Cuando el rey Benjamín dio su discurso final, habló a su pueblo acerca de los peligros del pecado (Mosíah 2:32-40). Luego explicó el contraste entre los problemas de aquellos que han “caído en transgresión” (v. 40) y las bendiciones de aquellos que “guardan los mandamientos de Dios” (v. 41).1 Aunque la vida no siempre es perfecta, las enseñanzas del rey Benjamín demuestran que “guardar los mandamientos de Dios siempre traerá felicidad y bendiciones del Señor”.2 Él nos recuerda que por medio del poder del Salvador, podemos escoger “continu[ar] fieles hasta el fin” (v. 41), sin importar qué experimentamos en la vida.
La invitación del rey Benjamín de “considera[r] el bendito y feliz estado de aquellos que guardan los mandamientos de Dios” es similar a la que se encuentra en Proverbios.3 En este libro, aquellos que guardan los mandamientos también son descritos como “bendecidos” o “felices”. Estas escrituras explican algunas de las maneras en que las personas pueden ser bendecidas o felices. 4
Por ejemplo, Proverbios 8:32, 35 declara: “Bienaventurados los que guardan mis caminos… porque el que me halle hallará la vida y alcanzará el favor de Jehová”. En este caso, el ser bendecido está conectado a obtener el favor del Señor. 5 Proverbios 29:18 de manera similar declara: “Sin profecía, el pueblo se desenfrena, pero el que guarda la ley es bienaventurado”. En este versículo, la palabra “profecía” también se puede traducir como “revelación” e implica que la revelación constituye una porción de las bendiciones prometidas por guardar los mandamientos.6
Dominio de la Doctrina Mosíah 18:8-10. Infográfico por Book of Mormon Central
El rey Benjamín declaró que aquellos que guardan los mandamientos serán “bendecidos en todas las cosas, tanto temporales como espirituales” (Mosíah 2:41). Sin embargo, inmediatamente después de esta brillante declaración, aclaró que solamente aquellos que “continúan fieles hasta el fin”, podrán morar con Dios en un “estado de interminable felicidad” (v. 41). Si ser bendecidos en todas las cosas significa nunca tener problemas, no habría duda de que una persona podría “contin[uar fiel] hasta el fin”.7 Esto sugiere que el ser bendecidos tanto en las cosas temporales como espirituales no significa que la vida será perfecta, más bien que Dios puede bendecirnos con felicidad y otras bendiciones, incluso cuando las cosas no van bien.
Esto se respalda por lo que sigue inmediatamente después de la siguiente declaración.8 En Mosíah 3:1-9, Benjamín habló acerca de la venida de Cristo, y declaró que Él “sufrirá tentaciones, y dolor en el cuerpo, hambre, sed y fatiga, aún más de lo que el hombre puede sufrir sin morir; pues he aquí, la sangre le brotará de cada poro, tan grande será su angustia por la iniquidad y abominaciones de su pueblo” (Mosíah 3:7).9 A pesar de que Cristo guardaría los mandamientos mejor que cualquier otra persona, Él aún enfrentaría gran dolor del que nadie más haya conocido.10 Esto demuestra que ser bendecido por Dios no significa que tengamos una vida perfecta.11
Confiar en el Salvador, quien sufrió de una manera inimaginable a pesar de no tener pecados, es lo que nos permite enfrentar las luchas de la vida. El presidente Russell M. Nelson ha enseñado que “[l]os santos pueden ser felices en cualquier circunstancia. ¡Podemos sentir gozo aun cuando tengamos un día malo, una semana mala o hasta un año malo!” Esto es porque “el gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene mucho que ver con el enfoque de nuestra vida”.12
A medida que nos enfocamos fielmente en Cristo, las bendiciones y la felicidad fluyen inmediatamente en nuestra vida, no necesariamente en ausencia de nuestras pruebas mortales, sino a pesar de ellas. Por lo que, la enseñanza del rey Benjamín de “contin[uar] fieles hasta el fin” no significa simplemente que debemos esperar las tormentas de la vida. Significa que debemos esforzarnos cuidadosa y alegremente en medio de ellas. Como se expresa en Proverbios, estas bendiciones de gozo se pueden asociar con la revelación y el favor divino. Fluye dentro de nosotros por medio del poder del Espíritu Santo, a medida que visualizamos y experimentamos la expiación infinita del Salvador y al tener fe tanto en las bendiciones inmediatas como eternas que provienen de ella.
Guardar los mandamientos siempre brinda felicidad y bendiciones del Señor, pero en ocasiones, tenemos que esperar más de lo que nos gustaría por estas bendiciones. El rey Benjamín nos recuerda que después de perseverar fielmente hasta el fin, podemos recibir la felicidad en la presencia de Dios (Mosíah 2:41), y en esta ocasión, será para siempre.13
Ciertamente Cristo recibió la felicidad y bendiciones del Padre porque guardó los mandamientos, pero también enfrentó períodos de dolor y aflicciones devastadores. Él puede darnos el coraje para guardar los mandamientos, a pesar de las consecuencias que enfrentamos. Su vida nos recuerda lo que podemos lograr. Debido a que fue fiel hasta el final, actualmente disfruta de la gloriosa presencia del Padre. Lo mismo es cierto para todos nosotros.
Obedecer a Dios, el saber que finalmente nos bendecirá, requiere de mucha fe. Sin embargo, como lo expresó David A. Bednar:
La fe, en calidad de convicción de lo que no se ve, mira hacia el pasado y confirma nuestra confianza en Dios y en la veracidad de lo que no se ve. Nos adentramos en esta oscuridad con certeza y esperanza, y recibimos convicción y confirmación según avanzaba la luz y nos brindaba la iluminación que necesitábamos. El testimonio recibido tras la prueba de nuestra fe (véase Éter 12:6) es una convicción que incrementa y fortalece nuestra certeza.14
Presidente Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual“, Liahona, Noviembre 2016, 81–84, en línea en lds.org.
Presidente Thomas S. Monson, “Guarden los mandamientos“, Liahona, Noviembre 2015, 83–85, en línea en lds.org.
David A. Bednar, “Buscar Conocimiento por la Fe“, BYU Religious Education, 3 de febrero de 2006, en línea en Religious Studies Center.
1. Véase John W. Welch, “Benjamin’s Speech: A Masterful Oration“, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom” (Provo, UT: FARMS, 1998), 83.
2. Dominio de la doctrina (Salt Lake City, UT: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2016), 11, en línea en lds.org.
3. Referirse a Proverbios tendría sentido, ya que parece que Benjamín tenía entrenamiento de escriba, y los proverbios a menudo se utilizaba como parte de este entrenamiento. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué enseña el Libro de Mormón sobre el aprendizaje secular? (1 Nefi 1:1)“, KnoWhy 324 (6 de marzo de 2018).
4. Dado que este fue el inicio del reinado de Mosíah, pudo haber sido un consejo a su hijo sobre cómo hacer que su reinado fuera bendecido y feliz. Marilyn Arnold, “Benjamin, King”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 91.
5. La idea de ser “bienaventurado” también se relaciona con la situación, que es el ritual de coronación. Para conocer más sobre este tema, véase Hugh Nibley, Since Cumorah, The Collected Works of Hugh Nibley, Volume 7 (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1988), 247–251. Para otro estudio, véase Stephen D. Ricks, “Kingship, Coronation, and Covenant in Mosiah 1–6“, en King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom”, ed. John W. Welch y Stephen D. Ricks (Provo, UT: FARMS, 1998), 233–276.
6. George Wigram, ed., The Englishman’s Hebrew Concordance of the Old Testament: Coded with the Numbering System from Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible (Peabody, MA: Hendrickson, 1980), s.v. ghah-zohn.
7. Si alguien sabía lo que significa continuar fiel hasta el fin, fue el rey Benjamín, quien vivió una vida dura de guerras y luchas, a pesar de ser un buen rey. Véase Stephen D. Ricks, “Benjamin“, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan, 1993), 1:99–100.
8. No había un salto de capítulo aquí en la edición de 1830, puede ser una buena idea omitir dicho salto cuando leemos este capítulo. Véase Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 3:143.
9. Para conocer más sobre la intensidad de este sufrimiento, véase Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1987–1992), 2:147.
10. Susan Easton Black, “King Benjamin: In the Service of Your God“, en Mosiah, Salvation Only through Christ, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr., The Book of Mormon Symposium Series, Volume 5 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1991), 42.
11. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué significa ‘prosperar en la tierra’? (Alma 9:13)” KnoWhy 116 (23 de mayo de 2017).
12. Presidente Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual“, Liahona, Noviembre 2016, 82, en línea en lds.org.
13. Estas bendiciones pueden venir por causa del renacimiento espiritual por medio de Cristo. Véase Rodney Turner, “The Great Conversion: Mosiah 1–6”, en The Book of Mormon, Part 1: 1 Nephi to Alma 29, ed. Kent P. Jackson, Studies in Scripture: Volume 8 (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1988), 205–229.
14. David A. Bednar, “Buscar Conocimiento por la Fe“, BYU Religious Education, 3 de febrero de 2006, en línea en Religious Studies Center.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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