La rebelión de los realistas desvió la atención de Moroni y los militares nefitas, creando la oportunidad para que Amalickíah tomara el control de algunas tierras nefitas a lo largo de la costa oriental (Alma 51:12-28). Sin embargo, el ejército de Amalickíah fue recibido por Teáncum y sus “grandes guerreros” antes de que pudieran llegar a la tierra de Abundancia (vv. 29-30). Teáncum y su ejército empujaron a Amalickíah de regreso, obligándolo a retirarse a la costa, donde sus ejércitos establecieron un campamento para la noche (vv. 31-32).
Después de caer la noche, Teáncum se metió en el campamento lamanita, y “se introdujo secretamente en la tienda del rey, y le hincó una jabalina en el corazón,” con lo cual Amalickíah murió (Alma 51:34). Mormón reportó dramáticamente que esta era la última noche del vigésimo quinto año del gobierno de los jueces (v. 37). A la mañana siguiente, día de Año Nuevo, los lamanitas se despertaron para encontrar que “Amalickíah yacía muerto en su propia tienda; y… Teáncum estaba listo para combatirlos ese día” (Alma 52:1). Los lamanitas “tuvieron miedo,” se retiraron a una fortaleza que habían conquistado de los nefitas, y nombraron a Ammorón, el hermano de Amalickíah, como rey (v. 2-3).
El momento de este evento fue significativo. En el antiguo Israel, donde la gente estaba obligada a seguir de cerca los días de los meses y años (véase Levítico 23), el Año Nuevo se celebra tradicionalmente como “un día de coronación de reyes divinos y terrenales, un día de victoria sobre el caos, un día para renovar convenios y la recreación de la entronización del rey. … ¡Este era el día en que el rey debía haber vencido ceremonialmente a la muerte y haber sido reentronado!”2
Taylor Halverson señaló: “En la antigua cultura del Cercano Oriente, … el Día de Año Nuevo era el momento en que el rey de la tierra saldría adelante para demostrar su vitalidad y vivacidad para gobernar con éxito como rey por otro año”.3 Como uno se puede imaginar, despertar para encontrar al rey muerto en tal día no podía ser una buena señal. De hecho, fue casi seguro que los lamanitas lo interpretaron como un mal presagio.
John L. Sorenson explicó que, en Mesoamérica, “los presagios eran regularmente buscados y con frecuencia estaban vinculados a los acontecimientos del último o primer día [del año]”. Como tal, “sería muy característico de los mesoamericanos actuar como lo hicieron los lamanitas con la muerte de Amalickíah. Despertar en el primer día de un nuevo año y luego encontrar a su líder muerto habría sido mucho más desconcertante a sus sentimientos estando conscientes del presagio, de lo que los modernos pueden entender.4
Allen J. Christensen documentó “que como parte de sus ritos de Año Nuevo, los antiguos reyes mayas participaban en un combate ritual con los señores malvados que residían en el norte”. Christensen continuó: “Su legitimidad y la continua supervivencia de sus reinos dependían de la derrota exitosa de estos poderosos adversarios”. Estos ritos pueden ser “rastreados continuamente a un tiempo al menos del período Preclásico Tardío”, situándolo directamente en el tiempo de Teáncum y Amalickíah.
Por lo tanto, no es casual que el rey lamanita Amalickíah haya eligido el Año Nuevo para enfrentar a los nefitas en la batalla (Alma 51:32-52:1). El general nefita Teáncum aprovechó la situación matando a Amalickíah en la víspera de Año Nuevo, precisamente cuando se habría creído que los señores del submundo eran los más fuertes. Cuando los lamanitas se despertaron a la mañana siguiente, esperando una victoria divinamente sancionada, encontraron a su rey y protector muerto. No es de extrañar, entonces, que huyeron aterrorizados.5
Halverson sintió que esta historia ilustraba la importancia de los detalles minuciosos. “Los detalles aparentemente pequeños en el texto del Libro de Mormón son importantes”.6 La fecha exacta del evento es un punto aparentemente secundario, pero Mormón hizo hincapié de mencionarlo. Debe haber sido importante. No podría haber escogido mejor día Teáncum para asesinar al rey, y tener el impacto más negativo en la moral de los Lamanitas.
Dado los antecedentes del antiguo y el nuevo mundo, parece probable que Teáncum deliberadamente eligió la víspera de Año Nuevo para su asesinato nocturno. Daniel C. Peterson razonó: “Dada la importancia de los antiguos reyes para garantizar la prosperidad, buenas cosechas y el orden propio del cosmos, y dado su papel central en los conflictos militares… la repentina pérdida de un rey al comienzo del Año Nuevo podría ser psicológicamente traumático y desorientador, si no letal”.7
Halverson estuvo de acuerdo: “Un rey muerto era el signo seguro de un futuro desastroso”.
Por lo tanto, ningún acto podría ser más psicológicamente desmoralizante para un ejército contrario que encontrar a su rey muerto el día de Año Nuevo. Teáncum eligió la víspera de Año Nuevo para asesinar a Amalickíah. Trató de ganar una masiva victoria psicológica contra los lamanitas enviando un mensaje de desastre, desesperación y miedo.8
Este es uno de los muchos ejemplos que ilustran la importancia de que los lectores modernos no solo presten atención, sino que investiguen con mayor interés la información aparentemente trivial y a menudo inesperadamente significativa en el texto del Libro de Mormón.
Taylor Halverson, “In Cover of Darkness and the Turning of the New Year,” Deseret News, January 1, 2015, en línea en deseretnews.com.
Daniel C. Peterson, “May Your New Year Begin Better Than Amalickiah’s,” Deseret News, December 29, 2011, en línea en deseretnews.com.
Allen J. Christenson, “Maya Harvest Festivals and the Book of Mormon,” Review of Books on the Book of Mormon 3 (1991): 1–31.
1. Las palabras y puntuación en Alma 51:37 varían ligeramente de las ediciones actuales del Libro de Mormón, pero sigue a Royal Skousen, ed., The Book of Mormon: The Earliest Text (New Haven, CT: Yale University Press, 2009), 464.
2. Robert F. Smith and Stephen D. Ricks, “New Year’s Celebrations,” in Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1992), 209.
3. Taylor Halverson, “In Cover of Darkness and the Turning of the New Year,” Deseret News, 1 de enero de 2015, en línea en deseretnews.com.
4. John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1985), 275. Véase también A. Brent Merrill, “Nephite Captains and Armies,” in Warfare in the Book of Mormon, ed. Stephen D. Ricks and William J. Hamblin (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1990), 275; John L. Sorenson, “The Book of Mormon as a Mesoamerican Record,” in Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 410; John L. Sorenson, Images of Ancient America: Visualizing Book of Mormon Life (Provo, UT: FARMS, 1998), 166; John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 2013), 194, 441.
5. Todas las citas de Christenson provienen de Allen J. Christenson, “Maya Harvest Festivals and the Book of Mormon,” Review of Books on the Book of Mormon 3 (1991): 30. Véase también Allen J. Christenson, “The Dance of First Beginnings: Contemporary Maya Creation Rituals in a World Context,” BYU Studies 39, no. 2 (2000): 150–172.
6. Halverson, “In Cover of Darkness.”
7. Daniel C. Peterson, “May Your New Year Begin Better Than Amalickiah’s,” Deseret News, 29 de diciembre de 2011, en línea en deseretnews.com.
8. Halverson, “In Cover of Darkness.”
Traducido por Central del Libro de Mormón
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