Justo antes de registrar el ministerio de Cristo en el templo de la tierra de Abundancia,1 Mormón dio este desconcertante detalle cronológico:
Y sucedió que a la conclusión del año treinta y cuatro, he aquí, os mostraré que a los del pueblo de Nefi que fueron preservados… les fueron manifestados grandes favores, y se derramaron grandes bendiciones sobre su cabeza, al grado que poco después de la ascensión de Cristo al cielo, él verdaderamente se manifestó a ellos. (3 Nefi 10:18; énfasis agregado)
A primera vista, parece ser que Mormón estaba diciendo que Cristo visitó a los nefitas algún tiempo cerca del final del año 34. Debido a que la resurrección de Cristo sucedió al principio del mismo año (véase 3 Nefi 8:5), esta interpretación requeriría que gran parte del año haya sucedido entre estos dos eventos. Otra posibilidad, sin embargo, es que Mormón simplemente estaba diciendo que el ministerio de Cristo ocurrió algún tiempo antes o al terminar el año 34.2 Si es así, entonces la descripción que Mormón hace de Cristo visitando a los nefitas “poco después” de su ascensión habría parecido respaldar un periodo de tiempo más cerca al principio del año.
Debido a conflictos de interpretación acerca de este pasaje, así como también a un número de otras consideraciones textuales, varios eruditos han propuesto diferentes puntos de vista acerca del tiempo de la visita de Cristo a los nefitas.3 Esta conclusión puede llevar a los lectores a preguntarse en primer lugar por qué Mormón no fue más específico en lidiar con la cronología de este evento importante.
El erudito en derecho John W. Welch explicó que “de hecho, mientras uno avanza en el libro de Nefi, las referencias del tiempo y de fechas se desvanecen en el fondo y finalmente desaparecen por completo”.4 Welch propuso que esta notable falta de referencias relacionadas con el tiempo puede ser debido a la naturaleza simbólica del ministerio de Cristo en el templo de la tierra de Abundancia. En particular, él ha concluido que la visita de Cristo está conectada a los rasgos significativos del Lugar Santísimo del templo.5 Este santuario interior fue el lugar más sagrado en los templos antiguos israelitas, un lugar donde “era como si el tiempo se hubiera detenido, a medida que el mundo temporal estaba trascendiendo allí”.6
Si el ministerio de Cristo en 3 Nefi es considerado simbólicamente el Lugar Santísimo, entonces la confusión sobre su tiempo tendría mucho sentido. Welch concluyó:
Quienes guardaban los registros parece que no querían que sus lectores pensaran acerca del tiempo, [lo cual] es característico de experiencias sagradas en donde el tiempo es dejado atrás y las perspectivas más altas de la eternidad están abiertas a los ojos espirituales. Como resultado, 3 Nefi no tiene una historia habitual, ninguna escena de acción heroica y ninguna atracción narrativa sensacional. Estos capítulos [3 Nefi 11–28] se mezclan en un gran todo, como usualmente lo hacen las verdades y textos supremos.7
En una ironía afortunada, parece que la confusión acerca del tiempo de la visita de Cristo en 3 Nefi en realidad puede ser una pista al significado más profundo del texto. Esta situación enseña un principio importante: lo que las Escrituras no dicen a veces es tan importante como lo que dicen. Cuando estemos desconcertados o confundidos acerca de algo, podemos preguntarnos de una manera productiva qué información nos falta y luego reflexionar sobre por qué podría no estar disponible.
En este caso, la falta de detalles relacionados al tiempo y fecha en el registro del ministerio de Cristo sugiere algo acerca de la naturaleza eterna de Dios y la perspectiva que necesitamos cuando nos acercamos Él. DyC 88:13 declara que Dios “existe en el seno de la eternidad” y “en medio de todas las cosas”. Desde Su perspectiva eterna, Él mira el pasado, presente y futuro. “Sin fin” es Su nombre, dice DyC 19:10 y la vida eterna es lo que Él promete a todos aquellos que guardan Sus mandamientos.8 Con el propósito de venir a la presencia de Dios, debemos, por tanto, aprender a compartir su punto de vista eterno.
En muchos sentidos, esta reorientación de perspectiva, de lo finito a lo infinito y de lo mortal a lo inmortal, caracteriza el sermón del templo de Cristo. Él enseñó a Sus seguidores a acumular tesoros en el cielo en lugar de la tierra, “donde la polilla y el moho corrompen, y los ladrones minan y roban” (3 Nefi 13:19). Él les enseñó a que no se afanaran “por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni tampoco por vuestro cuerpo, con qué lo habéis de vestir” (v. 25). En cambio, debían confiar que su “Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (v. 32). Finalmente, Cristo resumió: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán por sus propias cosas. Basta el día para su propio mal” (v. 34).
En otras palabras, primero debían enfocar sus mentes en cosas celestiales y luego seguirían las cosas terrenales (véase 3 Nefi 13:33). De acuerdo con este tema, la atención habitual de Mormón a la cronología es reemplazada por el enfoque sublime sobre las enseñanzas relacionadas con el templo, los convenios y las bendiciones. Con Mormón como nuestro guía, es como si nosotros también entráramos al Lugar Santísimo de las Escrituras, un lugar donde el tiempo se detiene y los principios eternos y las verdades son manifestadas a todos aquellos que están espiritualmente preparados. Mientras leemos el ministerio de Cristo en el templo, podemos sentir Su presencia en nuestras vidas y, por lo menos durante un breve periodo de tiempo, simbólicamente nos unimos a Él en la eternidad.
John W. Welch, “Seeing Third Nephi as the Holy of Holies of the Book of Mormon“, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 19, no. 1 (2010): 36–55.
John W. Welch, Illuminating the Sermon at the Temple and Sermon on the Mount (Provo, UT: FARMS, 1999).
John A. Tvedtnes, The Most Correct Book: Insights from a Book of Mormon Scholar (Salt Lake City, UT: Cornerstone Publishing, 1999), 251–269
S. Kent Brown, “When Did Jesus Visit the Americas?” en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 146–156.
1. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Jesús enseñó una versión del Sermón del Monte en el templo de Abundancia? (3 Nefi 12:6)“, KnoWhy 203, (12 de septiembre de 2017); Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué se refleja el sermón del templo a lo largo del resto de 3 Nefi? (3 Nefi 16:6)“, KnoWhy 208, (19 de septiembre de 2017).
2. Un ejemplo de este mismo tipo de frase, donde “a la conclusión” probablemente significa “al final“, se puede ver en Helamán 2:13: “Y he aquí, a la conclusión de este libro veréis que este Gadiantón probó ser la ruina, sí, casi la completa destrucción del pueblo de Nefi”. Debido a que la influencia de Gadiantón no está estrictamente limitada al final del relato que Mormón tomó del “libro de Nefi” (v. 14, énfasis añadido), resulta que la frase de Mormón de decir “a la conclusión” significa apropiadamente “al terminar”. Solo cuando los lectores siguen cuidadosamente el movimiento de Gadiantón a lo largo del relato de Mormón, se puede ver cómo su influencia finalmente los llevó a la destrucción final.
3. Para todos aquellos que están a favor o asumen una fecha posterior, véase Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical & Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 5:327–330; S. Kent Brown, “When Did Jesus Visit the Americas?” en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 146–156; Joseph F. McConkie, Robert L. Millet y Brent L. Top, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 4:50; Bruce R. McConkie, The Mortal Messiah, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1981), 4:307; J. N. Washburn, Book of Mormon Lands and Times (Bountiful, Utah: Horizon Publishers, 1974), 186; Sidney B. Sperry, Book of Mormon Studies (Salt Lake City: Deseret Sunday School Union Board, 1947), 101; The Book of Mormon Testifies (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1952), 294; Book of Mormon Compendium (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1968), 401. Para los eruditos que se inclinan o asumen un tiempo más temprano de la visita de Cristo (aunque no necesariamente inmediatamente después de su resurrección), véase John W. Welch, Illuminating the Sermon at the Temple and the Sermon on the Mount (Provo, UT: FARMS, 1999), 36–42; John A. Tvedtnes, The Most Correct Book: Insights from a Book of Mormon Scholar (Salt Lake City, UT: Cornerstone Publishing, 1999), 251–269; Reid E. Bankhead and Glenn L. Pearson, The Word and the Witness: The Unique Mission of the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1970), 34; Milton R. Hunter, Christ in Ancient America (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1959), 97–98; James E. Talmage, Jesus the Christ, Reference Library mass-market edition (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1990; primera publicación en 1916), 673.
4. John W. Welch, “Seeing Third Nephi as the Holy of Holies of the Book of Mormon“, Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 19, no. 1 (2010): 46.
5. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué 3 Nefi se considera el Lugar Santísimo del Libro de Mormón? (3 Nefi 14:13–14)“, KnoWhy 206, (15 de septiembre de 2017).
6. Welch, “Seeing Third Nephi as the Holy of Holies“, 46.
7. Welch, “Seeing Third Nephi as the Holy of Holies“, 46–47.
8. Catherine Corman Parry, “Eternal Life“, en The Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1992), 2:464–465.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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