Por mandato de un ángel, Alma regresa a la ciudad de Ammoníah (Alma 8:18). Cuando Alma conoce a Amulek, lanza una pregunta: “¿Quieres dar algo de comer a un humilde siervo de Dios?” (Alma 8:19). Amulek lo lleva a su casa. Son pocas las ocasiones en el Libro de Mormón donde leemos acerca de comida, en el hogar, en una civilización avanzada.
Se le dio pan y carne, pero Alma solo comió el pan. Tal vez nunca sabremos el porqué de la decisión gastronómica. Yo compartí unas ideas con mi amigo y compañero, el profesor Javier Tovar, y él compartió las suyas conmigo.
El profr. Tovar me dio una respuesta excelente, siendo él experto en las antiguas Américas. Citaré a continuación su respuesta completa:
Comparando el texto con el Mundo Antiguo, sé que no era común tener carne en el hogar. Le pregunté al profe Tovar (así le digo) si era común que la gente habría tenido carne disponible para ofrecer a las visitas. Sabemos que Amulek había “logrado muchas riquezas por medio de [su] industria” (Alma 10:4), comparable al patriarca Abraham. Cuando él recibió visitas fue un buen anfitrión:
“Entonces Abraham fue deprisa a la tienda donde estaba Sara y le dijo: Toma enseguida tres medidas de flor de harina, amásala y haz panes cocidos. Y corrió Abraham a las vacas y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y este se dio prisa a prepararlo”. (Génesis 18:6-7)
Vemos que Abraham también hizo que se preparara pan y carne. Mas el caso es distinto. Abraham era nómada, “riquísimo en ganado, en plata y en oro” (Génesis 13:2). Además de estar al otro lado del mundo, Amulek vivía casi dos milenios después y en una ciudad muy civilizada. Es muy posible que en su ciudad Amulek no fuera rico en “ganado”, o cualquier otro animal de las Américas. En el Mundo Antiguo, los mercados vendían la carne sacrificada a los dioses. Le pregunté al profesor si el texto implica que Almulek fue al mercado a comprar carne sacrificada a un dios, ya que en Ammoníah no eran creyentes del Señor. Puede ser la razón por la que Alma solo comió el pan.
El profr. Tovar respondió de manera excelente, cito su respuesta completa:
“La carne en aquella época era un producto para ricos. Aunque parezca ilógico, a pesar de la ‘aparente’ abundancia del lugar, había mucha carencia de alimentos, incluyendo el agua. Otro punto; no tenemos datos del tipo de carne que le ofrecieron a Alma. No creo que haya sido carne humana pero en Mesoamérica, en ocasiones comían carne no recomendada, carne inmunda (Ezequiel 4:14) de víbora, de monos, de armadillo, etc. Lo que supongo en el versículo que mencionas, es que Alma solo comió pan por dos cosas: la carne (la saludable digamos), era para gente acomodada y rica, contrario a la gente pobre a la que le llevaba el mensaje divino. No quería verse mal, comiendo como rico y predicando a los pobres… Y la otra razón y la importante para mí, es porque sabía que la carne ‘lo contamina[ba]’ en la espiritualidad y misión que tenía. Más o menos lo que le sucedió al profeta Daniel cuando el rey le ordedó comer, y prefirió comer saludable (Daniel 1:8)”. (Conversación entre Javier Tovar y Noé Correa el 1º de junio, 2020)
El profe Tovar resalta un punto sobre el cual vale la pena comentar más. El apóstol Pablo dijo:
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos, para ganar al mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no estoy sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él”. (1 Corintios 9:19-23)
Es posible que igual a Pablo, Alma solo comió pan sabiendo que aquellos a quienes estaría predicando no tenían el privilegio de comer carne. Se humilló para estar entre los humildes.
“Y ocurrió que Alma comió pan y quedó satisfecho” ( Alma 8:22 ).
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