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KnoWhy #93

¿Por qué usa Abinadí la frase “ligaduras de la muerte”?

abril 26, 2017
KnoWhy #93
La resurrección de Lázaro, Duccio di Buoninsegna. Imagen vía Wikimedia Commons
“Y así Dios rompe las ligaduras de la muerte, habiendo logrado la victoria sobre la muerte; dando al Hijo poder para interceder por los hijos de los hombres”
Mosíah 15:8

El conocimiento

Mientras Abinadí explicaba a los sacerdotes de Noé la manera en la que Dios ganaría la “victoria sobre la muerte”, él declara que Dios “rompe las ligaduras de la muerte” (Mosíah 15:8, énfasis añadido; bands of death en inglés). Esta frase en español (y por ende en inglés) es exclusiva del Libro de Mormón en los libros canónicos SUD,1 y aparece por primera vez aquí. Abinadí usó la frase cuatro veces más (Mosíah 15:9, 20, 23; 16:7) y es utilizada frecuentemente en las enseñanzas de Alma hijo, cuyo padre, Alma, fue convertido por las enseñanzas de Abinadí.2

No hay forma segura de saber cómo Abinadí conocía esta frase y por qué no aparece en el Libro de Mormón antes de usarla él.  La frase exacta nunca aparece en absoluto en la versión de la Biblia que José Smith tuvo a su alcance, la de King James; sin embargo, Salmo 73:4 (“Porque no hay ataduras para su muerte”) y Salmo 107:14 (“Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus cadenas”) llevan términos y significados similares.

Hay, sin embargo, una frase en el hebreo del Antiguo Testamento—heveli-mot—que puede ser traducida como bands of death o “ligaduras de la muerte” (como en la Darby Bible Translation en inglés). En español, la frase aparece en Salmos 18:4 y 116:3, donde se traduce diversamente como “lazos de la muerte” (Sal 18:4; 116:3; LBLA, NBH, NBLH, NVI, RV2009), “cuerdas” (Sal 18:4; 116:3; NTV), o “dolores de la muerte” (Sal 18:4; 116:3; BJ, RV1909, RVG, SE) y “ligaduras de muerte” (Salmos 18:4; 116:3; RVR60), aunque en la KJV que José Smith tenía lo traduce como “sorrows of death” (que también significa “dolores de la muerte”).3

El salmista expresa bien el horror de ser atrapados en esos lazos, o cuerdas, de la muerte o el infierno: “Los lazos de la muerte me envolvieron, y los torrentes de la iniquidad me atemorizaron. Las ligaduras del Seol me rodearon; los lazos de la muerte me confrontaron” (Salmo 18:4-5, NVI).

La palabra hebrea hevel expresa una impresionante gama de significados, incluyendo “cordón, cuerda, banda, trampa” o “dolor, angustia”—símbolos de cautiverio y sujeción. También puede referirse a “atar” o “comprometerse”, como al carácter atador de un convenio. En un sentido similar, se puede referir al pueblo del convenio o de la tierra (la porción “asignada” o “medida”; véase Deuteronomio 32:9; Salmo 78:55), ya que significa la “cuerda de medida” que se utiliza para delinear la porción hereditaria, el templo o la fortuna/destino de uno (véase Salmo 16:5).4 Parece que la palabra fue utilizada para aquello que podría “atarle” a uno al dolor y la tristeza de la muerte y el infierno o de las bendiciones prometidas y la herencia del Señor.

Además, cabe destacar que la palabra hevel se utiliza a menudo en el contexto del simbolismo bíblico para redención. Por ejemplo, una de las formas en que se usa la palabra es en referencia a los dolores del parto, cuando una mujer da a luz, cuyo simbolismo es usado metafóricamente para el exilio y pruebas del pueblo de convenio. Esto se puede ver en Isaías 26:16-18 en la versión King James (KJV; traducido al español), donde dice de Israel y su aparente fracaso para obtener sus bendiciones prometidas:

Jehová, en la tribulación te buscaron: derramaron oración cuando los castigaste. Como la preñada cuando se acerca el parto gime, y da gritos con sus dolores (Hevel), así hemos sido delante de ti, oh Jehová. Concebimos, tuvimos dolores de parto, parimos como viento: salud ninguna hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

En el siguiente versículo (Isaías 26:19, KJV), el Señor responde con la promesa a Israel que “[t]us muertos vivirán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán”,5 y declara que Él llegará finalmente en juicio para redimir a Su pueblo.

Simbolismo similar de alumbramiento y expiación/redención se pueden encontrar en Isaías 37:3, Oseas 13:9-14,6 Miqueas 4:9-10, en los rollos del mar Muerto (1QHodayota XI:8-11), y en el Nuevo Testamento en Juan 16:20-22 (véase también Apocalipsis 12). La mayoría de estos pasajes habla del pueblo de Israel que pasa por un momento de crisis (que se compara con una mujer con dolor del parto) y luego siendo liberada por el rey prometido, el Mesías. Este simbolismo enfatiza tanto la tristeza y el dolor inherente a la palabra hevel, pero también significa el cumplimiento de los convenios eternos que el Señor ha hecho con Su pueblo. También lo que se encuentra en esta conexión es el simbolismo de liberarse o de romper, ya sean las aguas del nacimiento o las restricciones, penas, dolores y así sucesivamente.

Es interesante observar cómo todos estos símbolos son similares a los del bautismo: el descenso en el agua, la muerte, el levantarse y el emerger del agua, naciendo de nuevo con una nueva vida. Salmo 18, con su uso de la palabra hevel, es un ejemplo conmovedor de esto. El Salmo representa una figura real (v. 50) que sufre en los “lazos de la muerte” y ahogándose en los “torrentes de iniquidad” (v. 4). El rey clama a Dios y luego se salva milagrosamente. El versículo 16 dice: “Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo” (NVI). El versículo 19 implica entonces que el rey ha ascendido a un lugar seguro, tal vez al cielo. Este simbolismo del bautismo, junto con el de nacimiento, rompiendo los lazos de la muerte y los otros símbolos discutidos, pintan un cuadro coherente de la salvación que Dios provee para sus hijos justos.

El porqué

La frase de Abinadí de las “ligaduras de la muerte”, aunque parece ser original o sin precedente en las escrituras, en realidad tiene un sorprendente paralelo en las sagradas escrituras del antiguo Israel. Esta similitud, con la palabra hebrea hevel, está muy alineada con el uso que le da Abinadí.

Hay significantes similitudes entre los pasajes bíblicos y los primeros pasajes judíos discutidos anteriormente y el trato de Abinadí con respecto a la venida de Cristo para salvar a Su pueblo. Además, Abinadí da más detalles que otras fuentes. Por ejemplo, Isaías 26:19 puede o no referirse a la resurrección del Mesías, pero para Abinadí no hay duda que la muerte y resurrección de Cristo romperán las ligaduras de la muerte. Él declara:

Sí, aun de este modo será llevado, crucificado y muerto, la carne quedando sujeta hasta la muerte, la voluntad del Hijo siendo absorbida en la voluntad del Padre. Y así Dios rompe las ligaduras de la muerte, habiendo logrado la victoria sobre la muerte; dando al Hijo poder para interceder por los hijos de los hombres … Mas he aquí, las ligaduras de la muerte serán quebrantadas; y el Hijo reinará y tendrá poder sobre los muertos; por tanto, llevará a efecto la resurrección de los muertos. Y viene una resurrección, sí, una primera resurrección; sí, una resurrección de aquellos que han existido, que existen y que existirán hasta la resurrección de Cristo, pues así será llamado él. (Mosíah 15:7-8, 20-21)

El simbolismo de Abinadí del Hijo “quedando sujet[o] hasta la muerte” y “siendo absorbid[o]” está muy alineado a la metáfora de ahogarse o bautizarse que se discutió anteriormente. Cristo entonces “rompe las ligaduras de la muerte” y, en Mosíah 15:9, ha “ascendido al cielo” como lo hizo el rey en Salmos 18. Por causa de que Cristo ha roto las ligaduras de la muerte, a los “hijos” de Dios les es posible nacer de nuevo, para levantarse de la muerte y entrar a la vida eterna (Mosíah 15:30). La riqueza del simbolismo de la redención encontrado en el Antiguo Testamento está presente en las palabras de Abinadí, en nuevas y poderosas expresiones.

La probabilidad de que Abinadí estuviera familiarizado con estos matices de la palabra hebrea hevel y que haya utilizado intencionalmente la frase heveli-mot, o bands of death en inglés, aunque José Smith no tenía acceso estas frases porque no aparecen en la Biblia KJV, le da profundidad a nuestro entendimiento de las palabras de Abinadí. También le da otro detalle en apoyo de la historicidad y la veracidad del Libro de Mormón. Abinadí seguramente conocía bien estos conceptos claves de las palabras y textos hebreos y entendió su relevancia y aplicabilidad a la misión del Mesías, el Hijo de Dios.

Otras lecturas

David E. Bokovoy and John A. Tvedtnes, Testaments: Links between the Book of Mormon and the Hebrew Bible  (Tooele, UT: Heritage Distribution, 2003), 86–87.

 

1. Una de las excepciones es DyC 138:16, donde el presidente Joseph F. Smith recuenta su visión del mundo de los espíritus y menciona que el Hijo de Dios está declarando a los espíritus reunidos acerca de “su redención de las ligaduras de la muerte”. El uso de esta frase puede ser debido a que Cristo en realidad así lo dijo en la visión o a la familiaridad que el presidente Smith tenía con esta frase de acuerdo con su conocimiento del Libro de Mormón.
2. Véase Alma 4:14; 5:7, 9, 10; 7:12; 11:41; 22:14.
3. BJ (Biblia Jubileo); LBLA (La Biblia de las Américas); NBH (La Nueva Biblia de los Hispanos); NBLH (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy); NTV (Nueva Traducción Viviente); NVI (Nueva Versión Internacional); RVG (Reina Valera Gómez); RVR60 (Reina Valera Revisada); RV1909 (Reina Valera 1909); RV2009 (Reina Valera 2009); SE (Sagradas Escrituras 1569)
4. Para más detalles sobre estas y otras definiciones, véase Francis Brown et al., The Brown, Driver, Briggs Hebrew and English Lexicon (Peabody, MA: Hendrickson, 1996), 286.
5. Esto es de la traducción tradicional de la versión King James de Isaías 26:19. La mayoría de las traducciones modernas no están de acuerdo con esta interpretación, prefiriendo traducir el hebreo como “sus cuerpos levantarán” El “junto con” (“junto con mi cuerpo muerto”) de la versión KJ no se encuentra el hebreo original. Sin embargo, la resurrección del Mesías es aparentemente lo que estaba previsto por traductores posteriores de este pasaje, incluso en el Nuevo Testamento, como se evidencia por aquellos textos a los que se refiere a otros resucitándose después de Cristo, p. ej., Daniel 12:2; Mateo 27:52; Romanos 8:11; 1 Tesalonicenses 4:14; 2 Pedro 3:4.
6. Para otra similitud entre las palabras de Oseas y Abinadí, véase la idea del “aguijón” de la muerte/infierno en la versión LBLA de Oseas 13:14 y Mosíah 16:7–8.

Traducido por Central del Libro de Mormón