El 24 de junio de 1844, el profeta José Smith, su hermano Hyrum, y un grupo de asociados dejaron la ciudad de Nauvoo, Illinois y cabalgaron hacia la ciudad de Carthage, la sede del condado, para cumplir con una demanda legal donde Él y algunos más deberían presentarse ante una corte del condado.1
José estaba consciente de que estaba encarando su inminente martirio. “Voy como cordero al matadero;” José dijo, según el informe: “pero me siento tan sereno como una mañana veraniega”2. Justo unas horas antes de su muerte, el Profeta escribió un mensaje a su esposa Emma: “Me hallo completamente resignado a mi suerte, sabiendo que estoy justificado y que he hecho lo mejor que podía hacerse.”3
José, Hyrum y dos miembros del Cuórum de los Doce, Willard Richards y John Taylor, se sofocaban en el calor de junio esperando el juicio por una acusación fabricada de traición. Poco después de las cinco de la tarde del 27 de junio una muchedumbre armada entró a la cárcel. En pocos minutos, José y Hyrum estaban muertos mientras que John Taylor fue gravemente herido. Willard Richard milagrosamente no sufrió ninguna herida por el ataque.4
No mucho antes del martirio, Hyrum leyó un “párrafo cerca del capítulo 5 de Éter, en el Libro de Mormón”.5
Moroni, un antiguo profeta de América, escribió el pasaje que Hyrum leyó (ahora Éter 12:36-38) unos 1.500 años antes y aun así sus palabras fueron imprevisiblemente apropiadas para ese fatídico día.
Y sucedió que le imploré al Señor que diera gracia a los gentiles, para que tuvieran caridad. Y aconteció que el Señor me dijo: Si no tienen caridad, es cosa que nada tiene que ver contigo; tú has sido fiel; por tanto, tus vestidos estarán limpios. Y porque has visto tu debilidad, serás fortalecido, aun hasta sentarte en el lugar que he preparado en las mansiones de mi Padre. Y ahora yo, Moroni, me despido de los gentiles, sí, y también de mis hermanos a quienes amo, hasta que nos encontremos ante el tribunal de Cristo, donde todos los hombres sabrán que mis vestidos no se han manchado con vuestra sangre.6
En sus últimos momentos de vida, José y Hyrum tuvieron consuelo en estas mismas palabras y ellos testificaron de la veracidad del Libro de Mormón. Tal como Dan Jones recordó en 1885, un compañero de prisión liberado en la mañana del ataque: “José compartió un poderoso testimonio a los guardias de la divinidad y autenticidad del Libro de Mormón.”7
El profeta José Smith y su hermano Hyrum fueron mártires por y del Libro de Mormón en todo el sentido de la palabra. Hoy en día la palabra “mártir” ha llegado a significar principalmente uno que voluntariamente sufre o muere por sus creencias religiosas. Pero el origen de la palabra es griego y literalmente significa “testigo.”8 “No hay nada accidental, como no hay nada planeado en el fin de un mártir” escribió Hugh Nibley, un erudito Santo de los Últimos Días. “Él toma la obligación de ser un testigo, conociendo muy bien lo que implica ese peligroso deber. El profeta que fue condenado a muerte [en 1844] fue un verdadero mártir y un profeta verdadero en el más estricto y santo sentido de la palabra”.9
De acuerdo con el erudito Robert C. Patch: “La idea básica [de un mártir] se relaciona con hechos fundamentales o afirmaciones de cuestiones más allá de la experiencia de los oyentes. El significado se refiere a eventos objetivos o testimonios personales. Sin embargo, el uso habitual de las escrituras lleva el significado adicional de revelación por medio del Espíritu Santo, que da poder a un testigo para compartir su testimonio inspirado de las verdades religiosas”.10
José y Hyrum ciertamente sufrieron la muerte para sellar sus testimonios. Su muerte muestra la máxima sinceridad, así como su comunión con los antiguos profetas, quienes también fueron mártires por la verdad. Antiguamente, Dios algunas veces requirió que sus profetas arriesgaran sus vidas (tal como Abraham, Elías, Jeremías, Daniel, Lehi, Alma y Amulek) o incluso que dieran sus vidas (como Urías, Abinadí, Esteban y Pedro). Lo mismo ocurre en los últimos días, como con José y Hyrum que son ejemplos preeminentes de esto.
Sin engaño o hipocresía, José el mártir, pudo declarar antes que su vida fuera tomada: “Mi conciencia se halla libre de ofensas contra Dios y contra todos los hombres”.11 Su testimonio del Libro de Mormón, que compartió repetidamente a través de su vida, fue inequívocamente confirmado por su muerte.
Dallin H. Oaks, “Legally Suppressing the Nauvoo Expositor in 1844,” en Sustaining the Law: Joseph Smith’s Legal Encounters, ed. Gordan A. Madsen, Jeffrey N. Walker, and John W. Welch (Provo, UT: BYU Studies, 2014), 427–459.
Davis Bitton, Knowing Brother Joseph Again: Perceptions and Perspectives (Salt Lake City: Greg Kofford Books, 2011), 73–106.
Richard Lyman Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Vintage Books, 2007), 539–550.
Joseph I. Bentley, “Martyrdom of Joseph and Hyrum Smith,” in The Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York: Macmillan, 1992), 1:860–62.
Hugh Nibley, “Prophets and Martyrs,” in The World and the Prophets (Provo, UT: FARMS, 1987), 172–181.
1. El profeta había sido ordenado a comparecer en un juicio por incitar a un disturbio después de que el Ayuntamiento de Nauvoo (bajo de la dirección de José) aprobara la supresión y destrucción de un periódico disidente y (en la idea del ayuntamiento) calumnioso–The Nauvoo Expositor. Los cargos fueron fabricados para que fueran por traición después de que el caso del disturbio fue pospuesto hasta septiembre, forzando al profeta a quedarse en la cárcel de Carthage para esperar el juicio, ya que la traición no era una ofensa en la que no podían salir bajo fianza. Ver Jose I. Bentley, “Martyrdom of Joseph and Hyrum Smith,”, en The Encyclpedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York: Macmillan, (1992), 1:860–62; Richard Lyman Bushman, Joseph Smith: Rough Stone Rolling (New York: Vintage Books, 2007), 539–550; “Legal Chronology of Joseph Smith,” in Sustaining the Law: Joseph Smith’s Legal Encounters, ed. Gordan A. Madsen, Jeffrey N. Walker, and John W. Welch (Provo, UT: BYU Studies, 2014), 511.
2. Doctrinas y Convenios de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; cuidadosamente Seleccionados de la Revelación de Dios. Por José Smith, Presidente de dicha iglesia (2nd ed. Nauvoo, IL: John Taylor, 1844), 444–45 (DyC 135:4).
3. Véase “To Emma Smith, June 27, 1844,” in Personal Writings of Joseph Smith, ed. Dean C. Jessee, rev ed. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2002), 611.
4. “Two Minutes in Jail,” Times and Seasons 5, no. 14 (1 August, 1844): 598–99. Joseph L. y David W. Lyon han llevado a cabo una investigación forense sobre el martirio que ha presentado resultados esclarecedores. Véase Joseph L. Lyon and David W. Lyon, “Physical Evidence at Carthage Jail and What it Reveals about the Assassination of Joseph and Hyrum Smith,”, BYU Studies 47, no. 4 (2008): 5-50. Véase también el tratado de los registros del martirio presentados por Mark Lyman Staker, “John Taylor’s, June 27, 1854, Account of the Martyrdom,” BYU Studies 50, no. 3 (2011): 25–36.
5. The Doctrine and Covenants of the Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, 445 (DyC 135:4).
6. El Libro de Mormón; un registro escrito por la mano de Mormón tomado de las planchas de Nefi (Liverpool, England: Brigham Young, Heber C. Kimball, and Parley P. Pratt; impreso por J. Tompkins, 1841), 610 (Éter 12:36–38).
7. Dan Jones a Thomas Bullock, 20 January 1855: “Durante la noche el patriarca leyó y comentó sobre varios extractos del Libro de Mormón, los encarcelamientos y la liberación de los siervos de Dios por causa del evangelio; José compartió un poderoso testimonio a los guardias sobre la autenticidad del Libro de Mormón, la restauración del Evangelio, la ministración de ángeles, y que el reino de Dios estaba de nuevo sobre la tierra, por causa de lo cual él estaba en ese tiempo encarcelado en aquella prisión, y no porque había violado alguna ley de Dios o de los hombres” Véase Ronald D. Dennis, ed. and trans., “The Martyrdom of Joseph and Hyrum Smith.” BYU Studies 24, no. 1 (Winter 1984): 101. This excerpt from Jones’ letter would appear in History of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, ed. B. H. Roberts (Salt Lake City, UT: Deseret Book Company, 1948), 6:600.
8. Liddell and Scott’s Greek–English Lexicon (Oxford: Claredon Press, 1891), 426.
9. Hugh Nibley, The World and the Prophets (Provo, UT: FARMS, 1987), 181.
10. Robert C. Patch, “Martyrs,” in The Encyclopedia of Mormonism, 1:862.
11. Las Doctrinas y Convenios de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 445 (DyC 135:4).
Traducido por Central del Libro de Mormón
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