** Esta publicación se basa en un artículo de Kirk Magleby y puede consultarlo en the Book of Mormon Resources blog.**
Mormón, el general e historiador nefita, registró una profecía de que los gentiles serían los responsables de dispersar a los descendientes de Lehi, los cuales serían considerados “como nada entre ellos” ( Mormón 5:9 ). La palabra “nada” por lo general significa cero o inexistente. Esta profecía se cumplió dramática y explícitamente durante los primeros sesenta años de contacto entre los europeos y los nativos americanos.
1492 – 1493 Colón (1451 – 1506) descubre América, desembarcando en lo que hoy se conoce como las Bahamas de Cuba, Haití y la República Dominicana.
1493 – El papa Alejandro VI (1431 – 1503) le concede a España las tierras de las Américas.
1493 – 1496 Colón regresó en su segundo periplo, trayendo con él un gran número de europeos. Desembarcó en lo que hoy se conoce como las Antillas Menores, las Islas Vírgenes, Puerto Rico, la República Dominicana, Haití, Jamaica y Cuba.
1498 – 1500 Colón, en el tercer de sus cuatro periplos, empezó a distribuir “encomiendas” en la isla Española (Haití y la República Dominicana) a los europeos que le acompañaban. Una “encomienda” era una concesión de tierra que incluía los servicios de la gente indígena que residía en aquel territorio. Básicamente, el antiguo sistema feudal europeo había sido impuesto en el Nuevo Mundo. Las encomiendas permitían que los terratenientes europeos pudieran esclavizar y explotar a los nativos. Estos encomenderos aterrorizaban a sus víctimas americanos, obligándoles a trabajar en la minas, en la pesca y en los campos y ranchos. Los encomenderos organizaban incursiones de esclavos en las islas vecinas para así aumentar su mano de obra. Las condiciones dentro de las naves de esclavos eran tan horrendas que la mayoría de las personas reclutadas murieron en camino y sus cuerpos fueron arrojados por la borda. Los recién llegados señores (encomenderos) europeos justificaron su brutalidad con inteligente sofistería y razonamiento:
· Los varones nativos no podían hacer crecer la barba, así que no eran hombres.
· Los nativos eran animales, sin almas, incapaces de tener religión y no tenían derecho a la salvación. Los europeos frecuentemente decían que los indígenas eran “perros” así llamándolos.
La idea maligna de que la gente indígena eran brutos infrahumanos permitió que los codiciosos recién llegados racionalizaran y justificaran todos sus hechos, desde violaciones y tortura hasta asesinato y genocidio.
1511 – Antonio de Montesinos (1475 – 1540), un fraile dominicano en la isla Española se opuso a la crueldad por los españoles y se quejó diciendo: “¿Acaso no son hombres? ¿No tienen almas racionales?”
1512 – 1513 Los informes muy críticos escritos por Montesinos que llegaron a España resultaron en las leyes de Burgos, que incluían una dogma que prohibía que los españoles llamaran a los nativos “perros”. En las Américas, del otro lado del Atlántico, las leyes de Burgos habitualmente se pasaban por alto.
1524 – Carlos V (1500 – 1558) creó el Consejo de Indias con Bartolomé de las Casas como miembro (ca. 1484 – 1566), un franco reformador social hecho fraile dominicano quien abogó por el tratamiento humano de los nativos americanos.
1530 – Carlos V prohibió la esclavitud de los indios. Como era de esperar, su orden fue ignorada en las Américas y fue anulada sin demora.
1537 – El papa Pablo III (1468 – 1549) publicó un encíclica llamada “Sublimis Deus”. Buscaba resolver el argumento filosófico de que si los nativos americanos eran animales o humanos. Declaraba que la gente indígena de las Américas son seres racionales con almas, aptos para el evangelismo católico. El resultado de esta decisión papal fue una oleada de misioneros que salieron al Nuevo Mundo.
1542 – Bartolomé de las Casas escribió su condenatorio Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias que fue publicado formalmente diez años después. El futuro obispo de Chiapas estimó que la población de Española en 1492 era de 3 millones. Cincuenta años después, solamente 200 indígenas seguían vivos. Él calculó que la población precolombina de Lucayos (Bahamas) era 500.000, todos los cuales ya estaban muertos. Él describió que Cuba y Puerto Rico casi fueron despoblados totalmente por el trabajo forzado, inanición, enfermedad, tortura pública y las masacres por parte de los españoles.
1542 – La exposición de Las Casas tuvo un efecto inmediato. Cuando se percató cuán contraproducente eran las políticas de las colonias españolas (indios muertos no pueden pagar impuestos), Carlos V publicó las Nuevas Leyes de las Indias para buen tratamiento y conservación de los indios . Las Nuevas Leyes abolieron la esclavitud de los indios y puso fin a las encomiendas. Sin embargo, la oposición de los españoles en el Nuevo Mundo era tan marcado que Carlos V fue obligado a revocar las Nuevas Leyes en 1545.
1550 – 1551 Un gran debate tuvo lugar en Valladolid, España entre el filósofo y teólogo Juan Ginés de Sepúlveda (1494 – 1573) y el obispo dominicano Bartolomé de las Casas. Sepúlveda sostenía que los nativos del Nuevo Mundo eran bárbaros y esclavos por naturaleza que debían ser obligados a aceptar el catolicismo. Las Casas defendió a los indios diciendo que eran seres humanos libres y racionales capaces de autonomía que debían ser invitados, no obligados, a aceptar el catolicismo. La acérrima perspectiva de Sepúlveda prevaleció y las atrocidades españolas continuaron sin cesar por todas las Américas.
Entre las primeras décadas después del contacto europeo, los gentiles españoles forzaron a los nativos a abandonar sus hogares y su estilo de vida. Poblaciones enteras fueron exterminadas. Los americanos indígenas por lo general eran considerados formas de vida inferiores quienes podrían ser esclavizados, abusados y asesinados con impunidad. La profecía de Mormón 5:9 , de que los descendientes de Lehi serían dispersados y considerados “como nada”, fue explícitamente cumplida. 1
Autor:
Kirk Magleby es voluntario como Director Ejecutivo de Book of Mormon Central que fortalece la fe perdurable en Jesucristo, haciendo que el Libro de Mormón sea accesible, comprensible y defendible en todo el mundo.
1. Para otro ejemplo de una profecía cumplida del Libro de Mormón, véase el artículo excelente de Stephen Smoot llamado ” No Kings Upon the Land: A Note on 2 Nephi 10 “.
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