Jacob, el profeta-sacerdote del Libro de Mormón citó al profeta Zenós como la referencia de la alegoría de los olivos que comparte en Jacob 5. Las citas de las profecías de Zenós en todo el Libro de Mormón demuestran que los escritos de Zenós eran populares entre los nefitas.1 Sus palabras estaban probablemente presentes en las planchas de bronce que la familia de Lehi poseía, a pesar de que no se encuentran en el Antiguo Testamento en la actualidad.
“Uno se pregunta ¿cómo podría un profeta importante como Zenós, si alguna vez existió, simplemente haber quedado afuera sin dejar algún rastro de sí mismo en la Biblia ni en cualquier otro lugar?”2 Esta fue la pregunta del finado profesor de BYU, Hugh Nibley, en 1967 con respecto a la falta de una referencia directa de Zenós fuera del Libro de Mormón. La respuesta de Nibley a este misterio fue intentar de conectar a Zenós con un personaje de nombre similar encontrado en algunos textos de la antigua religión judía.
Nibley comenzó con un texto llamado Antigüedades Bíblicas (o Antigüedades de los judíos), atribuido a un autor desconocido nombrado “Pseudo-Filón”. Aunque Antigüedad Bíblica fue escrita en la época de Cristo, es probable que contenga material considerablemente temprano. Antigüedades Bíblicas da una historia de los judíos desde la Creación hasta la destrucción de Jerusalén. Incluye las historias acerca de un gran profeta-líder llamado Quenaz. En algunas versiones del texto en inglés, el nombre Quenaz se deletrea Zenec o Zenez (variante del nombre en español Cenez). Pseudo Filón hace una conexión entre esta persona y el personaje bíblico Cenaz, quien vivió entre el tiempo de la conquista de Canaan y los jueces de Israel (Josué 15:17; Jueces 1:13; 1 Crónicas 4:13). Esto identifica a Quenaz como el primer juez sobre Israel y le atribuye muchas palabras y hechos. Nibley determinó que al comparar las palabras y hechos de Quenaz en Antigüedades Bíblicas con Zenós en el Libro de Mormón, podrían surgir algunos paralelos interesantes.
En 1994, el profesor de BYU John W. Welch desarrolló y destacó estas comparaciones en su artículo, “The Last Words of Cenez and the Book of Mormon”.3 La siguiente tabla describe varias de las principales similitudes.
Historia de Quenaz de Pseudo Filón | Jacob 4-6 |
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Quenaz dio un discurso de despedida a una asamblea cuando estaba “a punto de morir”. | El discurso de despedida de Jacob fue dirigido a una asamblea (Jacob 5:1; 6:1, 5-6, 11), evidentemente cerca de su muerte (Jacob 6:13). |
Quenaz reveló a su pueblo lo que el Señor le había mostrado que haría “en los últimos días”. | Jacob profetizó lo que el Señor haría cuando Él pusiera su mano “por segunda vez para recobrar a su pueblo… aun la última vez” (Jacob 6:1-2). |
Quenaz compartió las palabras de su padre con el fin de animar a Israel a “permanecer en los caminos del Señor”. | Jacob volvió a decir las palabras de Zenós sobre la alegoría de los olivos para alentar a su pueblo a “continua[r] en el camino que es angosto” (Jacob 6:11). |
La revelación del padre de Quenaz incluía las nociones del Señor “trabajando” para el beneficio de Israel, plantando una “gran viña” y cuidando de una planta “escogida”. | Las palabras del profeta Zenos registradas en Jacob 5 relatan cómo el Señor trabajó en su viña, cuidando de su olivo cultivado. |
Al padre de Quenaz se le dijo que, a pesar del trabajo del Señor, Israel se corrompería. | En la alegoría de los olivos, el Señor temía por el deterioro del árbol y la corrupción del fruto (Jacob 5: 3, 39, 42). |
La planta que él había escogido no le daría su fruto porque no lo reconocería a él como su sembrador y destruiría su propio fruto. | Jacob profetizó que los judíos no reconocerían a los profetas (Jacob 4:14), rechazarían a Cristo (4:15) y se harían tropezar a sí mismos. |
Estos paralelos ayudan a colocar las palabras de Zenós en un posible contexto histórico. Sin embargo, después de un cuidadoso análisis, Welch concluyó que una identificación directa entre Quenaz y Zenós no es probable. Lo que sí es más probable es que había una fuente antigua más temprana que la historia sobreviviente de Quenaz la cual inspiró el simbolismo de la viña encontrado en el Libro de Mormón.
De manera interesante, David Rolph Seely y John Welch argumentaron la existencia de una fuente común de la antigüedad al fondo del simbolismo de los olivos/viña que se encuentra en muchos lugares en el Antiguo Testamento.4 Ellos notaron que en el Antiguo Testamento uno puede encontrar el símbolo del olivo, o la vid (los dos son algunas veces utilizados como sinónimos), usados para describir a Israel ya sea con connotaciones positivas o negativas. Los pasajes como Éxodo 15:17, 2 Samuel 7:10, Salmos 1:3; 52:8, Oseas 14: 4-8, e Isaías 4:2 se enfocan principalmente en los aspectos positivos de la siembra del Señor, cuidando y bendiciendo los árboles. Otros, como Salmo 52:5; 80:15-16, Isaías 5:1-7; 17:9-11; y Jeremías 11:14-17 presentan el desarraigo, quema, destrucción y maldición de los árboles. Ambas dimensiones, por supuesto, se encuentran en la alegoría alargado de Zenós.
Seely y Welch por lo tanto concluyen que es razonable postular la existencia de un registro completo sobre la alegoría de los olivos que es anterior a la mayor parte o todo de estos aspectos diversos y parciales.
Aunque la evidencia no nos permite una conclusión firme con respecto a la fecha de la alegoría de Zenós, las dimensiones positivas y negativas del simbolismo del Antiguo Testamento de los olivos son difíciles de reconciliar en estos textos sin asumir que un simple paradigma (como la alegoría de Zenós) haya existido en el antiguo Israel utilizando ambas de estas dimensiones. Jacob 5 proporciona un completo paradigma unificando las muchas referencias dispersadas en el Antiguo Testamento a los olivos como una representación de la casa de Israel e iluminando lo que ese simbolismo probablemente habría significado a una antigua audiencia israelita.5
El antiguo profeta Zenós proveyó una visión panorámica del futuro de la casa de Israel con su alegoría de los olivos. El hecho de que el Señor proporcionara a Israel con esta información a través de su profeta es un testimonio de Su amor y misericordia. Dios sabía que Israel rechazaría sus enseñanzas y que estas decisiones causarían que tropezaran y sufrieran. A través de las revelaciones como la alegoría de los olivos, el Señor dejó claro a Israel lo que les pasaría mientras que al mismo tiempo les ofreció esperanza de cómo ellos podrían ser redimidos para que en el futuro reclamaran sus bendiciones prometidas a través del trabajo del siervo fiel que suplicaba paciencia e hizo la voluntad del Señor de la viña.
Antiguos profetas existieron cuyos escritos actualmente no aparecen en la Biblia de hoy ni en cualquier otra fuente auténtica que ha sobrevivido. Muchos de ellos son mencionados en los textos de la Biblia misma, incluyendo los libros del profeta Semaías (2 Crónicas 12:15), el profeta Iddo (2 Crónicas 13:22), Jehú (2 Crónicas 20:34), y otros. Del mismo modo, existen antiguos escritos proféticos que están perdidos y tal vez nunca sean descubiertos.
La alegoría de los olivos es una pieza valiosa de escritura profética que fue de gran valor para el pueblo nefita. Aunque no se tiene evidencia directa del profeta Zenós en textos fuera del Libro de Mormón, es posible ver la influencia significativa de sus escritos sobre los autores del Libro de Mormón y potencialmente sobre otros autores bíblicos también.
La alegoría de los olivos sirve tanto como una advertencia como también una llamada a la acción para los miembros de la iglesia de hoy. Advierte a todos los de la familia de fe contra los peligros de la apostasía. Gráficamente comunica la doctrina que el Señor algún día juzgará a toda la humanidad y separará a los justos de los inicuos. También informa a todas las personas que este es un gran día de oportunidad en el que los siervos del Señor son llamados, por última vez, para trabajar con toda diligencia en la viña. Hoy es el día para que los miembros del Israel disperso, aún de las partes más remotas del mundo, sean reunidos a través de los siervos de Dios y de esa manera disfruten de las bendiciones prometidas en los convenios de Dios con Sus hijos amados.
El hecho de que los escritos extraordinarios de Zenós se encuentran en el Libro de Mormón y que presentan enseñanzas tan grandes como la alegoría de los olivos es una fuerte indicación del origen inspirado del Libro de Mormón y que realmente restaura al mundo muchas cosas “claras y preciosas” que hace mucho se habían perdido.
John W. Welch, “The Last Words of Cenez and the Book of Mormon,” in The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5, ed. Stephen D. Ricks and John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 305—321.
David Rolph Seely and John W. Welch, “Zenos and the Texts of the Old Testament,” in The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5, ed. Stephen D. Ricks and John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 322—346.
1. 1 Nefi 19:10, 16; Jacob 5:1; 6:1; Alma 33:3, 13, 15; 34:7; Helamán 8:19; 15:11; 3 Nefi 10:16.
2. Hugh Nibley, Since Cumorah (second edition; Salt Lake City and Provo, Ut.: Deseret Book and FARMS, 1981), 286.
3. John W. Welch, “The Last Words of Cenez and the Book of Mormon,” in The Allegory of the Olive Tree, 309–312. Welch enumera un paralelismo más completo, entre este antiguo texto y Jacob 4–6, que lo que Nibley había hecho en Since Cumorah.
4. David Rolph Seely and John W. Welch, “Zenos and the Texts of the Old Testament,” in The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5, ed. Stephen D. Ricks and John W. Welch (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1994), 322–346.
5. Seely and Welch, “Zenos,” 343.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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