El rey Limhi era el “tercero en una generación de reyes (ca. 121 a. C.), que gobernó sobre un grupo de nefitas que había salido de Zarahemla alrededor del año 200 a. C.”1 El hijo del inicuo rey Noe y nieto de Zeniff, él es presentado en el Libro de Mormón como un hombre justo que estaba preocupado por su pueblo y por la fe en Dios. Tras su encuentro con Ammón, se le cita exclamando: “¡Oh cuán maravillosas son las obras del Señor, y cuán largo tiempo soporta él a su pueblo…!” (Mosíah 8:20).2
Limhi pudo haberse perdido en la historia si no fuera por las citas extensas que Mormón hizo de sus discursos. Como lo señaló John Gee: “Las citas directas de Limhi ocurren en los siguientes lugares en el registro: (1) en el juicio de Ammón, Amalekí, Helem y Hem (Mosíah 7:8-15); (2) en un discurso dado a todas las personas en la ceremonia para renovar un convenio (Mosíah 7:17-33); (3) la conversación con Ammón acerca de los registros (Mosíah 8:5-21); y (4) la interrogación del rey a los lamanitas (Mosíah 20:13-22)”.
Esto es bastante significativo para el texto, como Gee detalladamente lo señaló.
Algo sutil y bastante auténtico se ha hecho aquí en el Libro de Mormón. Todas las citas directas derivan de situaciones donde un escriba oficial habría estado presente para escribir los detalles: una ceremonia para renovar un convenio donde el rey habría ‘mand[ado] que las palabras que él hablase fuesen escritas’ (Mosíah 2:8), dos juicios y una inspección de los registros donde Limhi obviamente esperaba obtener una traducción de algunos registros de otra manera misteriosos (Mosíah 8:6, 11-12). Las citas vienen de otros registros oficiales (a saber, la corte), escrituras y relatos personales (a saber, la narrativa en primera persona de Zeniff).3
Gee contrasta la autenticidad de las citas de Mormón de las palabras de Limhi (las cuales fueron tomadas de fuentes contemporáneas) con algunos de los métodos más extravagantes de antiguos autores como Tucídides o Heródoto, “a quienes los eruditos les han llamado la atención por componer largos discursos y ponerlos en boca de los héroes en el momento que están comprometidos en la mitad de la batalla y bajo fuego”.4 Las citas de Mormón también son diferentes de los “novelista[s] en los días de José Smith” como Solomon Spaulding, quienes llenaron sus escritos con “largas citas” y “largas conversaciones clandestinas” en lugares inverosímiles. Esto parece indicar que “el Libro de Mormón no es un producto típico del entorno de José Smith”.5
Por lo tanto, los lectores pueden confiar en las citaciones de Mormón sobre Limhi. Esto es significativo dado que Gee pasa a explicar que nosotros podemos aprender cosas muy importantes acerca del carácter de Limhi de estas citas. “Los principales discursos del rey Limhi [cuidadosamente citados por Mormón] están llenos de citas de registros y profecías anteriores, algunas de las cuales no están disponibles para nosotros”, observa Gee. “El discurso parece mostrar un hombre muy bien versado en sus registros. A partir de esto parece ser que a Limhi le había tomado una buena cantidad de tiempo para estudiar y memorizar los registros de su pueblo”.6
Al exhibir la personalidad de Limhi en sus citas cuidadosamente preservadas, a Mormón le fue posible utilizar al rey como un ejemplo positivo de alguien que se benefició grandemente por conocer las escrituras. “Limhi… fue el primero en querer leer el registro de un pueblo perdido que se encontraba en veinticuatro planchas de oro”.7 Esto desencadenó una serie de decisiones inspiradas por parte de Limhi y su pueblo que después los llevaron a su liberación y conversión al evangelio (Mosíah 21-25).
Por lo tanto, los lectores en estos días pueden ver a Limhi (quien fue preservado por el cuidadoso trabajo editorial de Mormón) como un ejemplo de rectitud, a diferencia de su padre Noé. Como Gee concluyó: “El interés pasional de Limhi en los registros y en las escrituras podría también explicar por qué fue justo a pesar de la iniquidad de su padre (Mosíah 11:1-15; 19:17), de los miembros de la corte (Mosíah 11:4-11; 12:25-29, 37; 13:11; 17:2, 11-12) y del pueblo en general (Mosíah 7:24-25; 23: 9,12). Además, a diferencia de Noé y sus sacerdotes (Mosíah 12:25-30; 13:7-8, 11), Limhi toma estas cosas seriamente (Mosíah 7:26; 21:31-35). No necesitamos mirar más allá de Limhi para tener razones de estudiar las escrituras con seriedad”.8
John Gee, “Limhi in the Library,” Journal of Book of Mormon Studies 1, no. 1 (1992): 54–66.
1. Byron R. Merrill, “Limhi,” in Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 522.
2. John Gee, “Limhi in the Library,” Journal of Book of Mormon Studies 1, no. 1 (1992): 55.
3. Gee, “Limhi in the Library,” 55–56.
4. Gee, “Limhi in the Library,” 56.
5. Gee, “Limhi in the Library,” 65–66.
6. Gee, “Limhi in the Library,” 65.
7. Gee, “Limhi in the Library,” 66.
8. Gee, “Limhi in the Library,” 66.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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