Los lectores del Libro de Mormón pueden preguntarse, en ocasiones, en qué parte del continente americano sucedieron los eventos descritos. ¿Se extendieron los nefitas y lamanitas por todo tanto el norte como el sur de América u ocurrieron los eventos del Libro de Mormón dentro de un área más confinada? ¿Dónde desembarcó el barco de Lehi? ¿Dónde estaban los lugares famosos del Libro de Mormón como Zarahemla y la tierra de Abundancia o las batallas épicas de los nefitas y lamanitas, como Cumorah?
El interés en contestar estas preguntas comenzó casi inmediatamente después de que el Libro de Mormón fuera publicado. Solo meses después, un grupo de misioneros, incluyendo a Oliver Cowdery, aparentemente le estaban diciendo al pueblo de Ohio que Lehi “llegó a las costas de Chile”.1 Un par de años después, W. W. Phelps vinculó la tierra de Desolación con el medio oeste de los Estados Unidos, desde el río Missisipi hasta las montañas rocosas.2 El siguiente año, Phelps obtuvo muchos informes acerca de ruinas antiguas en Guatemala con rocas “cementadas por morteros”, y argumentó que este hallazgo era “un buen testimonio a favor del Libro de Mormón”, específicamente el relato en Helamán 3:3-11.3
Claramente, para los primeros santos de los últimos días, los acontecimientos en el Libro de Mormón se creía que abarcaban todo el hemisferio occidental. Todas y cada una de las ruinas y artefactos antiguos o precolombinos encontrados a lo largo de norte, centro y sudamérica (conocido como enfoque “hemisférico” de geografía) fueron rápidamente aceptados como evidencia de los pueblos del Libro de Mormón. Inclusive José Smith no estuvo exento del tema. En una carta a Emma mientras marchaba con el campamento de Sion en 1834, José Smith describió sus viajes como “vagando sobre las llanuras de los nefitas” y “recogiendo sus cráneos y sus huesos como prueba de su divina autenticidad”.4
Años después, José Smith recibió un libro sobre ruinas de Centroamérica como regalo. En una carta agradeciendo al donante, él declaró que “corresponde con y apoya el testimonio del Libro de Mormón”.5 En 1842, mientras José Smith era el editor, el Times and Seasons publicó varios artículos resaltando las ruinas en Centroamérica como una evidencia para el Libro de Mormón.6 Al igual que sus compañeros, el profeta evidentemente creía que todas las ruinas antiguas y artefactos que se extienden a través del continente Americano eran evidencia de las tierras y pueblos del Libro de Mormón.
Aunque la mayoría de los primeros santos de los últimos días tenían un entendimiento hemisférico de la geografía del Libro de Mormón, no hay un modelo universalmente aceptado de las tierras del Libro de Mormón y opiniones diferentes persisten acerca de varios temas. Por ejemplo, mientras que la idea de que Lehi desembarcó en Chile se convirtió en una tradición generalizada en la iglesia,7 bajo la autoría de José Smith, el Times and Seasons declaró que Lehi “llegó un poco al sur del istmo de Darien (o Istmo de Panamá)” que es, justo al sur de Panamá.8 En 1842, Parley P. Pratt pareció establecer la tierra de Desolación en Centroamérica, contrario a lo que Phelps identificó al principio.9
El análisis cuidadoso de los primeros escritos sobre la geografía del Libro de Mormón revela una diversidad de ideas y opiniones sobre la localización de casi cada lugar del Libro de Mormón.10 Para 1890, el presidente George Q. Cannon había señalado que habían varias geografías diferentes y conflictivas sobre la geografía del Libro de Mormón y “ni dos de ellas… están de acuerdo sobre todos los puntos”. El presidente Cannon entonces dejó en claro que la primera presidencia no respalda ninguno de estos mapas porque “la palabra del Señor o la traducción de otros registros antiguos requiere de la palabra del Señor para aclarar muchos puntos que ahora son obscuros”.11
El número de mapas solo ha crecido con el paso del siglo XX y XXI mientras muchos han continuado proponiendo modelos diferentes.12 Mientras que las preguntas de la geografía están lejos de responderse, nuestro entendimiento del entorno físico del libro ha mejorado gracias al trabajo cada vez más riguroso de muchos eruditos interesados en las preguntas de la geografía del Libro de Mormón. Por ejemplo, las propuestas de hoy se enfocan solamente en un área específica o región del continente americano, porque estudios más detallados han dejado en claro que el alcance de las tierras del Libro de Mormón debe ser limitado.13
Pero a través de todo esto, la iglesia ha continuado manteniendo una postura neutral, como lo expresó el presidente Cannon en 1890.14 Incluso la localización de la batalla final nefita y jaredita han sido consideradas inciertas.15 Nada se ha dicho sobre el tema por los líderes de la iglesia, pasados y presentes—José Smith incluido—que sea reconocido como revelación. Como el apóstol John A. Widtsoe dijo: “Por lo que se puede aprender, José Smith, traductor del libro, no dijo dónde, sobre el continente americano, las actividades del Libro de Mormón ocurrieron”.16
Sin embargo, mientras permanecen oficialmente neutrales, varios líderes de la iglesia han alentado un estudio apropiado y diligente del tema, incluso recomendando cómo estudiarlo apropiadamente. El presidente Cannon, por ejemplo, escribió que “no puede haber daño que resulte del estudio de la geografía de este continente al tiempo que fue asentado por los nefitas, obteniendo toda la información posible del registro que ha sido traducido para nuestro beneficio”.17 El élder James E. Talmage dijo:
El hecho es que el Libro de Mormón no nos da una información precisa y definitiva por la cual podamos localizar estos lugares con certeza. Animo y recomiendo toda posible investigación, comparación y estudio de este tema. Entre más pensadores, investigadores y trabajadores tengamos en el campo, mejor; pero nuestros hermanos que se dedican a este tipo de investigación deben recordar que deben hablar con precaución y no declarar como una verdad demostrada puntos que realmente no se han acreditado.18
Finalmente, como varios líderes lo han señalado, mientras el tema es de interés y tiene valor, los lectores no deben permitir distraerse del verdadero propósito del Libro de Mormón. El élder Russell M. Nelson explicó que él ha “leído mucho de lo que se ha escrito acerca” del Libro de Mormón, incluyendo los estudios de “lingüística o en lo que se dice de las armas, la geografía, la vida animal, las técnicas de construcción o los sistemas de pesos y medidas”. Sin embargo: “Por interesantes que sean esos temas, el estudio del Libro de Mormón es más satisfactorio cuando el lector se concentra en el objetivo principal del libro, que es testificar de Jesucristo”.19
Matthew Roper, “Limited Geography and the Book of Mormon: Historical Antecedents and Early Interpretations“, FARMS Review 16, no. 2 (2004): 225–275.
John E. Clark, “Book of Mormon Geography“, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan Publishing, 1992), 1:176–179.
John L. Sorenson, The Geography of Book of Mormon Events: A Source Book, rev. ed. (Provo, UT: FARMS, 1992).
1. “The Golden Bible, or, Campbellism Improved“, Observer and Telegraph (Hudson, Ohio), 18 de noviembre de 1830, ortografía modernizada.
2. W. W. Phelps, “The Far West“, The Evening and the Morning Star 1, no. 5, octubre de 1832.
3. W. W. Phelps, “Discovery of Ancient Ruins in Central America“, The Evening and the Morning Star, 1, no. 9 de febrero de 1833, ortografía y mayúsculas alteradas.
4. Joseph Smith to Emma Smith, June 4, 1834, pp. 57–58, en línea en josephsmithpapers.org. Muchos historiadores creen que es una mención al incidente de Zelph. Para tener más información, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Quién era Zelph? (Helamán 6:6)“, KnoWhy 336 (27 de marzo de 2018).
5. Joseph Smith to John M. Berhnisel, November 16, 1841, en línea en josephsmithpapers.org. Véase Matthew Roper, “John Bernhisel’s Gift to a Prophet: Incidents of Travel in Central America and the Book of Mormon“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 16 (2015): 207–253.
6. “Traits of the Mosaic History, Found among the Azteca Nations“, Times and Seasons 3, no. 16, 15 de junio de 1842, 818-820; “American Antiquities“, Times and Seasons 3, no. 18, 15 de julio de 1842, 858–860; “Extract from Stephens’ ‘Incidents of Travel in Central America’“, Times and Seasons 3, no. 22, 15 de septiembre de 1842, 911–915; “Facts are Stubborn Things“, Times and Seasons 3, no. 22, 15 de septiembre de 1842, 921–922; “Zarahemla“, Times and Seasons 3, no. 23, 1 de octubre de 1842, 927–928. Motivados por teorías geográficas las cuales se contradicen por estos artículos, algunos han intentado distanciar a José Smith de su autoría y publicación. Sin embargo, un análisis histórico y estadístico, respalda fuertemente la participación de José con estos artículos. Véase Matthew Roper, “Joseph Smith, Revelation, and Book of Mormon Geography“, FARMS Review 22, no. 2 (2010): 70–83; Matthew Roper, Paul J. Fields, Atul Nepal, “Joseph Smith, the Times and Seasons, and Central American Ruins“, Journal of Book of Mormon and Other Restoration Scripture 22, no. 2 (2013): 84–97; Neal Rappleye, “‘War of Words and Tumult of Opinions’: the Battle for Joseph Smith’s Words in Book of Mormon Geography“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 11 (2014): 37–95; Matthew Roper, “Joseph Smith, Central American Ruins, and the Book of Mormon“, en Approaching Antiquity: Joseph Smith and the Ancient World, ed. Lincoln Blumell, Matthew J. Grey y Andrew H. Hedges (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Religious Studies Center, 2015), 141–162; Matthew Roper, Paul Fields y Larry Bassist, “Zarahemla Revisited: Neville’s Newest Novel“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 17 (2016): 13–61.
7. La popularidad de esta tradición se debió en gran medida a Orson Pratt y Frederick G. Williams. Se escuchó que Orson Pratt enseñó en 1832 que Lehi “llegó a través de las aguas hacia sudamérica”. Véase B. Stokely, “The Orators of Mormon“, Catholic Telegraph 1, 14 de abril de 1832. Las opiniones de Pratt sobre la geografía del Libro de Mormón se generalizaron e influenciaron con la publicación de la edición de 1879 del Libro de Mormón, la cual incluía notas al pie de página, escritas por Pratt, haciendo correlaciones externas a los lugares del Libro de Mormón. En una nota de pie a la frase “llegamos a la tierra prometida” de 1 Nefi 18:23, Pratt puso: “Se cree que fue sobre las costas de Chile, S. América” (ortografía modernizada). Véase Joseph Smith Jr., trans., The Book of Mormon: An Account Written by the Hand of Mormon (Liverpool, Eng.: William Budge, 1879), 47. Frederick G. Williams copió una declaración altamente específica de que Lehi llegó “a Chile a treinta grados de latitud sur” (ortografía modernizada), la cual más tarde se creyó que era una revelación de José Smith. Los orígenes actuales de la declaración, sin embargo, son turbios y poco claros. Véase Frederick G. Williams III, “Did Lehi Land in Chile? An Assessment of the Frederick G. Williams Statement“, FARMS Preliminary Report (1988); Frederick G. Williams, “Did Lehi Land in Chile?“, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 57–61.
8. “Facts are Stubborn Things“, Times and Seasons, 3, no. 22, 15 de septiembre de 1842, 922.
9. Parley P. Pratt, “Ruins in Central America“, Latter-day Saints’ Millennial Star 2, no. 11, marzo de 1842, 161–165.
10. Matthew Roper, “Limited Geography and the Book of Mormon: Historical Antecedents and Early Interpretations“, FARMS Review 16, no. 2 (2004): 225–275, esp. pp. 254–255.
11. George Q. Cannon, “Editorial Thoughts: The Book of Mormon Geography”, Juvenile Instructor 25, no. 1 (2010): 229–232.
12. Para comparar 60 propuestas diferentes, véase John L. Sorenson, The Geography of the Book of Mormon Events: A Source Book (Provo, UT: FARMS, 1992), 37–206.
13. Véase John L. Sorenson, Mormon’s Map (Provo, UT: FARMS, 2000), 55–81. Ya en 1903, algunos habían discutido las propuestas de la geografía del Libro de Mormón con el argumento de que “los estudiantes no pueden reconciliar las declaraciones sobre el tiempo que se consume en viajar de un lugar a otro, con Zarahemla siendo el punto afirmado por ellos”. Véase “Book of Mormon Students Meet: Interesting Convention Held in Provo Saturday and Sunday“, Deseret Evening News, 25 de mayo de 1903; reimpreso en Journal of Book of Mormon Studies 22, no. 2 (2013): 109. En 1909, B. H. Roberts sugirió que “la descripción física relativa al contorno de las tierras ocupadas por los jareditas y nefitas… se pueden encontrar entre México y Yucatán en medio del istmo de Tehuantepec” pero en última instancia continuó promoviendo una visión hemisférica. B. H. Roberts, New Witnesses for God, 3 vols. (Salt Lake City, UT: Deseret News, 1909), 3:502–503. Incluso en el siglo XIX, había un precedente para limitar el alcance de la geografía del Libro de Mormón. Véase Roper, “Limited Geography“, 242–255, 260–265.
14. Véase Roper, “Limited Geography“, 255–260; “Is there a revealed Book of Mormon geography?” FairMormon AnswersWiki, en línea en fairmormon.org.
15. En un fax enviado de la oficina de la primera presidencia el 23 de abril de 1993, F. Michael Watson—entonces secretario de la primera presidencia, dijo: “Mientras algunos santos de los últimos días han buscado posibles lugares y explicaciones [para la geografía del Libro de Mormón] debido a que el cerro de Cumorah en Nueva York realmente no encaja con la descripción del Libro de Mormón, no hay conexiones concluyentes entre el texto del Libro de Mormón y algún sitio específico”. Véase “Did the First Presidency identify the New York ‘Hill Cumorah’ as the site of the Nephite final battles?” FairMormon AnswersWiki, en línea en fairmormon.org. El élder John A. Widtsoe, del quórum de los doce apóstoles y el presidente Harold B. Lee también consideraron la localización de la última batalla nefita como una pregunta abierta. Véase John A. Widtsoe, “Evidences and Reconciliations: Is Book of Mormon Geography Known?”, Improvement Era 53, no. 7 (julio de 1950): 547; Harold B. Lee, “Loyalty”, discurso a educadores religiosos, 8 de julio de 1966; en Charge to Religious Educators, 2nd ed. (Salt Lake City: Sistema Educativo de la Iglesia y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1982), 65; citado en linea en fairmormon.org. Véase también David A. Palmer, “Cumorah“, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan Publishing, 1992), 1:346–347; Rex C. Reeve Jr., “Cumorah, Hill” en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 222–224.
16. Widtsoe, “Is Book of Mormon Geography Known?”, 547.
17. Cannon, “Book of Mormon Geography”, 19.
18. James E. Talmage, Conference Report, abril de 1929, 44. También considere a Widtsoe, “Is Book of Mormon Geography Known?”, 547: “Los estudiosos deben depender, principalmente, de monumentos naturales existentes, como montañas, ríos, lagos y playas de los océanos y tratar de identificarlos con lugares similares mencionados en el Libro de Mormón. Las ruinas de las primeras ciudades también se usaron como pistas por los investigadores. Usualmente, un mapa ideal se basa sobre los hechos geográficos mencionados en el Libro. Luego una investigación es hecha por las áreas existentes que se apegan al mapa. Todos esos estudios son legítimos, pero las conclusiones extraídas de ellos, aunque pueden ser correctas, deben considerarse como conjeturas inteligentes”.
19. Russell M. Nelson, “Un testimonio del Libro de Mormón“, Liahona, enero de 1999, en línea en lds.org.
Traducido por Central del Libro de Mormón
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