitas del norte a finales del siglo VIII a. C.,7 llevando a algunos eruditos SUD a creer que allí era donde Lehi y su familia vivieron (cf. 1 Nefi 5:14–16; Alma 10:3).8
La mayoría de los eruditos creen que la “serpiente con alas, híbrida de una cobra” representada en estos artefactos debería ser “identificada con el saraf bíblico”, o “serpiente ardiente”.9 Algunos eruditos incluso creen que la serpiente de bronce de Moisés, montada en un asta era una serpiente con alas.10
Según J.J.M. Roberts, estas serpientes con alas fueron vistas como “espíritus protectores estrechamente asociados con el dios imperial de Judá, y por lo tanto protectores de sus reyes davídicos elegidos”, por lo que en ocasiones se usaban “para simbolizar el reinado de Judea”.11
Como lo confirman muchos artefactos de Israel, Nefi estaba probablemente inmerso en símbolos de serpientes con alas mientras crecía en Jerusalén. Estas serpientes con alas probablemente estaban asociadas con “serpientes ardientes” que se mencionan en los pasajes bíblicos y aunque la serpiente de bronce ya había sido destruida antes de que Lehi viviera (2 Reyes 18:4), su forma, probablemente con alas, puede que aún se recordara. Así que cuando Nefi escribió la historia de los israelitas mordidos por serpientes en el desierto, naturalmente los llamó “serpientes ardientes voladoras“.
Por motivo de la función protectora del serafín, una manera de interpretar la función de las serpientes en el desierto era como protectores de la tierra prometida, manteniendo a los malvados lejos de esos terrenos sagrados. Pero el Señor proporcionó un camino para que los israelitas entraran a la tierra prometida; arrepiéntanse, y miren a la serpiente de bronce, levantada sobre un asta (Números 21:4-9).
Cuando Nefi contó la historia por segunda vez, trazó paralelismos entre la serpiente de bronce y Jesucristo (2 Nefi 25:20). Más tarde, los profetas nefitas “vieron a la serpiente de bronce levantada como una metáfora profética de la crucifixión de Jesús” (véase Alma 33:19-23; Helamán 8:14-15).12 Tales asociaciones tienen sentido a la luz de las conexiones israelitas entre la serpiente con alas y el rey davídico. Nefi entendió que al final era una señal del Mesías, el verdadero rey davídico.
El pueblo de Jerusalén se había vuelto inicuo y sería destruido. Al igual que los israelitas en los días de Moisés, la familia de Lehi había huido al desierto y necesitaba mirar al Mesías, “levantado sobre la cruz” (1 Nefi 11:33), para vivir.
Jeffrey M. Bradshaw, “Did Satan Actually Deceive Eve?“, KnoWhy JBOTL04A (January 15, 2018).
S. Kent Brown, “Brazen Serpent”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 171–172.
S. Kent Brown, “Fiery Flying Serpents”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 270.
Andrew C. Skinner, “Serpent Symbols and Salvation in the Ancient Near East and the Book of Mormon”, Journal of Book of Mormon Studies 10, no. 2 (2001): 42–55, 70–71.
1. Royal Skousen, ed., The Book of Mormon: The Earliest Text (New Haven, CT: Yale University Press, 2009), 54. El orden de las palabras en inglés, flying (voladoras) antes de fiery (ardientes), se encuentra en el manuscrito original. Véase Royal Skousen, ed., The Original Manuscript of the Book of Mormon: Typographical Facsimile of the Extent Text, The Book of Mormon Critical Text Project, Volume 1 (Provo, UT: FARMS, 2001), 142, línea 15. Como aparece en Isaías 14:29 y 30:6, la frase “ardiente serpiente voladora“, discutida anteriormente) es una traducción de seraf meofef, donde la palabra seraf significa “serpiente ardiente”. Asumiendo que un lenguaje similar subyace la traducción de la declaración de Nefi en 1 Nefi 17:41, el orden original de palabras inglés, con flying (voladoras) antes de fiery (ardientes), refleja con más precisión el hebreo. Véase Royal Skousen, Analysis of Textual Variants of the Book of Mormon: Part One, 1 Nephi 1–2 Nephi 10, The Book of Mormon Critical Text Project, Volume 4 (Provo, UT: FARMS, 2004), 369–370.
2. El término hebreo traducido como sur en la versión Reina Valera es negeb o negev, y se refiere al desierto entre Judá y Egipto. Véase Joel F. Drinkard Jr., “Negev”, en HarperCollins Bible Dictionary, rev. ed., ed. Mark Allan Powell (New York, NY: HarperOne, 2011), 694–695; Lynn Tatum, “Negeb”, en Eerdmans Dictionary of the Bible, ed. David Noel Freedman (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans, 2000), 955. Véase traducciones alternativas como Biblia Dios Habla Hoy, La Palabra (versión hispanoamericana) y La Biblia de las Américas, que aclaran que el Negev (Négueb o Neguev) es a lo que se hace referencia. Sobre los hijos de Israel viviendo en esa área durante el incidente de la serpiente de bronce, véase K.A. Kitchen, On the Reliability of the Old Testament (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans, 2003), 193–194. Otros relatos históricos también mencionan “serpientes voladoras” en esta región desértica. Véase Wallace E. Hunt Jr., “Moses’ Brazen Serpent as It Relates to Serpent Worship in Mesoamerica”, Journal of Book of Mormon Studies 2, no. 2 (1993): 127–129. Para conocer más sobre un candidato propuesto para la expresión “serpientes ardientes voladoras,” véase Ronald P. Millet y John P. Pratt, “What Fiery Flying Serpent Symbolized Christ?” Meridian Magazine, June 9, 2000. Véase también, Élder Glen O. Jenson, “Look and Live”, Ensign, March 2002, en línea en lds.org.
3. Tanto en Números 21:6 y Deuteronomio 8:15, serafín se usa con nahas, “serpiente” como en Números 21:8 e Isaías 14:29; 30:6 es simplemente serafín, que son claramente serpientes en este contexto.
4. Véase J.J.M. Roberts, First Isaiah, Hermeneia—A Critical and Historical Commentary on the Bible (Minneapolis, MN: Fortress Press, 2015), 95–98; Marvin A. Sweeney, “Seraphim”, en HarperCollins Bible Dictionary, 935–936; William B. Nelson, “Seraphim”, en Eerdmans Dictionary, 1186; Matthew A. Thomas, “Serpent”, en Eerdmans Dictionary, 1188; Abigail Stocker y John D. Barry, “Seraphim”, en Lexham Bible Dictionary (Bellingham, WA: Lexham Press, 2016).
5. Roberts, First Isaiah, 96–97, 226.
6. Shlomit Weksler-Bdolah, Alexander Onn, Shua Kisilevitz y Brigitte Ouahnouna, “Layers of Ancient Jerusalem”, Biblical Archaeology Review 38, no. 1 (January/February 2012): 40.
7. Kitchen, On the Reliability, 52, 59; Mordechai Cogan, “Into Exile: From Assyrian Conquest of Israel to the Fall of Babylon”, en The Oxford History of the Biblical World, ed. Michael D. Coogan (New York, NY: Oxford University Press, 1998), 325; Steven L. McKenzie, “Judah, Kingdom of”, en Eerdmans Dictionary, 746; Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman, The Bible Unearthed: Archaeology’s New Vision of Ancient Israel and the Origin of its Sacred Texts (New York, NY: Touchstone, 2001), 243; Charles H. Miller, “Jerusalem”, en HarperCollins Bible Dictionary, 447; Nicholas R. Werse, “Hezekiah, King of Judah”, en Lexham Bible Dictionary.
8. Jeffrey R. Chadwick, “Lehi’s House at Jerusalem and the Land of his Inheritance”, en Glimpses of Lehi’s Jerusalem, ed. John W. Welch, David Rolph Seely y Jo Ann H. Seely, (Provo, UT: FARMS, 2004), 87–99, 118–124; Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 1:32; Brant A. Gardner, Traditions of the Fathers: The Book of Mormon as History (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2015), 65–67.
9. Weksler-Bdolah, et al., “Layers of Ancient Jerusalem”, 40.
10. Roberts, First Isaiah, 95–96.
11. Roberts, First Isaiah, 226.
12. S. Kent Brown, “Brazen Serpent”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 172.
Traducido por Central del Libro de Mormón
Construimos una fe duradera en Jesucristo al hacer que el Libro de Mormón sea accesible, comprensible y defendible para todo el mundo.
Copyright 2017-2022 Book of Mormon Central: A Non-Profit Organization. All Rights reserved. Registeres 501(c)(3).EIN:20-5294264